lunes, 25 de enero de 2010

Memorias del Subdesarrollo


X Fesal Chain

Anoche me quedé viendo Memorias del Subdesarrollo y antes, una entrevista a Guillermo Cabrera Infante, primer Ministro de Cultura de la Revolución Cubana. Además después de todo, me hice un recorrido por una película mediocre cuyo guión también era de Cabrera Infante. Anoche fue un festín de cubanidad.

Me levanto este día Lunes relativamente tarde, trabajé el domingo también hasta tarde. Siempre me levanto con dolor de cabeza y una especie de saudade y angustia. Terrible estado de descomposición y falta total de perspectivas. Esta sensación se me pasa en tanto transcurre el día lleno de actividades culinarias y atención de público. Mi ser micro empresario le da una patada en el culo a mi ser reflexivo, y que bueno que así sea.

Ya en plena faena, no me falta la discusión habitual con la vieja desconsiderada de mi sufrimiento corporal y de mi tiempo, que llega rauda y trastoca todo orden social y comunitario, rompiendo la fila o la espera y gritando : ¡¡Don Juaaan, dos lechugas por favor, mire que ando apurada, que los niños van a llegar de la escuela y el José anda en unos trámites y me llamó que está en la casa a la una, dooon Juannn atiéndame a mi primero yiaaaa!!

¿Que siento en ese instante, acaso me pasa como al protagonista del film, que escudriño a un pueblo avasallador que sólo de esta manera logra imponer su propia realidad, su identidad mayoritaria? Bueno poco y nada tengo que ver con el tipo, más allá de ciertos pensamientos malditos y esporádicos, frutos de mi desesperación momentánea, que en el fondo son mi herencia cultural adquirida en el viejo colegio casi burgués. (Oh, le estoy dando fundamentos a mis enemigos emocionales de todos lo días, oh, podrán usar esta frase en mi contra).

¡¡Don Juan ya pué, por favor!! Y yo obligado a escuchar a la vieja que suda memoria reptilesca y cortical pero sobre todo -cortical sin ver al resto- y como no quiero discutir me hago el loco y me pongo a mirar al verdulero con ojos de incomprendida fatalidad. Por suerte el caballero comprende y me atiende primero, como corresponde. No es fácil llevar 20 choclos y 3 cebollas grandes en una moto china.

Hace algunos días me puse ha leer a dos siquiatras que hablaban del sentido de realidad y de la prueba de realidad. La primera es la experiencia afectiva de la realidad, siempre subjetiva e intransferible, la segunda el ejercicio cognitivo y racional sobre la realidad misma y también una puesta a prueba justamente de nuestra experiencia (afectiva).

Sé muy bien que cuando escribo estoy expuesto al juicio de los demás. El problema, y así lo he observado reiteradamente, y los invito a revisar los comentarios variados, es que los juicios de estos demás, rara vez son racionales, rara vez apuntan a poner en entredicho las premisas y conclusiones de mis artículos, siempre apuntan a la memoria afectiva de cada uno, a la experiencia íntima de la realidad. A la historia muy propia de su alegrías y penas. Por tanto el ejercicio de respuestas a mis textos, son siempre o casi siempre falta de ejercicios cognitivos, fraseología legítima pero cargada y sobrecargada de piel y corazón.

Cuando veía Memorias del Subdesarrollo, en esa reflexión íntima del protagonista, yo veía también el torrente de corazonadas y rabias y miedos del sujeto, el pobre, no entendía bien y no quería hacerlo, lo que lo circundaba, el tremendo cambio social y cultural que rodeaba su existencia cotidiana y aburrida. Como le dice una mujer joven en su departamento, tú, no eres ni revolucionario ni gusano.

Así pasa la tarde, ahora pelando choclos y lavando los platos de los últimos comensales. Me vuelve la angustia y la saudade. La oleada emocional es proporcional al término de la jornada de trabajo, ojalá no me nuble la calle y el barrio.

Memorias del Subdesarrollo, falta de análisis de la vida más allá de nuestra propia vida, de poner en tensión los preceptos de los otros, de al menos tratar de escribir nuestros propios fundamentos, a ver si con ellos falseamos los fundamentos del otro. Memorias del Subdesarrollo , sólo entender nuestras rabias y miedos, nuestras penas y desbarajustes, sólo poner en primerísimo plano nuestras necesidades y carencias, nuestros tiempos y nuestras herencias mal habidas.

Memorias del Subdesarrollo, al hacer un altar de los afectos, trastocando en demasía el espacio tan necesario del entendimiento. Memorias del Subdesarrollo, emociones variadas y propias, como si estas fueran la única realidad palpable. Memorias del Subdesarrollo, poner en la mesa del comedor, como quien pone un florero, nuestras historias de víctimas y no de verdugos, nuestras historias de heroicidad y no nuestros errores históricos. Si el florero se cae o moja el mantel, puede que sea culpa de la mesa coja, o definitivamente del odiado invitado de piedra de turno, que generalmente soy yo, travestido en bestia negra.







(1) Memorias del Subdesarrollo es un largometraje cubano realizado en 1968 por Tomás Gutiérrez Alea, con música de Leo Brower, y está basada en la novela de Edmundo Desnoes. Es, posiblemente, la obra más conocida a nivel mundial de Gutiérrez Alea. Que las contradicciones del burgués pueden reflejar como en un espejo las de la sociedad donde la burguesía ha llevado la voz cantante, lo demuestra esta historia de razonamiento e ironía. Una historia personal que hubiera sido intrascendente de no ocurrir en los vertiginosos días de la Revolución, cuando todas las contradicciones se pusieron al rojo vivo. La película entrega un monólogo interior con mirada a la calle, como es la novela homónima de Edmundo Desnoes.

Memorias del Subdesarrollo II


x Fesal Chain

Estos son cuatro párrafos del artículo Memoria del Subdesarrollo I, interesante detenerse en ellos e intercalarlos con nuevas reflexiones:

"Hace algunos días me puse ha leer a dos siquiatras que hablaban del sentido de realidad y de la prueba de realidad. La primera es la experiencia afectiva de la realidad, siempre subjetiva e intransferible, la segunda el ejercicio cognitivo y racional sobre la realidad misma y también una puesta a prueba justamente de nuestra experiencia (afectiva)."

El proceso de conocimiento global no es sino en este entendido, una dialéctica entre comprensión cognitiva y comprensión afectiva. Las reuniones de colectivos políticos históricos, por ejemplo, comienzan con la recuperación, no sólo de la memoria del horror, sino también de la memoria del amor. Es necesario en esos encuentros recuperar todo aquello que (nos) convocó y las experiencias hermosas de relaciones sociales solidarias y con una carga afectiva enorme, que permitieron pasar por alto nuestros errores, nuestras debilidades y a su vez valorar todo aquello que era individual y colectivamente nuestras fortalezas y valores. En la izquierda hay muchísimo de la reserva ética de la patria.

Sin embargo las reuniones de colectivos, no son terapias de grupo, y aunque lo fueran, las terapias jamás se quedan en el mundo de los afectos como una ronda interminable de observación afectiva de lo humano. Lo humano es más amplio.

Así, tan necesario como reconocer(nos) en la memoria afectiva y en la visión particular de la realidad, es comenzar a reconocer los procesos y actos en los que efectivamente nos equivocamos ayer y hoy, como agrupaciones de lo político. Nos basta con saber y realzar el amor sino proyectar este amor y esta experiencia subjetiva de militancia en los procesos objetivados y de relaciones hacia un "afuera", hacia la comunidad y la sociedad y como en ella no supimos o no sabemos hacer lo que debíamos hacer o si lo hicimos, como otros fueron vencedores sobre nuestros actos y apuestas.

Es cierto que no es posible conocer la realidad sino es a partir de uno mismo y de las propias experiencias, pero también es cierto que es posible contrastar pensantemente nuestra propia experiencia, no sólo con las experiencias de los demás sino con los procesos de la realidad social en su conjunto. Lo que ayer decíamos, que querer es poder, es absolutamente falso. Querer no es poder, querer es querer, y poder es poder. Por eso que en el fondo, cuando recorremos el camino de la relación dialéctica entre la experiencia propia y la comprensión de esta experiencia y del mundo de las relaciones, más allá de nuestros afectos y emociones, pero pasando por estas, logramos poner al día nuestro querer y nuestro poder, logramos pensar nuevas acciones eficaces.

Yo quiero un Chile más justo, más igual, yo quiero el socialismo en mi patria, yo quiero que ese socialismo sea libertario y no autocrático, yo quiero que la izquierda chilena sea capaz de trabajar unida y comandar el cambio. Pero los procesos que se dan más allá de nuestras voluntades son otros. ¿Como podemos realizar un acoplamiento entre nuestro querer y la realidad social que a veces se aleja tanto de él?

Acaso una respuesta tentativa, es tratar de adecuar nuestros quereres y el valor que les damos a nuestra experiencia y la mirada propia de la realidad, con aquello que efectivamente sucede en nosotros y en los otros y a partir de ello, pensar en lo que podemos hacer, evidentemente por aquellos derroteros que más se acercan a nuestros afectos, a nuestra voluntad, a nuestras expectativas, a nuestro amor y a nuestro proyecto estratégico.

Mis primeros artículos fueron de trinchera, fueron un golpe, un schock a los afectos y a las identidades, pero tenían y tienen un propósito, si se puede decir superior,: deconstruimos identidades, quereres y valores e incluso saberes y proyectos, para a partir del derrumbe de lo viejo, construir nuevos valores, nuevos amores, nuevas identidades proyectos y acciones que nos permitan edificar efectivamente aquello que realmente queremos, en consonancia con lo que pasa en el mundo y en Chile. Porque en el ejemplo de la izquierda chilena, que somos nosotros mismos, hay una promesa incumplida, no hemos logrado construir el socialismo, el amor de Chile, como dice el poeta.

Decía en el primer artículo sobre la Memoria del Subdesarrollo: "Sé muy bien que cuando escribo estoy expuesto al juicio de los demás. El problema, y así lo he observado reiteradamente, y los invito a revisar los comentarios variados, es que los juicios de estos demás, rara vez son racionales, rara vez apuntan a poner en entredicho las premisas y conclusiones de mis artículos, siempre apuntan a la memoria afectiva de cada uno, a la experiencia íntima de la realidad. A la historia muy propia de su alegrías y penas. Por tanto el ejercicio de respuestas a mis textos, son siempre o casi siempre falta de ejercicios cognitivos, fraseología legítima pero cargada y sobrecargada de piel y corazón".

Memorias del Subdesarrollo 1, es la insistencia en traspasar nuestras emociones más primarias a los procesos cognitivos de comprensión del mundo social y político y de nuestras propias experiencias y no meramente de un enamoramiento de nuestras realidades y experiencias históricas. Memorias Iy II, tienen como objetivo supremo, que seamos capaces en conjunto, ir desde la emoción y superándola al mismo tiempo, a lograr entender que hay cuestiones razonables y muy reales que debemos saber y a partir de ellas implementar otras y nuevas acciones para no seguir sufriendo y así reconstruir nuestra vida, la libertad que nos merecemos y sobretodo la vida y la libertad de millones.

Dicho de otro modo, mis artículos, aunque generen ciertas emociones, no son una deslegitimación de la emoción ni de las experiencias particulares y de las culturas de la izquierda, sino una invitación que a partir de ellas seamos capaces de salir del enamoramiento de nosotros mismos y de las culturas políticas a las que pertenecemos, para comenzar a evaluar racionalmente nuevas alternativas de acción, es decir, cambiar nuestras acciones para cambiar el mundo.

Es cierto que el schok de la crítica y de la deconstrucción cognitiva de la propia vida, incluida ciertamente la mía, produce miedos y rabias, pero debemos ser capaces de superar esas emociones y ponernos firme y racionalmente a realizar nuestra autocrítica y gracias a ella y a partir de ella, construir en la acción la nueva propuesta. Si no lo hacemos, como lo dije anteriormente, no sólo continuaremos sufriendo, sino que haremos sufrir a quienes alguna vez creyeron en nosotros y que tienen aún cifradas sus esperanzas en la izquierda chilena, y además nos arriesgamos a quedarnos detenidos en viejos afectos y costumbres, que de poco sirven hoy, para transformar el mundo.

Por eso estos párrafos, no para negar la comprensión afectiva del mundo sino para usarla como pivote de la comprensión cognitiva y racional y edificar nuevas emociones y nuevos análisis para cambiar nuestras acciones y transformar el mundo social efectivamente:

"Memorias del Subdesarrollo, sólo entender nuestras rabias y miedos, nuestras penas y desbarajustes, sólo poner en primerísimo plano nuestras necesidades y carencias, nuestros tiempos y nuestras herencias mal habidas.Memorias del Subdesarrollo, al hacer un altar de los afectos, trastocando en demasía el espacio tan necesario del entendimiento. Memorias del Subdesarrollo, emociones variadas y propias, como si estas fueran la única realidad palpable. Memorias del Subdesarrollo, poner en la mesa del comedor, como quien pone un florero, nuestras historias de víctimas y no de verdugos, nuestras historias de heroicidad y no nuestros errores históricos".

De hacer el proceso bio-psico-social de pasar de la comprensión afectiva a la comprensión cognitiva, lograremos contrastar la primera con los procesos reales del mundo social, y así reformular nuestra propia comprensión afectiva para cambiar nuestra comprensión cognitiva y lo más importante, nuestras propias acciones sociales y políticas, que permitan transformar el mundo social y de esta manera formar, conformar y reformar profundamente un país para las mayorías, capaz de salir sobretodo del subdesarrollo mental, que nos permitirá entrar al desarrollo humanos en plenitud. Al amor de Chile.

jueves, 21 de enero de 2010

DATOS Y CONSEJOS PARA INCAUTOS



x Fesal Chain

1.- La concertación durante 20 años estableció consensos y acuerdos estratégicos con la derecha pinochetista. Mantuvo la Constitución del 80, el modelo económico neo liberal y entre otras cuestiones trajo al dictador de vuelta para no ser juzgado en Europa.Se constituyo así en una socialdemocracia neo liberal (sic).

2. Los comunistas y parte de la izquierda extra parlamentaria, quienes habían sido oposición a la concertación durante 15 años, por considerarla justamente una variante neo liberal, terminaron con una alianza electoral y política con esta y en conjunto con la izquierda arratista apoyaron desde la primera vuelta a Frei el candidato de la concertación y en segunda vuelta levantaron la estrategia de NO a la Derecha apoyando con mayor fuerza a Frei y arrastrando a un 48% de la población a la derrota.

3.- La izquierda progresista de Enríquez Ominami, levanto una alternativa autónoma de la concertación y llegó a obtener un 20% del electorado. El candidato al pocos días del balotaje terminó apoyando personalmente a Frei y dejando en libertad de acción a su adherentes.

4.- La concertación perdió por 3 puntos porcentuales, que a mi juicio y en consideración al estudio electoral realizado por mi en mayo del 2009 que fue el único en todo el país que proyectó los resultados exactos 51,63%, Frei 48,35% (http://www.g80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=4592) fue por el apoyo de Adolfo Zaldivar y Chile Primero al pinochetismo representando a un grupo social de la clase media empobrecida expropiada de los procesos de modernización.

5. La izquierda no fue capaz de levantar una opción autónoma de la concertación y de la derecha, pudiendo hacerlo, pues la suma de los desencantados que se fueron al campo del Si en segunda vuelta (3%) más los comunistas (6,2%) y MEO (20% y fracción ) pudieron haberle ganado al candidato neoliberal de la concertación en primera vuelta y haber mantenido en segunda vuelta el 8% que por no tener una opción real terminó votando por Piñera. Así probablemente la opción de Enriquez Ominami apoyada por toda la izquierda y por la concertación le habría ganado a la opción pinochetista por un 51,8% contra 48,3%.

6.- Si apoyas la estrategia de la concertación y los comunistas arratistas como opción de oposición, probablemente terminarás avalando nuevos acuerdos parlamentarios con la derecha, legitimando así su opción como válida. Si apoyas la estrategia de la concertación y los comunistas arratistas como opción de oposición,lo más probable es que apoyes en un futuro cercano un tipo de gobierno social demócrata liberal del mismo tipo del que gobernó Chile los últimos 20 años, sectario y corrupto.Si apoyas la estrategia de la concertación y los comunistas arratistas como opción de oposición le darás carta blanca a los viejos dirigentes y los nuevos dirigentes que pertenecen a la misma camarilla partitocrática que entienden la política como mera representación, donde ellos deben ser siempre los que tomen las decisiones por ti, incluso con el costo de una derrota estratégica para ti.

6. La única opción real de cambios es la construcción de una fuerza social y política de izquierda AUTÓNOMA, que equidiste de los viejos cuadros y partidos de izquierda de corte social demócrata liberal-comunista, que levante un modelo político de democracia de masas, representativa, proporcional y participativa, donde el soberano al menos comience con ser constituyente de una nueva Carta fundamental. Donde la nueva fuerza política y social levante una economía social de profundos cambios a nivel de la propuesta global y de las políticas económicas, capaz de transformar la economía desde una actividad de negocios a una ciencia y actividad del desarrollo, crecimiento y distribución de las riquezas para las mayorías trabajadoras.

7.- Estos datos y consejos son para no caer en la ingenuidad de pensar que quienes nos llevaron a la derrota política serán quienes nos lleven a la victoria y que de volver al gobierno harán los cambios que requerimos quienes somos las mayorías explotadas y licenciadas de toda participación en la sociedad chilena. Sólo de nosotros depende.

domingo, 17 de enero de 2010

Ya llegará el tiempo en que hombres y mujeres abran de verdad las grandes Alamedas por donde transitemos los hombres y mujeres libres

Que nadie se lleve a error, mi humilde, incomprendida y probablemente poco influyente voluntad de no apoyar a la Concertación votando nulo, es desde la izquierda, desde el legado monumental de Salvador Allende, el compañero Presidente, pues ya llegará el tiempo en que hombres y mujeres abran de verdad las grandes Alamedas por donde transitemos los hombres y mujeres libres, Viva Chile, Viva la nueva Izquierda que nace, Viva el pueblo trabajador y el pueblo pobre. Un abrazo compañeros y compañeras.



viernes, 15 de enero de 2010

¿La izquierda en punto muerto?



x Fesal Chain
Sociólogo



Introducción

He escrito cerca de 40 artículos políticos, tanto de coyuntura como de análisis sobre la izquierda chilena. De mi punto de vista, esas cerca de 180 páginas resumen mi mirada política y sociológica del mundo social y político que nos toca vivir y construir como comunidad y sociedad. Insistir en el análisis propiamente tal, desde la matriz construida, a estas alturas resulta infructuoso, sin antes hablar o escribir sobre las cuestiones más de fondo aún. Primero que todo constatar, que la realidad que vivimos como chilenos y chilenas, y como izquierda, nuestro escenario de la lucha política de clases, es altamente complejo, puesto que nadie, ningún sector político, ningún grupo social, ninguna clase o agrupación ha logrado realmente desatar el nudo gordiano de la política chilena y menos la izquierda.

Es cierto que el análisis teórico, reconstruye la taxonomía legítima de la realidad social y a su vez la conforma, sin embargo es evidente que el Estado, los partidos , sus intelectuales orgánicos, la clase política y los medios de comunicación de masas son enormemente superiores en impacto a lo que cada uno de quienes escribimos insistentemente en G80 y especialmente en internet, podemos lograr en la construcción social de la realidad.Por mucho que sean miles hasta hoy quienes lean estas columnas, las de todos los autores, no se asemeja a la influencia de los actores institucionales. El poder se establece y se reproduce a sí mismo, aún cuando sabemos que es una relación social y que se otorga. La existencia de los medios de comunicación virtual es una proporción ínfima en relación no sólo a las acciones del poder institucional, sino también a las herramientas que este ocupa y despliega en la sociedad como un todo. No está de más decir que las instituciones existen e influyen en la medida que se financian. El impacto, valga la redundancia, de estas es también proporcional a la inversión que realizan en su propios medios y aparatos.

Nosotros, los intelectuales inorgánicos con respecto al poder institucional, los analistas y escritores somos parte de este gran ejército de marginados económicos y desencantados social y culturalmente del propio diseño institucional. Somos todos, como se denomina en ciencias sociales y también en el discurso político, grandes minorías. Podemos llegar a ser acaso muchísimos más que aquellos que votan y deciden por el ganador en una contienda electoral, mucho más que los escuálidos 3 millones y medio de chilenos que votan por un presidente de la república, pero nuestra voz es infinitamente más débil y se escucha en pocos lugares, en la periferia del país y llega a públicos segmentados. No tenemos voz realmente, existimos de manera limitada. Este artículo no es una letanía, es como introducción al diagnóstico de nuestro propio poder como mundo social. Por decirlo de alguna manera, muestra la correlación de fuerzas entre el poder institucionalizado y aquellos marginados no sólo de los procesos de modernización económica, (puesto que hasta hoy no hay modernización de la política), sino también excluidos de la construcción colectiva de un nuevo imaginario social, cultural, económico y político alternativo a los dominantes de todo signo, del poder financiero o partitocrático.

La aparición de Marco Enríquez Ominami, marcó efectivamente una inflexión en este proceso continuo de expropiación de ciudadanía para millones. 1 millón 400.000 chilenos y chilenas desencantados profundamente del estado actual de cosas, fueron convocados por una tercera fuerza política, aún no cristalizada y volátil. No es motivo de este artículo hacer un análisis de lo sucedido con las fuerzas marquistas, sino más bien realizar una constatación de un fenómeno reiterado y más que preocupante para los procesos de desarrollo de un nuevo Chile.


La tercera fuerza

Cuando Laura Rodriguez dio la espalda al parlamento en plena década de los 90, y con ello remarcó que existía en tanto daba la cara al pueblo que representaba, se abrió un camino inédito en el período de transición democrática. La posibilidad cierta de construir una fuerza política y social de carácter popular por sus objetivos y métodos. Manfred Max Neef, continuó, a poco andar, la senda de Laura Rodriguez y puso en movimiento un grupo social y político capaz de mostrar las limitaciones y debilidades de un conglomerado como la concertación, que en ese período, mostraba su mayor fuerza.

Gladys Marín, desde una perspectiva más doctrinaria acaso, retomó el camino de la alternatividad a la concertación llegando con su gestión y liderazgo a nuclear a cerca de un 10% de la población crítica de la derecha pinochetista y del neo liberalismo socialdemócrata. Y llegamos en pleno 2009 a Marco Enríquez, que como figura ha generado distintas y contradictorios juicios, pero que es innegable que en el peak de su influencia política, logró nuclear a un 20% de la fuerza social crítica a la concertación y a la derecha. Fenómeno inigualable desde el primer signo de descontento político marcado por la líder humanista.

Como tradicionalmente afirman los políticos de izquierda con experiencia, la tercera fuerza somos herederos a no dudarlo, de Luis Emilio Recabarren, de Clotario Blest, de Salvador Allende, de Miguel Enríquez, de Gladys Marín, de Laura Rodriguez, del pensamiento ecológico y de redes, y de las pequeñas pero no menos importantes gestas políticas actuales de crítica e intentos mas o menos sistemáticos por conformar una fuerza social y política alternativa a la socialdemocracia neo liberal y al neo liberalismo extremo de la ultra derecha heredera de Pinochet.

Sin embargo, todos los intentos han fracasado, han terminado en fenómenos diluidos y carentes de toda fuerza social e influencia orgánica e impacto político en la sociedad chilena, especialmente en estos últimos 20 años. Mis artículos, que ocupan una matriz clásica de análisis, actualizada a los tiempos que corren, siempre han apuntado al fracaso de la constitución de una tercera vía. De como las izquierdas, permanentemente y de modo desigual y combinando, han actuado sin brújula, perdiendo todo norte,desde la incapacidad por leer las contradicciones reales de la lucha política, y han optado por subsumirse finalmente en el adversario principal del período.

No hay sesgo voluntarista en esta afirmación, puesto que a mi juicio no se trata de levantar la estrategia maximalista a como de lugar, independientemente de los procesos de confrontación y correlación de fuerzas políticas y sociales. Se trata justamente de lo contrario. De ser capaces de hacer una lectura de cuales son estas fuerzas, de cual es la acumulación de poder e influencia que tienen y de cómo actúan en la lucha democrática y específicamente de como la izquierda debe emplazarse en ese escenario dinámico. La izquierda chilena no ha sabido emplazarse en el escenario real, y ese es el primer punto fundamental. Ya sea por incapacidad teórica, por deseos contrapuestos, por intereses determinados.

El acto de Enríquez Ominami, de apoyar a Frei en la segunda vuelta electoral, marca un período que va desde la frase ejemplar de Laura Rodriguez en 1990 hasta hoy, el 2010, y cubre 20 años de una lucha política y social con muchos más bajos que altos, pero signada por un fenómeno crítico altamente preocupante para los intereses populares, para todos los intereses contrarios a las élites económicas y políticas, financieras y partitocráticas: La incapacidad de la izquierda de dar los pasos correctos para que las derrotas o los triunfos parciales se constituyan en fuerza autónoma y en el nucleamiento de grupos y fracciones de clases en torno a una propuesta de desarrollo nacional y popular. En las coyunturas, la izquierda principalmente actúa en discordancia con la coyuntura misma o con lecturas erróneas, y por tanto sin estrategia, ni organización para el empoderamiento de las mayorías marginadas y propio, y termina siempre subsumida en la estrategia concertacionista.

Por otra parte así como la economía capitalista financiera altamente desarrollada en Chile, tiene una capacidad casi infinita de reinvención en cada crisis, la política de los comandos capitalistas, concertación y derecha, tienen una capacidad enorme de reinvención de sus propias crisis, y en especial la concertación que como una fuerza social y política de carácter nacional, aún en su derrota, puede absorber todas las iniciativas críticas y supeditarlas a su estrategia de poder institucional, hegemonía social y gobierno, u oposición futura fuerte.


Un Programa y una Izquierda del Siglo XXI

Pero la izquierda en su conjunto, además de no lograr un diagnóstico acertado, y a partir de él construir una fuerza social y política, una estrategia y una organización tampoco ha elaborado un profundo programa de cambios a la altura de los desafíos del desarrollo de la economía del capital financiero y del subdesarrollo de la política oligárquica.

La pregunta que surge, es si esta izquierda será capaz de hacerlo algún día. Si su matriz original, incluyendo la mía, y sus actualizaciones, permite dar cuenta de los problemas, necesidades y aspiraciones de las personas, grupos y clases y de la conformación de un proyecto nacional. Un político ya fallecido escribió antes del triunfo de Salvador Allende, la izquierda en punto muerto. ¿Está acaso nuestra izquierda hoy en punto muerto?

En una plena auto crítica a mis análisis, debo reconocer con que no basta con que la izquierda chilena haga una lectura correcta de las contradicciones principales del período de la lucha interburguesa y sepa emplazarse, que no basta con establecer los nuevos y viejos actores sociales y políticos producto del diseño político de Jaime Guzmán, del binominalismo y sus consecuencias de jïbarización de la participación ciudadana. Que no basta con que la izquierda haga un diagnóstico certero del estado de la economía, de sus procesos de modernización y de fijar el carácter del dominio capitalista y de como a su vez éste ha configurado individuos divorciados de la comunidad y de las clases. En suma, no basta que la izquierda defina exhaustivamente tanto la coyuntura como el estado global de la lucha de clases nacional y de como ésta se inscribe en los procesos de modernización planetario, para ser capaz de construir una propuesta y a la vez una fuerza social y política como comando de la sociedad de y desde la mayoría democrática.

Acaso la izquierda tiene limitaciones en su génesis, no meramente en su teoría o en su práctica cotidiana, sino en su modo universal e histórico de entender al ser humano y al ser social, la economía y la política. Por ello mismo que una parte importante de sus destacamentos tuvieron antes que morir, renovarse, es decir aceptar la democracia parlamentaria y neo liberalizarse, es decir aceptar el modelo de mercado y el capitalismo como forma de gestión económica de la sociedad. Y con esto no digo que el camino haya sido el correcto, puesto que esta misma izquierda tampoco logra desde su socialdemocratización dar cuenta y resolver los problemas y necesidades de las mayorías, sino de modo muy limitado, acaso del modo reformado en que la derecha inauguró en 1973 el modelo dominante con sus propuestas jurídicas, políticas, económicas y sociales.

Por otra parte ningún destacamento o fracción de la izquierda crítica en estos 20 años ha logrado una renovación real de su prácticas propiamente políticas. Atados a una concepción de ser humano y del ser social como meras fuerzas susceptibles de comandar, de acompañar y de licenciar o abandonar si es necesario, la izquierda crítica, se encuentra así en la misma matriz de comprensión de la realidad social que todas las fuerzas políticas de centro izquierda y de derecha realmente existentes. En cuanto a una propuesta que apunte a los problemas estratégicos de modernización de la economía al servicio de las mayorías, no existe realmente ninguna que supere la mera ampliación y profundización de la propuesta socialdemócrata concertacionista del modelo de mercado y gasto social y de la planificación partitocrática extrema.

Sería motivo de un libro entero escudriñar las determinaciones históricas, culturales, sociales y políticas de la izquierda en su incapacidad de conformar un proyecto eficiente, eficaz y de mayorías, tanto en el campo de la política como de la economía. Pero lo que es indesmentible, es que la izquierda extraconcertación y la misma centroizquierda concertacionista o socialdemócrata, no logran desarrollar un modelo genuinamente propio, que nazca de su historia y de sus prácticas, pero que apunte a superar tanto el pasado de la propia izquierda, la vía chilena al socialismo, como el neo liberalismo ideológico.


Una interrogante esencial

Visto de este modo, se nos plantea a la totalidad de los sectores excluidos del triopolio concertación-izquierda neoliberal- ultraderecha, una interrogante esencial, ¿qué significa desatar el nudo gordiano de la política chilena y realmente es la izquierda tal cual como la concebimos la destinada a hacerlo?

Más allá de las tradicionales reyertas de agitación y propaganda entre las izquierdas, es evidente que la apuesta concertacionista apuntaba a superar la ineficiencia en la gestión de la Unidad Popular y la carencia de mayorías para gobernar, y que la crítica de la tercera fuerza apunta centralmente a aquellas prácticas y concepciones neo liberales de la apuesta inicial concertacionista, es decir a las alianzas estratégicas que el conglomerado de gobierno ha realizado especialmente a nivel ideológico y a partir de ello, a nivel de la gestión del estado y la nación, con la burguesía financiera y exportadora y sus destacamentos políticos.

El nudo gordiano de la política chilena, a mi juicio tiene muchísimo más que ver, ya desde el terreno estratégico, con el programa de desarrollo nacional y como este deja de ser en definitiva, un apéndice reformulado de las concepciones neoliberales y globalizantes y la vez una superación del estatismo y el partitocratismo planificador y asfixiante, pero también, paralelamente como la izquierda, si realmente está en condiciones, puede comandar este nuevo modelo.

En la medida que no se piense y se aplique de modo revolucionario una democracia de masas o extendida y ampliada a los millones de chilenos excluidos,( más allá de los 3,5 millones o 7 millones), que supere en muy poco tiempo lo que es hoy la democracia oligárquica diseñada por Jaime Guzmán y a la vez no se piense una economía social que tenga como núcleo central de pensamiento y acción, pasar de una ciencia y práctica de los negocios a una ciencia y práctica del desarrollo y la inclusión masiva de los sectores pobres y marginados y que sea la izquierda chilena crítica quien lo haga, iremos de lustro en lustro en un retroceso monumental, donde las fuerzas más reaccionarias profundicen su propio modelo excluyente.


Palabras finales en torno a la coyuntura

Para finalizar, algo de coyuntura, el error estratégico de Enríquez Ominami en su declaración del 13 de diciembre, es que al apoyar a Frei y a una concertación en franco retroceso, no fue capaz de mantener sus posiciones al máximo, lo que aún cuando significase el triunfo de la derecha y una ilusoria culpabilidad de las fuerzas marquistas, también pudiera haber significado un replanteamiento totalmente radical de toda la centro izquierda socialdemócrata en torno a estas cuestiones estratégicas y al vez la posibilidad cierta de comandar desde la izquierda progresista, y en plena crisis de la concertación, el descontento popular, las fuerzas sociales y desarrollar un nuevo programa, estrategia y organización y sobretodo un modelo nuevo de desarrollo para Chile y para los sectores postergados y mayoritarios.

No ha sucedido lo anterior, sino un maquillaje de las propuestas neo liberales socialdemócratas, y la deslegitimación y supeditación del marquismo a la concertación, lo que retrasa el cambio necesario para pasar a una etapa cualitativamente superior de megapropuestas de desarrollo, programa, proyectos y acciones profundamente sociales y democráticas.

A mi juicio la derecha triunfará en esta segunda vuelta y paralelamente a que la tercera vía habrá perdido la legitimidad y la oportunidad desde afuera, de presionar e interpelar y comandar a la izquierda y las fuerzas sociales mayoritarias en su conjunto, la concertación, con el apoyo de la socialdemocracia internacional, comandará la oposición a la derecha y a la vez seguirá pauteando desde su neo liberalismo social a la totalidad de las fuerzas de izquierda y opositoras.

Si la concertación lo logra, no será más que un retroceso y una persistencia en el error de la izquierda y de la centro izquierda, de no superar un modelo antipopular y elitista, que esta vez ha fracasado como fracasó el modelo desarrollista anterior del período que va desde el Frente Popular a la UP. En beneficio del pueblo y de las grandes mayorías al menos esta vez no será a sangre y fuego.

domingo, 10 de enero de 2010

Los escritores (de izquierda) y la política (de izquierda)


x Fesal Chain

"Siempre quise ser un escritor político, de izquierdas, claro está, pero los escritores políticos de la izquierda me parecían infames. Si yo hubiera sido Robespierre, o no, mejor Danton, en una de esas los envío a la guillotina. Latinoamérica, entre sus muchas desgracias, también ha contado con un plantel de escritores de izquierda verdaderamente miserables. Quiero decir, miserables como escritores. Y yo ahora tiendo a pensar que también fueron miserables como hombres. Y probablemente miserables como amantes y como esposos y como padres. Una desgracia. Trozos de mierda esparcidos por el destino para probar nuestro temple, supongo, porque si podíamos vivir y resistir esos libros seguramente éramos capaces de resistirlo todo. En fin, no exageremos. El siglo 20 fue pródigo en escritores de izquierda más que malos, perversos".

Roberto Bolaño, de entrevista de Demian Orosz para La Voz del Interior, Córdoba, Argentina, Miércoles 26 de diciembre de 2001.


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Qué tema, no? Estoy seguro que este tema y no otro más abstracto, como el ya tan manido de la relación entre el escritor y su compromiso social y político en general, es el que verdaderamente importa hoy. El problema, a mi juicio, viene con todas su descarga de emociones, en esta segunda vuelta electoral o balotage, como se le viene a llamar en estos tiempos, en nuestro Chile del siglo XXI en nuestro Chile bicentenario, binominal y bicéfalo.

A mi no me interesa mayormente si durante 20 años la concertación ha tenido o no una política cultural, o un fomento mas o menos profundo de la industria cultural, de la literatura nacional, del libro, o para los creadores literarios, etc., etc., etc. Me parece tema de sociólogos de la cultura y de funcionarios públicos. O de actores.

A mi me preocupan los escritores y escritoras, me preocupa el modo de ser escritor o escritora en el país bicéfalo. Por ejemplo tomemos el caso de la Sociedad de Escritores de Chile, una casa que sea cae de muerta, como la de Usher, muy fría en invierno, relativamente agradable en verano, donde pululan ciertos personajes más bien desconocidos. Algunos muy pobres, pero no sólo económicamente pobres. Andan con su único librito bajo el brazo mostrando así que son escritores. Pero realmente pasan tantas horas en esa sede, que no sé de donde sacan tiempo para sentarse frente a un computador, a una máquina de escribir o lisa y llanamente frente a un papel en blanco, con un lápiz bic en la mano. No se puede generalizar, pero que existen esos personajes, existen, y le dan una cierta vida bohemia al lugar. Se meten a la cocina, piden cafecito, caminan por los pasillos y escaleras. Son las nuevas y viejas víctimas de las casas editoriales, del mercado y del neo liberalismo.Pero víctimas que no escriben o escriben poco. Que son digámoslo así, escritores por definición, pero por definición propia.Sin obras o con escasa producción.

Los que los dirigen o representan, puesto que la SECH es una organización gremial, son también escritores, pero que se dedican más bien a organizar al gremio, a establecer relaciones con las instituciones culturales del estado, con los municipios, para obtener recursos que sirvan al desarrollo y existencia sobretodo del gremio mismo. Para financiar sus reuniones, sus actividades de extensión, talleres, etc., etc.,etc. Llegan incluso a invitar antiguos esbirros de la DINA para invertir en su noble obra. Probablemente algunos, no todos, también con escasa producción literaria. Por supuesto todos auto definidos como de izquierda o progresistas, que terminan sus reuniones de la sala plenaria en algún bar cercano, discutiendo de las regularidades e irregularidades de la Dirección del gremio.Poco y nada de literatura hay en esa conversaciones.

O tomemos a los escritores que fueron reconocidos por el estado democrático, y a los cuales se les entregaron recursos para sacar sus obras o para viajar a congresos y encuentros latinoamericanos y mundiales, de escritores. Los que se repitieron más de dos o tres veces el plato de los premios del Fondart primero y del Fondo del Libro después. Siempre muy preocupados y atentos a cada llamado a concurso, para obtener así recursos frescos para su actividad profesional. De este grupo, nacen los desencantados, que obtuvieron prebendas pero las dejaron de obtener y entonces comienzan a criticar pero en gran medida, y tampoco se puede generalizar, por la herida. Por que ya no obtienen los recursos y el reconocimiento, especialmente en dinero, que les permita continuar con su carrera de escritores.

Ando disgregado hace días, y entre que deseo continuar escribiendo este artículo y que deseo pararme lo más raudamente posible y salir de él con asco, se me viene a la mente, Ezra Pound, metido en una caja de metal de 1x 2, encerrado en un campo de concentración norteamericano por haber tenido un programa de radio en la Italia fascista, y pienso además en las conversaciones que tuvo con T. S. Eliot, sobre la Tierra Baldía y las innumerables correcciones que le realizó Pound al texto.

O pienso en Boris Pasternak, y en su retiro obligado a una pequeña dasha a las afueras de Moscú, tratando de sobrevivir con orgullo en pleno período estalinista. O pienso en Padilla y en su mujer defenestrados ambos de la UNEAC y luego exiliados por escribir un texto que hoy parecería menos que un lamento, sobre la tremenda probabilidad de la construcción del totalitarismo y no del paraíso terrenal. O en Reinaldo Arenas que tuvo que escapar, para no ser encarcelado y que murió de SIDA también en el exilio.

¿Muchos ejemplos del mundo socialista? Bueno, podemos hablar de la vida o de la muerte de los escritores bajo las dictaduras anticomunistas de América Latina. De Argentina por ejemplo, he aquí un texto ejemplar que nos da una pincelada:

"A Rodolfo Walsh lo esperaron una mañana en una calle de Buenos Aires y nada más se sabe de él; Francisco Urondo murió en un enfrentamiento (supo morir con la valentía con que vivió toda su vida); de Haroldo Conti no se sabe nada con certeza, a veces alguien afirma que murió durante la tortura, otras se dice que alguien lo vio hecho un espectro o escuchó su voz en algún vago campo de concentración; hace un año ya que Antonio Di Benedetto está en una cárcel, no sé cual, con uniforme a rayas, con las visitas prohibidas; (...)Miguel Angel Bustos, delicado y tembloroso el frágil niño poeta que teníamos y queríamos, fue asesinado; (...)Emilio de Ippola fue apresado junto con el periodista Eduardo Molina y nadie habla más de su libertad así como tampoco se sabe por qué pudo haber sido detenido; el editor Carlos Pérez desaparecido de su casa hace como diez meses, en una trémula madrugada, y es como si nunca hubiera existido, no figura en ninguna lista, no ha sido reconocido entre los muertos, no está en ninguna prisión. Alberto Burnichón, el "Barbas", que llevaba en su Citroen 2 CV sus plaquetas de poesía por todo el país, fue secuestrado una noche, el 23 de marzo de 1976, junto con su hijo, en presencia de su mujer y otra hija, eso fue en Córdoba: a los dos días lo encontraron flotando en un pozo de una casa de la vecindad: su hijo nunca apareció." (1)

No quiero ser injusto, pero de escritores chilenos asesinados no tengo realmente datos, si de periodistas, como el Perro Olivares, que se suicidó en La Moneda atormentado por el humo, las metrallas y los bombardeos de los Hawker Haunter sobre el Palacio presidencial. Y a propósito de homicidios con armas químicas, se presume que Eugenio Lira Massi, no se suicido, sino que fue asesinado por esbirros de la DINA en su pieza de París, al igual que lo fue el Presidente Frei Montalva, pero ninguna investigación se ha realizado al respecto. Otro triste ejemplo es José Pepe Carrasco, acribillado en un paredón de un cementerio de Santiago y botado como una bolsa de basura en sus márgenes.

Eso si, que en el Chile democrático han muerto poetas por falta de atención médica, como el caso de Rolando Cárdenas, o se han suicidado, producto de la miseria y el olvido y la falta de apoyo estatal en días aciagos, al menos una pensión de gracia, como fue el caso de nuestro gran poeta nacional Alfonso Alcalde.

En estos días, no sale el sol, ni tampoco vuestros nombres. Durante 20 años bajo el dominio concertacionista, uno levanta una piedra y sale un escritor, una escritora, un poeta. Bueno, Chile siempre ha sido un país de palabras y de palabras bellas, de fuertes imágenes y metáforas. Pero Chile no sólo está lleno de palabras al viento, sino de hombres y mujeres que han hecho de esa palabra su vida. Hombres y mujeres que no andan merodeando las sedes derrumbadas de los palabreros y corruptos de media tinta, ni ministerios, ni escondrijos burocráticos, ni recibiendo esbirros en sus casas, ni haciendo reuniones donde se homenajean entre ellos, ni recibiendo premios, ni fondos estatales.

Escritores que de alguna forma y de todas, cumplen la misión real encomendada. La de ser conciencia crítica de una época, que parafraseando a D. H Lawrence, se nos cae encima de las cabezas como pedazos de cielo muerto. Por eso que dije que no quería ser injusto, puede que muchos de ellos y de ellas hayan sido asesinados bajo la dictadura y no sepamos sus nombres, porque sus vidas no fueron inscritas en la gran comedia del reconocimiento institucional y del poder político. Y acaso hayan sido hombres y mujeres de izquierda realmente, porque pertenecieron al pueblo pobre o a una clase media que creía y aún cree en el poder verdadero, el poder del conocimiento y la enseñanza, el poder de la cultura cotidiana y el de los libros leídos una y otra vez, hasta dejarlos arrugados y en el poder de la escritura anónima y de la obra hecha a machetazos, noche a noche, donde se habla y se conversa de la existencia profunda del ser humano, en este mundo ancho y ajeno.

Me da la impresión que a lo que se refiere Roberto Bolaño en su entrevista, sobre los escritores de izquierdas, es a aquellos que nombro en un comienzo, esos que escriben obras insufribles, pocas y malas, y que además recorren los pasillos del dominio, como única forma de ser reconocidos por algunos, y de obtener las monedas necesarias para no morirse de hambre y a la vez no trabajarle un peso a nadie, y escribir lo menos posible, mientras culpan al mundo de su mediocridad humana y literaria. O a aquellos que prefirieron quedarse con sus primerísimos libros y repetirlos ad infinitum, y dar grandes, fastuosas y egocéntricas lecturas en los patios de fundaciones y en los salones de la pequeña burguesía decadente y victimizada.

Hay otros y otras que en esta coyuntura y en todas, no andan pensando en votar por los mismos pelafustanes que les han dado meras migajas en la mesa del pellejo del poder estatal y partitocrático y no dignidad y reconocimiento profundo, no son aquellos y aquellas pseudo izquierdistas de bares y oficinas, de vidas miserables consigo mismos y los otros, sobretodo con sus pares y compañeros de oficio, sino hombres y mujeres de un Chile profundo, que recorren los laberintos sagrados de un fauno, que se comerá indefectiblemente a esos" trozos de mierda esparcidos por el destino para probar nuestro temple".




(1) Noé Jitrik, escritor, director del Instituto de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Este artículo, del cual publicamos un extracto, fue escrito desde el exilio en México en el año 1977. Posteriormente fue incluido como un capítulo del libro "Las armas y la razón", Editorial Sudamericana, 1984.

lunes, 4 de enero de 2010

LA LUCHA DE CLASES EN EL CHILE DE HOY, LA LÚCIDA MIRADA DE NELSON GUTIÉRREZ YÁÑEZ Y ALGUNAS APLICACIONES

x Fesal Chain, Sociólogo


Si hay una cuestión esencial y que los partidos de la izquierda chilena no han realizado, es un análisis exhaustivo de los “procesos de formación de clases sociales, estructura de clases y lucha de clases en Chile”. Esta tarea la realizó durante muchas décadas en el fragor de la lucha revolucionaria y en este período postdictadura, quien fuera uno de los fundadores y dirigentes históricos del MIR chileno, Nelson Gutiérrez Yáñez. Es evidente al menos para quienes lo conocieron, leyeron e hicieron política junto a él, que tal como lo planteó Pascal Allende en una carta con motivo de la muerte de Gutiérrez, que Nelson fue “…un revolucionario que desde joven estudiante sureño abrazó la causa de una patria socialista y nunca la abandonó. Un revolucionario que entendió la política revolucionariamente, es decir, como un compromiso de vida, lo que en estos tiempos en que la política se ha vuelto un negocio personal es sin duda un ejemplo que brilla. Pero, tan importante como eso, es que Nelson fue un político que pensaba, pensaba críticamente, un sociólogo que estudiaba y procuraba comprender la realidad: y en estos tiempos en que la farándula y el corrupto oportunismo domina la política, también es ejemplo que brilla”.

Este texto es un breve resumen comentado de la Carta privada de Nelson Gutiérrez a Memoria MIR y publicada en el sitio Web del Centro Estudios "Miguel Enríquez", CEME: http://www.miguel-enriquez.com


Procesos de formación de clase sociales, estructura de clases y lucha de clases en Chile

Una primera cuestión central que nos plantea Nelson Gutiérrez en torno a la lucha de clases en el Chile de la primera década del siglo XXI es que:

“A pesar de lo que pretende el conocimiento dominante y sus intelectuales orgánicos, las clases, sus confrontaciones y luchas no han desaparecido. De la hegemonía de la burguesía industrial, agraria y terrateniente del siglo XX, hemos pasado a la hegemonía del capital y la burguesía financiera, tanto de base local como de base o carácter mundial y globalizado; nuevas formaciones o fracciones burguesas se han incorporado a la clase dominante sea por expansión y/o división de los viejos grupos económicos, sea como producto de la constitución de grupos, sea a partir del saqueo y privatización de los bienes públicos el aprovechamiento de información privilegiada o de lobbismo, el acceso a contratos ventajosos, etc.

Se han conformado una nueva fracción burguesa expresada políticamente por la UDI; como también nuevas fracciones burguesas que reconocen su identidad política en la Concertación. Las clases medias han experimentado profundas transformaciones, achicándose y debilitándose los sectores medios adscritos al sector público y ensanchándose los contingentes adscritos al sector privado.

Mientras, el crecimiento del trabajo inmaterial, la expansión de la educación media y superior, el acceso a la sociedad y economía del conocimiento, van gestando un nuevo proletariado intelectual que no requiere subordinarse a medios de producción ajenos y que presiente que la burguesía está dejando de jugar un papel "progresivo".

Hacia abajo, el proletariado industrial, minero, agrícola y de servicios continua manteniendo una importancia numérica y productiva aunque más reducida, pero otras figuras sociales lo acompañan, como los trabajadores intermitentes, temporeros(as), quienes no alcanzan a constituir plenamente el salario; las etnias, los campesinos pobres, los inmigrantes, las mujeres y las desigualdades de género, la tercera edad y los jubilados, los jóvenes de la primera y segunda juventud, etc. Esto crea nuevas líneas de confrontación y alianza a lo largo y ancho de la pirámide social”.

Hay aquí una descripción somera de la existencia de las clases, fracciones y grupos sociales. De esta manera el marxismo como instrumento de análisis de la realidad social, mantiene su plena vigencia, sin embargo como bien sabemos no basta con la caracterización social. Y es aquí donde Gutiérrez nos plantea observar las expresiones o representaciones políticas de lo social, pero desde la dinámica propia del sistema político y no como una descripción y explicación meramente estructural:


El sistema político chileno y la soberanía secuestrada

“Para quien observe e intente describir con objetividad el sistema institucional político chileno, resulta evidente que nos enfrentamos a un fenómeno de soberanía usurpada y secuestrada; a una democracia blindada y tutelada. En pocas palabras, la constitución del 80 es ilegítima en su origen y en sus procedimientos de reforma; el soberano, el pueblo nunca ha sido consultado en plenitud ni ha actuado jamás como sujeto constituyente. El contenido y el texto de la ley fundamental fueron impuestos por la fuerza de las armas. Esta ley fundamental permite la sobrerrepresentación política de los que tienen menos poder social, al tiempo que excluye a amplios sectores de la ciudadanía y la participación electoral real.

El sistema político basado en el binominalismo, solo permite la existencia de un centro (socialdemocracia, socialcristiano y liberal) y de una derecha, excluyendo a la izquierda, a quien condena y empuja a la marginalidad y la lucha extraparlamentaria. El sistema político institucional fue concebido para tolerar solamente la lucha interburguesa, la confrontación entre alternativas de centro y de derecha dentro de la clase política burguesa, excluyendo la presencia y participación de fuerzas políticas autónomas cuyo carácter social exprese los intereses del proletariado, el campesinado, los pobres de la ciudad y el campo, la pequeña burguesía, el nuevo proletariado del conocimiento.

De esta forma el sistema político excluye estructural e institucionalmente las alternativas políticas no burguesas. La lucha política tolerada comprende solo alternativas de centro y de derecha, es decir, el juego político se reduce a la lucha al interior de la concertación y la alianza por Chile y a la lucha entre estas dos alianzas que a lo más permite la alternancia en el poder. Los asalariados, los trabajadores, los más pobres y excluidos de Chile no tienen ni derechos ni posibilidades de ingresar a la zona donde se disputa el poder político real. La lucha política es un asunto propio del exclusivismo burgués”.

Frente a esta realidad de la preeminencia de la lucha interburguesa, Gutiérrez desde la coyuntura eleccionaria de las municipales del 2004 y presidenciales del año 2005 plantea una cuestión de la máxima importancia, que la lucha de clases se encuentra detenida:


"Chile o la lucha política de clases detenida.

Lo más característico del Chile actual es que la historia aparece como estancada, detenida. Estamos parados en medio de una gran operación de estabilización capitalista-burguesa, de congelamiento del "estado" del poder. La historia se detuvo en 1989-1990, el poder pasó de la burguesía más regresiva a la más progresiva, pero no ha continuado desplazándose para llegar aunque sea tímidamente hasta las clases dominadas. El traslado del poder se estancó en manos de la concertación y su conciliación con la derecha (Alianza por Chile). Catorce años de concertación muestra que ésta no llevará el poder más allá de los límites que se auto impuso en la transacción previa y posterior al plebiscito. El gran problema es ¿hacia dónde se moverá el poder en este período hacia la derecha lavinista?, si es así, ¿se configurará un momento regresivo. Se mantendrá en la concertación desplazándose hacia la DC o el PS? , entonces se mantendrá el estancamiento.

Con catorce años de concertación se demuestra que ésta por sí misma no pudo superar los límites de sus viejos arreglos y acuerdos con la derecha y el pinochetismo. Solo la emergencia de una tercera fuerza, de una nueva alianza de clases y fuerza social, de una izquierda del siglo XXI, podrá incorporar dinamismo a un sistema político institucional ya agotado a pesar de las nuevas reformas."

Por otra parte Nelson Gutiérrez hace una brillante síntesis desde la economía-política y desde la estructuración a partir del movimiento de los destacamentos y representaciones políticas, es decir desde la política misma, del proyecto socialdemócrata y como éste ha ido construyendo una camisa de fuerza que no permite desplazar el poder a las mayorías populares y comenzar a construir un modelo de soluciones estratégicas para los problemas endémicos del librecambismo y de la democracia oligárquica:


La vía concertacionista hacia el primer mundo (o el proyecto económico. N del A.)

“La economía chilena se sustenta en la total apertura al mercado mundial, amparada en el mito del libre comercio, que sostiene que el comercio más que la industria es la fuente principal de prosperidad de las naciones. Es una economía rentista basada en la exportación de materia primas con poco valor agregado y la importación de manufacturas y conocimientos con mayor valor. La Concertación propone al país "la vía chilena hacia el primer mundo", a través de este modelo primario exportador; lo que se conseguiría es llegar a una economía con mucho del tercer mundo, algo del ex segundo mundo, muy poco del primero y casi nada de la economía del conocimiento, la comunicación, los servicios. Una economía basada en el comercio tiende a tasas de crecimiento declinantes, bajos precios de la fuerza de trabajo, flexibilización, precarización del trabajo; lo que provoca un crecimiento sin expansión del empleo, concentra a niveles desconocidos la propiedad, produce y reproduce constantemente desigualdad social, mundializa o desnacionaliza la propiedad patrimonial, genera exclusión e inestabilidad estructural, pone a la cabeza del comando de la sociedad y la economía al capital financiero globalizado”.

Orden político y democracia:

“La democracia es el poder del demos; del pueblo, es decir de la colectividad y presupone la igualdad efectiva de la participación de todos en la toma de decisiones.

En un orden político oligárquico, es una capa reducida y definida la que domina la sociedad, su carácter liberal le viene dado porque consagra a los ciudadanos una cierta cantidad de libertades negativas o defensivas. La Constitución del 80 y sus reformas últimas, fueron concebidas, gestadas e impuestas sin la participación del soberano, el sujeto constituyente, el pueblo. Ella otorga más poder político a los que tienen menos poder social. Posibilita que la esfera pública-pública, la Asamblea del Pueblo, el Gobierno, los Tribunales, las Fuerzas Armadas, es decir, el espacio donde delibero con los otros para decidir y estas decisiones son tomadas por el poder público de la colectividad, está invadida por la esfera privada. Esto quiere decir, que las decisiones verdaderas se toman en un espacio, aislado y cerrado; la Casa de Piedra, la ENADE, las Federaciones y Confederaciones Empresariales, los Directorios de las grandes empresas, los centros del capital financiero local y globalizado; las agencias del imperio americano, etc. También significa que una gran cantidad de decisiones importantes han sido sustraídas a la esfera pública; como el Tribunal Constitucional, el Consejo de Seguridad Nacional; el Banco Central, etc.

Todas las constituciones son revisables, ello significa que sólo la actividad del constituyente en el caso de la democracia; el pueblo, puede poner límites a esa revisión. La idea de una constitución no revisable es un absurdo jurídico. En la Constitución del 80 quienes establecieron los límites del régimen político no fue el pueblo soberano, sino la oligarquía político - militar en el poder, o la autocracia en el poder, que concibió un poder para los menos, para sí mismos, sin tener que rendir cuenta a los otros.

La democracia es un régimen que se instituye y auto constituye explícitamente, que decide su ley fundamental y sus instituciones políticas, que toma las disposiciones necesarias de hecho y de derecho, para poder cambiar sus instituciones sin provocar una guerra civil o estallidos de violencia. Una constitución que no prevé los procedimientos y mecanismos, para el cambio de sus instituciones en acuerdo a lo que quiere el constituyente, no es una constitución democrática, ni puede dar origen a una democracia real. Tal es el dilema de Chile.

Como ya dijimos, la llamada democracia chilena se aleja de la democracia entendida como poder del demos, del pueblo, de la colectividad. Ese poder establece límites, se detiene en alguna parte, por eso la democracia es el régimen de la autolimitación, poder que solo pertenece al soberano, al pueblo. Los límites de la llamada democracia fueron establecidos, instituidos y constitucionalizados, por un poder autocrático, extraño a pueblo.

Los ideólogos de la democracia actual o del régimen oligárquico liberal, sostienen que la democracia y la libertad se sustentan en la existencia y respeto a la propiedad privada, la libertad de empresa, el libre mercado y la desregulación, escamotean el hecho que el funcionamiento de tales instituciones, no constituyen sino la máscara que pretende ocultar la dominación efectiva de una pequeña minoría sobre la mayoría. La democracia presupone la libertad y la igualdad, de lo contrario un gobierno del pueblo es impensable e imposible.

La libertad es libertad efectiva, social concreta, es espacio de iniciativa, movimiento, creatividad lo más amplio posible asegurado al individuo por la sociedad en todas las esferas de las formas de vida. La libertad concebida así implica la igualdad y viceversa. La igualdad en sentido social implica igualdad de derechos y deberes, de todos ellos, de todas las capacidades efectivas de obrar, de hacer y que dependen de cada individuo social. De este modo la desigualdad social es siempre también una desigualdad de poder, es desigualdad de participación en el poder político.

Por ello no hay libertad real sin igualdad de todos en la participación en el poder. En tal sentido, solo los hombres iguales pueden ser libres y solo los hombres libres pueden ser iguales. Libertad e igualdad son pre-requisitos para una participación efectiva en el poder político, en la toma de decisiones en la esfera pública, en la construcción de una democracia real, concebida como gobierno del pueblo, de la colectividad, de la multitud y como procedimiento institucional de toma de decisiones en que cada individuo, cada ciudadano pesa lo mismo.

Nada más alejado de la actual democracia chilena, basada en una desigualdad social estructural y creciente, en la polarización entre unos pocos ricos y los pobres, en la concentración de la propiedad en manos de unos pocos y en la privación de la inmensa mayoría. La libertad y las libertades se concentran también en manos de unos pocos, de una oligarquía, que detenta la suma del poder, condenando a otros a la ausencia de poder o a un poder en extremo limitado.

A ello se une un sistema electoral binominal, que fue pensado para otorgar más poder político y electoral a los que tienen menos poder social, menos colectividad de respaldo. Fue diseñado para encerrar la lucha política entre alternativas burguesas y para excluir de toda participación en el poder a los que pueden cuestionar la propiedad privada, el libre mercado, el capitalismo y el dominio incontrastable de la burguesía. El sistema institucional político solo permite la existencia de una derecha: Alianza por Chile (RN-UDI) a futuro Alianza Popular y un centro; Concertación (DC, PS, PPD, PRSD), excluyendo a la izquierda y toda fuerza autónoma de la burguesía. El sistema binominal fue concebido para tolerar solo la lucha interburguesa, con el propósito de garantizar un largo período de estabilidad capitalista y hegemonía democrático burguesa de los procesos políticos.

Hoy la dirección burguesa de la sociedad chilena inicia un camino hacia la re-legitimación del sistema institucional político heredado de la dictadura, mediante la introducción de una serie de reformas. La nueva clase dominante chilena y sus expresiones políticas, Concertación y Alianza por Chile, tienen un gran acuerdo respecto a la defensa de la propiedad privada, el libre mercado, el libre comercio, la desregulación; un régimen político sin nueva constitución, una democracia restringida con un "demos" mutilado, jibarizado, con una oligarquía o elite liberal gobernante, un sistema binominal, etc.

(…)La sociedad chilena y las fuerzas políticas del centro y la derecha son alianzas políticas sin grandes proyectos de futuro, sin utopías y para quienes el capitalismo y el libre mercado constituyen la estación final de la historia. El bicentenario convoca a hacerse parte del primer mundo, y a construir una sociedad a imagen y medida del empresario capitalista.

La derecha se olvida del cambio y se centra otra vez en el empresario y el crecimiento, al tiempo que toma nota de que las desigualdades crecientes que comienzan a amenazar a largo plazo la estabilidad capitalista y la hegemonía burguesa. Sus sueños truncados de alternancia en el poder los vuelcan hacia proyectos de unificación política y atracción clientelística de sectores populares, ese es el propósito de Longueira y Allamand de fundar el partido Alianza Popular.

Entre tanto el empresariado más consciente y moderno en la proyección y defensa de sus intereses, considera a la Concertación como una forma y expresión política en sintonía con sus proyectos e intereses. Felipe Lamarca, ex Presidente de la SOFOFA y la Confederación de la Producción y el Comercio, Ejecutivo o principal del grupo Angelini, señala que así como no tuvo temor a un gobierno de Ricardo Lagos, tampoco dejaría de votar por Michelle Bachelet, si ésta presenta un proyecto coherente y otorga seguridades de futuro.

El PS con el PPD es parte orgánica de la nueva clase dominante local. La Bachelet es de hecho la candidata de la derecha del PS y el PPD, cuenta con la aprobación y el apoyo de parte importante del gran empresariado partiendo por la nueva cabeza de la Confederación de la Producción y el Comercio, Hernán Somersville ahora bajo la hegemonía del capital bancario y financiero.

Más allá de eso, Bachelet representa el esfuerzo futuro más consistente para resoldar la unidad política de la clase dominante, mediante el blanqueo de las FFAA y de Orden, su "subordinación" al poder civil y el otorgamiento de márgenes mayores de gobernabilidad estatal y social a Chile. La suerte de los de abajo depende como siempre de sus propias fuerzas, de su iniciativa y de la capacidad que gane para pesar de nuevo en el balance nacional de poder “.

Palabras Finales

Para terminar este breve texto presentación de una parte del pensamiento de Nelson Gutiérrez y al decir de Pierre Bourdieu, tratar desde el autor de ser un auctor o aplicador mas o menos lúcido de lo que el propio autor plantea, en primer lugar creo que la actualización del pensamientote de Gutiérrez es una necesidad histórica desde la lucha teórica de clases, es decir hoy más que nunca se hace imperioso, reformular el análisis a partir de la matriz de pensamiento de Gutiérrez que a su vez es parte constitutiva y heredera del pensamiento mirista enriquecido. Es absolutamente necesario, como lo he tratado de realizar en mis cerca de 100 columnas para G80 el ir describiendo y explicando los procesos de la lucha de clases, especialmente en relación al estado de la lucha interburguesa y a la configuración o no de una nueva alianza de clases y fuerza social de izquierda autónoma que marcará y construirá momentos históricos y políticos progresivos, regresivos o de estancamiento de la lucha misma.

De esta manera lo que vengo sosteniendo a lo largo de aproximadamente 20 años, tomando los análisis de Gutiérrez y enriqueciéndolos con otras miradas, es que especialmente desde el año 1990 a la fecha, uno de los errores estratégicos y críticos de la izquierda chilena, es que no ha logrado pensar y aplicar un método correcto de análisis de la realidad social y de la lucha de clases y por tanto no ha considerado en profundidad la importancia de la consecuente construcción de fuerza social y política autónoma.

El error de la izquierda correspondiente al período actual desde el año 2005 a la fecha, de aliarse paulatinamente a una de las fracciones burguesas menos reaccionarias del bloque de dominación, no es más que la repetición de la política histórica del error, que ha ido configurando no solamente la derrota de la izquierda y de las clases, fracciones y grupos sociales populares y mayoritarios sino a su vez ha ido frenando el desarrollo de la lucha de clases como un todo, como el proceso de traspaso del poder de los sectores más reaccionarios a los más progresistas de la vida nacional, y de esta manera, la izquierda misma no ha sido capaz de transformar la detención que ha sufrido el proceso de la lucha de clases, producto de la estrategia concertacionista de alianza con la burguesía financiera y los destacamentos más reaccionarios como la UDI y RN.

Es responsabilidad de la izquierda en su conjunto el desatar la camisa de fuerza que ha ido tejiendo el concertacionismo y la derecha en Chile. Y no es aliándose justamente a la concertación sino construyendo fuerza social y política propia, crecientemente autónoma de la lucha interburguesa y de sus destacamentos.

Finalmente por eso, la disyuntiva actual de votar o no por Frei no es sólo completamente ilusoria para las pretensiones democráticas y de justicia e igualdad social, sino que a es a su vez una trampa mortal, puesto que de ganar la concertación, tal como lo plantea Gutiérrez, no es más que el estancamiento del sistema político y económico imperante y la maduración de la unidad del bloque dominante y su vez un nuevo licenciamiento de las masas y de los destacamentos de izquierda por resolver la detención de la lucha política de clases .

De ganar la derecha y ciertamente ganará, y aquí hago una apuesta pero producto justamente del análisis, habrá un proceso de regresión de la lucha de clases en tanto se traspasará el poder de los sectores menos reaccionarios del proyecto burgués a los más reaccionarios, sin embargo y esto es evidente, permitirá que la incipiente izquierda progresista y los sectores de la izquierda histórica que erróneamente apostaron por Frei, comiencen a nuclearse en una fuerza social y política del orden del 25% y por primera vez después de 27 años comenzar a construir una izquierda y una fuerza social autónoma del centro político, es decir de la socialdemocracia, del socialcristianismo y de los sectores ultraliberales de la concertación.

En la lógica impecable de Gutiérrez esto significará poder imprimir una vección contraria al proceso de regresión de la lucha política de clases y de la lucha de clases en general, permitiendo sentar las bases, de modo simultáneo, de la construcción de una izquierda para el siglo XXI, de una fuerza social creciente mayoritaria y popular, y en lo fundamental transformar de una vez por todas la lucha interburguesa en lucha entre el pueblo mayoritario representado y los sectores burgueses y dominantes. De llegar a construir dicho escenario, el pueblo y la izquierda, volverán a gobernar Chile para en suma transformar el modelo económico neoliberal y el sistema político oligárquico en una modelo de economía social y en una democracia de masas o de mayorías.