viernes, 27 de agosto de 2010

En nuestro Bicentenario: La Historia VIVA, VIVA la Historia


x Fesal Chain

Estoy leyendo Bolívar en Vivo de Francisco Herrera Luque, escritor venezolano ya fallecido, quien fuera Médico-psiquiatra, novelista, ensayista y diplomático y que como escritor, se dedicó fundamentalmente a la novela histórica documentada. El prólogo de esta novela póstuma lo escribe Luis Britto García (Caracas, 1940) también escritor venezolano, Premio Casa de las Américas en 1970 y Premio Nacional de Literatura en 1980.

Luis Britto hace una más que excelente caracterización de los tipos de Historia, que comúnmente se enarbolan, y su correlación con las etapas de cada ser humano: La Historia como bostezo; La Historia como ensueño; La Historia como pesadilla; La Historia como sueño eterno. Y las contrapone a su propuesta de Historia viva.

En la Historia como bostezo, nos dice: "Cuando éramos niños, la Historia cumplía la doble función de regalarnos los días de fiesta nacional, y de estropearlos obligándonos a asistir a los actos conmemorativos. Nos iniciamos así en la pedagogía del bostezo.(...) El bostezo cierra la mente y abre la boca: así se cuelan en ella las moscas de los oradores de orden y de los jefes de protocolo".

A la Historia como ensueño tan propia de la adolescencia, se accede "como postración adoratoria, como estupor incesante de la sublimidad. Pues para quien maquilla la historia como ensueño, todo cadáver es exquisito. No hay en ella mala intención ni mal aliento: todo relumbra, todo brilla, todo está desinfectado".

Y continúa. "Así quienes sobrevivimos a la diabetes de la Historia como ensueño, accedemos a la septicemia de la Historia como pesadilla", que "pinta el pasado con las tintas más negras, para que la oscuridad del presente parezca, por contraste, luminosa".

La Historia como sueño eterno, "por excelencia narrativa del poder y desde el poder, deviene así como reportaje de la transformación que se aplica como coartada de la parálisis"

Finalmente Britto contrapone a todos los tipos de Historia anteriores, o como las denomina, a dichas anti-historias, la Historia Viva, es decir aquella que "baja a los personajes de sus altares panegíricos o los levanta desde sus quintas pailas historiográficas, rebajando las tintas rosadas y dosificando las negras hasta saber pintar volúmenes con ese claroscuro que llamamos realidad".

Me temo, y vaya que es un temor casi horripilante, que la gran mayoría de los chilenos y chilenas no han pasado las dos primeras etapas siquiera. Como niños que somos, estamos más que embutidos en la pedagogía del bostezo. Con ese chauvinismo estilo "Si Vas para Chile" o de Guerra del Pacífico y "el Huáscar es nuestro", nos paseamos por efemérides fechas, nombres sin contenido y creemos o diría más bien, muchos creen, desde una mirada derechista ingenua que raya en el fascismo, en la historia vulgar de Frías Valenzuela , de Walterio Millar y de otros un poco más elaborados como Gonzalo Vial y los historiadores conservadores. Pero no sería nada si los chilenos y chilenas sólo creyeran a pie juntillas en estas vulgarizaciones. Lo que realmente pasa, es que piensan y actúan a través de ellas. Así Chile se ha transformado para no pocos compatriotas, en la Copia feliz del Edén y laTumba de los Libres, cuando los cadáveres, los torturados, los presos, los perseguidos y marginados bajo gobiernos de todo signo, van aumentando la fosa común de la Historia viva.

De la Historia como ensueño, la adolescente izquierda chilena es su más eminente representante. La postración adoratoria a todo aquello que alguna vez fue, es desquiciante. De hombres y mujeres de carne, hueso, con emociones y razones, ha transformado a sus líderes espirituales y materiales en estatuas. Allende se ha sintetizado sólo en su último discurso. Nada de aquel Allende de Lira Massi, bien terneado, galante y seductor con las mujeres o lisa y llanamente un hombre contradictorio, rico en matices y gozador de la vida. De Miguel Enríquez se puede decir lo mismo. Se lo ha convertido ( a excepción de algunos intentos lúcidos como el de Carmen Castillo en su libro Un día de Octubre en Santiago y en sus Cortometrajes) como un monstruo racional sólo dedicado a la estrategia, e incapaz de acostarse en una cama con sus hijas a mirar El Zorro o los monitos animados como efectivamente lo hacía, y se ha querido borrar su martirio como un acto de amor a su mujer, por la que no escapó de su último enfrenamiento para protegerla en su embarazo. Para que hablar de Fidel Castro, el Ché y otros. Serían verdaderos máximos ejemplos de virtud, pero sólo de eso. No habrían errores, caídas, zonas oscuras, nada.

Lo peligroso e imperdonable de esta mirada del mundo propio, en la que por supuesto el adversario y enemigo es depositario de todo lo negro y aberrante, es que la izquierda no sale de su adolescencia. Por ello mismo es de una postura que puede desesperar a cualquiera. Nuestros hijos son encantadores, (pero a su vez todos quienes tienen que convivir con un adolescente, podrán saber a que desesperación me refiero). De esta manera su política paradójicamente se ha convertido en una seguidilla de histéricas marchas y griteríos y hemos involucionado enormemente,desde una mirada integral y madura del mundo, emocional y racional, a una mirada meramente agitativa y reactiva como jóvenes enrabiados y frustrados frente a la pérdida de lo maravilloso.

Las dos últimas Historias no son monopolio de nadie en especial, pero si se evidencian demasiado en la izquierda renovada. La dictadura fue la noche más negra de nuestra historia reciente, es cierto, pero que la socialdemocracia la ha ocupado para que el presente parezca luminoso es más que evidente. Así los asesinatos, la tortura, la vigilancia y el control, y a su vez la corrupción y la negligencia, es decir la inoperancia e irresponsabilidad pública y el terrorismo de estado bajo la concertación, serían fenómenos entendibles, en la medida que no fueron más que tenues reflejos de las negrísimas tintas del pasado.

Además y como corolario, la concertación y la centro izquierda se han especializado casi hasta el hartazgo, en la mirada e interpretación como sueño eterno. Estuvimos durante 20 años y debemos retomar el camino, ya pasada la nochecita gris del Piñerismo y del neopinochetismo, a la transformación lenta pero perpetua, a las reformas y a la protección social, que paso a paso nos llevaron y nos llevarán al mundo feliz. De esta manera, la transición democrática y la hegemonía socialdemócrata, serían el reportaje de la transformación, que esconde toda la parálisis neoliberal, toda la parálisis de una democracia pinochetista que no han sabido ni querido cambiar, de una vida que no es sino sobrevida para los mayoritarios y privilegios para los dominantes y una clase media politizada que ocupa el aparato estatal.

Espero que este breve artículo contribuya, dentro de su limitaciones de espacio y también reflexivas, a levantar la Historia Viva, es decir, como afirma Britto, a rebajar las tintas rosadas y dosificar las negras hasta saber pintar volúmenes con ese claroscuro que llamamos realidad.

martes, 24 de agosto de 2010

A propósito del 24 Congreso del PC: Cómo construir una alternativa entre la socialdemocracia liberal y la izquierda radical


de Fesal Chaín, sociólogo

En pleno período del Congreso del Partido Comunista, que en su convocatoria invita a militantes activos, no activos y a amigos a dar sus opiniones en Congreso Abierto, creo necesario por lo mismo fijar mi posición en lo que concierne al desarrollo del partido como instrumento de transformación social y política.

En la convocatoria al XXIV Congreso se plantea:

"La democracia y el socialismo han sido nuestro norte. Luchamos contra la dictadura de Ibáñez y fuimos parte del breve pero fecundo gobierno de Pedro Aguirre Cerda. La traición de González Videla, que nos llevó a la ilegalidad por una década, no pudo impedir que nuestras demandas pasaran a ser las exigencias de todo un pueblo movilizado por sus derechos, que en pocos años logró una gran victoria junto al Presidente Salvador Allende cuyos logros históricos, como la nacionalización del cobre y su ideario político y social perduran en la conciencia y voluntad de lucha de los chilenos y que, en diversos países, sirven de sustento a la emancipación de sus pueblos. Nos jugamos por entero, en la primera línea, contra la dictadura oprobiosa de Pinochet y los conspiradores civiles y militares que la provocaron, contribuyendo decisivamente a su derrota".

A pesar de que pueda parecer un párrafo muy general, es importante. Establece una cuestión esencial y que es la no escisión entre la lucha por el socialismo y la democracia. Al respecto esta unidad es clave. Pues si bien la democracia representativa de carácter democrático-burgués es tremendamente limitada y en especial para todos los sectores postergados y las clases subalternas del capital, es a su vez, por experiencia histórica y cultural, un estadio que permite, sino el avance arrollador de estos mismos sectores y clases, al menos una base de sustentación y un espacio de mayor capacidad de maniobra de los dominados, en espacios de mayor libertad y respeto por los derechos humanos que en dictadura. Ya sabemos que en las dictaduras inclementes, se produce una inflexión enorme de la lucha de clases y una avanzada de los sectores más reaccionarios con sus instrumentos de dominación al desnudo. Genocidio, torturas, represión focalizada y generalizada. Evidentemente el paso cualitativo a una democracia social no está garantizado en la democracia de carácter parlamentario y de dominio de los de arriba, sino se piensa, trabaja y lucha desde una acción transformadora de carácter socialista, pero sin caer en etapismos, es posible afirmar que un avance pleno en la socialización de las libertades y de los derechos políticos y económico-sociales, es bastante menos posible y más traumático para el pueblo en un régimen dictatorial.

En el párrafo citado, se establece históricamente, la gran diferenciación con las izquierdas liberales y las izquierdas radicalizadas. El tema es largo, pero si por una parte la socialdemocracia liberal ha fijado a la democracia representativa y el mercado como el mejor de los mundos posibles y afirma su vocación mínimamente reformista desde ella, por otra parte la izquierda radicalizada, se pone al margen de la lucha política de clases, es decir al margen de la lucha democrática, tratando de imponer el carácter proletario de la lucha escindido de la democracia misma, de modo independiente, y transformándose a la larga en destacamentos militarizados que pretenden reemplazar a las fuerzas sociales y su correlación. Al respecto cuando fui invitado a una de las primeras reuniones de los Comités Comunistas, ese fue el aporte que traté de realizar, es decir el invitar a no convertirse en un pequeño grupo subsumido en la tradición pre-leninista, de guerra de trincheras. Sin ánimo de denostar las legitimas diferencias de aquellos que en definitiva y fundadamente, se retiraron del partido en la coyuntura que fue desde los Pactos por Omisión al apoyo a Frei, creo que el haberse restado a la lucha de ideas al interior del partido (por la fuerza de la exclusión partidaria también) los ha empujado justamente a una política de alianzas con los sectores de la izquierda radical pre-leninista.

Por otra parte se afirma en el documento de convocatoria o en el capítulo: LA MIRADA ESTRATÉGICA: EL OBJETIVO PRINCIPAL DEL PERÍODO."–Para las fuerzas democráticas de Chile, el principal desafío político actual es desplazar a la derecha del gobierno (...) Si en la Concertación, en el Juntos Podemos y otras fuerzas de distinto signo, incluyendo vastos sectores independientes, se impone la convergencia como la forma de generar una nueva mayoría nacional, para realizar las transformaciones democráticas que requiere el país, entonces podríamos proponernos alcanzar un gobierno de nuevo tipo(...) En el plano político, nos referimos especialmente a la Concertación y al movimiento de Marcos Enríquez".

Es en el párrafo donde se levanta la tesis fundamental de la Convocatoria. En un mensaje a Manuel Loyola y sus análisis sobre la misma, le planteo, acorde a mis propios artículos sobre el partido, en relación a la estrategia de la dirigencia desde el Pacto por Omisión hasta ahora, que: " Por mi parte he dado un nuevo giro a ciertas cuestiones que puedes leer en mis últimos artículos, sin embargo y posiblemente por mi lenguaje, no he logrado hacer entender a muchos que no soy de blanco y negro. Es decir ciertamente creo que hay al menos una tercera posición en esto (...) y creo que podemos(...) encontrarnos en ella también. (...) Creo con mucha firmeza que hay una salida entre la concepción de una social democratización de carácter paródico (a la que se refiere Loyola) y de aquella más radicalizada que sólo ve en el pasado de los 80 y 90 una salida." Y el nuevo giro al que me refiero no es la adopción mecánica de las tesis de la dirigencia y de la Convocatoria, pero tampoco el renunciar al instrumento partidario para hacerme parte de la izquierda radical, sino, por una parte el reafirmar mi participación al interior del partido, sin dejar jamás de realizar mis análisis y críticas a lo que considero un error político histórico. Y por otra recoger como lo hago en este artículo algunas afirmaciones de la convocatoria (con todas sus deficiencias) que considero correctas.

Decir que "si en la Concertación, en el Juntos Podemos y otras fuerzas de distinto signo (MEO y PRI, nota del autor),incluyendo vastos sectores independientes, se impone la convergencia como la forma de generar una nueva mayoría nacional, para realizar las transformaciones democráticas que requiere el país, entonces podríamos proponernos alcanzar un gobierno de nuevo tipo", es plantearse por una parte la única posibilidad de alianzas. En Chile la existencia política más allá de los tres tercios no existe o no tiene fuerza real. En el sentido de lo anterior, nadie puede negar que la persistencia en los pactos electorales, de los acercamientos simbólicos y operativos a sectores de la concertación, ha sido un intento por sacar al partido de su posiciones más aisladas del pasado. Lo que yo siempre he criticado en este intento, son dos cuestiones fundamentales: Por una parte el sobregiro de la dirigencia por demostrar que los comunistas son parte integrante del sistema político, sobregiro que ha hecho que finalmente terminemos como un partido virtualmente integrante de la coalición hoy opositora, levantando alternativas presidenciales y apoyando alternativas parlamentarias de ellos, sin ninguna consideración a que estas alternativas han sido efectivamente liberales y reproducen el dominio del modelo a través de los sectores menos progresistas de la propia concertación.

Por otra parte y así lo afirmé en mucho artículos, que este sobregiro y también el acuerdo parlamentario, hizo que la dirigencia priorizara en una coyuntura crítica, justamente al freismo, en vez de alinearse con la izquierda progresista, que si bien no es socialista, era claramente opositora a la concertación y que su vez concitó como alternativa de izquierda, la mayor cantidad de apoyo popular. Ahora la dirigencia desea unir a todos los sectores. Por desgracia los deseos políticos no son la primera fuente de los resultados posibles. Si realmente se hubiese deseado la unidad de la izquierda, era claro que había que apoyar al Meismo y desde alli establecer alianzas políticas con la concertación. Claro está, que probablemente no se habría podido acceder al parlamento, y ese fue un costo que claramente la dirigencia sopesó.

Siguiendo con la convocatoria, también establece esta tesis del gobierno de nuevo tipo, que sería posible que la propia concertación o sectores de ella, se desmarcara de sus políticas neoliberales y reformistas. O si no, se entendería dicho llamado. Como le pregunté en la apertura del Congreso local al presentador de la Convocatoria y alto dirigente del partido, si realmente el creía posible que el Laguismo (en el más amplio sentido del término, como tradición socialdemócrata liberal, por no decir el Felipismo del PSOE, el padre hace poco en Chile) no continuaría siendo el sector hegemónico en la concertación y en la centro izquierda. Y también cabe preguntarse si sería posible que la concertación y los sectores no laguistas dejarían de levantar sus propuestas liberales, a menos claro está que se considere a Osvaldo Andrade, al Bacheletismo o a los sectores de Carolina Tohá como antiliberales, lo que sería un error político y conceptual. Del PRI ni hablar dado su evidente giro al piñerismo.

Así reafirmo que no es posible confundir una política de alianzas, necesaria para "desplazar a la derecha" y detener su estrategia de conformación de una "dictadura democrática y de un ultraliberalismo", con el Programa, Estrategia y Organización propia del partido, y una alianza estratégica con una de carácter táctica, y menos confundir los propios deseos de construir una nueva fuerza, con los cambios que eventualmente podrían realizarse al interior de la socialdemocracia liberal en su conjunto. Eso además de un error conceptual es dejarle lisa y llanamente la iniciativa política al otro. De hecho en mi artículo: "Unidad, unidad, unidad", afirmo que frente a la configuración evidente de "un Estado policial, que tiene como objetivo la institucionalización de un Estado Vigilante (...) para construir(...) una Democracia de la Seguridad y el Control, es necesario la unidad de todas las fuerzas contra ese intento (es decir contra la específica configuración de la dictadura democrática de los reaccionarios o Uribización del sistema político). Pero también planteo claramente que "no se trata en definitiva,(...) de adoptar las estrategias de la socialdemocracia liberal, que mucho tiene de responsabilidad en la actual situación, al no haber tenido la voluntad política de desarmar el entramado jurídico y socio económico del pinochetismo y el no haber resuelto los problemas militares de la lucha democrática".

En otro artículo escrito por mí: "Por la recuperación de los comunistas para los trabajadores y para Chile", afirmo que"los dirigentes del partido, con la justificación de la exclusión política y vía pactos, cambiaron la política de alianzas y por su intermedio la estrategia del partido en su conjunto. Es decir (que han transformado paulatinamente) al partido en una fuerza socialdemócrata, subsumida en el camino de derrota de la concertación, de la que hoy difícilmente saldrán, ya sea porque quedaron atrapados en la tesis (actualizada) del frente antifascista (todos contra la derecha) o porque no lo desean (...).Que pasamos, sin solución de continuidad (...) de ser un partido profundamente crítico de la concertación y de la derecha, (ciertamente aislado), pequeño, pero creíble y con capacidad potencial de constituir y ser parte de una tercera fuerza social y política en Chile, a ser un mero partido parlamentario, sin verdadero arraigo en los grupos y clases subalternas, satélite de la socialdemocracia liberal concertacionista, perdiendo la preciada credibilidad, y la capacidad de dirección del nuevo proletariado chileno y de los sectores marginados de la "modernización" concertacionista de los últimos 20 años".

Finalmente en mi articulo "Luis Corvalán como interpelación fraterna de la Unidad de los Comunistas como una fuerza plural y flexible", estimo que es necesario levantar la propuesta integral "de la rica mixtura entre el pensamiento ligado a la vía chilena al socialismo, como aquel de todas las formas de lucha, reivindicando el derecho del partido y del pueblo a la resistencia contra todo tipo de opresión que podrá expresarse de los más variados, masivos y efectivos métodos de lucha" Y afirmo que "es necesario por parte de los dirigentes, cuadros, militantes y simpatizantes comunistas, realizar un esfuerzo consciente por ser capaces de reconstruir y dirigir colectivamente la unidad tan preciada (de la cultura comunista como partido), que nos llevará sin lugar a dudas a ser nuevamente un partido de vanguardia (real) y no meramente "progresista", plural e inserto en la institucionalidad, pero también en los territorios sociales de los trabajadores y pobres de Chile y con capacidad de amplia credibilidad, crecimiento y hegemonía cultural y política en el seno del pueblo".

Lo que estoy diciendo es que perfectamente posible realizar un consenso de la totalidad de los sectores comunistas, tanto al interior como el exterior del partido, que consideré legítimo romper el aislamiento de los comunistas con una amplia política de alianzas tácticas para tareas concretas, y así dejar de visibilizarnos como una fuerza meramente de choque y fuera de la lucha democrática real, pero a la vez siendo capaces de establecer alianzas estratégicas con los sectores más progresistas del NO para la reconstrucción de la izquierda y construir así una fuerza social y política de izquierda socialista y popular, y no subsumirnos por ningún motivo, en alguna vertiente liberal. Entre otras externalidades positivas, este camino nos garantizaría fortalecernos como cultura y partido.

De esta manera fijo mi posición, en desacuerdo con los sectores a mi juicio radicalizados y atrincherados de la política de izquierdas y también con aquellos que finalmente estarían por una alianza de largo alcance especialmente con la concertación o sectores integrantes de ella, que difícilmente dejarán su liberalismo reformista o directamente su modelo "PSOE".

A mi juicio es posible la unidad amplia social y política del pueblo, para detener a la derecha y desplazarla de su intento refundacional de una Democracia de la Seguridad y un modelo ultra liberal, pero a la vez es necesario ir construyendo un Programa, una Estrategia y una Organización no sólo de la revolución democrática, sino de las transformaciones necesarias al modelo socio económico y de democracia restringida como vía al socialismo,alineandose con los movimientos y partidos mayoritarios más críticos de la concertación y de la derecha, donde se hagan presentes a su vez amplios sectores sociales, como lucha territorial y no meramente comunal y como lucha de movilizaciones y de calles.

Es decir dar una lucha democrática no escindida de la lucha antiliberal y socialista y ser capaces de superar las diferencias internas, para dar un salto cualitativo en nuestra política, de manera autónoma de las alternativas organizativas socialdemócratas concertacionistas, como de la izquierda radical, y (re) situarnos en el sistema político chileno como uno de los ejes fundamentales de una alternativa real al sistema de dominación, como representantes y organizadores de los trabajadores manuales e intelectuales de Chile.

jueves, 19 de agosto de 2010

Decálogo de las amenazas y de la difamación. A propósito de la columna Decálogo del Comunista chileno del Sr. Gonzalo Rojas


x Fesal Chain

Gonzalo Rojas, ha escrito en el sitio blogs de El Mercurio del Miércoles 18 de Agosto, el Decálogo del comunista chileno. Ciertamente hay escritos y personas que no merecen ni siquiera comentarios ni espacios públicos donde mostrar sus garrapatas, es el caso del Sr. Rojas, sin embargo es interesante ir analizando sus guturales afirmaciones, de un odio parido sin precedentes al menos en los últimos años, a excepción de las columnas tristemente célebres del Sr. Hermógenes Perez de Arce.

Nada sería demasiado importante, sino es porque esta columna llena de difamaciones y amenazas que rayan en la histeria, no fuera parte integrante de una seguidilla de imprecaciones del anticomunismo chileno, durante las últimas semanas. Las acusaciones de vínculos entre los diputados comunistas y las FARC han sido enarboladas por los honorables Hernán Larrain y Patricio Melero, junto al inefable Jovino Novoa de la UDI, y entre otros próceres de Renovación Nacional, por el Sr. Carlos Larraín, el Ministro del Interior Hinzpeter y el propio Presidente de la República Sr. Piñera. Todas basadas en un "dossier" del gobierno colombiano de Uribe realizado a partir de la información sacada de de dos discos duros y dos USB del computador del asesinado Raúl Reyes, uno de los líderes de las FARC. No está de más decir, que ya en mayo del año 2008, la propia Interpol afirmó que los ordenadores de las FARC fueron manipulados por los organismos de seguridad del gobierno de Uribe, en un informe publicado por el diario El País de España, como referencia es posible leer el siguiente sitio:

http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?5844

La cuestión es que la derecha transformista, esa que gritó por todas partes que era democrática, que estaba por los acuerdos y la unidad nacional, ha mostrado su puño de hierro, al hacerse eco y partícipe de las diatribas de la UDI, hasta llegar a comprometer al propio Presidente de la República en la operación. Tampoco está de más decir que el Sr. Piñera en reuniones con el nuevo gobernante colombiano Santos, ha establecido relaciones y planes de inteligencia al más alto nivel, para justamente trabajar en torno a la tesis de las relaciones ideológicas y operativas de las FARC con el Partido Comunista de Chile y las organizaciones mapuche.

Bien, teniendo claro el marco de esta operación, los invito a analizar partes claves del artículo y observar sus alcances, no por cierto al voleo:

"(...) Nunca dirás la verdad, la mentira te hará libre. Con la verdad serás capturado por fiscalías y servicios de seguridad. No faltará un valiente diputado Melero que te exija aclarar el vínculo con las FARC o con el narcotráfico, con el terrorismo indigenista o con la toma de liceos. Pero con la mentira seguirás siendo libre, en la calle, en el Congreso y en todo lugar. Miente bien: los terminarás agotando, y quizás algunos te creerán".

Se deduce de las palabras del Sr. Rojas en este párrafo, que el Partido Comunista de Chile tiene no sólo relaciones con las FARC, sino también con el narcotráfico y con grupos terroristas indígenas. Pero no sólo afirma con subterfugios lo anterior, sino que establece que las relaciones preferentes son con los diputados electos y en ejercicio del Partido ("en el Congreso"), es decir con Lautaro Carmona, Guillermo Teillier y Hugo Gutiérrez. Y además hace un llamado, frente a esta verdad, a las fiscalías del nuevo sistema penal y a los servicios de seguridad, es decir a la ANI, a investigar y capturar si es posible a los diputados y a todo los militantes del partido (los que caminan por la calle). Y continúa:

"Usarás todas las fachadas posibles para victimizarte. Crearás la Asociación de Exonerados de Medios de Transporte; el Comité de Perseguidos del Mundo Rural; la Orgánica de Desplazados de la Cultura Alternativa; el Grupo Amplio de Reprimidos por las Fuerzas Opresivas. Dale con la imaginación, dale con los nombres; tres personas bastan en cada referente".

El llamado a la operación de inteligencia y judicial que hace el Sr. Rojas, que a estas alturas habría que preguntarse si tiene o no relaciones con los organismos a los que llama, es que toda organización social pueden ser fachada de una asociación ilícita entre el Partido Comunista, sus militantes y diputados, las FARC, el terrorismo indigenista y el narcotráfico, y por tanto que también serían susceptibles de ser investigadas y capturadas por las fiscalías y los servcios de seguridad. Sigamos:

"(...) Tolerarás sin mayor apoyo a quienes se mueven a tu izquierda: anarquistas, trotskistas, maoístas. Si ponen bombas,callarás. Si los detienen, exigirás sus garantías y pedirás un juicio justo para unos combatientes que facilitan tu imagen moderada. Te prepararás, eso sí, para explicar por qué hace 70 años exactos hubo que mandar a matar a Trotsky."

Aquí el Sr. Rojas afirma que el Partido Comunista, sus militantes y diputados constituyen una asociación ilícita terrorista, pues por una parte, serían cómplices por omisión de todos aquellos grupos que ponen bombas y que además, el mencionado Partido y abogados relacionados a él, tiene todo un sistema organizado para su defensa. Al respecto, no es posible en el nuevo ni tampoco en el antiguo sistema penal, exigir garantías y pedir juicios justos de manera efectiva para los acusados o procesados sino es haciéndose parte de los procesos, ya sea con querellas o abogados. Continuemos:

"(...)Exigirás todo tipo de reparaciones económicas del Estado a tu favor. Si en septiembre de 1973 te negaste a obedecer una orden de un superior militar siendo tú un infiltrado, hoy eres un patriota merecedor de recompensa. Pediste 520 millones de pesos como reparación, pero aceptas ahora la posibilidad de obtener sólo 130. La caja del Partido los necesita"

Este párrafo es críptico y es evidente que es un mensaje cifrado para personas en particular. Primero afirma que aquel que se negó para el golpe de estado obedecer ordenes de asesinato, torturas, desapariciones y otros crímenes contra la humanidad, podría ser infiltrado, obviamente del propio Partido Comunista en las Fuerzas Armadas y de Orden. La pregunta que se deduce de este párrafo, es quién es la persona o grupo de personas a las que se refiere el Sr. Rojas, que pidió o solicitaron 520 millones de pesos como reparación y terminaron aceptando 130 millones. Afirma también en este párrafo que además los recursos recibidos se los transfirieron al Partido Comunista. También habría que preguntarse quien recibió ese dinero en el Partido y por medio de qué cuenta o si fue por mano.

Acusaciones como pueden notar ustedes, sin nombre, gravísimas y que están destinadas a difamar, si es que no se prueban las aseveraciones, a muchísimas personas las cuales perfectamente se podrían querellar, partiendo por aquellos ciudadanos y ciudadanas que recibieron reparaciones financieras del Estado por ser víctimas de la violencia política y de sus derechos humanos.

Hasta aquí el somero análisis. Creo que esta columna del Sr, Rojas merece, más allá de la repulsa general del mundo democrático, una querella por difamaciones gravísimas y un recurso de amparo a los diputados nombrados y a la totalidad de los militantes comunistas. Como así también para los miembros de organizaciones sociales y culturales, sino otras medidas judiciales en contra de este terrorista de la palabra y difamador profesional. No podemos permitir que en pleno Estado de Derecho este tipo de personas haga tal cantidad de acusaciones, de manera tan irresponsable y por un medio de comunicación nacional, que al menos debería ser multado por este hecho.

martes, 17 de agosto de 2010

Unidad, unidad, unidad


X Fesal Chain, Sociólogo


¿Qué hacer frente a la dictadura democrática de los reaccionarios? La palabra que debe ser más que una palabra es UNIDAD, unidad política y social del pueblo.

Si ayer era preciso definir identidades, luchar por una tercera fuerza social y política y hacer entender a muchos que el camino de apoyo a la concertación y al freismo era el camino de la derrota, como así fue, hoy es preciso defender la unidad de todas las fuerzas sociales y políticas anti pinochetistas. Probablemente quienes me han leído y seguido en los más de 165 artículos en G80 y en otras páginas, podrán plantear que es este un contrasentido de mi parte o una contradicción interna y no los culpo. Sin embargo estoy convencido que cada día tiene su propio afán y que dada la vección o inflexión de la lucha política de clases, la tarea de la unidad social y política del pueblo se hace ineludible y que debe dejar atrás cualquier diferencia que no sea sustancial al tipo de democracia que queremos la inmensa mayoría de los chilenos y chilenas.

Porque si hay algo fundamental en el camino político de las fuerzas de centro y de izquierda, con todas sus carencias, errores, traiciones y logros menores durante el período concertacionista, pero que aprendimos en la larga noche de la dictadura, es que la unidad ha de construirse sobre el tipo de democracia que queremos y su profundización. Evidentemente no estamos ad portas de una dictadura militar, sin embargo tal como lo señalo en mi artículo "Chile seguro, barrio en paz o la dictadura democrática de los reaccionarios", los sectores más retardatarios de la vida política nacional, aquellos que dieron el golpe de estado y apoyaron la dictadura neoliberal pinochetista, hoy desde el poder estatal, han comenzado a avanzar fuertemente sobre la diversidad política y la ciudadanía corporizada en múltiples sectores sociales, grupos, movimientos y fracciones de clase.

Este avance de las fuerzas más retardatarias se expresa por una parte en sacar de los territorios sociales y políticos a las fuerzas de izquierda, expropiándolas de su derecho a la existencia y a la participación plena en el régimen democrático. No es azaroso que desde el propio Presidente de la República hacia abajo, se comience a acusar a los comunistas y a sus diputados, de estar coludidos con grupos y movimientos internacionales que ejercen la violencia como método de acción política. Porque se ha generado el escenario más duro cuando el propio Presidente de la República interpela al Presidente del Partido Comunista con "informes" de la inteligencia colombiana al respecto.

No repetiré el análisis de mi articulo anterior ya nombrado, pero el gobierno derechista ha comenzado a ejercer a su vez múltiples acciones enmarcadas en planes bien precisos, que dan cuenta de su vocación central por considerar la democracia política como un mero instrumento que le permita emplazar sus propias fuerzas y sus visiones particulares en el ámbito de la configuración de una ciudadanía y sociedad restringida, a la que hay que vigilar y reprimir duramente si se hace necesario para lograr los fines de un disciplinamiento acorde a sus intereses y diseños.

Queridos y queridas amigas que se dan el trabajo de leerme. Lo digo con humildad, si en algunos de mis artículo he logrado captar con cierta anterioridad los sucesos políticos que se pudieron dar en un momento determinado, creo que hoy puedo apelar a dicha capacidad para decirles a ustedes que estamos en una situación de peligro inminente. La de la conformación de una segunda avanzada histórica de la derecha chilena contra los sectores sociales y políticos del centro y la izquierda en su conjunto, y el intento de profundizar e institucionalizar el modelo de la Democracia restringida y tutelada. Ya no es necesario como se ha demostrado en Colombia, bajo el gobierno terrorista de Uribe, dar golpes de estado para controlar a las clases y partidos que expresan la profundización democrática y el avance social de los mayoritarios. Hoy por desgracia, es posible hacerlo con las propias herramientas de la democracia restringida, con sus leyes y mecanismos de coacción.

Si ayer afirmé en mi artículo "No a la alianza con el centro político (A propósito de la editorial de La Nación Domingo¿Dónde está la izquierda?)", "...que la unidad del centro y la izquierda no es sino la estrategia de división y subsumisión de la izquierda a la propuesta del neoliberalismo democrático y no una vocación unitaria, programática y de fondo para reformular la alianza gobernante y transformarla en una verdadera coalición de izquierda anti neo liberal", hoy planteo con la misma fuerza y dado que ciertamente "en Chile se está configurando un Estado policial", que tiene como objetivo "la institucionalización de un Estado Vigilante (...) para construir (...) una Democracia de la Seguridad y el Control", que la unidad de todas las fuerzas contra ese intento es fundamental. Si en el pasado fuimos capaces de aunar las voluntades y combinarlas contra la dictadura, sin que por ellos significase, al menos durante gran parte de la lucha, que dejábamos de lado nuestras identidades y propuestas, hoy es aún más posible hacerlo.

Porque si en mis artículos anteriores fui capaz de criticar la estrategia de los dirigentes del Partido Comunista, por considerarla ineficiente para los objetivos de avanzar a una mayor equidad y justicia social, al apoyar a los sectores de la concertación que a mi juicio eran retardatarios al cambio del neoliberalismo, hoy soy capaz con la misma independencia de juicio, de reconocer frente a la actual avanzada ultra derechista, como justo el diagnóstico político de Guillermo Teillier en el en Acto del 98 Aniversario del Partido Comunista de Chile, cuando afirma que para detener a la derecha es necesaria " la unidad de las fuerzas democráticas y progresistas, todas ellas de centro y de izquierda, (que) es una necesidad para el país, considerando en ello la vital importancia de las organizaciones sociales que cada vez con más fuerza exigen respuestas claras frente a este imperativo".

No se trata en definitiva, y es esta mi posición también, de adoptar las estrategias de la socialdemocracia liberal, que mucho tiene de responsabilidad en la actual situación, al no haber tenido la voluntad política de desarmar el entramado jurídico y socio económico del pinochetismo y el no haber resuelto los problemas militares de la lucha democrática, pero podemos encontrarnos la izquierda histórica, con parte importante de las fuerzas concertacionistas de izquierda, con las fuerzas sociales y políticas de la izquierda progresista y de aún más a la izquierda, en un espacio común de lucha presente por las libertades individuales y sociales, por los derechos civiles, de las etnias, de las mujeres, de los ecologistas, de las opciones sexuales, de los distintos pensamientos políticos e ideológicos, por la democracia representativa y participativa plena, para en un futuro posible, desterrada la derecha del gobierno, comenzar a desarrollar fuertemente las tareas democráticas y sociales incumplidas por la concertación liberal.

Si no somos capaces de resistir, unirnos, organizarnos y luchar democráticamente contra la derecha y la ultraderecha y vencerla en el terreno de la lucha política, el retroceso de las fuerzas sociales y políticas populares y democráticas, será inminente, y el avance y consolidación de las fuerzas reaccionarias y conservadoras será sino definitiva, por largo tiempo.

lunes, 16 de agosto de 2010

Chile seguro, barrio en paz o la dictadura democrática de los reaccionarios


Fesal Chain, Sociólogo.

Podría fácilmente seguir el modelo de análisis que tantas veces he defendido y puesto en el papel-práctica. Pero esta vez creo que sería establecer una reflexión en extremo barroca, llena de vericuetos o, valga la redundancia, llena de datos. No es necesario. Todos ya sabemos que en este dominio binominal en el que vivimos los chilenos y chilenas, el poder ha pasado de los menos reaccionarios del socialiberalismo, a los más reaccionarios del neoliberalismo. Es decir, y sólo aquí me quedo con algunos conceptos del modelo de análisis que siempre he rescatado, ha pasado de los sectores transformistas del NO a los sectores transformistas y aún más derechistas del SI. Del liberalismo socialdemócrata a la chilena, al neoliberalismo de la derecha neopinochetista y pinochetista.

En pocos meses, con la justificación de la seguridad ciudadana y la lucha contra la delincuencia, que poco a poco se ha ido transformado en seguridad a secas y luego en seguridad interior, dirigida justamente por el Ministro del Interior, el gobierno derechista ha comenzado a ejercer lo que todo gobierno y todo poder ejerce consustancialmente, la vigilancia y el castigo, la violencia institucional. Pero esta vez de modo más extendido y aún más extremo que durante los 20 años concertacionistas.

Todo comenzó con "el agresivo plan de limpieza de barrios críticos tomados por el narcotráfico" como tituló La Tercera el 5 de agosto del 2010. Y continuo con la descripción del matutino: "Con una fuerte ofensiva en la intervención de barrios tomados por la delincuencia y el narcotráfico, el Presidente Sebastián Piñera y el ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter lanzaron ayer la estrategia de seguridad ciudadana para los próximos cuatro años. El plan nacional, bautizado Chile Seguro, aglutina compromisos, cambios legales, planes focalizados y reformas que involucran prácticamente a todos los organismos y entidades públicas del país.

Entre éstos, destaca el plan Barrio en Paz. Implica intervenir integralmente 100 barrios críticos por el alto nivel de compromiso delictual o de tráfico de drogas. Según la estrategia, se proyecta incluir, sólo este año, 33 sectores residenciales y otros 15 de índole comercial. Con Barrio en Paz, el gobierno planea obtener indicadores objetivos del resultado de la intervención en los sectores vulnerables. (...) La idea es identificar cada sector vulnerado mediante una evaluación que se hará sobre la base de dos criterios: análisis de datos delictuales en cada comuna (dónde ocurren los delitos, dónde viven los delincuentes y dónde se realiza el comercio de drogas), y otra de datos proporcionados por cada municipio. La etapa de intervención dependerá del tipo de delitos más frecuentes en el sector, apuntando a restablecer la confianza,"reforzando los patrullajes preventivos y la fiscalización del comercio", añade el documento explicativo preparado por Interior. A ello le seguirá el control ciudadano, en que se crea la figura del encargado de barrio, que será "un funcionario capacitado y dependiente del Ministerio del Interior". Por esta vía se fomentarán los canales de denuncia anónima de narcotraficantes y delincuentes organizados.También se incrementarán los puntos de control policial al tráfico y los centros jurídicos de apoyo a la comunidad. Luego, se aplicará la etapa de prevención, en que participarán otros organismos de la red de apoyo social del Estado". Hasta aquí el gobierno y La Tercera.

Se podría analizar este Plan desde la perspectiva propiamente de la Seguridad Ciudadana, es decir desde el cúmulo de encuestas, estudios y datos duros, como así también de la efectividad de los Planes y Programas realizados por los gobiernos anteriores, sin embargo no es el objetivo de este artículo. Por una cuestión muy simple, deseo apuntar al fenómeno propiamente político que trasunta, como lo planteo claramente en el segundo párrafo.

La pregunta central es si esta intervención integral de 100 barrios críticos, de 33 sectores residenciales y otros 15 de índole comercial para el año 2010, si el reforzamiento de los patrullajes preventivos y la fiscalización del comercio, así como el control ciudadano, en que se crea la figura del anónimo encargado de barrio, funcionario capacitado y dependiente del Ministerio del Interior, sólo apunta a dar una lucha contra la delincuencia organizada o no es sino, un modo no tan sutil de vigilar y controlar a la ciudadanía en su conjunto y especialmente a aquella que no tiene relación con el mundo delictual organizado, pero si con la oposición al modelo neoliberal y en especial al gobierno derechista.

Porque las acciones que hemos observado en estos seis meses, de reactivación del control de identidad en las calles, de vigilancia sistemática en barrios, y a su vez de represión policial directa y en espacios de actividad nocturna, con las consecuencias de detenciones masivas en algunas grandes ciudades como Santiago y Valparaíso, tiene más que ver, muchísimo más que ver, con el control y la vigilancia a la ciudadanía en general, donde entre otros individuos y grupos de carácter delictual, se pueden sobretodo encontrar los individuos y grupos antisistema. Y llegar a esta conclusión es muy simple, porque resulta que el mundo del delito organizado y el narcotráfico hace mucho tiempo que ha sido detectado y focalizado. No es necesario realizar una vigilancia a la ciudadanía en general para controlar, detener y reprimir al mundo delictual. A menos claro está, que las políticas de inteligencia del estado y de las policías, no tengan ni la eficiencia ni la eficacia que dicen tener al respecto. Entonces, justamente por falta de focalización y datos durosTENGAN que salir a buscar al voleo a los delincuentes en barrios y espacios nocturnos y que más encima TENGAN a falta de las capacidades mínimas, que confiar en informantes anónimos.

Sumémosle a estas acciones ya nombradas los siguientes datos y relacionémoslos: las acusaciones del mismo Ministro del Interior al Partido Comunista y en especial a sus dos más altos dirigentes, de estar coludidos con las FARC, es decir de acusar a dos Diputados de la República de terroristas, a la permisividad al propio canal del Presidente Piñera, de realizar una entrevista al más grande criminal de Chile de todos los tiempos, Manuel Conterras, dándole la oportunidad que ya se quisiera cualquier preso rematado, de defenderse de su actos delictuales públicamente, de sentirse orgulloso de sus actos, de pedir indultos para su subordinados y presionar al ejecutivo y al judicial para realizar los que denominó un justo proceso o la prescripción de las causas para él y el alto mando de la DINA-CNI. Sigamos sumando. La estrategia de las fiscalías de la reforma procesal penal en torno al caso bombas y los grupos anarquistas, de establecer primeramente presunciones para detener a personas, para luego generar acusaciones determinadas. Probablemente, y no digo que así sea necesariamente, algunos de los detenidos saldrán en libertad sin cargo alguno, como ha pasado también con los presos mapuche acusados bajo la Ley Antiterrorista y como pasó con la documentalista Elena Varela. (Ambas situaciones bajo los gobiernos de la concertación, que poco y nada ha dicho públicamente sobre las complejas consecuencias sobre la ciudadanía del Plan Nacional Chile Seguro y del Plan Barrio en Paz): Al respecto y también como parte del reportaje de La Tercera: "Consultado sobre el nuevo enfoque, el diputado PPD y ex subsecretario de Interior, Felipe Harboe, dijo que "los logros estadísticos conseguidos en la estrategia anterior, permiten ahora imprimir políticas más locales. Sólo me preocupa cómo se van a seleccionar los barrios". Vaya gran oposición y mirada alternativa, democrática y progresista.

En relación al caso bombas como se ha nombrado en los medios, y sin conocer en detalle la opción y participación política de la hija de Viviana Uribe, Bárbara, y contemplando la carta denuncia de Viviana con respecto a la detención de su hija, puede perfectamente llegar a ser, dado la discrecionalidad de la operación, una nueva Elena Varela. Llama la atención de que Viviana Uribe sea precisamente hermana de una detenida desaparecida, Bárbara Uribe Tamblay y una estrecha colaboradora del CODEPU y que en el allanamiento de las policías se hayan llevado documentación de esa Corporación.

Desde mi perspectiva y desde mi análisis, y no es necesario ser un especialista en Inteligencia para afirmarlo, hoy en Chile se está configurando un Estado policial aún más profundo del que vivimos bajo los gobiernos concertacionistas y sino con la anuencia de la oposición socialdemócrata, al menos con un silencio demasiado prolongado, donde los actores transformistas de la derecha y no transformistas de la ultraderecha y la institucionalidad reformada del pinochetismo pero plenamente vigente en su espíritu, comienzan a tener preeminencia y un rol aún más notorio que en los últimos 20 años.

De alguna manera se preparan a corto plazo los reaccionarios a dar frente con todas sus herramientas ideológicas y armas, ahora en el poder del Estado, a las posibles protestas y explosiones sociales de múltiples sectores sociales, grupos y fracciones de clase, colocando a todos los opositores legales e ilegales en un mismo saco (aún cuando Hinzpeter afirme que su lucha no es proscripción a las ideologías, sino a los actos delictuales, "por probar" agregaría yo, lo que sí hace justamente que su lucha y represión sea a las ideas) y a largo plazo, a usar la Seguridad Ciudadana como punta de lanza, para tal como lo plantea el Presidente Piñera y su Ministro del Interior, "aglutinar compromisos, realizar cambios legales, planes focalizados y reformas que involucren a todos los organismos y entidades públicas del país", pero afirmo con cierto grado de certeza, no sólo en el ámbito de la lucha contra la delincuencia como ellos dicen, sino en el superior ámbito de la institucionalización de un Estado Vigilante frente a la diversidad ciudadana legal y legítima, y frente a todos los sectores, grupos y clases para ellos conflictivos y refractarios a su manera de entender, diseñar y gobernar Chile, para construir así en definitiva una Democracia de la Seguridad y el Control, subproducto ejemplar de la Democracia protegida de Jaime Guzmán. Es decir, la dictadura democrática de los reaccionarios.