Fesal Chain
especial para G80
El siguiente análisis lo he realizado con los datos de la primera vuelta de las elecciones presidenciales entre los años 1989-2005, considerando además el plebiscito del año 1988 entre el SI y el NO. La razón fundamental de tomar las primeras vueltas de las elecciones es que estas muestran la totalidad de las fuerzas políticas y su despliegue electoral, la segunda vuelta en general, con algunos matices porcentuales es la expresión de los desplazamientos y alineamientos de las fuerzas políticas de la primera vuelta en torno a los Campos del SI y del NO que siguen siendo los Campos de análisis y de acción política fundamentales de la realidad política y electoral de Chile de los últimos 21 años.
Si observamos la Tabla 1, la Concertación desde el año 1989, en que se presentó como coalición hasta el año 2005 ha perdido 9,25 puntos porcentuales.Por otra parte la derecha como Alianza por Chile ha aumentado en 3,83 puntos porcentuales.
Lo que se denomina la Izquierda Extraparlamentaria se ha mantenido en el 4,7 a 5 puntos porcentuales promedio, considerando la votación de Max Neef como un caso "especial" donde confluyeron en su 5,6% votación tanto de la Concertación, como de la izquierda extraparlamentaria y de la derecha desencantada de los candidatos Alessandri y José Piñera. Por lo tanto y dado los resultados de las elecciones presidenciales posteriores, es aconsejable considerar la votación de la izquierda en el umbral del 5% y no considerar el 11, 5 % como representación histórica de esta.
Si observamos la Tabla 2 en la que se agrupan los datos de la Concertación y la Izquierda Extraparlamentaria como el Campo del NO y la votación de la derecha como el Campo del SI, podemos observar que el NO ha perdido 4,65 % y el SI ha aumentado en un 4,63% en el período 1988-2005.
En ambas tablas, sacamos la elección de 1993, a todas luces “sui generis”, tanto por lo que significaba el nombre de Eduardo Frei Ruiz Tagle, en su momento, que de alguna manera a nivel inconciente remitía a la figura de Eduardo Frei Montalva, como por los pésimos candidatos de la derecha y la aparición del fenómeno Max Neef ya explicado anteriormente, vemos en el gráfico una continua baja de la Concertación y una continua alza de la derecha hasta llegar en las elecciones del 2005 a sobrepasar a la propia Concertación en primera vuelta por una diferencia de 2,68 puntos porcentuales, fenómeno inédito desde el año 1958, cuando triunfó Jorge Alessandri sobre Salvador Allende.
En el grafico del SI y el NO se puede observar un continuo estrechamiento de la brecha con respecto al plebiscito del 88, hasta llegar a una diferencia de sólo 2,72 puntos porcentuales a favor del NO. El Campo del No sigue siendo mayoritario y siempre ha sido para la derecha muy difícil y hasta ahora no ha sido posible sacar votación de dicho Campo hasta llegar a construir un Campo del SI mayoritario. Considerando el importante dato de que la votación de la Izquierda Extraparlamentaria en primera vuelta se vuelca en segunda vuelta a la Concertación, lo que efectivamente sucedió en el año 1999 y también en la elección presidencial del 2005.
Ahora bien, en las condiciones políticas actuales, si el Campo del No sigue siendo mayoritario y en su interior dominante la Concertación, su triunfo no está asegurado ni mucho menos ni depende ahora de su pacto con la izquierda extraparlamentaria.
Al respecto, es importante considerar que dado los resultados de la elección presidencial del año 2005, la derecha requiere para llegar a obtener un 50% más uno de la votación un 2,32 puntos porcentuales, que según el padrón electoral actual, que dada su evolución, todo dice que se mantendrá en los 8 millones y fracción, significan aproximadamente 192.214 votos para triunfar sobre el Campo del NO y sobre la Concertación.
Lo que realmente cuenta como garantía de un triunfo Concertacionista es su unidad y cohesión interna, como operación básica, siendo el conglomerado que domina el Campo del No. Se requiere desde la perspectiva concertacionistas “además” de la unidad interna, los pactos y acuerdos con el Juntos Podemos que apuntan justamente a mantener la votación mayoritaria de la Concertación como destacamento dominante del Campo del NO.
La cuestión clave hoy es que no basta sólo el apoyo del Juntos Podemos, ya la izquierda extraparlamentaria no es garantía “per se” de un triunfo Concertacionista, ya que en estos últimos 2 años se han desgajado sectores de la propia Concertación que eventualmente podrían girar o volcarse al Campo del SI. Es decir que no votarían por ella en primera vuelta y en una eventual segunda vuelta. Es el caso de Chile Primero que dada las últimas elecciones de Alcaldes y Concejales al menos representa un 1% del total de la votación nacional y el caso de los partidarios de Adolfo Zaldívar que son aproximadamente un 7% de la votación nacional.
De esta manera, en este escenario de desgajamiento no es difícil preveer que al menos la totalidad de Chile Primero votará por la derecha y que una parte importante acaso un tercio del 7% de Zaldívar podría también volcarse a la derecha. Si así fuese entre un 2,5% y un 3% de la votación del Campo del No y específicamente de la Concertación podría engrosar la votación del Campo del SI y de la derecha y eventualmente hacerla triunfadora en las elecciones de este año.
Como comentario al respecto de la alianza Concertación–PC, esta alianza electoral y política tiene un sesgo “voluntarista” y por que no decirlo “ilusorio” si de ganar las elecciones se trata, dado los análisis realizados anteriormente. Más parece a la luz de los datos, una alianza para la derrota en las presidenciales, un acercamiento tardío y políticamente erróneo por parte del PC, si es que pretende con esta operación asegurar un triunfo Concertacionista o una derrota de la derecha. Y a todas luces es más bien una operación “parlamentaria” es decir de aseguramiento del PC y de los partidos del JP de cargos parlamentarios en el sistema democrático excluyente cuando la derecha sea gobierno.
Pero esta elección tiene otros flancos por donde la derecha puede triunfar, no todo puede ser explicado de una manera propiamente partidista y tampoco no se trata acá de comenzar a realizar el tan manido análisis en torno a lo que se denomina “los independientes”.
Sólo basta con observar que en el transcurso de este período analizado el NO ha perdido 4,65 % y el SI ha aumentado un 4,63%, es decir el caudal de votos que ha perdido la Concertación se ha volcado automáticamente al campo del Si y no a la izquierda extraparlamentaria. Existe este traspaso de votación del NO al SI. Ese 4,63% es masa de votantes o ciudadanos descontentos con la gestión concertacionista y acaso un sector social que ha quedado relativamente fuera de los procesos de modernización, en el ámbito material y también cultural y que cree en un gobierno de derecha podría tener más oportunidades de progreso y mejoramiento de su calidad de vida.
Tomando este dato fundamental y el desgaje de destacamentos desde la propia concertación y sumándole la enorme crisis económica de Chile, producto de la crisis mundial, pero que se agrava en el caso chileno por su modelo económico extremadamente abierto al mundo, no es difícil en esta coyuntura política y económica y dado los datos duros del análisis, que ese 2,37 puntos que requiere el Campo del SI para ser mayoría se vuelque justamente a dicho Campo y que la derecha logre un triunfo electoral incluso en primera vuelta después de 51 años.
Finalmente como dato anexo dado los últimos sucesos políticos en torno alas candidaturas, tanto el caso Enríquez-Ominami, como el de Navarro no son candidaturas que modifiquen sustancialmente lo planteado, en cuanto lo más probable es que de darse una segunda vuelta, ellos y sus seguidores optarían por votar por la Concertación desde donde provienen, al igual que la candidatura del JP de Jorge Arrate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario