viernes, 24 de septiembre de 2010

Mapuche


Fesal Chain

"Después de la transición pactada, la izquierda no se encarnó en el mundo de los oprimidos para seguir luchando. Y dejó que otros ocuparan ese terreno. La izquierda abandonó un proyecto político real y no educa al pueblo. La Concertación le allanó el camino a la derecha y operó con la Justicia militar. No buscaron las modificaciones legales. Viera Gallo, representando ante Naciones Unidas el año pasado al gobierno de Bachelet tuvo que responder allí a 24 cuestionamientos por el accionar que llevaron ellos contra el pueblo mapuche. ¿Cuántos puntos tendrá que responder Piñera? La práctica de la tortura, la muerte, y los allanamientos no comenzó ahora. Pero se agudizó. Porque la derecha ya tenía todo, sólo le faltaba el poder político. Ahora se intensifica el avance de las forestales y mineras, para seguir apoderándose de los territorios mapuche y otros pueblos. El Plan Araucanía que impulsa el gobierno, para nosotros es una copia en pequeño del Plan Colombia". Héctor Llaitul Dirigente de la Coordinadora de Comunidades Mapuches en Conflicto Arauco Malleco.(1)

Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Sin entrar en detalles, hoy todos los personeros de la clase política rasgan vestiduras y especialmente los de la concertación. Es una vergüenza. Pues lo afirmado por Llaitul es a no dudarlo, un diagnóstico acertadísimo del estado de la política y de la política de estado en Chile hacia los mapuche, al menos desde el año 1993.

Al respecto, un lector que no da su nombre real (Charlie) , afirma lo siguiente en un comentario de The Clinic digital: "En 1993 se aprobó la Ley de Desarrollo Indígena 19.253. (...) En 1997 sobrevino una (...) crisis. La empresa ENDESA España comenzó la construcción de una segunda central hidroeléctrica en la zona del Alto Bío Bío (con el nombre de Ralco). Algunos de los mapuche-pehuenche que habitaban la zona se negaron a abandonar sus tierras, amparados en la nueva legislación que exigía la autorización de la Corporación de Desarrollo Indígena (CONADI) para poder permutar tierras indígenas. Ante la negativa de este organismo gubernamental a aprobar dicha permuta, por ser atentatoria contra los derechos de los pehuenches, el Presidente Eduardo Frei destituyó al director de la CONADI y a la autoridad ambiental que también se oponía el mega proyecto. De esta manera, se inundaron miles de hectáreas de tierras y sitios sagrados para el pueblo mapuche-pehuenche.

Y continúa: En los tiempos de Ricardo Lagos mediante una operación de inteligencia llamada “Operación Paciencia” dirigida desde la Sub Secretaría del Interior presidida por Jorge Correa Sutil se sindicó a la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco, como una organización de carácter terrorista y fue perseguida como tal, encarcelándose a sus dirigentes. Ejemplos paradigmáticos de estos juicios fueron el llamado “Caso Loncos” -donde los Lonkos Pascual Pichun y Aniceto Norin fueron condenados a 5 años y 1 día de prisión por “amenaza de incendio terrorista” y el “Caso Puluco-Pidenco”- donde cuatro comuneros fueron condenados a 10 años y un día de prisión por incendio terrorista".(2)

En relación a la Operación Paciencia hay suficiente información pública en la red y merece atención especial para los desmemoriados el artículo del 12 Septiembre del 2008: "El Derecho Penal del Enemigo “Interno”: ¿Nuevo Plan de operaciones (“paciencia”) contra Mapuches?" en www. mapuexpress.net que reproduce la importante participación del Senador Alejandro Navarro en la Sesión 51ª, del miércoles 10 de septiembre de 2008 en el Congreso Nacional. Al respecto el Senador Navarro plantea: "Me resultaría un despropósito un nuevo plan de ese tipo hoy día, en tiempos de un Gobierno ciudadano de la Concertación y que efectivamente ha sido elegida para poder aplicar más democracia. A nuestro juicio, el “derecho penal del enemigo”, doctrina que propugna la persecución penal del “enemigo político interno”, no puede ser la inspiración del uso del instrumento represivo estatal. No es una sana doctrina".(3)

Pero prosigamos, en un artículo para La Jornada, del 9 Noviembre del 2009 titulado "Represión “progresista” contra el pueblo mapuche" de Raúl Zibechi, el gran ensayista y estudioso de los pueblos originarios de Latinoamérica, plantea: "El año 2009 puede pasar a la historia como el de la mayor ofensiva de un gobierno progresista contra un pueblo originario. El gobierno de Michelle Bachelet intenta frenar la recuperación de tierras del pueblo mapuche amedrentando a comunidades enteras con un estilo represivo que recuerda el terrorismo de Estado. En esta ofensiva, los niños mapuche son una de las principales víctimas de Carabineros y los Grupos de Operaciones Especiales que han militarizado la Araucanía.

Para quienes crean que mentar el terrorismo de Estado suena a exageración, vale la descripción de algunas operaciones represivas registradas por el Observatorio Ciudadano, ONG humanitaria situada en Temuco, en su trabajo "Hechos de violencia imputables a Carabineros que han afectado a niños mapuche en la región de la Araucanía (2007-2009)", que puede encontrarse en www.observatorio.cl

El informe relata 14 casos de violencia policial, varios colectivos, contra niños en comunidades mapuche. Llama la atención que la represión se dirige contra comunidades enteras, en supuesta respuesta a tomas de tierras, quemas de camiones y barricadas. (...) El informe cita otro caso, sucedido el 16 de octubre contra la escuela de la emblemática comunidad de Temuicuicui, mientras se realizaba una reunión de 80 comuneros con funcionarios estatales. “Sin aviso, y sin mostrar orden de allanamiento, los efectivos policiales que se movilizaban en un bus, una tanqueta y alrededor de 10 camionetas, procedieron a disparar balines y gases lacrimógenos hacia la escuela desde una distancia de 200 metros. El operativo policial, que tuvo una duración de 30 a 40 minutos, dejó alrededor de 12 heridos con balines de perdigones, y cerca de 30 personas con asfixia, la mayoría niños".

Continua Zibechi, "(...) Esta nueva oleada de luchas está anclada (fundamentalmente) en (...) la cada vez más estrecha alianza entre el Estado chileno, independientemente de qué partido lo administre, con los empresarios forestales, salmoneros y mineros. Los primeros son capitales chilenos, en tanto los otros dos son transnacionales, y son los más directamente implicados en el conflicto en la Araucanía, ya que los monocultivos de pino sepultan a las comunidades en un mar verde que las asfixia. Arauco, principal forestal chilena, se expande con plantaciones en el norte de Argentina y en Uruguay: en Misiones ya posee 10 por ciento de la superficie de la provincia y en Uruguay se ha convertido en el primer latifundista con 250 mil hectáreas, buscando zafar de un conflicto que le dificulta su reproducción".(4)

Hoy bajo el gobierno de la derecha chilena, no se puede esperar más que la básica política de la zanahoria y el garrote. Zanahoria para los mapuches "buenos" y garrote para los mapuche "malos". Así en el artículo "A propósito de la "mesa de diálogo" mapuche" de José Marimán para Azkintuwe del Viernes 24 de Septiembre de 2010, el autor nos plantea: "Así, se habla que: "No hay que confundir a nuestros pueblos originarios, a los mapuches que están participando en estas celebraciones, con los 34 comuneros que han tomado el camino equivocado" (Presidente Piñera, El Diario Austral, 09/18/ 2010). O sea, hay “mapuches buenos” que se comportan apropiadamente y hay “mapuches malos” que se comportan inadecuadamente. Y se hablará con los “mapuches buenos” excluyendo a los “mapuches malos.

(...) Los “mapuches buenos”, especialmente los partidarios del gobierno, no han desarrollado un discurso de interpretación de su situación al interior de la “sociedad” chilena. Ellos siguen el derrotero de las demandas tradicionales mapuche, concentradas esencialmente en la cultura, la aceptación social como individuos, y la economía (problema escasez de tierra). (...) Desde el punto de vista de los “mapuches malos”, si bien las demandas anteriores son parte del substrato de su propio repertorio reivindicativo, ellas se han quedado cortas a inicios del siglo XXI. La impugnación de ellos es principalmente política, con repercusiones en los otros planos reivindicativos mencionados. A través de sus reflexiones políticas (documentos o artículos de trabajo), ellos cuestionan el proceso todo de la incorporación política-militar; que habría buscado eliminarlos como nación étnica o pueblo étnico sujeto de derechos colectivos, para agregarlos al país como individuos (sin pasar por alto la expoliación territorial y el arreduccionamiento y posterior proceso de usurpación de esas tierras)".(5)

En el sentido de todo lo anterior, las palabras del Héctor Llaitul son precisas. Y si bien he tratado brevemente de hacer una descripción de las políticas estatales de los últimos 17 años, contra el pueblo mapuche, este artículo también tiene un objetivo mayor, por una parte el de desenmascarar a aquellos personeros y partidos políticos de la concertación que rasgan vestiduras frente al conflicto mapuche. Ellos fueron los principales precursores de la continuidad no solamente de la Ley Antiterrorista, sino de la aplicación de una política de enemigo interno frente al pueblo mapuche, con su reguero de muertes, torturas y represión indiscriminada. Por otra, un llamado a la izquierda que hoy pretende hacer alianzas con sectores de la concertación no sólo para hacer oposición a la derecha en este conflicto, sino para sacarla del gobierno, para que considere profundamente la vocación represiva y de inteligencia de la concertación contra el mundo social y el oportunismo que muestra hoy, y finalmente desenmascarar a la derecha chilena que siempre estuvo a favor las políticas y operativos altamente represivos de la propia concertación, que solicito más de una vez a través del Propio Sebastián Piñera un endurecimiento de las medidas tomadas, y que hoy desarrolla la vieja estrategia anterior y la de de dividir para reinar.

Por mi parte no meramente como analista, sino también como poeta y narrador, hago un llamado a las personas, grupos y sectores sociales de la sociedad civil, a no dejarse encantar por las melodías oportunistas de unos y de otros, y escuchar profundamente a Héctor Llaitul, leer su entrevistas y declaraciones, a mi juicio ahí están las claves del conflicto mapuche y de los modos de su resolución.

Tal como dice Llaitul: "el mapuche sigue viviendo la invasión, está bajo una dictadura militar. Hasta hoy no salimos de la ocupación ancestral de nuestro territorio por sucesivos Estados. Arrastramos históricamente la dominación. Estamos en miserables tierras bajo una legislación de ocupación. La posibilidad que el Estado ofrece de recuperar tierras es si hay título de merced, los cuales fueron concedidos después de la ocupación, por una mínima parte del territorio. Pero toda la tierra ancestral que se recupere, es considerada ilegal. El Estado no nos ha consultado ni antes ni ahora sobre nada; han resuelto el tema dentro de su estructura material, ideológica y cultural. Nuestra lucha mapuche apunta a sentar las bases para crear una propuesta de liberación nacional. Va ahí recién, en la creación de esas bases. Y eso pasa por darle un sustento político ideológico muy coherente a contenidos tan profundos como la demanda de territorio y autonomía, demandas que son la garantía final de los planteos históricos de nuestro pueblo. Esos son los ejes fundamentales para la reconstrucción de una nación".(6)





Notas:
(1)Fuente: http://periodismosanador.blogspot.com/2010/09/llaitul-nuestra-fuerza-nehuen-nos.html
(2)"Charlie", en el Artículo "En apoyo a los mapuches: ¡84 personalidades y dirigentes están en huelga de hambre!"The Clinic, 23 de Septiembre de 2010.
(3)Alejandro Navarro, "El Derecho Penal del Enemigo “Interno”: ¿Nuevo Plan de operaciones (“paciencia”) contra Mapuches?"en www. mapuexpress.net, 12 Septiembre del 2008.
(4)Raúl Zibechi, "Represión “progresista” contra el pueblo mapuche" La Jornada, del 9 Noviembre del 2009.
(5)José Marimán, "A propósito de la "mesa de diálogo" mapuche", Azkintuwe, Viernes, 24 de Septiembre de 2010.
(6)Fuente: http://periodismosanador.blogspot.com/2010/09/llaitul-nuestra-fuerza-nehuen-nos.html

jueves, 2 de septiembre de 2010

"Querido Nicolás" o las Discusiones que la izquierda chilena ni conoce.


x Fesal Chain

Palpo la frustración en muchos y muchas conciudadanas. No son mayoría, a pesar de que lo afirman, pero si son un ejército enorme de desencantados, y hoy por hoy, enrabiados seres humanos. Mi percepción, que va más allá de los sentidos, puesto que en rigor desde el análisis del mundo social también es posible hacer cuerpo el espíritu de una época, se nutre de mi propio desencanto. Claro está que yo siempre he estado desencantado. Pues es imposible del todo analizar la vida, y por supuesto transformarla desde el estar y ser maravillado. Pero no es nihilismo sino un deber de realidad, que se exige uno mismo para no confundir deseos e intereses con lo que pasa en el mundo.

En una entrevista titulada Mayo 68 visto por André Glucksmann, reproducida en el blog http://unatemporadaenelinfierno.net/, el filósofo francés que participo de la revuelta de Mayo plantea: “Sarkozy hizo campaña y fue elegido para romper con el orden, el estancamiento y el retroceso consecuencia de treinta y tantos años de inmovilismo de izquierdas, Mitterrand, y derechas, Chirac. Por el contrario, esa izquierda rancia que sigue aferrada a las momias de ideologías difuntas es la encarnación misma del estancamiento inmóvil contra el progreso. Y profundiza al respecto: "...esas izquierdas se montaron al carro de Mitterrand y la izquierda unida, que proponía “romper con el capitalismo y construir el capitalismo a la francesa”. Todas las izquierdas unidas tomaron el poder y precipitaron una crisis global de Francia. Todas las izquierdas gobernaron en solitario en Francia durante quince largos años. Fue Mitterrand, seguido de Chirac, quien precipitó la crisis nacional, el retroceso y el estancamiento, víctima del inmovilismo ideológico. Mayo 68 evitó a Francia la deriva terrorista a la italiana. Pero, a cambio, sumió al país en un estado de letargo absoluto. (...) Hoy, la izquierda se reivindica al mismo tiempo de Mitterrand y Mayo 68. Es absurdo. Esa izquierda dicen a los jóvenes: dormíos tranquilos, niños envejecidos prematuramente, la izquierda reconocida contempla en vuestros sueños su propia existencia extraterrestre. Esas izquierdas intentan rentabilizar el recuerdo con chucherías anti mundialistas, ecologistas, electorales. Y continúa, (...) Mitterrand y su banda fueron quienes convirtieron Mayo en una momia, utilizada con fines electorales propios...".

Mas allá por supuesto de la adscripción fácil de Glucksmann a Sarkozy, las respuestas en esta entrevista son más que reveladoras de la realidad chilena presente. En nuestro país ganó la derecha más transformista, aquella que de alguna manera se mostró como la más equidistante del pinochetismo. Eso no quiere decir que lo sea. Digo, se mostró. Sarkozy también se mostró equidistante de la ultraderecha, y fue capaz de elegir Ministro de Estado a uno de los símbolos de Mayo 68, a Bernard Kouchne. Y sin embargo hoy emplaza una política de migración con notorios ribetes racistas respecto a los gitanos y a su vez en plena campaña electoral reivindicó el gobierno colaboracionista de Vichy.

Y a pesar de todo lo anterior, efectivamente Sarkozy fue la salida que se dio la sociedad francesa frente al inmovilismo total de la centro izquierda. Tal como ha pasado en Chile. Sebastián Piñera, que no trepida en poner en práctica una Política de Seguridad neo dictatorial, (ver mi artículo sobre la dictadura democrática de los reaccionarios en G80), a su vez fue capaz de ganar las elecciones en Chile, justamente con un discurso que apuntaba al meollo del asunto, que no era sino la enorme crisis de eficiencia gubernamental y de transformación social (sobretodo de esto último) de la concertación, (tomaron el poder y precipitaron una crisis global (...). Todas las izquierdas gobernaron en solitario (...) durante quince largos años. (...) y precipitaron la crisis nacional, el retroceso y el estancamiento..." Por ello Marco Enríquez con algunas fórmulas un poquito más novedosas (como aquella de que el gobierno es el brazo del Estado y este último el aparato normativo de la economía), fue también capaz de aglutinar una enorme masa electoral, prácticamente la mitad de la masa electoral del bloque gobernante frente a un Frei que rayaba en la estupidez conservadora.

Porque es más que evidente, que sin nosotros haber tenido un Mayo del 68, la izquierda tradicional chilena, la que gobernó en la UP también le dice a los jóvenes: "dormíos tranquilos, niños envejecidos prematuramente, la izquierda reconocida contempla en vuestros sueños su propia existencia extraterrestre".

Ahora bien, no nos podemos quedar en Glucksmann. Por otra parte Bernard-Henri Levy: en una entrevista titulada "La izquierda está enferma de derechismo" del Diario La Nación de Buenos Aires http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=969190, y frente a la pregunta : ¿Por qué ser fiel a una izquierda que se derrumba? ¿Por qué negarse a cruzar la frontera ideológica y pasarse con bandera y banda al sarkozismo triunfal, como hicieron muchos de sus amigos?, plantea su oposición a la adscripción de Glucksmann en un párrafo extremadamente importante: "Lo que más debería preocupar de Sarkozy, en realidad, es que se trata de un verdadero hombre de derecha. Cuando dice basta ya de arrepentirse públicamente por Vichy ( la colaboración con la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial) o por la colonización, es auténticamente sincero. Y eso me hiela la sangre (...) La campaña de Sarkozy, con su negativa a arrepentirse de las faltas cometidas, sirvió para paralizar ese proceso de toma de conciencia. Un país que no tiene vergüenza es un país perdido. Se puede perdonar, pero no olvidar. La vergüenza es un gran sentimiento humano..."

El problema que devela, para nosotros los chilenos, este diálogo-oposición de ambos filósofos, es que frente al fenómeno del Piñerismo, que hoy por hoy tiene al menos un 56% de apoyo popular dadas las últimas encuestas, y que a su vez se ha mostrado muy eficiente en resolver los problemas heredados de la propia concertación (1) , JUSTAMENTE no contempla en absoluto el análisis de Glucksmann. Es decir la totalidad de la oposición, desde el neoliberalismo concertacionista, pasando por el liberalismo socialdemócrata, la izquierda progresista, el partido comunista, y los sectores de la izquierda radical, no desean ver una cuestión central: Que el soberano, los electores y quienes responden las encuestas, más allá de los elementos ultraderechistas e integristas del Piñerismo, siguen apoyándolo en la misma medida que han hecho suyo el diagnóstico de que la concertación y también la oposición en su conjunto, a nombre de viejos valores y agitación de antiguos símbolos igualmente "precipitaron la crisis nacional, el retroceso y el estancamiento, víctima (justamente) del inmovilismo ideológico". Por mucho que la derecha pinochetista en el no tan fondo, continúe eternamente "con su negativa a arrepentirse de las faltas cometidas".

Un "progresismo" y una izquierda que en realidad se reafirma en el mito y trata de rentabilizarlo con chucherías. Ya sea el mito de los 70 o el mito de los 90. Porque no ha repensado una cuestión fundamental. Que frente a la afirmación casi delirante de Ricardo Lagos, que la concertación había caído por sus propios aciertos, es decir que había transformado a tal punto la sociedad, que generó en ella nuevas demandas y expectativas que el propio bloque gobernante no fue capaz de cubrir, hay que contraponer el análisis lúcido y crítico, no sobre la derecha y su incapacidad de vergüenza, sino sobre la izquierda en su conjunto y en su enorme incapacidad de un proyecto ideológico, social y político capaz de romper el letargo, tanto de la construcción de un capitalismo a la chilena como de un socialismo copión del pasado o de otras realidades mundiales, todos "ellos" muy mitológicos pero ineficientes en la práctica del Chile de los últimos 50 años.

Romper con el inmovilismo ideológico es preponderante para que el pueblo en su conjunto deje de apoyar a una derecha que gestionando el mismo capitalismo de la socialdemocracia efectivamente "termine rompiendo el orden, el estancamiento y el retroceso consecuencia del inmovilismo de (todas) las izquierdas.. Romper con el inmovilismo frenara que el pueblo chileno termine diciendo tal como Glucksmann "Querido Nicolás. (...) es muy bueno denunciar el arcaísmo de los retrasados".


(1) Algunos dicen que por presión popular, probablemente, pero en la concertación esa presión que siempre fue de menor potencia, pues los presionadores estaban en el Estado, jamás hizo mella en la conciencia crítica de la socialdemocracia, más que para armar mesas de diálogo.

viernes, 27 de agosto de 2010

En nuestro Bicentenario: La Historia VIVA, VIVA la Historia


x Fesal Chain

Estoy leyendo Bolívar en Vivo de Francisco Herrera Luque, escritor venezolano ya fallecido, quien fuera Médico-psiquiatra, novelista, ensayista y diplomático y que como escritor, se dedicó fundamentalmente a la novela histórica documentada. El prólogo de esta novela póstuma lo escribe Luis Britto García (Caracas, 1940) también escritor venezolano, Premio Casa de las Américas en 1970 y Premio Nacional de Literatura en 1980.

Luis Britto hace una más que excelente caracterización de los tipos de Historia, que comúnmente se enarbolan, y su correlación con las etapas de cada ser humano: La Historia como bostezo; La Historia como ensueño; La Historia como pesadilla; La Historia como sueño eterno. Y las contrapone a su propuesta de Historia viva.

En la Historia como bostezo, nos dice: "Cuando éramos niños, la Historia cumplía la doble función de regalarnos los días de fiesta nacional, y de estropearlos obligándonos a asistir a los actos conmemorativos. Nos iniciamos así en la pedagogía del bostezo.(...) El bostezo cierra la mente y abre la boca: así se cuelan en ella las moscas de los oradores de orden y de los jefes de protocolo".

A la Historia como ensueño tan propia de la adolescencia, se accede "como postración adoratoria, como estupor incesante de la sublimidad. Pues para quien maquilla la historia como ensueño, todo cadáver es exquisito. No hay en ella mala intención ni mal aliento: todo relumbra, todo brilla, todo está desinfectado".

Y continúa. "Así quienes sobrevivimos a la diabetes de la Historia como ensueño, accedemos a la septicemia de la Historia como pesadilla", que "pinta el pasado con las tintas más negras, para que la oscuridad del presente parezca, por contraste, luminosa".

La Historia como sueño eterno, "por excelencia narrativa del poder y desde el poder, deviene así como reportaje de la transformación que se aplica como coartada de la parálisis"

Finalmente Britto contrapone a todos los tipos de Historia anteriores, o como las denomina, a dichas anti-historias, la Historia Viva, es decir aquella que "baja a los personajes de sus altares panegíricos o los levanta desde sus quintas pailas historiográficas, rebajando las tintas rosadas y dosificando las negras hasta saber pintar volúmenes con ese claroscuro que llamamos realidad".

Me temo, y vaya que es un temor casi horripilante, que la gran mayoría de los chilenos y chilenas no han pasado las dos primeras etapas siquiera. Como niños que somos, estamos más que embutidos en la pedagogía del bostezo. Con ese chauvinismo estilo "Si Vas para Chile" o de Guerra del Pacífico y "el Huáscar es nuestro", nos paseamos por efemérides fechas, nombres sin contenido y creemos o diría más bien, muchos creen, desde una mirada derechista ingenua que raya en el fascismo, en la historia vulgar de Frías Valenzuela , de Walterio Millar y de otros un poco más elaborados como Gonzalo Vial y los historiadores conservadores. Pero no sería nada si los chilenos y chilenas sólo creyeran a pie juntillas en estas vulgarizaciones. Lo que realmente pasa, es que piensan y actúan a través de ellas. Así Chile se ha transformado para no pocos compatriotas, en la Copia feliz del Edén y laTumba de los Libres, cuando los cadáveres, los torturados, los presos, los perseguidos y marginados bajo gobiernos de todo signo, van aumentando la fosa común de la Historia viva.

De la Historia como ensueño, la adolescente izquierda chilena es su más eminente representante. La postración adoratoria a todo aquello que alguna vez fue, es desquiciante. De hombres y mujeres de carne, hueso, con emociones y razones, ha transformado a sus líderes espirituales y materiales en estatuas. Allende se ha sintetizado sólo en su último discurso. Nada de aquel Allende de Lira Massi, bien terneado, galante y seductor con las mujeres o lisa y llanamente un hombre contradictorio, rico en matices y gozador de la vida. De Miguel Enríquez se puede decir lo mismo. Se lo ha convertido ( a excepción de algunos intentos lúcidos como el de Carmen Castillo en su libro Un día de Octubre en Santiago y en sus Cortometrajes) como un monstruo racional sólo dedicado a la estrategia, e incapaz de acostarse en una cama con sus hijas a mirar El Zorro o los monitos animados como efectivamente lo hacía, y se ha querido borrar su martirio como un acto de amor a su mujer, por la que no escapó de su último enfrenamiento para protegerla en su embarazo. Para que hablar de Fidel Castro, el Ché y otros. Serían verdaderos máximos ejemplos de virtud, pero sólo de eso. No habrían errores, caídas, zonas oscuras, nada.

Lo peligroso e imperdonable de esta mirada del mundo propio, en la que por supuesto el adversario y enemigo es depositario de todo lo negro y aberrante, es que la izquierda no sale de su adolescencia. Por ello mismo es de una postura que puede desesperar a cualquiera. Nuestros hijos son encantadores, (pero a su vez todos quienes tienen que convivir con un adolescente, podrán saber a que desesperación me refiero). De esta manera su política paradójicamente se ha convertido en una seguidilla de histéricas marchas y griteríos y hemos involucionado enormemente,desde una mirada integral y madura del mundo, emocional y racional, a una mirada meramente agitativa y reactiva como jóvenes enrabiados y frustrados frente a la pérdida de lo maravilloso.

Las dos últimas Historias no son monopolio de nadie en especial, pero si se evidencian demasiado en la izquierda renovada. La dictadura fue la noche más negra de nuestra historia reciente, es cierto, pero que la socialdemocracia la ha ocupado para que el presente parezca luminoso es más que evidente. Así los asesinatos, la tortura, la vigilancia y el control, y a su vez la corrupción y la negligencia, es decir la inoperancia e irresponsabilidad pública y el terrorismo de estado bajo la concertación, serían fenómenos entendibles, en la medida que no fueron más que tenues reflejos de las negrísimas tintas del pasado.

Además y como corolario, la concertación y la centro izquierda se han especializado casi hasta el hartazgo, en la mirada e interpretación como sueño eterno. Estuvimos durante 20 años y debemos retomar el camino, ya pasada la nochecita gris del Piñerismo y del neopinochetismo, a la transformación lenta pero perpetua, a las reformas y a la protección social, que paso a paso nos llevaron y nos llevarán al mundo feliz. De esta manera, la transición democrática y la hegemonía socialdemócrata, serían el reportaje de la transformación, que esconde toda la parálisis neoliberal, toda la parálisis de una democracia pinochetista que no han sabido ni querido cambiar, de una vida que no es sino sobrevida para los mayoritarios y privilegios para los dominantes y una clase media politizada que ocupa el aparato estatal.

Espero que este breve artículo contribuya, dentro de su limitaciones de espacio y también reflexivas, a levantar la Historia Viva, es decir, como afirma Britto, a rebajar las tintas rosadas y dosificar las negras hasta saber pintar volúmenes con ese claroscuro que llamamos realidad.

martes, 24 de agosto de 2010

A propósito del 24 Congreso del PC: Cómo construir una alternativa entre la socialdemocracia liberal y la izquierda radical


de Fesal Chaín, sociólogo

En pleno período del Congreso del Partido Comunista, que en su convocatoria invita a militantes activos, no activos y a amigos a dar sus opiniones en Congreso Abierto, creo necesario por lo mismo fijar mi posición en lo que concierne al desarrollo del partido como instrumento de transformación social y política.

En la convocatoria al XXIV Congreso se plantea:

"La democracia y el socialismo han sido nuestro norte. Luchamos contra la dictadura de Ibáñez y fuimos parte del breve pero fecundo gobierno de Pedro Aguirre Cerda. La traición de González Videla, que nos llevó a la ilegalidad por una década, no pudo impedir que nuestras demandas pasaran a ser las exigencias de todo un pueblo movilizado por sus derechos, que en pocos años logró una gran victoria junto al Presidente Salvador Allende cuyos logros históricos, como la nacionalización del cobre y su ideario político y social perduran en la conciencia y voluntad de lucha de los chilenos y que, en diversos países, sirven de sustento a la emancipación de sus pueblos. Nos jugamos por entero, en la primera línea, contra la dictadura oprobiosa de Pinochet y los conspiradores civiles y militares que la provocaron, contribuyendo decisivamente a su derrota".

A pesar de que pueda parecer un párrafo muy general, es importante. Establece una cuestión esencial y que es la no escisión entre la lucha por el socialismo y la democracia. Al respecto esta unidad es clave. Pues si bien la democracia representativa de carácter democrático-burgués es tremendamente limitada y en especial para todos los sectores postergados y las clases subalternas del capital, es a su vez, por experiencia histórica y cultural, un estadio que permite, sino el avance arrollador de estos mismos sectores y clases, al menos una base de sustentación y un espacio de mayor capacidad de maniobra de los dominados, en espacios de mayor libertad y respeto por los derechos humanos que en dictadura. Ya sabemos que en las dictaduras inclementes, se produce una inflexión enorme de la lucha de clases y una avanzada de los sectores más reaccionarios con sus instrumentos de dominación al desnudo. Genocidio, torturas, represión focalizada y generalizada. Evidentemente el paso cualitativo a una democracia social no está garantizado en la democracia de carácter parlamentario y de dominio de los de arriba, sino se piensa, trabaja y lucha desde una acción transformadora de carácter socialista, pero sin caer en etapismos, es posible afirmar que un avance pleno en la socialización de las libertades y de los derechos políticos y económico-sociales, es bastante menos posible y más traumático para el pueblo en un régimen dictatorial.

En el párrafo citado, se establece históricamente, la gran diferenciación con las izquierdas liberales y las izquierdas radicalizadas. El tema es largo, pero si por una parte la socialdemocracia liberal ha fijado a la democracia representativa y el mercado como el mejor de los mundos posibles y afirma su vocación mínimamente reformista desde ella, por otra parte la izquierda radicalizada, se pone al margen de la lucha política de clases, es decir al margen de la lucha democrática, tratando de imponer el carácter proletario de la lucha escindido de la democracia misma, de modo independiente, y transformándose a la larga en destacamentos militarizados que pretenden reemplazar a las fuerzas sociales y su correlación. Al respecto cuando fui invitado a una de las primeras reuniones de los Comités Comunistas, ese fue el aporte que traté de realizar, es decir el invitar a no convertirse en un pequeño grupo subsumido en la tradición pre-leninista, de guerra de trincheras. Sin ánimo de denostar las legitimas diferencias de aquellos que en definitiva y fundadamente, se retiraron del partido en la coyuntura que fue desde los Pactos por Omisión al apoyo a Frei, creo que el haberse restado a la lucha de ideas al interior del partido (por la fuerza de la exclusión partidaria también) los ha empujado justamente a una política de alianzas con los sectores de la izquierda radical pre-leninista.

Por otra parte se afirma en el documento de convocatoria o en el capítulo: LA MIRADA ESTRATÉGICA: EL OBJETIVO PRINCIPAL DEL PERÍODO."–Para las fuerzas democráticas de Chile, el principal desafío político actual es desplazar a la derecha del gobierno (...) Si en la Concertación, en el Juntos Podemos y otras fuerzas de distinto signo, incluyendo vastos sectores independientes, se impone la convergencia como la forma de generar una nueva mayoría nacional, para realizar las transformaciones democráticas que requiere el país, entonces podríamos proponernos alcanzar un gobierno de nuevo tipo(...) En el plano político, nos referimos especialmente a la Concertación y al movimiento de Marcos Enríquez".

Es en el párrafo donde se levanta la tesis fundamental de la Convocatoria. En un mensaje a Manuel Loyola y sus análisis sobre la misma, le planteo, acorde a mis propios artículos sobre el partido, en relación a la estrategia de la dirigencia desde el Pacto por Omisión hasta ahora, que: " Por mi parte he dado un nuevo giro a ciertas cuestiones que puedes leer en mis últimos artículos, sin embargo y posiblemente por mi lenguaje, no he logrado hacer entender a muchos que no soy de blanco y negro. Es decir ciertamente creo que hay al menos una tercera posición en esto (...) y creo que podemos(...) encontrarnos en ella también. (...) Creo con mucha firmeza que hay una salida entre la concepción de una social democratización de carácter paródico (a la que se refiere Loyola) y de aquella más radicalizada que sólo ve en el pasado de los 80 y 90 una salida." Y el nuevo giro al que me refiero no es la adopción mecánica de las tesis de la dirigencia y de la Convocatoria, pero tampoco el renunciar al instrumento partidario para hacerme parte de la izquierda radical, sino, por una parte el reafirmar mi participación al interior del partido, sin dejar jamás de realizar mis análisis y críticas a lo que considero un error político histórico. Y por otra recoger como lo hago en este artículo algunas afirmaciones de la convocatoria (con todas sus deficiencias) que considero correctas.

Decir que "si en la Concertación, en el Juntos Podemos y otras fuerzas de distinto signo (MEO y PRI, nota del autor),incluyendo vastos sectores independientes, se impone la convergencia como la forma de generar una nueva mayoría nacional, para realizar las transformaciones democráticas que requiere el país, entonces podríamos proponernos alcanzar un gobierno de nuevo tipo", es plantearse por una parte la única posibilidad de alianzas. En Chile la existencia política más allá de los tres tercios no existe o no tiene fuerza real. En el sentido de lo anterior, nadie puede negar que la persistencia en los pactos electorales, de los acercamientos simbólicos y operativos a sectores de la concertación, ha sido un intento por sacar al partido de su posiciones más aisladas del pasado. Lo que yo siempre he criticado en este intento, son dos cuestiones fundamentales: Por una parte el sobregiro de la dirigencia por demostrar que los comunistas son parte integrante del sistema político, sobregiro que ha hecho que finalmente terminemos como un partido virtualmente integrante de la coalición hoy opositora, levantando alternativas presidenciales y apoyando alternativas parlamentarias de ellos, sin ninguna consideración a que estas alternativas han sido efectivamente liberales y reproducen el dominio del modelo a través de los sectores menos progresistas de la propia concertación.

Por otra parte y así lo afirmé en mucho artículos, que este sobregiro y también el acuerdo parlamentario, hizo que la dirigencia priorizara en una coyuntura crítica, justamente al freismo, en vez de alinearse con la izquierda progresista, que si bien no es socialista, era claramente opositora a la concertación y que su vez concitó como alternativa de izquierda, la mayor cantidad de apoyo popular. Ahora la dirigencia desea unir a todos los sectores. Por desgracia los deseos políticos no son la primera fuente de los resultados posibles. Si realmente se hubiese deseado la unidad de la izquierda, era claro que había que apoyar al Meismo y desde alli establecer alianzas políticas con la concertación. Claro está, que probablemente no se habría podido acceder al parlamento, y ese fue un costo que claramente la dirigencia sopesó.

Siguiendo con la convocatoria, también establece esta tesis del gobierno de nuevo tipo, que sería posible que la propia concertación o sectores de ella, se desmarcara de sus políticas neoliberales y reformistas. O si no, se entendería dicho llamado. Como le pregunté en la apertura del Congreso local al presentador de la Convocatoria y alto dirigente del partido, si realmente el creía posible que el Laguismo (en el más amplio sentido del término, como tradición socialdemócrata liberal, por no decir el Felipismo del PSOE, el padre hace poco en Chile) no continuaría siendo el sector hegemónico en la concertación y en la centro izquierda. Y también cabe preguntarse si sería posible que la concertación y los sectores no laguistas dejarían de levantar sus propuestas liberales, a menos claro está que se considere a Osvaldo Andrade, al Bacheletismo o a los sectores de Carolina Tohá como antiliberales, lo que sería un error político y conceptual. Del PRI ni hablar dado su evidente giro al piñerismo.

Así reafirmo que no es posible confundir una política de alianzas, necesaria para "desplazar a la derecha" y detener su estrategia de conformación de una "dictadura democrática y de un ultraliberalismo", con el Programa, Estrategia y Organización propia del partido, y una alianza estratégica con una de carácter táctica, y menos confundir los propios deseos de construir una nueva fuerza, con los cambios que eventualmente podrían realizarse al interior de la socialdemocracia liberal en su conjunto. Eso además de un error conceptual es dejarle lisa y llanamente la iniciativa política al otro. De hecho en mi artículo: "Unidad, unidad, unidad", afirmo que frente a la configuración evidente de "un Estado policial, que tiene como objetivo la institucionalización de un Estado Vigilante (...) para construir(...) una Democracia de la Seguridad y el Control, es necesario la unidad de todas las fuerzas contra ese intento (es decir contra la específica configuración de la dictadura democrática de los reaccionarios o Uribización del sistema político). Pero también planteo claramente que "no se trata en definitiva,(...) de adoptar las estrategias de la socialdemocracia liberal, que mucho tiene de responsabilidad en la actual situación, al no haber tenido la voluntad política de desarmar el entramado jurídico y socio económico del pinochetismo y el no haber resuelto los problemas militares de la lucha democrática".

En otro artículo escrito por mí: "Por la recuperación de los comunistas para los trabajadores y para Chile", afirmo que"los dirigentes del partido, con la justificación de la exclusión política y vía pactos, cambiaron la política de alianzas y por su intermedio la estrategia del partido en su conjunto. Es decir (que han transformado paulatinamente) al partido en una fuerza socialdemócrata, subsumida en el camino de derrota de la concertación, de la que hoy difícilmente saldrán, ya sea porque quedaron atrapados en la tesis (actualizada) del frente antifascista (todos contra la derecha) o porque no lo desean (...).Que pasamos, sin solución de continuidad (...) de ser un partido profundamente crítico de la concertación y de la derecha, (ciertamente aislado), pequeño, pero creíble y con capacidad potencial de constituir y ser parte de una tercera fuerza social y política en Chile, a ser un mero partido parlamentario, sin verdadero arraigo en los grupos y clases subalternas, satélite de la socialdemocracia liberal concertacionista, perdiendo la preciada credibilidad, y la capacidad de dirección del nuevo proletariado chileno y de los sectores marginados de la "modernización" concertacionista de los últimos 20 años".

Finalmente en mi articulo "Luis Corvalán como interpelación fraterna de la Unidad de los Comunistas como una fuerza plural y flexible", estimo que es necesario levantar la propuesta integral "de la rica mixtura entre el pensamiento ligado a la vía chilena al socialismo, como aquel de todas las formas de lucha, reivindicando el derecho del partido y del pueblo a la resistencia contra todo tipo de opresión que podrá expresarse de los más variados, masivos y efectivos métodos de lucha" Y afirmo que "es necesario por parte de los dirigentes, cuadros, militantes y simpatizantes comunistas, realizar un esfuerzo consciente por ser capaces de reconstruir y dirigir colectivamente la unidad tan preciada (de la cultura comunista como partido), que nos llevará sin lugar a dudas a ser nuevamente un partido de vanguardia (real) y no meramente "progresista", plural e inserto en la institucionalidad, pero también en los territorios sociales de los trabajadores y pobres de Chile y con capacidad de amplia credibilidad, crecimiento y hegemonía cultural y política en el seno del pueblo".

Lo que estoy diciendo es que perfectamente posible realizar un consenso de la totalidad de los sectores comunistas, tanto al interior como el exterior del partido, que consideré legítimo romper el aislamiento de los comunistas con una amplia política de alianzas tácticas para tareas concretas, y así dejar de visibilizarnos como una fuerza meramente de choque y fuera de la lucha democrática real, pero a la vez siendo capaces de establecer alianzas estratégicas con los sectores más progresistas del NO para la reconstrucción de la izquierda y construir así una fuerza social y política de izquierda socialista y popular, y no subsumirnos por ningún motivo, en alguna vertiente liberal. Entre otras externalidades positivas, este camino nos garantizaría fortalecernos como cultura y partido.

De esta manera fijo mi posición, en desacuerdo con los sectores a mi juicio radicalizados y atrincherados de la política de izquierdas y también con aquellos que finalmente estarían por una alianza de largo alcance especialmente con la concertación o sectores integrantes de ella, que difícilmente dejarán su liberalismo reformista o directamente su modelo "PSOE".

A mi juicio es posible la unidad amplia social y política del pueblo, para detener a la derecha y desplazarla de su intento refundacional de una Democracia de la Seguridad y un modelo ultra liberal, pero a la vez es necesario ir construyendo un Programa, una Estrategia y una Organización no sólo de la revolución democrática, sino de las transformaciones necesarias al modelo socio económico y de democracia restringida como vía al socialismo,alineandose con los movimientos y partidos mayoritarios más críticos de la concertación y de la derecha, donde se hagan presentes a su vez amplios sectores sociales, como lucha territorial y no meramente comunal y como lucha de movilizaciones y de calles.

Es decir dar una lucha democrática no escindida de la lucha antiliberal y socialista y ser capaces de superar las diferencias internas, para dar un salto cualitativo en nuestra política, de manera autónoma de las alternativas organizativas socialdemócratas concertacionistas, como de la izquierda radical, y (re) situarnos en el sistema político chileno como uno de los ejes fundamentales de una alternativa real al sistema de dominación, como representantes y organizadores de los trabajadores manuales e intelectuales de Chile.

jueves, 19 de agosto de 2010

Decálogo de las amenazas y de la difamación. A propósito de la columna Decálogo del Comunista chileno del Sr. Gonzalo Rojas


x Fesal Chain

Gonzalo Rojas, ha escrito en el sitio blogs de El Mercurio del Miércoles 18 de Agosto, el Decálogo del comunista chileno. Ciertamente hay escritos y personas que no merecen ni siquiera comentarios ni espacios públicos donde mostrar sus garrapatas, es el caso del Sr. Rojas, sin embargo es interesante ir analizando sus guturales afirmaciones, de un odio parido sin precedentes al menos en los últimos años, a excepción de las columnas tristemente célebres del Sr. Hermógenes Perez de Arce.

Nada sería demasiado importante, sino es porque esta columna llena de difamaciones y amenazas que rayan en la histeria, no fuera parte integrante de una seguidilla de imprecaciones del anticomunismo chileno, durante las últimas semanas. Las acusaciones de vínculos entre los diputados comunistas y las FARC han sido enarboladas por los honorables Hernán Larrain y Patricio Melero, junto al inefable Jovino Novoa de la UDI, y entre otros próceres de Renovación Nacional, por el Sr. Carlos Larraín, el Ministro del Interior Hinzpeter y el propio Presidente de la República Sr. Piñera. Todas basadas en un "dossier" del gobierno colombiano de Uribe realizado a partir de la información sacada de de dos discos duros y dos USB del computador del asesinado Raúl Reyes, uno de los líderes de las FARC. No está de más decir, que ya en mayo del año 2008, la propia Interpol afirmó que los ordenadores de las FARC fueron manipulados por los organismos de seguridad del gobierno de Uribe, en un informe publicado por el diario El País de España, como referencia es posible leer el siguiente sitio:

http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?5844

La cuestión es que la derecha transformista, esa que gritó por todas partes que era democrática, que estaba por los acuerdos y la unidad nacional, ha mostrado su puño de hierro, al hacerse eco y partícipe de las diatribas de la UDI, hasta llegar a comprometer al propio Presidente de la República en la operación. Tampoco está de más decir que el Sr. Piñera en reuniones con el nuevo gobernante colombiano Santos, ha establecido relaciones y planes de inteligencia al más alto nivel, para justamente trabajar en torno a la tesis de las relaciones ideológicas y operativas de las FARC con el Partido Comunista de Chile y las organizaciones mapuche.

Bien, teniendo claro el marco de esta operación, los invito a analizar partes claves del artículo y observar sus alcances, no por cierto al voleo:

"(...) Nunca dirás la verdad, la mentira te hará libre. Con la verdad serás capturado por fiscalías y servicios de seguridad. No faltará un valiente diputado Melero que te exija aclarar el vínculo con las FARC o con el narcotráfico, con el terrorismo indigenista o con la toma de liceos. Pero con la mentira seguirás siendo libre, en la calle, en el Congreso y en todo lugar. Miente bien: los terminarás agotando, y quizás algunos te creerán".

Se deduce de las palabras del Sr. Rojas en este párrafo, que el Partido Comunista de Chile tiene no sólo relaciones con las FARC, sino también con el narcotráfico y con grupos terroristas indígenas. Pero no sólo afirma con subterfugios lo anterior, sino que establece que las relaciones preferentes son con los diputados electos y en ejercicio del Partido ("en el Congreso"), es decir con Lautaro Carmona, Guillermo Teillier y Hugo Gutiérrez. Y además hace un llamado, frente a esta verdad, a las fiscalías del nuevo sistema penal y a los servicios de seguridad, es decir a la ANI, a investigar y capturar si es posible a los diputados y a todo los militantes del partido (los que caminan por la calle). Y continúa:

"Usarás todas las fachadas posibles para victimizarte. Crearás la Asociación de Exonerados de Medios de Transporte; el Comité de Perseguidos del Mundo Rural; la Orgánica de Desplazados de la Cultura Alternativa; el Grupo Amplio de Reprimidos por las Fuerzas Opresivas. Dale con la imaginación, dale con los nombres; tres personas bastan en cada referente".

El llamado a la operación de inteligencia y judicial que hace el Sr. Rojas, que a estas alturas habría que preguntarse si tiene o no relaciones con los organismos a los que llama, es que toda organización social pueden ser fachada de una asociación ilícita entre el Partido Comunista, sus militantes y diputados, las FARC, el terrorismo indigenista y el narcotráfico, y por tanto que también serían susceptibles de ser investigadas y capturadas por las fiscalías y los servcios de seguridad. Sigamos:

"(...) Tolerarás sin mayor apoyo a quienes se mueven a tu izquierda: anarquistas, trotskistas, maoístas. Si ponen bombas,callarás. Si los detienen, exigirás sus garantías y pedirás un juicio justo para unos combatientes que facilitan tu imagen moderada. Te prepararás, eso sí, para explicar por qué hace 70 años exactos hubo que mandar a matar a Trotsky."

Aquí el Sr. Rojas afirma que el Partido Comunista, sus militantes y diputados constituyen una asociación ilícita terrorista, pues por una parte, serían cómplices por omisión de todos aquellos grupos que ponen bombas y que además, el mencionado Partido y abogados relacionados a él, tiene todo un sistema organizado para su defensa. Al respecto, no es posible en el nuevo ni tampoco en el antiguo sistema penal, exigir garantías y pedir juicios justos de manera efectiva para los acusados o procesados sino es haciéndose parte de los procesos, ya sea con querellas o abogados. Continuemos:

"(...)Exigirás todo tipo de reparaciones económicas del Estado a tu favor. Si en septiembre de 1973 te negaste a obedecer una orden de un superior militar siendo tú un infiltrado, hoy eres un patriota merecedor de recompensa. Pediste 520 millones de pesos como reparación, pero aceptas ahora la posibilidad de obtener sólo 130. La caja del Partido los necesita"

Este párrafo es críptico y es evidente que es un mensaje cifrado para personas en particular. Primero afirma que aquel que se negó para el golpe de estado obedecer ordenes de asesinato, torturas, desapariciones y otros crímenes contra la humanidad, podría ser infiltrado, obviamente del propio Partido Comunista en las Fuerzas Armadas y de Orden. La pregunta que se deduce de este párrafo, es quién es la persona o grupo de personas a las que se refiere el Sr. Rojas, que pidió o solicitaron 520 millones de pesos como reparación y terminaron aceptando 130 millones. Afirma también en este párrafo que además los recursos recibidos se los transfirieron al Partido Comunista. También habría que preguntarse quien recibió ese dinero en el Partido y por medio de qué cuenta o si fue por mano.

Acusaciones como pueden notar ustedes, sin nombre, gravísimas y que están destinadas a difamar, si es que no se prueban las aseveraciones, a muchísimas personas las cuales perfectamente se podrían querellar, partiendo por aquellos ciudadanos y ciudadanas que recibieron reparaciones financieras del Estado por ser víctimas de la violencia política y de sus derechos humanos.

Hasta aquí el somero análisis. Creo que esta columna del Sr, Rojas merece, más allá de la repulsa general del mundo democrático, una querella por difamaciones gravísimas y un recurso de amparo a los diputados nombrados y a la totalidad de los militantes comunistas. Como así también para los miembros de organizaciones sociales y culturales, sino otras medidas judiciales en contra de este terrorista de la palabra y difamador profesional. No podemos permitir que en pleno Estado de Derecho este tipo de personas haga tal cantidad de acusaciones, de manera tan irresponsable y por un medio de comunicación nacional, que al menos debería ser multado por este hecho.

martes, 17 de agosto de 2010

Unidad, unidad, unidad


X Fesal Chain, Sociólogo


¿Qué hacer frente a la dictadura democrática de los reaccionarios? La palabra que debe ser más que una palabra es UNIDAD, unidad política y social del pueblo.

Si ayer era preciso definir identidades, luchar por una tercera fuerza social y política y hacer entender a muchos que el camino de apoyo a la concertación y al freismo era el camino de la derrota, como así fue, hoy es preciso defender la unidad de todas las fuerzas sociales y políticas anti pinochetistas. Probablemente quienes me han leído y seguido en los más de 165 artículos en G80 y en otras páginas, podrán plantear que es este un contrasentido de mi parte o una contradicción interna y no los culpo. Sin embargo estoy convencido que cada día tiene su propio afán y que dada la vección o inflexión de la lucha política de clases, la tarea de la unidad social y política del pueblo se hace ineludible y que debe dejar atrás cualquier diferencia que no sea sustancial al tipo de democracia que queremos la inmensa mayoría de los chilenos y chilenas.

Porque si hay algo fundamental en el camino político de las fuerzas de centro y de izquierda, con todas sus carencias, errores, traiciones y logros menores durante el período concertacionista, pero que aprendimos en la larga noche de la dictadura, es que la unidad ha de construirse sobre el tipo de democracia que queremos y su profundización. Evidentemente no estamos ad portas de una dictadura militar, sin embargo tal como lo señalo en mi artículo "Chile seguro, barrio en paz o la dictadura democrática de los reaccionarios", los sectores más retardatarios de la vida política nacional, aquellos que dieron el golpe de estado y apoyaron la dictadura neoliberal pinochetista, hoy desde el poder estatal, han comenzado a avanzar fuertemente sobre la diversidad política y la ciudadanía corporizada en múltiples sectores sociales, grupos, movimientos y fracciones de clase.

Este avance de las fuerzas más retardatarias se expresa por una parte en sacar de los territorios sociales y políticos a las fuerzas de izquierda, expropiándolas de su derecho a la existencia y a la participación plena en el régimen democrático. No es azaroso que desde el propio Presidente de la República hacia abajo, se comience a acusar a los comunistas y a sus diputados, de estar coludidos con grupos y movimientos internacionales que ejercen la violencia como método de acción política. Porque se ha generado el escenario más duro cuando el propio Presidente de la República interpela al Presidente del Partido Comunista con "informes" de la inteligencia colombiana al respecto.

No repetiré el análisis de mi articulo anterior ya nombrado, pero el gobierno derechista ha comenzado a ejercer a su vez múltiples acciones enmarcadas en planes bien precisos, que dan cuenta de su vocación central por considerar la democracia política como un mero instrumento que le permita emplazar sus propias fuerzas y sus visiones particulares en el ámbito de la configuración de una ciudadanía y sociedad restringida, a la que hay que vigilar y reprimir duramente si se hace necesario para lograr los fines de un disciplinamiento acorde a sus intereses y diseños.

Queridos y queridas amigas que se dan el trabajo de leerme. Lo digo con humildad, si en algunos de mis artículo he logrado captar con cierta anterioridad los sucesos políticos que se pudieron dar en un momento determinado, creo que hoy puedo apelar a dicha capacidad para decirles a ustedes que estamos en una situación de peligro inminente. La de la conformación de una segunda avanzada histórica de la derecha chilena contra los sectores sociales y políticos del centro y la izquierda en su conjunto, y el intento de profundizar e institucionalizar el modelo de la Democracia restringida y tutelada. Ya no es necesario como se ha demostrado en Colombia, bajo el gobierno terrorista de Uribe, dar golpes de estado para controlar a las clases y partidos que expresan la profundización democrática y el avance social de los mayoritarios. Hoy por desgracia, es posible hacerlo con las propias herramientas de la democracia restringida, con sus leyes y mecanismos de coacción.

Si ayer afirmé en mi artículo "No a la alianza con el centro político (A propósito de la editorial de La Nación Domingo¿Dónde está la izquierda?)", "...que la unidad del centro y la izquierda no es sino la estrategia de división y subsumisión de la izquierda a la propuesta del neoliberalismo democrático y no una vocación unitaria, programática y de fondo para reformular la alianza gobernante y transformarla en una verdadera coalición de izquierda anti neo liberal", hoy planteo con la misma fuerza y dado que ciertamente "en Chile se está configurando un Estado policial", que tiene como objetivo "la institucionalización de un Estado Vigilante (...) para construir (...) una Democracia de la Seguridad y el Control", que la unidad de todas las fuerzas contra ese intento es fundamental. Si en el pasado fuimos capaces de aunar las voluntades y combinarlas contra la dictadura, sin que por ellos significase, al menos durante gran parte de la lucha, que dejábamos de lado nuestras identidades y propuestas, hoy es aún más posible hacerlo.

Porque si en mis artículos anteriores fui capaz de criticar la estrategia de los dirigentes del Partido Comunista, por considerarla ineficiente para los objetivos de avanzar a una mayor equidad y justicia social, al apoyar a los sectores de la concertación que a mi juicio eran retardatarios al cambio del neoliberalismo, hoy soy capaz con la misma independencia de juicio, de reconocer frente a la actual avanzada ultra derechista, como justo el diagnóstico político de Guillermo Teillier en el en Acto del 98 Aniversario del Partido Comunista de Chile, cuando afirma que para detener a la derecha es necesaria " la unidad de las fuerzas democráticas y progresistas, todas ellas de centro y de izquierda, (que) es una necesidad para el país, considerando en ello la vital importancia de las organizaciones sociales que cada vez con más fuerza exigen respuestas claras frente a este imperativo".

No se trata en definitiva, y es esta mi posición también, de adoptar las estrategias de la socialdemocracia liberal, que mucho tiene de responsabilidad en la actual situación, al no haber tenido la voluntad política de desarmar el entramado jurídico y socio económico del pinochetismo y el no haber resuelto los problemas militares de la lucha democrática, pero podemos encontrarnos la izquierda histórica, con parte importante de las fuerzas concertacionistas de izquierda, con las fuerzas sociales y políticas de la izquierda progresista y de aún más a la izquierda, en un espacio común de lucha presente por las libertades individuales y sociales, por los derechos civiles, de las etnias, de las mujeres, de los ecologistas, de las opciones sexuales, de los distintos pensamientos políticos e ideológicos, por la democracia representativa y participativa plena, para en un futuro posible, desterrada la derecha del gobierno, comenzar a desarrollar fuertemente las tareas democráticas y sociales incumplidas por la concertación liberal.

Si no somos capaces de resistir, unirnos, organizarnos y luchar democráticamente contra la derecha y la ultraderecha y vencerla en el terreno de la lucha política, el retroceso de las fuerzas sociales y políticas populares y democráticas, será inminente, y el avance y consolidación de las fuerzas reaccionarias y conservadoras será sino definitiva, por largo tiempo.

lunes, 16 de agosto de 2010

Chile seguro, barrio en paz o la dictadura democrática de los reaccionarios


Fesal Chain, Sociólogo.

Podría fácilmente seguir el modelo de análisis que tantas veces he defendido y puesto en el papel-práctica. Pero esta vez creo que sería establecer una reflexión en extremo barroca, llena de vericuetos o, valga la redundancia, llena de datos. No es necesario. Todos ya sabemos que en este dominio binominal en el que vivimos los chilenos y chilenas, el poder ha pasado de los menos reaccionarios del socialiberalismo, a los más reaccionarios del neoliberalismo. Es decir, y sólo aquí me quedo con algunos conceptos del modelo de análisis que siempre he rescatado, ha pasado de los sectores transformistas del NO a los sectores transformistas y aún más derechistas del SI. Del liberalismo socialdemócrata a la chilena, al neoliberalismo de la derecha neopinochetista y pinochetista.

En pocos meses, con la justificación de la seguridad ciudadana y la lucha contra la delincuencia, que poco a poco se ha ido transformado en seguridad a secas y luego en seguridad interior, dirigida justamente por el Ministro del Interior, el gobierno derechista ha comenzado a ejercer lo que todo gobierno y todo poder ejerce consustancialmente, la vigilancia y el castigo, la violencia institucional. Pero esta vez de modo más extendido y aún más extremo que durante los 20 años concertacionistas.

Todo comenzó con "el agresivo plan de limpieza de barrios críticos tomados por el narcotráfico" como tituló La Tercera el 5 de agosto del 2010. Y continuo con la descripción del matutino: "Con una fuerte ofensiva en la intervención de barrios tomados por la delincuencia y el narcotráfico, el Presidente Sebastián Piñera y el ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter lanzaron ayer la estrategia de seguridad ciudadana para los próximos cuatro años. El plan nacional, bautizado Chile Seguro, aglutina compromisos, cambios legales, planes focalizados y reformas que involucran prácticamente a todos los organismos y entidades públicas del país.

Entre éstos, destaca el plan Barrio en Paz. Implica intervenir integralmente 100 barrios críticos por el alto nivel de compromiso delictual o de tráfico de drogas. Según la estrategia, se proyecta incluir, sólo este año, 33 sectores residenciales y otros 15 de índole comercial. Con Barrio en Paz, el gobierno planea obtener indicadores objetivos del resultado de la intervención en los sectores vulnerables. (...) La idea es identificar cada sector vulnerado mediante una evaluación que se hará sobre la base de dos criterios: análisis de datos delictuales en cada comuna (dónde ocurren los delitos, dónde viven los delincuentes y dónde se realiza el comercio de drogas), y otra de datos proporcionados por cada municipio. La etapa de intervención dependerá del tipo de delitos más frecuentes en el sector, apuntando a restablecer la confianza,"reforzando los patrullajes preventivos y la fiscalización del comercio", añade el documento explicativo preparado por Interior. A ello le seguirá el control ciudadano, en que se crea la figura del encargado de barrio, que será "un funcionario capacitado y dependiente del Ministerio del Interior". Por esta vía se fomentarán los canales de denuncia anónima de narcotraficantes y delincuentes organizados.También se incrementarán los puntos de control policial al tráfico y los centros jurídicos de apoyo a la comunidad. Luego, se aplicará la etapa de prevención, en que participarán otros organismos de la red de apoyo social del Estado". Hasta aquí el gobierno y La Tercera.

Se podría analizar este Plan desde la perspectiva propiamente de la Seguridad Ciudadana, es decir desde el cúmulo de encuestas, estudios y datos duros, como así también de la efectividad de los Planes y Programas realizados por los gobiernos anteriores, sin embargo no es el objetivo de este artículo. Por una cuestión muy simple, deseo apuntar al fenómeno propiamente político que trasunta, como lo planteo claramente en el segundo párrafo.

La pregunta central es si esta intervención integral de 100 barrios críticos, de 33 sectores residenciales y otros 15 de índole comercial para el año 2010, si el reforzamiento de los patrullajes preventivos y la fiscalización del comercio, así como el control ciudadano, en que se crea la figura del anónimo encargado de barrio, funcionario capacitado y dependiente del Ministerio del Interior, sólo apunta a dar una lucha contra la delincuencia organizada o no es sino, un modo no tan sutil de vigilar y controlar a la ciudadanía en su conjunto y especialmente a aquella que no tiene relación con el mundo delictual organizado, pero si con la oposición al modelo neoliberal y en especial al gobierno derechista.

Porque las acciones que hemos observado en estos seis meses, de reactivación del control de identidad en las calles, de vigilancia sistemática en barrios, y a su vez de represión policial directa y en espacios de actividad nocturna, con las consecuencias de detenciones masivas en algunas grandes ciudades como Santiago y Valparaíso, tiene más que ver, muchísimo más que ver, con el control y la vigilancia a la ciudadanía en general, donde entre otros individuos y grupos de carácter delictual, se pueden sobretodo encontrar los individuos y grupos antisistema. Y llegar a esta conclusión es muy simple, porque resulta que el mundo del delito organizado y el narcotráfico hace mucho tiempo que ha sido detectado y focalizado. No es necesario realizar una vigilancia a la ciudadanía en general para controlar, detener y reprimir al mundo delictual. A menos claro está, que las políticas de inteligencia del estado y de las policías, no tengan ni la eficiencia ni la eficacia que dicen tener al respecto. Entonces, justamente por falta de focalización y datos durosTENGAN que salir a buscar al voleo a los delincuentes en barrios y espacios nocturnos y que más encima TENGAN a falta de las capacidades mínimas, que confiar en informantes anónimos.

Sumémosle a estas acciones ya nombradas los siguientes datos y relacionémoslos: las acusaciones del mismo Ministro del Interior al Partido Comunista y en especial a sus dos más altos dirigentes, de estar coludidos con las FARC, es decir de acusar a dos Diputados de la República de terroristas, a la permisividad al propio canal del Presidente Piñera, de realizar una entrevista al más grande criminal de Chile de todos los tiempos, Manuel Conterras, dándole la oportunidad que ya se quisiera cualquier preso rematado, de defenderse de su actos delictuales públicamente, de sentirse orgulloso de sus actos, de pedir indultos para su subordinados y presionar al ejecutivo y al judicial para realizar los que denominó un justo proceso o la prescripción de las causas para él y el alto mando de la DINA-CNI. Sigamos sumando. La estrategia de las fiscalías de la reforma procesal penal en torno al caso bombas y los grupos anarquistas, de establecer primeramente presunciones para detener a personas, para luego generar acusaciones determinadas. Probablemente, y no digo que así sea necesariamente, algunos de los detenidos saldrán en libertad sin cargo alguno, como ha pasado también con los presos mapuche acusados bajo la Ley Antiterrorista y como pasó con la documentalista Elena Varela. (Ambas situaciones bajo los gobiernos de la concertación, que poco y nada ha dicho públicamente sobre las complejas consecuencias sobre la ciudadanía del Plan Nacional Chile Seguro y del Plan Barrio en Paz): Al respecto y también como parte del reportaje de La Tercera: "Consultado sobre el nuevo enfoque, el diputado PPD y ex subsecretario de Interior, Felipe Harboe, dijo que "los logros estadísticos conseguidos en la estrategia anterior, permiten ahora imprimir políticas más locales. Sólo me preocupa cómo se van a seleccionar los barrios". Vaya gran oposición y mirada alternativa, democrática y progresista.

En relación al caso bombas como se ha nombrado en los medios, y sin conocer en detalle la opción y participación política de la hija de Viviana Uribe, Bárbara, y contemplando la carta denuncia de Viviana con respecto a la detención de su hija, puede perfectamente llegar a ser, dado la discrecionalidad de la operación, una nueva Elena Varela. Llama la atención de que Viviana Uribe sea precisamente hermana de una detenida desaparecida, Bárbara Uribe Tamblay y una estrecha colaboradora del CODEPU y que en el allanamiento de las policías se hayan llevado documentación de esa Corporación.

Desde mi perspectiva y desde mi análisis, y no es necesario ser un especialista en Inteligencia para afirmarlo, hoy en Chile se está configurando un Estado policial aún más profundo del que vivimos bajo los gobiernos concertacionistas y sino con la anuencia de la oposición socialdemócrata, al menos con un silencio demasiado prolongado, donde los actores transformistas de la derecha y no transformistas de la ultraderecha y la institucionalidad reformada del pinochetismo pero plenamente vigente en su espíritu, comienzan a tener preeminencia y un rol aún más notorio que en los últimos 20 años.

De alguna manera se preparan a corto plazo los reaccionarios a dar frente con todas sus herramientas ideológicas y armas, ahora en el poder del Estado, a las posibles protestas y explosiones sociales de múltiples sectores sociales, grupos y fracciones de clase, colocando a todos los opositores legales e ilegales en un mismo saco (aún cuando Hinzpeter afirme que su lucha no es proscripción a las ideologías, sino a los actos delictuales, "por probar" agregaría yo, lo que sí hace justamente que su lucha y represión sea a las ideas) y a largo plazo, a usar la Seguridad Ciudadana como punta de lanza, para tal como lo plantea el Presidente Piñera y su Ministro del Interior, "aglutinar compromisos, realizar cambios legales, planes focalizados y reformas que involucren a todos los organismos y entidades públicas del país", pero afirmo con cierto grado de certeza, no sólo en el ámbito de la lucha contra la delincuencia como ellos dicen, sino en el superior ámbito de la institucionalización de un Estado Vigilante frente a la diversidad ciudadana legal y legítima, y frente a todos los sectores, grupos y clases para ellos conflictivos y refractarios a su manera de entender, diseñar y gobernar Chile, para construir así en definitiva una Democracia de la Seguridad y el Control, subproducto ejemplar de la Democracia protegida de Jaime Guzmán. Es decir, la dictadura democrática de los reaccionarios.

jueves, 22 de julio de 2010

Luis Corvalán como interpelación fraterna de la Unidad de los Comunistas como una fuerza plural y flexible


X Fesal Chain Sociólogo

Es evidente que la vida política de Luis Corvalán es mucho más rica que el sólo levantamiento y dirección política como Secretario general del Partido Comunista De Chile, de lo que fuera la Rebelión Popular de Masas implementada por el Partido desde al menos 1980.

Comenzó su vida política, participando en una marcha callejera y un mitin que se realizó en Tomé el día que cayó el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, el 26 de julio de 1931. En el año 1932 ingresó al Partido, y tal como el lo cuenta en la entrevista citada en este artículo, fue un zapatero remendón, de apellido Palma quien lo invitó en Tomé a una reunión de comunistas que se realizó en el Cerro Estanque. "Pasadas las vacaciones de invierno, cuando volví a Chillán, me integré al Grupo Avance, grupo de izquierda organizado por los comunistas. Todo lo que he relatado y que formaba parte de la realidad social de aquella época, me condujo a militar en el Partido" (1).

En 1935 trabajó como secretario de Carlos Contreras Labarca, en ese entonces Secretario General del Partido, y como periodista del vespertino Frente Popular. En 1947, tras la proscripción del Partido Comunista, fue internado en los campos de concentración de Pitrufquén y de Pisagua.No es menor y acaso como nota aparte, que fue el corrector de pruebas y editor de la primera edición clandestina (América 1950) del Canto General de Pablo Neruda, con Prólogo de Galo González y las bellas ilustraciones de José Venturelli.

Además, entre otras responsabilidades como militante, fue Director del Diario El Siglo, Encargado Nacional de Propaganda y miembro de la Comisión Política durante más de treinta años y nombrado Secretario General durante el período entre 1958 y 1990. Fue fue electo senador por la séptima agrupación provincial (provincias de Ñuble, Concepción y Arauco) para el período 1961-1969 y por la tercera agrupación provincial (Aconcagua y Valparaíso) entre 1969 y 1977.

Durante el gobierno de la Unidad Popular comandado valientemente por el Presidente Allende, fue el Partido Comunista, dirigido por Corvalán, su más leal colaborador y en palabras de Don Lucho: "Fue el principal protagonista y el colaborador más permanente desde el primer hasta el último día del Gobierno (...). Desde el momento de su constitución puso en marcha una nueva política que contemplaba una serie de medidas a fin de hacer realidad una revolución democrática con miras a construir una sociedad socialista. El Presidente y el Partido coincidieron en definirla como una revolución socialista por una vía pacífica. Los comunistas fuimos, además, los que más nos esforzamos en la aplicación práctica de su política". (2)

Producto del Golpe Militar de Pinochetismo y la derecha financiera, fue detenido y deportado a la isla Dawson, y al campo de concentración Ritoque, sin ser sometido a juicio. En 1976 tras una intensa campaña internacional, fue canjeado por el disidente soviético Vladimir Bukovsky en Zurich en diciembre de 1976. Corvalán recibió asilo en la URSS y regresó "oficialmente" a Chile en 1988 para participar en el proceso democratizador. Aunque ya es de público conocimiento que "Don Lucho" como le llamamos quienes ya sea crítica o menos críticamente adherimos a la cultura comunista, ingresó clandestinamente a Chile el 20 de agosto de 1983, donde ejerció las labores más arriesgadas para implementar todas las formas de lucha contra la barbarie pinochetista.

En una entrevista de Ana María Pino para la Historia Política Legislativa de la Biblioteca del Congreso realizada en el año 2008, Don Lucho plantea las siguientes ideas y reflexiones y análisis de lo que fue la Política de Rebelión Popular de Masas implementada en la lucha contra la dictadura:

"Ana María Pino: Con la estrategia de la rebelión popular de masas ¿hubo un cambio en la línea política del Partido Comunista de Chile trazada en sus diferentes congresos?

Luis Corvalán: No hubo precisamente un cambio en la línea política, sino la incorporación de una nueva táctica, del uso de todas las formas de lucha, pacíficas o violentas, e incluso el empleo de las armas para echar abajo la dictadura. Este fue el planteamiento que hicimos el 3 de septiembre de 1980, cuando habían transcurrido 7 años del Golpe militar, la dictadura había logrado ya destruir la democracia chilena, se afianzaba y buscaba institucionalizarse mediante el Plebiscito que había convocado para el 11 de septiembre para refrendar su Constitución y asegurar la incesante auto-reproducción del sistema. Dicho plebiscito se realizaría –se realizó- sin Registros Electorales ni mesa receptora de sufragios sometidas al control popular.

Para terminar con la dictadura ya no bastaba con la declaración de protesta y otros métodos tradicionales. A la dictadura no se le podía poner fin mediante nuevas declaraciones y protestas. El llamado a la Rebelión Popular tuvo amplia acogida en la opinión pública y desde luego en los partidos de la Unidad Popular. Inmediatamente de haberse realizado el plebiscito, la Unidad Popular formuló en Santiago una declaración en la cual afirmó que el pueblo de Chile “reivindica su derecho a la resistencia contra la opresión que habrá de expresarse de los más variados, masivos y efectivos métodos de lucha, incluso el supremo derecho de la rebelión contra la tiranía”.

La Rebelión Popular empezó a manifestarse a través de las mujeres que reclamaban contra la detención, desaparecimiento o asesinato de sus seres queridos. Se destacaron las huelgas de hambre de madres, esposas, hijas e hijos de los detenidos desaparecidos. En las poblaciones se efectuaron cacerolasos y cadenazos en puntos neurálgicos de la red eléctrica que afectaban a bastas regiones del país y eran recibidas con entusiasmo por la mayoría ciudadana. En el curso del mes de abril de 1981 se realizaron apagones a lo largo del país, voladuras de puentes y de líneas de trenes de Santiago al sur, de Valparaíso a Santiago y San Felipe a Los Andes. Fue asaltada la Armería Morandé y capturadas sus armas. En el mes de mayo de 1981 se tomaron las agencias periodísticas Asociated Press y ANSA, transmitiéndose a través de ellas proclamas en contra de Pinochet, fue asaltada la Armería Italiana con la consiguiente captura de armas. En julio hubo un nuevo apagón que abarcó a gran parte del país. En agosto se realizó un asalto y captura de armas en las Armerías Ricci, Italiana y Real. En septiembre se produjo un nuevo apagón nacional y toma y quema de trenes de la línea Santiago-Valparaíso.

A la lucha contra la dictadura se incorporaron de más en más, con sus propias formas y sus propios métodos todos los partidos de la Unidad Popular, la Democracia Cristiana, los radicales y gente sin militancia política. 1986 fue el año de las grandes protestas, el año del Atentado a Pinochet en el Cajón del Maipo y del desembarco de las armas del Frente Patriótico Manuel Rodríguez en Carrizal. Estos últimos hechos llevaron el pánico a las filas de la burguesía. En un sector de la oposición surgió la tendencia favorable a la conciliación con Pinochet. El gobierno norteamericano envió al país a un emisario suyo, Robert Gelbart, que se entrevistó con el gobierno, con todos los partidos, menos el comunista, instando a todos ellos a entenderse y aislar a los comunistas.

La aplicación creciente de la Política de Rebelión Popular llevó a la propia dictadura a buscar alguna fórmula de entendimiento con sus enemigos de la burguesía. Ya en 1985 se habían tendido puentes de amistad y acuerdos entre unos y otros. En el mes de julio, el Cardenal Fresno, el Obispo Valech, el Vicario Precht y los políticos Patricio Aylwin, Carlos Briones, Francisco Bulnes, Enrique Silva Cimma, Pedro Correa, Andrés Allamand, René Abeliuk, Hugo Cepeda y Gabriel Valdés más Sergio Molina, Fernando Léniz y José Zavala, estos últimos asesores de Fresno, se reunieron en el Convento de Calera de Tango para buscar el diálogo y el entendimiento con Pinochet. Según documento publicado en el vespertino La Segunda el 26 de agosto de 1985 y diez años más tarde en el mismo diario, apareció una separata con el nombre de “Entretelones del Acuerdo Nacional”. Su autor José Zavala fue uno de los tres coordinadores del acuerdo. La Política de Rebelión Popular no pudo seguir aplicándose hasta derribar a Pinochet y su institucionalidad. Pero sin mediar ella, la dictadura se habría mantenido muchos años más". (3)


Palabras finales

Esta breve reseña biográfica, que no tiene mayores pretensiones que describir la historia política y el pensamiento y acción de Don Lucho Corvalán, sí tiene una triple finalidad, por una parte presentar a quien fuera uno de los políticos y luchadores comunistas más consecuentes de historia del Partido y de la Patria. Por otra, mostrar su enorme flexibilidad táctica que va desde la formulación y apoyo de la vía chilena al socialismo y, desde su tremenda capacidad autocrítica, el haber sido capaz de ver que cambiadas las condiciones políticas de enfrentamiento y con la aniquilación de la izquierda y el pueblo por parte de las huestes pinochetistas neoliberales, no era posible sino ponerse a la altura de los acontecimientos y al servicio de las grandes mayorías, implementando una política de auto defensa y avanzada de las más dura radicalidad. Y sustancialmente, no prefijarlo sólo en una de sus facetas del político tradicional de la democracia representativa y desarrollista, sino también rescatar su lucha contra las dictaduras de Ibañez, de Gabriel González Videla y especialmente que la Política de Rebelión Popular también fue parte de su creación, acerbo histórico y político y por tanto herencia fundamental de todos los comunistas.

Porque Don Lucho, es y seguirá siendo uno de los líderes del comunismo chileno, que interpreta a miles y miles de comunistas, que nos encontramos hoy fuera de la participación plena en el Partido, y su sensible fallecimiento acaso pueda llegar a ser un elemento catalizador que permita la unidad y el reencuentro de todos los comunistas, de afuera y de adentro, haciendo entender fraternalmente a los dirigentes actuales, que somos, como ellos, los herederos del pensamiento vivificador y flexible de nuestro querido compañero Lucho Corvalán y que tenemos entonces, el derecho histórico de participar plena pero sobretodo críticamente en el Partido que amamos, levantado la propuesta integral de nuestro líder, como parte constitutiva de la rica mixtura entre el pensamiento ligado a la vía chilena al socialismo, como aquel de todas las formas de lucha, reivindicando el derecho del Partido y del pueblo a la resistencia contra todo tipo de opresión que podrá expresarse de los más variados, masivos y efectivos métodos de lucha.

Hoy después de algunos meses, acaso un año de las confrontaciones teóricas en el seno del Partido y a propósito de la muerte Luis Corvalán, es necesario por parte de los dirigentes, cuadros, militantes y simpatizantes comunistas, realizar un esfuerzo consciente por ser capaces de reconstruir y dirigir colectivamente la unidad tan preciada, que nos llevará sin lugar a dudas a ser nuevamente un Partido de vanguardia y no meramente "progresista", plural e inserto en la institucionalidad, pero también en los territorios sociales de los trabajadores y pobres de Chile y con capacidad de amplia credibilidad, crecimiento y hegemonía cultural y política en el seno del pueblo, tan golpeado por el dominio de la dictadura democrática del pinochetismo y de los neopinochetistas liberales del capital financiero, transversales a la totalidad de los partidos políticos chilenos.

Porque ha llegado el tiempo, a o al menos están dadas las condiciones frente a la coyuntura actual, de integrar las tradiciones del Partido, sintetizadas en la trayectoria de Don Lucho Corvalán, como un aporte fundamental e insustituible, que no debemos desdeñar desde una perspectiva histórica, educativa y política para la reconstrucción de los comunistas, de la izquierda y del pueblo.



(1, 2, 3): Habla Luis Corvalán. Entrevista realizada el día 10 de septiembre, 2008, en su casa de Ñuñoa. Entrevistadora: Ana María Pino Yáñez, Bibliotecóloga. Historia Política Legislativa. Biblioteca del Congreso Nacional

martes, 29 de junio de 2010

LA ENORME IMPORTANCIA DE LA LUCHA TEORICA Y DE LAS CONCIENCIAS PARA LA RECONSTRUCCIÓN DE LA IZQUIERDA CHILENA


Fesal Chain, Sociólogo.

En un documento escrito a mediados de la década de los 80 por “Pablo Alfaro”, con motivo de la celebración del XV Congreso del Partido Comunista de Chile, se afirma una primera función esencial de la lucha teórica como “una de las direcciones principales de la actividad de toda revolución” (entendida la “revolución” como la actividad política y experiencia de lucha, tal como lo plantea el documento y no sólo como un estado cristalizado de enfrentamientos totales o el régimen del gobierno popular). Así, la lucha en el frente teórico sería entonces una actividad preponderante que “tiene que conquistar e imponer un cambio de mentalidad y lo tiene que hacer antes, durante y después del momento revolucionario en que se pone en cuestión y cambia de mano el poder”. El documento reafirma que “la revolución teórica tiene así que iniciarse antes y tiene que preparar la revolución política y económica; (siendo) una de sus más decisivas condiciones de posibilidad”.

Al respecto, no es azaroso que la totalidad de mis artículos sobre la izquierda chilena apunten a lo mismo. Provengo y por edad me correspondía el natural relevo de esta tradición ideológica de la izquierda y del comunismo chileno: la de aquellos cuadros teóricos y prácticos que durante al menos 12 años, entre 1977, momento de la elaboración y posterior levantamiento de la Estrategia de Sublevación Nacional y de la Política de Rebelión Popular de Masas hasta el XV congreso en 1989, insistieron no sólo en la necesidad de todas las formas de lucha contra la dictadura, sino por sobretodo en la construcción y avance sistemático de la lucha teórica, como un ejercicio fundacional. De esta manera, el documento plantea una segunda función de la lucha teórica: “Más allá del trabajo por conquistar las conciencias para el cambio, se hace necesario definir y concebir los cambios, cuestión que requiere un acabado conocimiento de la realidad específica del país y de su entorno internacional”.

Estos cuadros políticos, teóricos en el amplio sentido del conocimiento, provenían del exilio en la RDA y Cuba, y fueron capaces de recoger la tradición heterodoxa de la década de los 70 en el Cono Sur y de su posterior desarrollo en los 80 en Centroamérica, es decir una interpretación del marxismo y del leninismo proveniente de la vertiente revolucionaria que entendió siempre la radical importancia y condición necesaria del avance en el conocimiento abstracto y concreto de la realidad nacional, internacional, del estado de conciencia de las clases, grupos y movimientos sociales dominados, del estado del conocimiento de la burguesía en el ámbito de las ciencias duras y de las ciencias sociales y de la actualización de la propia teoría a partir de la evaluación del instrumental propio y la asimilación de los conocimientos acertados de la burguesía y los propiamente progresistas no marxistas, como la evaluación permanente de la propia práctica.

Así el documento avanza en una tercera función de la lucha teórica: “La ideología burguesa, es un desafío constante y acuciante para nosotros; no nos da descanso ni respiro. Para hacerle el peso y vencerla tenemos que desplegar un saber superior, una teoría superior, una cultura más actual, más viva. Nuestra teoría debe pues responder a una doble desafío; por una parte el que surge de nuestra propia práctica teorizada (...) despojada de todo dogma, cliché o vulgarización empobrecedora, por otra parte, el desafío constante de que surge del campo (...) burgués el cual tiene la particularidad de contener al mismo tiempo una concepción del mundo falsa y engañosa que debemos combatir, pero que contiene también verdades y certezas nuevas que surgen de las ciencias y artes que continúan desarrollándose a pesar de todo en el seno de esas sociedades, verdades y certezas que debemos asimilar e incorpora a nuestro pensamiento”.

Una cuarta función de la lucha teórica apunta a “levantar la imagen de nuestros ideales, a levantar nuestro proyecto, y nuestro programa, Y debe hacerlo sobre la base de la realidad de hoy, y no del siglo pasado. Debe encarnarse en las masas populares del Chile moderno y no del Chile de antaño. (...) Se trata entonces de desarrollar todo este cúmulo de conocimientos para “destruir la imagen del mundo dominante y abrir las conciencias a la percepción de la posibilidad y necesidad de los cambios.

Así la lucha teórica es nada menos que la enorme y compleja capacidad “por crear los nuevos conceptos y valores, la lucha por difundirlos y encarnarlos en las masas, la lucha por transformarlas en masas activas y a la ofensiva, la lucha por hacer hegemónica la nueva concepción del mundo”, y parte esencial de la lucha revolucionaria o política en su conjunto”.

El estado actual de la lucha teórica de clases es de un retroceso de al menos 50 años, los cuadros políticos del partido comunista y de la izquierda chilena no concertacionista, han dejado atrás la función primordial de la lucha teórica como motor de la acción política y todas las enormes reflexiones que van desde de la vía chilena al socialismo, pasando por la teoría revolucionaria de los 70 y la crítica de la Rebelión Popular de Masas de los 80. En algunos sectores sectores incluso se ha desarrollado una especie de teoría de trincheras, pre-leninista, desde la cual se desarrolla una inactividad política o una mínima actividad reactiva.

Desde la “izquierda” concertacionista, la única “renovación” no ha sido sino la adopción de una concepción falsa y engañosa del liberalismo y por otra parte en los sectores actuales del comunismo el levantamiento de formulismos marxistas a posteriori, para justificar la acción política predominantemente socialdemócrata sin vocación de cambios reales.

Una explicación histórica del actual retroceso en el frente de la lucha teórica en el seno de la izquierda crítica, es que en plena década de los 80 se fue fraguando, dada la derrota militar de la RPM, el dominio de la burocracia partidaria y del aparato comunista por sobre los sectores que defendieron fuertemente la RPM en Chile y la Perestroika y los que fueran los combatientes internacionalistas que pasaron a engrosar las filas político militares del partido, es decir una rica mezcla de sectores heterodoxos y revolucionarios. Así dicha propuesta que intentó sintetizar en plena lucha, la radicalidad del combate contra la dictadura con una revolución teórica y de las conciencias previa y permanente, rescatando el concepto de hegemonía gramsciano como condición de posibilidad de la política de cambios, fue derrotada simultáneamente por las concepciones naturalistas y positivistas: por los neoliberales pinochetistas, por el liberalismo concertacionista y el reformismo burocrático del partido que terminó siendo un viraje socialdemócrata del aparato comunista.

Sin embargo, es a partir de este diagnóstico y del rescate de las funciones esenciales de la lucha teórica, que podemos configurar el nuevo qué hacer, para la reconstrucción de una izquierda con vocación de poder y de plasmación de cambios sociales y políticos profundos, capaz de crear un nuevo imaginario para las mayorías nacionales y de interpretar la realidad objetiva, los sueños subjetivos y por sobretodo capaz de seducir y movilizar a los amplios sectores postergados.

El primer paso de la reconstrucción de la izquierda chilena y de un proceso de cambios para Chile, es lograr entender las cuatro funciones de la lucha en su importancia radical y prioritaria. Dejar de una vez por todas de tener una concepción anti teórica y tareísta y dejar de pensar que el rol de las ideas como conocimiento objetivo y subjetivo y del lenguaje como conformación social de la realidad y seducción de las mayorías, es posterior a un hipotético cambio objetivo o mecánico o mera expresión de este.

Justamente ya lo había planteado Gramsci en 1918 en su texto balance de la Revolución Rusa: La Revolución contra El Capital: “El pensamiento marxista (...) no sitúa nunca como factor máximo de la historia los hechos económicos en bruto, sino siempre el hombre, la sociedad de los hombres, de los hombres que se reúnen, se comprenden, desarrollan a través de estos contactos (cultura) una voluntad social, colectiva, y entienden los hechos económicos, los juzgan y los adaptan a su voluntad hasta que ésta se convierte en motor de la economía, en plasmadora de la realidad objetiva, la cual vive entonces, se mueve y toma el carácter de materia telúrica en ebullición, canalizable por donde la voluntad lo desee, y como la voluntad lo desee”

Pues es completamente cierto y así lo ha demostrado por lo demás el tremendo retroceso de la izquierda chilena frente a las masas, que ya no nos creen, que si no vencemos en el terreno de la comprensión de la función primordial y desarrollo ampliado de la lucha teórica, será imposible, tal cual lo plantea el documento de nuestros Pablos Alfaro, encabezar las luchas de nuestro pueblo por su liberación.

miércoles, 16 de junio de 2010

POR LA RECUPERACION DE LOS COMUNISTAS PARA LOS TRABAJADORES Y PARA CHILE



x Fesal Chain, sociólogo.

Si en este esfuerzo perdemos, bueno así será, pero no perdamos antes de comenzar, pues nada ha comenzado realmente y sé lo que les digo, hasta hoy no hemos sido más que meras respuestas reactivas y esfuerzos disgregados. El único arrepentimiento que no es posible tener, es aquel que nace de lo que no hemos hecho. La única derrota que no es posible aceptar,es aquella que nace de lo no somos capaces de hacer.


La lucha electoral y la estrategia comunista-socialdemócrata

La lucha electoral recién pasada, demostró la justeza de mi análisis. Sin lugar a dudas fui el único que afirmó con total exactitud y con muchísima antelación, la magnitud de la derrota concertacionista y la magnitud de la victoria de la derecha chilena. Al respecto es cuestión de revisar la totalidad de mis artículos políticos, pero especialmente el análisis electoral realizado para este mismo medio (http://g80.cl/noticias/columna_completa.php?varid=4592), que logra pronosticar con un año de antelación, sin error estadístico significativo, el resultado final de la elección.

Por otra parte, la totalidad de mis artículos que analizaron la errada estrategia de la dirigencia del Partido Comunista en las elecciones, demostró la justeza de mi crítica. Finalmente los dirigentes del partido, con la justificación de la exclusión política y vía pactos, cambiaron la política de alianzas y por su intermedio la estrategia del Partido en su conjunto. Transformaron al partido en una fuerza socialdemócrata, subsumida en el camino de derrota de la concertación, de la que hoy difícilmente saldrán, ya sea porque quedaron atrapados en la tesis actualizada del frente antifascista (todos contra la derecha) o porque no lo desean.

De nada sirven los diputados obtenidos ni las palabras exitistas de la dirigencia Teillierista, lo que importa para la totalidad de los militantes, ex militantes y amigos y amigas del Partido Comunista de Chile son los porfiados hechos: Que pasamos, sin solución de continuidad y dirigidos subrepticiamente, de ser un partido profundamente crítico de la concertación y de la derecha, pequeño, pero creíble y con capacidad potencial de constituir o ser parte de una tercera fuerza social y política en Chile, a ser un mero partido parlamentario, sin verdadero arraigo en los grupos y clases subalternas, satélite de la socialdemocracia liberal concertacionista, perdiendo la preciada credibilidad, y la capacidad de dirección del nuevo proletariado chileno y de los sectores marginados de la “modernización” concertacionista de los últimos 20 años.

Cuando se haga el balance de la historia reciente del partido post dirigencia de Gladys Marín, se podrá decir que Teillier, Carmona, Hugo Gutierrez y la dirigencia socialdemócrata comunista, sentaron las bases de una derrota que pudo llegar a ser estratégica para el pensamiento y la acción del comunismo chileno en aras de las transformaciones que la sociedad chilena requiere. Sin embargo, creo que si consideramos las condiciones objetivas del estado de la lucha de clases en Chile, aún existe la posibilidad de que esta derrota pueda ser revertida.


Marco Enríquez y la tercera vía

Cuando personalmente llamé a votar por Marco Enríquez Ominami en la primera vuelta presidencial, lo que estaba observando era la posibilidad cierta de derrotar a la concertación y a la derecha y el camino absolutamente equivocado tomado por la dirigencia comunista chilena frente a la contienda electoral. La cuestión se planteaba de la siguiente manera: por una parte, cómo era posible que el comunismo chileno, profundamente crítico del modelo de desarrollo concertacionista, tomara el camino de la conciliación y alianza con la propia concertación y por otra, que no fuera capaz de potenciar la tercera fuerza, que si bien no era totalmente de izquierda, a todas luces era más progresista que la propia concertación y con alta probabilidad de ganarle en primera vuelta al freismo y detener además a la derecha chilena en segunda vuelta. En cualquier caso ese era el camino correcto, pero también no podemos confundir ese camino y esas alianzas con lo sustancial, como los dirigentes socialdemócratas del partido lo confundieron o lo diseñaron.

Si por una parte, quedó muy claro que estamos frente a una dirigencia comunista que definitivamente no quiere construir partido ni alternativa popular de transformación, sino que a partir de su derrotismo histórico y por unos cupos parlamentarios irrisorios, sólo han configurado un partido a la cola de la socialdemocracia liberal concertacionista, que pacta con la derecha en la mantención del binominal y del modelo de mercado a ultranza, con ciertas reformas, también debemos ser capaces de asumir que una política de alianzas de una izquierda real y de los sectores progresistas, no puede ni debe configurar nunca una apuesta programática y organizativa.


Unidad de los comunistas históricos

De esta manera afirmo que más allá de las coyunturas electorales, ha llegado la hora de que todos los comunistas que han disentido profundamente de la política socialdemócrata de los actuales dirigentes, logremos unirnos y tener un diagnóstico común y una acción política sino de alto impacto inmediato, al menos lúcida y con capacidad de reorganización y de lanzabilidad de un nuevo proyecto socialista y progresista para Chile. Y que nuestras capacidades analíticas y organizativas nos permitan recuperar a la totalidad o a la gran mayoría de los comunistas para el pueblo de Chile.

Este es un llamado claro y preciso, a los compañeros de los Comités Comunistas, del Colectivo Luis Emilio Recabarren y a todos y todas las compañeras comunistas de distintas organizaciones sociales y culturales, sindicales y vecinales, tanto al interior como fuera del partido, que de una manera o de otra se sienten profundamente traicionados por la actual dirigencia, para realizar un salto cualitativo de nuestra disidencia a la propuesta, de manera autónoma, tanto de las alternativas organizativas socialdemócratas concertacionistas como de la izquierda radical anticomunista, y convocar a un mega encuentro de los comunistas chilenos y situarnos en el sistema político chileno como uno de los ejes fundamentales de una alternativa real al sistema de dominación del capital financiero y como representantes y organizadores de los trabajadores manuales e intelectuales de Chile.

No es menor que quienes están en profundo desacuerdo al interior del partido transparenten de una vez por todas sus posiciones, es necesario para avanzar hacia una alternativa popular y nacional, despercudiéndonos de la concertación como cultura del mal menor.

Que se rían todos y todas las que quieran, es un buen indicio, que los funcionarios y burócratas del partido consideren este artículo y llamado como algo fuera de la realidad o sin capacidad mayor de convocatoria, que me denosten o traten de desacreditarme y descalificarme en todos los aspectos que deseen. No tengo miedo y tampoco estoy para llorar sobre la leche derramada. Ya no quiero arrastrar las cadenas del desconsuelo y de la verdadera exclusión social y política a la que he estado expuesto hace décadas junto a millones. Tampoco deseo para mis camaradas la vida que llevan, llena de restricciones materiales, culturales y espirituales y sobretodo lo anterior, ya no deseo que mi pueblo deambule como fantasma ignorante por la tierra chilena, comprando viejas recetas de una felicidad concertacionista o aliancista que se escurre entre los dedos de la mano como arena de playa.

Es necesario hacer un esfuerzo concreto, desde nuestras debilidades, pero también desde nuestras fortalezas y oportunidades. No basta con estar presente en múltiples organizaciones y participando desde la cultura, el sindicato o las organizaciones territoriales y funcionales en la vida política y social de Chile. No basta. No basta participar de los poderes comunales o alinearse en las coyunturas electorales. No basta. Debemos unirnos definitivamente, debemos demostrar que somos mayoría los que estamos fuera de la táctica y estrategia del contubernio con los socialdemócratas de la concertación. Debemos ser capaces de conversar, de discutir, de llegar a acuerdos, de construir la unidad de los comunistas. Los análisis están, los diagnósticos existen, cuestión de estudiarlos y ponerlos en la mesa. Lo que falta son las ganas, la decisión de juntarnos bajo nuestro propio cielo, bajo nuestro propio sol, sin confundir las alianzas presentes o futuras con nuestra organización real y nuestro programa, sin confundir nuestras apreciaciones a nivel internacional con lo esencial, el de comenzar a reconstruir al Comunismo del siglo XXI como un eje insustituible de la alternativa socialista y progresista para Chile.

El socialismo posible, las clases y grupos que requieren representación y conducción

Porque el socialismo y un nuevo modelo de desarrollo es posible, en la medida que existe y se reproducen el proletariado industrial, minero, agrícola y de servicios. El nuevo proletariado intelectual que no requiere subordinarse a medios de producción ajenos. El de los trabajadores intermitentes, temporeros(as), quienes no alcanzan a constituir plenamente el salario; las etnias, los campesinos pobres, los inmigrantes, las mujeres,la tercera edad y los jubilados, los jóvenes de la primera y segunda juventud. Y los micro y pequeños empresarios, siempre sujetos a los vaivenes de un mercado cruel y construido a la medida de los grandes intereses transnacionales y de los grupos económicos.

Y porque somos parte de esa enorme mayoría de chilenos y chilenas, es que necesitamos un partido que nos represente y organice, que nos interprete en nuestras intereses sociales y políticos más sentidos e imperiosos, de manera completamente autónoma de la derecha chilena y sobretodo de la socialdemocracia liberal concertacionista.

Si en este esfuerzo perdemos, bueno así será, pero no perdamos antes de comenzar, pues nada ha comenzado realmente y sé lo que les digo, hasta hoy no hemos sido más que meras respuestas reactivas y esfuerzos disgregados. El único arrepentimiento que no es posible tener es aquel que nace de lo que no hemos hecho. La única derrota que no es posible aceptar es aquella que nace de lo no somos capaces de hacer.

Pongámonos a disposición sin distinciones de ningún tipo, para aunar a los comunistas de Chile, desde las viejas generaciones, las que conocieron a Recabarren y Lafferte, que lucharon junto a Luis Corvalán y Volodia Teitelboim, como aquellas que lucharon junto a las direcciones que fueron diezmadas por el pinochetismo y junto a Gladys, pasando por la heroica e inteligente generación del 80 y las actuales generaciones nacidas en una democracia tutelada, y que saben estamos frente a un fraude mayor respecto a nuestras capacidades, a nuestra herencia social y política, a nuestros ideales. Y sobretodo frente a un fraude a las esperanzas conscientes o no de las amplias mayorías, que requieren cambios urgentes para prosperar materialmente y participar como protagonistas de la vida política, cultural, social y económica de nuestro país. Seamos capaces de convocar con verdadera pasión tanto a aquellos aún en el Partido, como a aquellos que estando afuera se consideran parte de la gran cultura comunista de Chile.

Y me permito para finalizar esta breve carta citar a quien fuera uno de mis maestros en la política chilena, el sociólogo y revolucionario chileno, Nelson Gutierrez: “La sociedad chilena y las fuerzas políticas del centro y la derecha son alianzas políticas sin grandes proyectos de futuro, sin utopías y para quienes el capitalismo y el libre mercado constituyen la estación final de la historia. (...) Solo la emergencia de una tercera fuerza, de una nueva alianza de clases y fuerza social, de una izquierda del siglo XXI, podrá incorporar dinamismo a un sistema político institucional ya agotado...”

Adelante, a recuperar a los comunistas para los trabajadores y para Chile. Adelante, a construir la alternativa socialista y progresista para Chile.