"Antes del cierre de los registros para votar en las próximas elecciones municipales, el director del Servicio Electoral (Servel), Juan Ignacio García, señalaba que “si consideramos que el segmento juvenil está entre 18 y 29 años, ese grupo representa un poco más de 7 u 8 por ciento (del total de inscritos)”. Situación lamentable si se compara con la apertura de las Juntas Inscriptoras en 1988, cuando la participación de juvenil alcanzaba el 25%. Hoy, más de tres millones de jóvenes están en edad de participar, pero no lo hacen".(1)
Esta es la realidad. Como le dice el padre a su hijo julito en la película Julio comienza en Julio,de Caiozzi, ESTA ES LA REALIDAD. Ya lo había planteado en otro artículo, sin embargo, este dato lo relaciono con la estrategia de la izquierda extraparlamentaria hoy y con la reflexión del Subcomandante Marcos hace pocos días a proposito de la Convocatoria al primer Festival de la Digna Rabia a realizarse en territorio Chiapaneco, en algunas semanas más.
"El hastío frente al cinismo y la incompetencia de las clases políticas tradicionales, se ha ido convirtiendo en rabia. En veces esa rabia sigue la esperanza de un cambio por los mismos caminos de siempre, y se topa o con la desilusión que inmoviliza o con la fuerza arbitraria que avasalla".
Yo hace algún tiempo escribí un artículo que defiende el Pacto por Omisión del Partico Comunista con la Concertación, sin embargo, en ese mismo artículo plantié lo que a mi juicio NO debía pasar en el intento legítimo del PC de incertarse en la institucionalidad y recuperar los espacios de lucha democrática.
Afirmé que "Hoy, el estar presente en las luchas electorales y de manera cada vez más eficaz, nos permitirá combinar resueltamente la lucha electoral y las capacidades de representación de nuestros líderes políticos y sociales, con las luchas y movilizaciones sociales. Desarrollar múltiples y variadas formas de lucha democrática. Puesto que el estar presente en el sistema político de partidos, no ha significado en la historia del partido y no debe significar nunca el dejar de estar junto al pueblo en las calles, en los lugares de trabajo, en las universidades, liceos y escuelas, en las comunas populares, luchando codo a codo por la democracia y la justicia social".
De esta manera surge la gran icógnita planteada por Marcos ¿La esperanza de un cambio por los mismos caminos de siempre, se topará con la desilusión que inmoviliza?
Desde una perspectiva de realidad pura, como la que nos muestra el Servicio Electoral, es definitivo que al menos en las elecciones, el Partido Comunista no apela a los 3 millones de jóvenes no inscritos, pero dado el fragor y la focalización de la lucha electoral, tampoco los moviliza.
Entonces la cuestión aflora por sí misma.Al menos la lucha electoral, en este intento de recuperar los espacios institucionales en lucha democrática, no es muy posible de combinar con la movilización de los 3 millones de desencantados, justamente, de la institucionalidad y de la misma lucha electoral.
El asunto entonces es que si como Partido, efectivamente recuperamos el sitial en campo de las instituciones representativas, daremos desde ese ese mismo momento una lucha política capaz de encantar a los 3 millones de desencantados y movilizarlos. Ese el punto y la tarea a acometer entre otras. Que tengamos la capacidad de hacerlo, para que los más pobres y los más jóvenes, no caigan en la ya engendrada rabia y la desilusión que inmoviliza.
En definitiva, dar la lucha elctoral y recuperar nuestro sitial en la institucionalidad, mediante pactos con los sectores menos reaccionarios del bloque en el poder, no puede hacernos olvidar que hoy una buena parte del padrón electoral, al menos la mitad es oposición a la Concertación, por sus ineficiencias e ineficacias en las políticas públicas y sus crecientes grados de corrupción. Sumado a esto su evidente traición a los postulados históricos de la izquierda como directriz de cambios al sistema liberal.
Y que por otra parte existe ese tremendo ejercito político de reserva de 3 millones de chilenos y chilenas que estarían dispuestos a luchar por un proyecto de cambios, si sus desesperanzas y sus rabias son representadas y acompañadas de manera transparente, innovativa, creativa, aglutinadora y movilizadora.
Como lo planteo el Partido en el Informe al VII del Comité Central del 11 de Mayo del 2008: "La dialéctica entre impulsar con todos los cambios democráticos por mejorar la calidad de vida del pueblo con nuestro papel de fuerza opositora al neoliberalismo y a su gobierno es compleja. No es sencillo visualizar en la práctica que el proceso de construcción de una correlación de fuerzas más favorable a los cambios democráticos de fondo – los cambios que deben concluir en la construcción de un nuevo poder político estatal - debe nutrirse también de los que vienen de vuelta, de los miles de desencantados de la política de las fuerzas que integran el actual bloque en el poder".
Esto es correcto y apunta a un crecimiento real, sin embargo también los cambios que deben concluir en la construcción de un nuevo poder político estatal, deben nutrirse de aquellos desencantados de la lucha electoral y de los espacios institucionales. Dicho de otro modo, el proceso de acumulación de fuerzas, también debe ponerse en marcha a partir de esa enorme masa de 3 millones de desencantados, que son jóvenes y en gran medida pobres.
Si no logramos creativamente impulsar una lucha total y completa, también a partir de ese segmento tremendamente importante de la población, lo más probable es que ocupemos un lugar institucional de representación de una parte mínima de los 8 millones de inscritos, que al menos hoy es del orden de 5%, es decir alrededor de 400.000 personas. Lo anterior es importante, pero en estricto rigor, es representar a una minoría de un padrón envejecido, es decir es luchar en los marcos de la distribución de votos de un padrón electoral de baja legitimidad.
Modestamente a mi juicio, ese es el primer peldaño a caminar de una fuerza política como la nuestra, que aspira a conducir a las grandes mayorías populares del país. No nos podemos quedar en la lucha por la re-distribución o re-presentación de solo un segmento minoritario mas o menos, de los 8 millones que hoy votan, sino ampliarnos a los 3 millones que NO votan y que, sin lugar a dudas, estan potencialmente dispuestos a ser representados y movilizarse por sus derechos históricamente conculcados.
Como siempre lo afirmo, espero que este análisis se lea como lo que es, un aporte a la estrategia fijada por nuestro Partido en este período. Siempre creo que los aportes son reales en la medida que suman, es decir que se hacen complementarios. Y este análisis, al menos esta escrito con dicho espíritu.
Con Allende, Gladys, Víctor y el pueblo , MIL VECES VENCEREMOS
(1) Extractado del Sitio www.bcn.cl Biblioteca del Congreso Nacional
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