miércoles, 9 de diciembre de 2009

Si la derecha ganase


x Fesal Chain


Lo que ha pasado

Lo vengo escribiendo hace ya un año, en distintos artículos especialmente para el Diario Digital G80, la izquierda chilena y el pueblo en su conjunto, vivimos una etapa o coyuntura política y social extremadamente crítica.

Al respecto, reformulo algunos párrafos del artículo: "El porque estamos en una coyuntura crítica" escrito el 14 de octubre del año 2008: Hoy (...) es un momento extremadamente crítico para el mundo popular, para los trabajadores urbanos y rurales, para el mundo de los pobres del campo y la ciudad, para el movimiento estudiantil, y para todos los movimientos sociales existentes y que se han activado en estos 20 años de gobierno liberal populista. No es una coyuntura menor.

Por una parte, el abandono del partido comunista de las tesis y acciones antineoliberales y su hasta ahora social democratización y alianza con la concertación, generan un abandono completo de la izquierda histórica de un programa y una estrategia popular de salida efectiva al capitalismo neo liberal y lo que es más grave, un abandono completo de los sectores sociales críticos al neo liberalismo que gracias al partido comunista y su estrategia anterior, habían logrado nuclearse al menos en una fuerza social de izquierda de entre 600.000 y 800.000 chilenos con derechos ciudadanos.

Esta fuerza social, si bien no constituía una mayoría, era sin lugar a dudas una punta de lanza para influir en 3 millones de chilenos que no participan del andamiaje electoral del sistema, y que son sin lugar a dudas aquellos sectores más pobres y marginados de los procesos de modernización capitalista.

Se ha abandonado así a cerca de 4 millones de chilenos, a ser, o por una parte meramente ciudadanos, que a lo más podrán elegir entre dos grandes modelos de neo liberalismo, que sólo se diferencian por sus comandos o destacamentos, y por otra parte a ser una masa informe no sujeta a conducción ni a representación.


Lo que viene y sus razones

Hoy a un año de este artículo, estamos ad portas del triunfo de la derecha pinochetista. Es así. Debemos ser capaces de mirar la realidad y no nuestros deseos ni intereses inmediatos. Lo más probable es que la derecha gane las elecciones de este 13 de diciembre. Mi llamado o reflexión dista mucho de ser desesperado. No se trata de perder el control. Se trata justamente de retomarlo.

Si ganase la derecha, debemos buscar las causas de aquello. También lo he escrito innumerables veces. Es evidente que si el pueblo soberano elige un modelo de desarrollo y crecimiento comandado por el pinochetismo neo liberal, justamente dirigido por aquellos que fueron protagonistas y gestores de la dictadura, es por al menos por tres razones fundamentales:

1.- Porque el mismo pueblo en su profunda frustración no desea más de lo mismo y mira con cierta esperanza que el cambio de gobierno le pueda traer cambios concretos en su propia vida. No está de más decir que nosotros los hombres y mujeres de la izquierda, sabemos y creemos que esta probable elección del pueblo es profundamente errada, en tanto es ilusoria, puesto que el neo liberalismo de la derecha, profundizará las desigualdades sociales, tenderá a mantener los enclaves dictatoriales de la constitución del 80 y a su vez responderá con represión todo intento del pueblo y de los movimientos sociales por avanzar en sus derechos democráticos fundamentales.

2.- La segunda razón por la que la derecha pueda ganar la próxima contienda, es que la propia concertación, realmente no ha hecho una diferencia real con las propuestas neo liberales derechistas. Podemos decir que la concertación ha sido un administrador eficiente del pinochetismo y que el modelo de libre mercado ha sido optimizado, más allá de las tentativas populistas por desinflar los bolsones de pobreza o de convertirse en un estado beneficiario con red social y programas para los sectores postergados de la modernización del capital financiero y exportador. A su vez y sobretodo bajo los gobiernos de Eduardo Frei y Ricardo Lagos, se estableció una férrea alianza con el pinochetismo, tanto para perdonar el caso de los Pino cheques, como para devolver nada menos a que a Pinochet a Chile y no ser juzgado y para tapar el caso MOP-Gate.

3.- Una tercera razón y que es con la que comienzo el presente artículo es el abandono completo de la izquierda histórica (y de la izquierda en general) de un programa y una estrategia popular de salida al capitalismo neo liberal, como alternativa a la derecha y a la concertación y lo que es más grave, un abandono completo de los territorios y sectores sociales críticos al neo liberalismo. En el sentido de lo anterior no sólo la social democratización o viraje de los comunistas a la concertación es la expresión de esto, sino sobretodo el establecer por parte de la totalidad de la izquierda, una estrategia política y electoral de mera repartición de voto ciudadano entre aquellos que pertenecen al padrón envejecido y no como siempre lo he afirmado, el nuclearse, penetrar y desarrollarse para y desde una fuerza social de 4 millones de chilenos y chilenas que son refractarios al neo liberalismo y/o no participan del andamiaje electoral del sistema.

Este error no sólo ha sido parte de la propuesta de la izquierda histórica sino también de la propuesta de Enríquez-Ominami, ninguna de las dos izquierdas ha avanzado sobre el pueblo pobre. Ambas tienen una concepción meramente ciudadana de la política, que es necesaria pero no suficiente para construir la mayoría requerida para gobernar democráticamente Chile y avanzar al socialismo.

De ganar la derecha estas son a mi juicio las razones fundamentales, hay otras pero debemos al menos considerar estas como parte integrante del andamiaje de su victoria.


¿Qué hacer?

1.- Primeramente avanzar sobre la estrategia socialdemócrata concertacionista del comunismo chileno y de la izquierda histórica. Debemos ser capaces de retomar el diagnóstico y acciones de una propuesta autónoma de la concertación y de la extrema derecha, levantar un programa, una organización y una estrategia genuinamente de izquierda. No seguir en el carro de la socialdemocracia concertacionista, que no es sino el camino de derrota de la izquierda y del movimiento popular en su conjunto.

2.- Segundo, ser capaces de mirar en las alternativas que se han construido, todo aquello que es capaz de nuclear y desarrollar una fuerza social y política de mayorías. Si para la izquierda histórica el camino de Enríquez-Ominami es más criticable y distante que el camino concertacionista, entonces sus dirigentes deben sincerar sus posiciones y claramente dar el giro definitivo hacia la socialdemocracia neoliberal concertacionista. Y convertir al PC en el quinto partido de la coalición, y ser parte de su camada parlamentaria.

Por mi parte creo que el camino de Enríquez Ominami dista de ser un alternativa de izquierda y de profundos cambios al neoliberalismo y se que en su seno también hay sectores empresariales y de derecha profundamente liberales, pero también se que en su interior existe parte de la izquierda histórica, del humanismo, del radicalismo, socialistas críticos y mirista históricos y que en este intento transversal y ciertamente heterodoxo, se ha logrado nuclear una parte importante de la izquierda chilena.

Por otra parte y esto es innegable, esta fuerza política y social se ha ido constituyendo en una alternativa relativamente autónoma de la concertación y de la extrema derecha, de ahí su importancia, con todos los resquemores que pueda producir su conformación interna.

En el Arratismo y en el comunismo también hay sectores que genuinamente desean construir una alternativa de izquierda autónoma, más allá de la dirigencia comunista que legítimamente ha girado hacia posiciones concertacionistas.

Allí, en la unidad de todos esos sectores que desean hacer un proyecto autónomo del neoliberalismo de derecha pinochetista y socialdemócrata concertacionista, está el germen de la construcción futura. También existen aquellos sectores minoritarios, pero importantes, que se han desgajado del comunismo y su nueva estrategia y también aquellos pertenecientes a una izquierda más radical, tanto nucleados en los comités comunistas como en el MPT, el Bloque Socialista y otros. Tal cual se produjo la unidad de todos estos sectores en el MDP, durante la dictadura, hoy clama al cielo la unidad total de la izquierda, pasando por la propuesta de Enríquez-Ominami, por el Arratismo anti concertacionista y tomando a vastos sectores antisistema.

3.- Es necesario volver a los territorios sociales de los marginados por el sistema neoliberal y su políticas modernizantes, ser capaces de representarlos, acompañarlos y organizarlos en la totalidad de sus procesos, sociales, culturales, de emprendimiento, etc., etc., y no meramente en los procesos concretos de lucha, reivindicativos o electorales. Debemos ser capaces de luchar contra el pinochetismo en esos territorios que son justamente los que actualmente domina y desterrarlo de allí. Debemos ser capaces en definitiva, de trabajar con aquella fuerza social, para transformarla y transformarnos en alternativa de gobernabilidad y poder futuro.

Probablemente la derecha ganará, pero aquello no es importante en esencia. Es doloroso y es una derrota de la totalidad del campo democrático, de los progresistas, de la izquierda y del campo popular, pero tal cual lo he afirmado insistentemente, esta derrota será parcial si seguimos en el camino de la unidad organizativa, de la generación de propuestas estratégicas y no de meros programas testimoniales y de la creación de fuerza social y política en los territorios populares para hegemonizar el mundo social y político con una propuesta democrática de desarrollo nacional.

De no hacerlo, reitero una y otra vez, significará para nuestro pueblo una derrota estratégica de proporciones inimaginables (...) y la posterior desaparición por muchos años de una alternativa popular y socialista frente al dominio de la burguesía productiva y financiera en sus distintas variantes y del imperialismo norteamericano y transnacional.

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