miércoles, 17 de diciembre de 2008

La filosofía, la sociología y la izquierda burocrática-funcionaria

Filosofía es crear conceptos, sociología es develar el mundo social como realmente funciona más allá de los discursos, creencias y pasiones. Ambos conocimientos poseen un atributo fundamental, el efecto teoría, es decir el crear mundos nuevos a través de la conceptualización de realidades y de la develación del mundo no como lo vemos sino como efectivamente opera. Esa es la lucha teórica, que no es sino la lucha política esencial. La transformación del mundo tiene mucho más que ver con crear conceptos y develar verdades a partir de la realidad, que sin son verificables en la práctica, siempre conducirán a acciones políticas de transformación, que con andar correteando entre los pasillos palaciegos o andar declamando mentiras sociales o meramente creencias y pasiones carentes de toda realidad. Si la izquierda es el 5% de las fuerzas sociales del país, se hace muy difícil creer en los discursos grandilocuentes de los dirigentes de la izquierda histórica, de levantar "una alternativa de izquierda en Chile, alternativa al neo liberalismo, (desde la cual) vamos a luchar por un nuevo tipo de gobierno, de democracia y de justicia social". No hay alternativa de izquierda en Chile, no habrá y lo sabemos todos, nuevo tipo de gobierno, de democracia y de justicia social. Levantar programas y alianzas desde el 5% y a partir de buenos deseos, es levantar polvo en el desierto. Pero esto no sería todo. Si se ha de levantar alternativas de deseo, carentes de toda realidad, que éstas al menos no corran medio tiempo, sino el partido completo. Y he aquí la segunda cuestión: todo lo que haga la izquierda histórica en Chile en torno a la batalla presidencial se diluirá en el segundo tiempo o vuelta, cuando ella misma llame a votar por el neo liberalismo de izquierda.Así planteadas las cosas hay un doble engaño,un auto engaño de los dirigentes, un engaño a los 400.000 seguidores de la izquierda y a parte del país que alguna vez llegó a ser un 50% del electorado nacional. Yo los invito a pensar estas cuestiones antes de apoyar candidaturas o alinearse a los cantos de sirena, por muy bellos y sinfónicos que suenen. Y no traten de hacer estrategias y tácticas con alternativas fracasadas de antemano. Si el camino de construcción ofrecido, al evaluarse con inteligencia, no avanza ni un ápice con respecto al 5% promedio o avanza escasamente y si de avanzar se convierte en una carta blanca a la concertación para seguir gobernando y administrando el neo liberalismo, sería hora de que el pueblo de izquierda más que andarse alineando por alinearse, se convocara para comenzara a pensar en el relevo de la dirigencia. Necesitamos líderes políticos y sociales, con audacia y capacidad de crear conceptos y develar verdades que tengan firme asidero en la realidad y que se conviertan a su vez en acciones políticas eficaces , con capacidad de construir fuerza social y política de izquierda. Necesitamos en suma, una clase dirigente lúcida que emplazando una teoría con capacidad de lectura de lo que realmente pasa y de la sicología del pueblo, logre coordinar lo existente y convertirlo de energía aún latente en fuerza social y política competente y con vocación y capacidad de poder. Este último camino no ha sido, no es, ni será rápido ni de resultados mágicos, será arduo, duro, difícil, porque primero que todo, todos y todas debemos ponernos en disposición de empezar a pensar el mundo social y a inventar conceptos y acciones acordes al mundo social existente, pero que a la vez prefiguren el proyecto de las mayorías. Eso requiere ser los mejores. Es difícil, no cabe duda, pero al menos no es un camino de ilusiones, de dirigentes con limitada capacidad teórica y política, que esta bueno decirlo, desde la burocracia funcionaria, nos han llevado de derrota en derrota hasta convertirnos en una muy limitada franja social refractaria con nula capacidad de maniobras. En cuanto a lo que hay que hacer, será motivo de un segundo artículo.

lunes, 15 de diciembre de 2008

El pueblo organizado puede contra la “maquinaria” de Piñera


x Bruno Sommer Catalán
para El Ciudadano


Mientras la derecha, a puertas cerradas, ya ha definido como su candidato presidencial a Sebastián Piñera, uno de los mil hombres más ricos del mundo, la Concertación desgastada busca desesperadamente torcer la mano con nombres como Eduardo Frei y José Miguel Insulza.

En las encuestas el ex presidente y el Panzer, aparecen muy por abajo del especulador que figura como favorito en las mediciones, y que la coalición gobernante tenga posibilidades reales de mantenerse en el poder, una posibilidad cada vez más lejana.

Ante el panorama, en que la Concertación se ha dedicado a administrar el modelo económico y constitucional heredado de la dictadura, sin asco, para conducir una seguidilla de gobiernos de centro derecha, de los más vende patria que haya tenido la historia de Chile, el pueblo se encuentra totalmente confundido.

La imagen o referente de izquierda se ha perdido en nuestro país en manos de partidos que han actuado como meros espectadores del show, comulgando con el modelo neo liberal y pactando por migajas, sólo tibiezas suelen verse, no obstante, el espíritu de una izquierda Allendista y Bolivariana, hoy triunfa por Latinoamérica junto al pueblo y hombres valerosos en países como Paraguay, con Lugo, Bolivia con Morales, Venezuela con Chávez y en Ecuador con Correa. Digno es de destacar el coraje de una mujer en Argentina, Cristina Fernández, quien se ha atrevido a estatizar los fondos de pensiones de su país, coraje que ha faltado en casa.

Son los errores de visión política de los gobernantes que favorecen al poderoso y nos perjudican como pueblo, son las seguidillas de acciones que desprestigian a los partidos mostrándolos como incapaces de recoger el fervor popular, lo que hace que los diálogos que hoy tienen un grupo importante de ciudadanos(as) del país, nos esté llevando a reorganizarnos mediante acciones comunicativas, redes y acción directa para avanzar hacia la concreción de soberanía popular constituyente, desoída por quienes llevan la batuta.

El gobierno que supuestamente iba a ser ciudadano, donde todos íbamos a construir el territorio para vivir después del Bicentenario, está siendo casi entregado en bandeja al poder de las corporaciones y los capitales transnacionales que es lo que representa el señor Sebastián Piñera.

Parece no haber alternativa para el más de millón y medio de jóvenes no inscritos aún en los registros electorales, en los que cientos de miles no se inscribirán nuevamente si el contrincante es más de lo mismo, es decir nace de la Concertación.

No obstante hombres como Alejandro Navarro y Jorge Arrate, aparecen como figuras de una nueva izquierda, los comunistas abanderando a Guillermo Teillier, han dejando en segundo plano a leoninos como Cristián Cuevas con más de los necesarios 35 años de edad, pero nadie sabe qué tan amplias puedan ser las primarias del pueblo de Chile, aquellas que se está llamando para marzo y para las cuales recomendaríamos como fecha un primero de mayo del 2009.

Otros hombres que suenan para la lista popular son Nelson Ávila y El ex juez Guzmán, Marcel Claude y el profesor Eduardo Artés, quién sabe si hasta los Radicales enarbolando un radical y masón, con José Antonio Gómez, se atreven a dar un paso al lado izquierdo.

Nos preguntamos quienes serán los hombres que con programa popular, el pliego del pueblo y su llamado a entrar en estado de asamblea constituyente al año de asumir, compromiso en mano, serán capaces de participar de esta primaria para valientes.

¡Atención! que no se trata de electoralizar todo, no se busca sólo Presidente, si no traspasar el poder a la Ciudadanía que pueda ser partícipe del proceso de un nuevo contrato social, la redacción de una Nueva Constitución.

Ardua tarea para neófitos de la polis, simples mortales que nos organizamos para dar la batalla por la vida. Millones de chilenos y chilenas de la mayoritaria clase trabajadora asalariada de regiones y la capital, explotados(as) que ya sabemos lo que representa Piñera y lucharemos por educar a esa idiosincrasia que por “tirarse el peo más arriba”, se define por la derecha, sin saber lo que encierra su doble ética.

Estamos a tiempo Chile querido, de torcer la mano al destino.

lunes, 8 de diciembre de 2008

LOS DEMOCRATICOS EN PLENA CRISIS

x Fesal Chain

El escenario político electoral se muestra relativamente ordenado, a pesar de los movimientos maniacos de los partidos y los precandidatos y candidatos. Aunque para la concertación y la izquierda se confirman los elementos de crisis profunda. El pinochetismo y el transformismo de la derecha llevan a Piñera y eso será así hasta la confrontación presidencial. El neo liberalismo de derecha ya tiene su candidato, su programa y organización y está en campaña hace bastante tiempo. 


La Des concertación

Tal como lo afirmara en mi artículo "El liderazgo de Ricardo Lagos", "el escenario que generó Lagos (...), fue de una mayor confusión y desorganización en la concertación. (...) Creó una verdadera paradoja entre su tratar de ordenar el escenario y las consecuencias de sus palabras. Así en un solo acto del lenguaje, no logró ni su liderazgo ni ser el ordenador, ni la unidad de la coalición, para finalmente desistir de su candidatura. Así la concertación, no tiene propuesta nueva que ofertar: ni programa, ni estrategia, ni organización, ni candidato único. 

El neo liberalismo de izquierda y la izquierda histórica en las alturas

Por otra parte surgen intentos de liderazgo desde el neo liberalismo de izquierda o desde el populismo socialista, ya un tanto marchitos. Insulza que claramente no logrará ser el candidato único, ni por secretaría, ni por primarias al igual que José Antonio Gómez del PRSD. Arrate con una propuesta claramente deslegitimada en el seno de la concertación, con su ampliación hacia la izquierda comunista y extra parlamentaria y la propuesta de creación de un conglomerado nuevo con una propuesta programática ya esbozada en el documento que firmaran comunistas y socialistas y pepedés antineoliberales hace algunos meses atrás, en donde entre otras afirmaciones se pretende rescatar el primer programa incumplido de la concertación. Por otra parte Navarro y su movimiento MAS, que valga la redundancia, a lo más es un saludo inicial de una propuesta pretendidamente desde la base y desde un socialismo antineoliberal en ciernes. 

Ahora bien, la cuestión es clarificar el escenario real, más allá de las declaraciones de los actores.El lenguaje no es la realidad aunque pretenda configurarla y la política de los partidos y actores no son los manifiestos y la retórica, sino los actos presentes y futuros y su historia. 

Pretender creer que los mismos políticos concertacionistas desde dentro, desgajados o a punto de desgajarse del bloque oficialista podrán levantar una alternativa distinta a lo que se ha hecho en los últimos 20 años, es ilusorio. 

Arrate por mucho que se declare crítico al sistema, fue Ministro de la concertación y antes fue el delfín del padre de la renovación socialista, Carlos Altamirano, un díscolo permanente, pero que a la hora de saber cuantos pares son tres moscas, siempre se alineó a la concertación tal cual la conocemos. Los firmantes del famoso manifiesto crítico son todos personeros de la concertación, actualmente militando y comunistas de la cúpula que levantaron su Pacto Por Omisión fracasado en la práctica, si uno analiza los datos duros. Navarro aunque se rebele frente al establishment, ha declarado a los cuatro vientos su lealtad al gobierno neoliberal de Bachelet hasta sus últimos días de ejercicio. Con respecto al PC su propuesta más allá de ahistórica, lo que avala es la autopercepción y el autoreconocimiento de su derrota como partido eje y generador de una política de izquierda antineoliberal y autónoma.

Así el escenario de alternativas de izquierda a la concertación se constituye desde ella, y va desde el despliegue de elementos aún presentes en ella , como el arratismo en una incipiente alianza con la izquierda histórica del PC que pretende convencer a sus militantes y convencer al país de que estamos en el mismo escenario del Frente Popular y que lo único válido políticamente hoy es detener a la derecha y no construir alternativa, hasta cuadros desgajados recientemente que también plantean una estrategia similar a Arrate y que más allá de los discursos desde ya incoherentes (salirse de la concertación y apoyar a Bachelet) habrá que ver como se emplazan realmente. 

Pero lo más grave de la crisis y lo triste de esta historia, es que todo este movimiento inicial tanto del neo liberalismo de izquierda como de los supuestamente críticos, queda anulado desde sus inicios por los mismos actores. Hablando claro, ¿Para qué tanta parafernalia de la izquierda neoliberal de Insulza y Gómez y de la izquierda supuestamente crítica, la arratista, la navarrista y la teillierista, si al fin y al cabo ya todos sabemos su libreto: que terminarán subsumidos al freísmo los primeros y llamando a votar por Frei los primeros y los segundos, para parar al pinochetismo?¿Es esa la tremenda alternativa de izquierda en Chile, jugar a una supuesta autonomía o a criticar duramente, para terminar apoyando a lo que se critica? 

El Freismo

Frente a la izquierda concertacionista y extraconcertacionista como un todo, se levanta la alternativa de Frei, que tiene un liderazgo propio y favorablemente para él y sus cuadros, superior a la desgastada DC, el partido más golpeado de la coalición, no sólo electoralmente sino política e ideológicamente. La DC y no es misterio, ya no es alternativa de cambio para nadie, sino un partido en decadencia por más que sus actores pretendan lo contrario.

Un balance inicial

El auto denominado progresismo en su conjunto, ha sucumbido a su propia historia e inconsecuencia, al tratar en 20 años de administrar el modelo neo liberal y se encuentra hoy en el marasmo. Su única carta es el caudillo de un partido desmoronado y una coalición desintegrada que siguiendo la lógica de que no se hará en el futuro lo que no se fue capaz de hacer en el pasado, representa más de lo mismo, pero esta vez en las peores condiciones de gobernabilidad futura. Y la izquierda extra concertación, además de caer a niveles bajísimos de apoyo popular desde 1973, caerá además en la ilegitimidad de apoyar primero a líderes críticos y desgastados que provienen de la misma concertación y lo más grave sucumbirá en la derrota ideológica y probablemente electoral, cuando apoye a Frei en la segunda vuelta. 

Algunas conclusiones, Marx, el pueblo y el partido comunista

Los democráticos burgueses y pequeño burgueses y los democráticos populares no dan pie con bola. Y la explicación es simple, no es como dice Ricardo Nuñez una cuestión de ordenamiento interno para no autoinflingisrse una derrota histórica. Eso sería simplista. El problema de los democráticos, de todos, es que durante 20 años han insistido en comandar la sociedad chilena con un programa neo liberal y su administración del modelo es actualmente ineficiente e ineficaz. No basta comparar el período concertacionista con la dictadura y enarbolar éxitos. Ese es un ejercicio de auto engaño y engaño al pueblo en su conjunto. Si la concertación no hubiera sido capaz de al menos optimizar el modelo pinochetista, que entre otras cosas pudo hacer por la existencia del mismo, no habría durado ni siquiera un período presidencial. 

Y al respecto, no debemos nunca olvidar a Marx quien, con otras palabras, afirmara que cuando las relaciones sociales (de producción) son un freno al desarrollo de las fuerzas productivas, se abre un tiempo de revolución social. Usando básicamente la misma lógica de las cosas, Pinochet cumplió un ciclo de vida política, cuando su dirección comenzó a frenar el desarrollo de las fuerzas productivas del modelo neo liberal de derecha. Hoy el progresismo en su conjunto y la izquierda histórica, que paradojalmente se alía a la concertación en plena crisis de dirección política, comienzan a perder el poder político y la dirección del modelo de neoliberalismo de izquierda, cuando son en efecto un freno al desarrollo de las fuerzas productivas del mismo. 

Lo que está claro hasta ahora, es que el bloque hegemónico está en una crisis terminal, que su dirección política del modelo está agotada y que el pueblo en su conjunto, ilusoriamente comienza a avanzar junto a la alternativa del neo liberalismo de derecha. Lo que está sucediendo hoy es reponsabilidad de la concertación en su conjunto, de los sectores críticos y del partido comunista. cada uno por razones distintas, los primeros por su obstinada vocación neo liberal, los segundos por su desgaje populista que en ningún caso será la construcción de una alternativa radicalmente distinta a los primeros.

Y los últimos, la izquierda histórica, será responsable de que la derecha gane con amplia base social, por su nefasto diagnóstico de la situación política nacional, de creer que se puede avanzar con el neo liberalismo de izquierda y los socialistas populistas, para golpear al neo liberalismo de derecha y así construir una plataforma autónoma de los populares y una alternativa de cambios. 

Al respecto, el partido comunista, desgraciadamente emplaza una estrategia errada, que lo único que hace es abandonar a las masas a su suerte, con esta subsumisión a los populismos y al bloque social demócrata neo liberal, tal como lo plantié en el artículo "Porqué estamos en una coyuntura crítica": El abandono del partido comunista de las tesis antineoliberales generarán un abandono completo de la izquierda histórica de un programa y una estrategia popular de salida al capitalismo neo liberal y lo que es más grave, un abandono completo de los sectores sociales críticos al neo liberalismo y empujará a millones del mundo popular a ser, por una parte meramente ciudadanos, que a lo más podrán elegir entre dos modelos de neo liberalismo, que sólo se diferencian por sus comandos o destacamentos, y por otra parte a ser una masa informe fuera del sistema político-electoral, no sujeta ni a conducción ni a representación ni a la construcción de un poder autónomo de la élite.

martes, 2 de diciembre de 2008

¿La Izquierda hoy?


Por Alejandro Lavquén

José Saramago, escritor, premio Nóbel e histórico militante comunista, ha dicho que hoy la Izquierda “no piensa ni actúa”. Que le falta coraje para enfrentar los desafíos actuales. No es el primero que realiza una crítica de este tipo, o con similares conclusiones. Desde la caída del muro de Berlín y fragmentación de la Unión Soviética, la Izquierda entró en un período de crisis del cual no ha podido sobreponerse. Los partidos comunistas, que siempre marcaron presencia esencial en los procesos sociales por su capacidad de organización y disciplina interna, hoy prácticamente han desaparecido en muchos países, y en otros tienen una presencia mínima. Por su parte, los partidos socialistas han tomado el rumbo de la social democracia o derechamente se han encaminado hacia la reacción, aunque en su discurso intenten disimularlo.

En mi opinión, me parece que el análisis de Saramago es un enfoque desde un punto de vista más bien europeo, pues en Latinoamérica la Izquierda ha logrado dar una batalla más eficaz que sus pares del viejo mundo. Se han podido levantar propuestas en ese sentido, incipientes e inciertas si se quiere, como el proyecto bolivariano o los procesos en Ecuador, Paraguay, Argentina, Brasil o Bolivia, todos definidos de izquierda, pero por verse en el tiempo si lograrán su consolidación. Sería importante eso sí, definir claramente qué se entiende hoy por Izquierda. De lo contrario se produce una situación de conceptos paralelos que jamás podrán dialogar ni encontrarse, como es necesario que suceda para poder edificar un proyecto realmente unitario.

En el caso de Chile, la Izquierda no se recupera del descalabro que significó la dependencia dogmática de la Unión Soviética. Le ha costado encontrar referentes y el nivel de debate ideológico debe ser el peor de su historia. Siempre me he preguntado si a sus dirigentes les interesa dar ese debate con la amplitud que requiere. Sin censuras y con autocrítica real. Desde sus inicios como república, Chile se ha caracterizado por el caudillismo en política, y los dirigentes de los partidos actúan con esa lógica. Mientras existan dirigentes dogmáticos, faltos de autocrítica y sin comprender los cambios que se han dado en el mundo, la izquierda chilena permanecerá en el marasmo. En los hechos, hoy sólo el partido Comunista mantiene una estructura orgánica capaz de emprender desafíos políticos mayores, pero lamentablemente ha perdido su capacidad de desarrollar políticas de masas y ha preferido los pactos con la Concertación para intentar obtener, en las próximas elecciones parlamentarias, dos o tres cupos. Derecho que no cuestiono en absoluto, pero me causó asombro, por ejemplo, ver en las pasadas elecciones municipales a altos dirigentes comunistas apoyando a candidatos como Álvaro García, ex ministro de economía de la Concertación, un neoliberal de tomo y lomo, que además estuvo cuestionado por manejos poco claros. Es decir, se apoya a personajes que jamás implementarían políticas sociales como las que propone la Izquierda, por el contrario.

Por otro lado, tampoco queda claro las instancias de lucha, y surgen preguntas de sentido común: ¿Son válidas aún todas las formas de lucha? ¿Cuál es hoy la táctica y estrategia revolucionarias? ¿Cómo se integrarán a la lucha social los movimientos marginales, que tienen más adeptos que militantes los partidos políticos de izquierda? En fin, todo eso se debe discutir, son muchas las interrogantes. Para que esto ocurra debe existir voluntad por parte de quienes están en condiciones de generar los espacios necesarios y facilitar la infraestructura. También está el problema de los dirigentes apoltronados que no quieren recambio en las direcciones partidarias o sindicales, a menos que pongan a sus incondicionales en los puestos que dejan. No son pocos a los cuales el libremercado les acondicionó el esfínter.

Pienso que deberíamos comenzar por reescribir el Manifiesto Comunista, obviamente manteniendo las ideas centrales, pero adecuadas a la época. Y no estoy siendo sacrílego, ya Marx y Engels, en el prólogo a la edición alemana de 1872, dejaban una ventana abierta para este proceso. El manifiesto no es la Biblia, sino que debe ser releído y analizado con las herramientas que nos otorga el materialismo dialéctico y las ciencias sociales e históricas más desarrolladas. Un día se lo propuse a un dirigente pero, tras escuchar mi planteamiento, quiso arrebatarme –de muy mala manera- mi carné rojo, así como un obispo habría querido arrebatar el escapulario a un cura que hubiese osado decir que la virgen María se vería mejor con mini falda.

Y si lo pienso bien: deben ser bellas las piernas de María.