martes, 30 de septiembre de 2008

Palabras de Guillermo Teillier en su proclamación como candidato presidencial del Partido Comunista de Chile

“En primer lugar quisiera decir que estoy algo emocionado y sorprendido, además, gratamente por este recibimiento, por este acto, por el interés periodístico.

Yo no sé si tenga todos los méritos para ser candidato a la Presidencia de la República de Chile, pero lo que sí me enorgullece es sentir el apoyo de mi Partido, el apoyo de personas importantes, sobresalientes de la vida nacional de este país. Y también el de poder, con toda seguridadm despertar de nuevo la esperanza de todos aquellos chilenos que desde hace tanto tiempo se sienten postergados en sus anhelos, en sus sueños”.

Yo quisiera decirles que esta candidatura es una invitación a que nos juntemos con una mirada distinta hacia el país. Una invitación a todos aquellos que estén dispuestos a luchar por la felicidad de nuestro pueblo, sin sectarismos, sin exclusión, creyendo en un sistema democrático para avanzar en la justicia social en nuestro país. Es una invitación a todos aquellos movimientos, partidos que están pensando parecido a nosotros, incluso aquellos que ya tienen candidato, para que nos juntemos todos y hagamos el esfuerzo para constituir un movimiento político y social único de la izquierda chilena, con un candidato único.

Yo les quiero decir que al nombrarme el Partido como candidato estoy dispuesto a trabajar como si fuera a llegar a la primera vuelta y lo haremos con toda decisión desde hoy mismo. Pero con esa misma fuerza le digo que también estamos dispuestos, si logramos constituir esa alianza amplia, con un programa que represente los anhelos más sentidos del pueblo de Chile, también estaremos dispuesto a declinar nuestra candidatura. Pero en relación a eso también lo decimos claramente desde un comienzo, a esta actitud generosa nosotros también pedimos que se le retribuya con una misma actitud generosa, porque es la única manera como podemos construir para el futuro de Chile, de esta manera se construyó con Salvador Allende, de esa manera se llegó a conquistar el gobierno de Chile y creemos que de nuevo, cuando se cumple el centenario de Allende, cuando estamos cumpliendo los 35 años del golpe que postró a nuestro país en la desgracia y cuando sentimos de nuevo que tenemos que ponernos de pie, pues hagámoslo como lo supieron hacer los trabajadores, los jóvenes, las mujeres, los ancianos de nuestra patria, los pueblos originarios, todos aquellos que levantaron la voz y que hicieron posible un gobierno como el de Salvador Allende.

Hoy día sus ideales, su forma de construir la democracia están dando pasos gigantescos en América Latina y otros pueblos sigue ese camino, nosotros no somos una excepción y hoy día cuando el sistema neoliberal encuentra su profundo fracaso en Estados Unidos y cuando ya se empiezan a sentir los coletazos en Chile y es el pueblo de Chile el que empieza a sufrir las consecuencias de esa crisis, nosotros decimos que no podemos seguir por ese camino, las cosas tienen que cambiar en Chile. Y yo quiero decir que no estamos hablando cuestiones tan novedosas, tan distintas que otros han pensado o piensan en nuestro país, si ustedes revisan el programa original de la Concertación van a encontrarse con una serie de novedades que a lo mejor lo asombrarían, por la situación que estamos viviendo hoy día.

El primer punto del programa de la Concertación, el programa original, plantea que Chile debe regirse por un sistema electoral pluripartidista, democrático, proporcional, sin exclusiones en el parlamento. Han pasado 18 años de gobierno de transición a la democracia y aún no hay un sistema electoral proporcional en nuestro país, recién se están abriendo las puertas para una reforma electoral mezquina. En aquel programa también se hablaba de cambiar la Constitución y me alegro a que algunos personeros de la Concertación estén empezando de nuevo a hablar de cambiar la Constitución.

Además en ese programa se hablaba de los trabajadores, que deben tener pleno derecho, que deben tener derecho a sindicalizarse, derecho a la huelga, que no debe existir represión en contra del movimiento social, ni sindical. Nada de esto se ha logrado en nuestro país.

Respecto al papel del Estado, que ha sido tan desdeñado, el programa decía que el Estado debe ocupar un papel preferente en el desarrollo del país, debe dotarse de nuevo al Estado del poder como para intervenir en el proceso de desarrollo de Chile, con la potestad de crear empresas, de crear industrias. ¿Puede hacer eso ahora el Estado de Chile? ¿Puede hacer eso en las regiones que están postradas por la miseria, donde hay desempleo, 30 años que están igual, que no se ve un adelanto social? No lo puede hacer porque está prohibido constitucionalmente.

En el programa original de la Concertación también dice que para que podamos tener un país desarrollado, es preciso incluso para actuar dentro del concierto intencional ante la globalización, que nos propongamos llevar a delante la más profunda industrialización del país. ¿De qué industrialización estamos hablando, dónde está la generación de nuevos empleos productivos con salarios dignos? No existe en nuestro país, no existe una estrategia al respecto, se ha dado preeminencia a la exportación de materias primas sin valor agregado, es por eso que estamos tan vulnerables a esta crisis internacional del neoliberalismo.

Además se plantea en el programa original que el cobre debe ser para todos los chileno, más aún dice que el cobre es chileno. Y que Chile, el Estado chileno, debe asumir, cuando lo requiera, el control de la producción del cobre, al menos debe tener normas y exigencias que permitan que las grandes utilidades de ese mineral queden en Chile para beneficio de todos los chilenos.

Sería largo enumerar todo lo que no se ha hecho y yo quiero expresar que la Concertación hoy día está en crisis, no tiene precandidato presidencial. Y esta crisis no es por la prepotencia de la derecha sino que por el descontento generalizado, porque la Concertación no ha cumplido con su propia palabra, la que empeñó ante el pueblo de Chile, cuando todos nosotros votamos por el No en el plebiscito. Creemos que ha llegado la hora de remediar esto y que de nuevo las mismas fuerzas que luchamos en contra de la dictadura por reconstruir la democracia en nuestro país, tenemos que dar una voz de aliento y hacer cumplir, por lo menos esto que la Concertación no ha tenido la voluntad hasta ahora de cumplir.

La derecha no es ninguna alternativa en nuestro país, sólo quiere profundizar la instalación del sistema neoliberal, quiere profundizar la explotación, la diferencia, que los trabajadores ojalá trabajen mucho más y ellos puedan llevarse las utilidades para sus monopolios o empresas trasnacionales, las mismas empresas que hoy están provocando la crisis mundial, las empresas que especulan con los fondos de los trabajadores, como ocurre con las AFP`s. ¿Quién explica la pérdida de 20 mil millones de dólares de los fondos provisionales?, cantidad que podría ayudar en el desarrollo del país.

¿Quién le explica a los chilenos por qué suben los productos de primera necesidad, por qué sube la electricidad si llovió tanto este invierno y se llenaron los embalses? Han proliferado de la noche a la mañana las centrales termoeléctricas, cuya producción vale cuatro veces menos que la producción a gas y si se ha producido esa baja ¿por qué tiene que subir? Hoy día es inexplicable. Incluso ¿por qué no nos explican por qué tenemos que pagar el TAG?, tendremos que pagar 25 ó 30 mil pesos para renovar este aparato, cuando dicen que sólo basta con cambiarle la pila, esos son los negociados que se siguen haciendo en este país que forman parte de la corrupción de un sistema que provoca la corrupción.

Nosotros decimos, señora, señor, la salud, la educación, la vivienda, el transporte público, ¿cuándo resolvemos estos problemas, cuándo realmente le damos su real dimensión de problemas esenciales para todos los chilenos? Y que todos tengamos los mismo derechos para tener acceso y para ello tiene que tener mayor preeminencia el Estado. Algunos nos acusan que queremos estatizar todo, eso es mentira, nunca jamás en Chile los comunistas hemos dicho que hay que estatizar todo, si no leamos el programa de Salvador Allende, nosotros estamos porque en Chile existan empresas mixtas, del Estado, privadas, cooperativas, incluso sociedades entre el Estado y privadas, lo que realmente interesa es que se produzca, se desarrolle el país.

Estamos porque se produzca la más alta participación del pueblo, de las organizaciones sociales en los asuntos vitales del Estado, que no nos instalen un Transantiago sin consultar al pueblo, que no se hagan transformaciones como la venta de la mina Gaby, que ahora felizmente se echaron para atrás, que no se venda nuestro patrimonio, sin consultarle al pueblo. Que en los municipios, cuyas elecciones estamos encarando hoy día, se termine con los privilegios que tienen los alcaldes que provocan la corrupción, la falta de transparencia, que los concejales tengan poder fiscalizador, pero también que las organizaciones sociales tengan derecho a intervenir en las resoluciones que tomen los municipios, eso también está en el programa original de la Concertación. Nosotros estamos por eso, eso es lo que estamos impulsando.

Esta candidatura se va a poner al servicio de las candidaturas municipales, tenemos un bus cultural de la amistad, donde le vamos a prestar servicio al pueblo, donde lleguemos, donde vayamos a conversar, nosotros vamos a poner en el tapete la discusión como lo hemos hecho estos años, vamos a poner temas gruesos, muchos de los que aquí he presentado, pero no queremos hacer un programa que nosotros lleguemos a presentarlo, queremos llegar a una convención nacional, a la cual invitamos a los otros candidatos que quieran postular una alternativa al neoliberalismo, a las otras fuerzas, lo hacemos fraternalmente, creemos que es nuestra responsabilidad, pero desde ya vamos a ir elaborando el programa paso a paso, vamos a hacer contacto con los sindicatos, con centros estudiantiles, con las organizaciones de mujeres, con la gente de la tercera edad, con los pueblos originarios, con los artistas, con la gente de la cultura, así queremos construir y vamos a llegar al próximo año cuando definamos el programa y cuando digamos quien de nosotros va a ser el candidato único de la izquierda, nosotros queremos llegar ya con el mandato, con la voz soberana del pueblo que es a lo único que nos comprometemos, a respetar esa voz soberana, a ponernos al frente y hacer cumplir esa voz soberana.

Como está ocurriendo en los pueblos de Latinoamérica, como está ocurriendo hoy en día que se constituye UNASUR, sin el tutelaje norteamericano y que por fin somos libres y que somos capaces incluso de evitar un golpe de estado de un país vecino, de un país hermano, que ojala hubiéramos podido hacerlo cuando fue el golpe de estado en Chile, eso es lo que queremos, para eso estamos disponibles y, finalmente, muchas gracias por la confianza que me han dado al nominarme candidato presidencial del Partido Comunista de Chile".

(Extractado del sitio oficial del Partido Comunista de Chile. www.pcchile.cl) 

viernes, 26 de septiembre de 2008

Liberal populismo, puños arriba, pueblo abajo.

x Fesal Chain

Ya lo decía Gabriel Salazar Premio Nacional de Historia, en plena década de los 90, que el gobierno de la concertación, no era más que un experimento liberal-populista, es decir, un gobierno que gestionaría las políticas públicas en el marco del modelo neoliberal de la dictadura pinochetista, tratando de descomprimir o disminuir los bolsones de pobreza heredados, sin tocar en esencia el modelo mismo. 

Los tecnócratas, funcionarios y economistas del régimen social burgués, se ponen muy molestos cuando se les dice esto. Ellos nos tratan de seducir con un descubrimiento "nuevo" el original modelo de desarrollo con equidad. Esto es, libre mercado, ampliación o aumento del gasto social dentro de los marcos de los equilibrios macro económicos y posterior focalización del gasto público. Es decir, Estado subsidiario con, si se puede decir de este modo, vocación social. 

Frente a la crítica, cual totalitario funcionario, nos responden que cúal modelo es mejor, que no hay alternativa. Bueno al decir de Lenin, cuando tengamos el poder nos preocuparemos de eso. Como ellos han ido experimentando a lo largo de su años en el poder, con la diferencia clara, que han experimentado girando hacia el mundo empresarial y a la derecha. 

Por otra parte, y esto es un mínimo signo, a los funerales de Gladys Marín y al de Volodia Teitelboim, fueron los más altos dignatarios del régimen, el Ejecutivo incluído, era risible, y daba un poco de verguenza ajena, ver a Ricardo Lagos y a Michelle Bachelet, puño en alto, cantando la Internacional. 

A decir de Celia Hart, se parecían algo a "esa izquierda que hace que tratemos de plegar los ímpetus radicales de nuestros pueblos con tiernas palmaditas en la espalda, para apoyar a la primera organización que hable “mal del imperialismo” y como en un buscador de INTERNET “hable bien de Cuba, de Venezuela y mal de Bush” ¡Perfecto! Una vez hecho eso, nos podemos sentar a descansar". 

Algo, no totalmente. Porque en el sentido de la frase de Celia, el sandinismo actual se parece bastante más a esa caricatura (con su alianza estrégica con Arnoldo Alemán) y lo más probable es que terminará en una deformación aún mayor, pareciéndose a los gobiernos de la concertación. Al respecto, muchos izquierdistas, que efectivamente sí hicieron la revolución, hoy no miran con malos ojos el modelo concertacionista, acaso porque lo ven como un experimento exitoso, en especial en cuanto ha podido mantener la gobernabilidad, es decir, que la derecha y el imperialismo no pateén el tablero de un democracia restringida. 

Bueno, no es difícil hacer esto, cuando uno administra el modelo de la derecha, le permite a los grupos económicos ganar miles de millones de dólares al año, basándose en la superexplotación del trabajo y como si esto fuera poco, dándole una sobrerepresentación en el parlamento de al menos un 15% más de la votación real. Así, cualquiera mantiene la gobernabilidad. Mas bien se parece a la típica política de renunciación a los propios valores y objetivos, de traición populista al pueblo que se dice representar y de obnubilación con los conocimientos técnicos de la economía neo-monetarista. Por eso es que los cuadros jóvenes de la concertación, viajan en masa a USA a estudiar con los mismos economistas que estudiaron los jóvenes pinochetistas en las décadas del 70 y 80.

En el fondo y en la forma Celia Hart, en sus distintos artículos y el Subcomandante Marcos, tienen razón, la socialdemocratización de la izquierda y su institucionalización, no es ni mucho menos, la via chilena al socialismo de Allende, sino su claudicación y se sitúa muy lejos claro está, de cualquier revolución popular armada de los últimos 90 años. La socialdemocratización de la izquierda, su institucionalización dentro de los marcos del capitalismo neoliberal y de la democracia representativa, ha sido en definitiva la derechización de ésta, como administradora del modelo de la derecha, como guardián de los intereses de los grupos económicos y las transnacionales y como freno ideológico y práctico de las fuerzas populares en la construcción de la nación y del estado.

Si no es creible el análisis, por considerarse demasiado implacable o radical, los invito a observar detenidamente el proceso boliviano, día día, que si bien es en definitiva una Revolución política y social, con características pacíficas propias de la cultura del diálogo del mundo índigena, la aceptación de la intromisión del modelo concertacionista de diálogo con el fascismo racista de la media luna, y freno al pueblo armado, harán que el modelo primigenio de Morales y los movimientos sociales campesinos y la clase obrera, se desdibuje tanto, que terminará pareciéndose al modelo concertacionista y al modelo del sandinismo rosa. Es cuestión de tiempo. 

Así, la derrota de Morales no se verá como tal, sino como un triunfo del diálogo. Es el mismo mecanismo que usa la izquierda institucional para seguir viéndose de izquierda, con discursos populistas y puños en alto en los funerales de los líderes consecuentes, pero con prácticas neoliberales y en lo posible con sistemáticas represiones focalizadas en el seno del pueblo pobre, no visibles al público. Al respecto es cuestión de observar los movimientos de Felipe Harboe, como funcionario represor del régimen sociádemócrata chileno y la nueva estrategia de pacificación de la araucanía. 

Porque en definitiva, los medios por los cuales se construyen los procesos y modelos, a diferencia de lo que se pensaba en la década de los 70, son directamente proporcionales a los objetivos de los procesos y lo que es más grave, directamente proporcionales a los logros, especialmente en relación a la construcción de una economía social y al poder de los oprimidos como democracia popular.

Así hoy se dibuja una nueva estrategia de la derecha y la neoderecha izquierdizante, contra la izquierda y el pueblo, el diálogo, la negociación, el freno a las energías populares y la represión selectiva, para destruir de manera elegante y con menos costos en vidas, las nuevas revoluciones latinoamericanas, cuidado, que anda el lobo con piel de oveja parlamentando.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Las elecciones rosa de Nicaragua

Celia Hart (1)
Para Rebelión



A la memoria rojinegra
de Carlos Fonseca Amador

Necesitaríamos un Congreso para debatir hasta que punto la vía electoral se nos está convirtiendo en la única alternativa de la lucha política. Es nuestra recurrente pesadilla. Lo que fue excepción parece ser ya una regla, y nuestras victorias las asociamos tan sólo a las urnas. Es más, consideramos esas victorias como el triunfo de una revolución.
Tendremos que salir corriendo de estos peligros, pues podemos caer en la trampa de abandonar al devenir de los acontecimientos esporádicos nuestros impulsos revolucionarios.

El patético lema de “votar por el mal menor” nos hace olvidar que las elecciones son tan sólo una de las más pálidas estrategias para el cambio social. Y que los gobiernos populistas, esos que son “los menos malos” tienen también sus peligros.

En este momento el escenario latinoamericano es excelente para emprender los caminos de la revolución, por eso pánico le tengo ya al término izquierda, tan elástico y dependiente de las circunstancias. Esa izquierda que hace que tratemos de plegar los ímpetus radicales de nuestros pueblos con tiernas palmaditas en la espalda, para apoyar a la primera organización que hable “mal del imperialismo” y como en un buscador de INTERNET “hable bien de Cuba, de Venezuela y mal de Bush” ¡Perfecto! Una vez hecho eso, nos podemos sentar a descansar.

El Che lo planteó de la siguiente forma:

“¿Es posible o no en las condiciones actuales de nuestro continente lograrlo (el poder socialista, se entiende) por la vía pacífica?

Nosotros contestamos rotundamente: En la mayoría de los casos no es posible. Lo más que se lograría sería la captura formal de la superestructura burguesa del poder, y el tránsito al socialismo de aquel gobierno que, en las condiciones de la legalidad burguesa establecida llega al poder formal, deberá hacerse también en medio de una lucha violentísima contra todos los que traten, de una manera u otra, de liquidar su avance hacia nuevas estructuras sociales”.1

No niega Ernesto Guevara el camino de las urnas. Lo ve muy difícil. La ridícula guerra contra el terrorismo nos está paralizando, y la frase de José Martí de que “trincheras de ideas pueden más que trincheras de piedra” es agarrada por las puntas, sin piedad alguna. Nos creemos que por ganar un voto más o menos en los organismos internacionales ya hicimos el mundo. José Martí, sin embargo, aun sin ser guerrero, con la pluma más culta de su siglo murió empuñando un fusil.

La violencia es legítima cuando es usada por los oprimidos. La no violencia es un ardid de los enemigos de clase en el que caemos como mansas palomas

¡Y puedo citar a José Martí! , para que no me sigan hablando de fanfarronerías pacíficas:

“Es licito y honroso aborrecer la violencia y predicar contra ella mientras hay modo visible y racional de obtener sin violencia la justicia indispensable para el bienestar del hombre, pero cuando se está convencido que por la diferencia inevitable de los caracteres, por los intereses irreconciliables y distintos, por la diversidad honda como la mar de mente política y aspiraciones no hay modo pacífico suficiente para obtener derechos mínimos de un pueblo(...) o es ciego el que sostiene contra la verdad hirviente el modo pacífico, o es desleal a su pueblo el que no lo ve y se empeña en proclamarlo.”2

Ahí está José Martí, aquel al que quieren envolver la aureola de ridículo pacifismo, proclamando la violencia como método para obtener justicia para los oprimidos. La violencia no es inmoral, si lo fuese, serían inmorales los bolcheviques, los chinos, los vietnamitas, los cubanos... y los nicas... Los nicas de 1979, claro está.

La opción electoral nos anda acosando, y en nombre de ganar unos votos debemos enrolarnos en una “unidad” inoperante y pestilente. Ya el Che nos advirtió sobre ella:

“Los gobiernos democráticos de amplia base popular ascienden laboriosamente, y muchas veces antes de asumir el poder, ya están estigmatizados por la serie de concesiones previas que han debido hacer para mantenerse.“3

Muchos ejemplos pudiéramos analizar en este recurrente lema que esgrimimos con el mayor conformismo “Votar por el mal menor” y reducir nuestra actividad tan sólo a campañas electorales.

Conformar organizaciones revolucionarias no implica de antemano que haya que presentarse al siempre tibio, mediatizado y no pocas veces corrupto escenario electoral. El análisis de Néstor Kohan “Crisis orgánica y revolución pasiva. El enemigo toma la iniciativa”4 es un punto de partida. Nos daremos cuenta allí, explicado por un experto, hasta dónde han llegado nuestra confianza en las elecciones. Estas revoluciones pasivas, en la mayoría de los casos son...involuciones no más.

Mas ahora no tengo ánimos para profundizar. Frente a mí están los sucesos de las elecciones de Nicaragua (la involución rosa de la revolución rojinegra). A la que a diferencia de otros procesos no puedo analizar fríamente. Ningún revolucionario del mundo puede hacerlo, pero menos aun un revolucionario cubano cuya juventud estuvo diseñada en gran medida por la Nicaragua contestataria y espléndida; cuya música preferida eran los pintorescos y aguerridos versos de Carlos Mejías Godoy, aquella “soga con cebo” de Silvio Rodríguez que fue rota en 1979. Aquella “patria rojinegra” desangrada por los contras y el imperialismo y fenecida a manos de las urnas.

Será precisamente por el asesinato de la revolución nicaragüense a manos de las elecciones de 1990 que soy alérgica a los comicios burgueses.

Acá me detengo y les pido a mis lectores piedad, porque yo no pienso tenerla al ver que se pinta de rosa una revolución auténtica delante de nuestros vítores de “la revolución pacífica” con una victoria que en nada es comparable con aquel 1979, donde los cubanos participamos envueltos en el compromiso de la revolución latinoamericana.

Claro que nos alegra la victoria del FSLN frente a la derecha neoliberal de Montealegre, ¿mas será eso a lo que debemos conformarnos? ¿Será que no tenemos derecho a aspirar a una revolución? ¿Será que los que vivimos con el ardor de la revolución rojinegra de los 80 debemos conciliar el sueño con esta revolución espiritual y confesional pintada con el rosa más débil?

Lo que los cubanos revolucionarios tenemos que decir sobre las elecciones en Nicaragua no es una estampa más; es la estampa de los que vivimos aquella epopeya con el mismo compromiso (o más) de lo que pueda resultar la revolución bolivariana en Venezuela. Allí no estuvieron sólo médicos, maestros; estuvieron combatientes revolucionarios que entregaron sus vidas por aquella revolución...

Cuando en febrero de 1990 el FSLN se presentó a elecciones y perdió por supuesto en virtud del trabajo sucio del imperialismo, fue entonces que entendí que el Muro del Socialismo se había destruido definitivamente, y que de alguna manera algo de responsabilidad teníamos todos los revolucionarios en aquello. La caída del Muro fue mucho más dolorosa en nuestra Nicaragua que en Europa del Este.

La compensación que tuvimos en Cuba fue que en medio de aquella desolación ética, Fidel Castro enarboló las banderas de Socialismo o Muerte tratando de hacer pertinente la disyuntiva Patria o Muerte y no se dejó provocar por las sirenas de las elecciones ni de la democracia burguesa. Cuba apretó el cinturón y lloró esas sucesivas pérdidas sosteniéndose en su sitio. Un monumento de respeto deben los marxistas revolucionarios a Fidel Castro no más que por eso. No se ha dejado provocar con las elecciones capitalistas, a pesar de las interminables críticas llegadas incluso de los amigos.

En esos mismos años, cuando no permitimos que ninguna ingerencia burguesa nos amenazara, se desarrollaron en Cuba los parlamentos obreros, para dejar claro cual eran las elecciones que andábamos necesitando. La única democracia que necesita una verdadera revolución: la democracia proletaria, donde los burgueses están condenados al silencio.

En Nicaragua se apeló a la democracia representativa. Y tuvimos que ver espantados como se volvían a apropiar los burgueses de lo que era del pueblo... incluido lo que el pueblo cubano donó al nicaragüense.

Peor aun, la dirección del FSLN sin sacar las cuentas necesarias, apeló por cuatro veces a las urnas. Cada vez se despintaba más el rojo de su bandera. Ahora creen que por fin ganaron la batalla.

Sucede que han volteado tanto a la derecha, que ya es un partido electoral y que aquella organización revolucionaria que nos hizo vibrar en los 80, es uno más de los partidos electorales que nos andan sobrando en nuestra región.

Los sandinistas y sus seguidores, entre los que me cuento, debemos denunciar a viva voz que nos han expropiado el nombre y se lo han colocado a un partido que ha considerado oportuno la unidad con los enemigos para vencer.

¿Y qué cosa es la Unidad y que cosa es vencer para ellos?

“Demos gracias Dios que nos da fortaleza, que nos da fuerza de espíritu, para seguir luchando por el Trabajo, por la Paz, por la Reconciliación”5, dijo Daniel Ortega en el discurso en que cerraba su campaña. Es esa la Unidad, la Unidad incompatible, fatua y banal de los grupos humanos que se encuentran en lados opuestos de la barra y entre los que nunca podrá haber unidad. ¡Ni Jesús al que tanto se empeñan en proclamar ahora, confió en esa unidad! Recordad nada más aquel ojo de aguja por donde aquellos camellos no podían transitar de la cita bíblica.

Es obvio que todos los revolucionarios esperábamos el triunfo del FSLN . Eso sí, deberíamos analizar con más cuidado los planteamientos de Ernesto Cardenal cuando incluso instaba a no votar por el Frente ¿pero de qué Frente hablamos? El sofisma “Gran Unidad Nicaragua triunfa” es quien fue a elecciones, y en una amalgama incoherente de Reconciliación con Revolución Ortega le ha ofrecido la paz y la concordia a los nicaragüenses ¿Qué se entiende por revolución espiritual? ¿Cómo se define? . Como nos dijo Ernesto Cardenal ¿unidad entre pobres siguiendo como pobres y los ricos como ricos? ¿Es esa la unidad que necesita Nicaragua? ¿Hay ley de punto final a los corruptos de Arnoldo Alemán y los contras?

Escuchemos lo que le dijo Tomás Borge, comandante fundador del FSLN a un periodista del Clarín:

¿Cómo no vamos a querer tener buenas relaciones con ellos (Estados Unidos)?¨ Un país económicamente fuerte, que si quisiera podría ser de gran ayuda para Nicaragua y para sacar a este país de la pobreza. Si nos ayudan, estamos dispuestos a abrazar al gobierno de Estados Unidos, con el corazón abierto.”6

Corazón abierto a los Estados Unidos de Norteamérica que asesinó a la revolución nicaragüense ¿Qué es lo que ha cambiado en ese gobierno que no sea para peor?

A la pregunta de a qué Borge llama izquierda, responde:

”Trabajar por los pobres, pero sin pelearnos con los ricos, porque eso es posible. Ser antiimperialistas, como lo somos, y buscar cómo salir del atraso. Y también ser decentes, apegados a una ética y a principios morales”.6

Pero al colmo se llega cuando Tomas Borge pide disculpas por la revolución nicaragüense:

“Mire, ojala vuelva una parte de la Revolución, aquella de la salud para todos, la alfabetización, el descenso de la mortalidad infantil y materna. Fuimos un país muy digno y lo dejamos en claro ante quienes querían dictaminar qué debíamos hacer. Pero fuimos arrogantes y espero que no regresen los males de una reforma agraria arbitraria, la nacionalización del comercio interior o las arbitrariedades que se dieron con las expropiaciones, por ejemplo y los recortes a las libertades públicas y de expresión”.6

No me entero todavía como harán justicia social con mecanismos de propiedad sobre los medios de producción en uno de los tres países más pobres de la región.

Tan es así que el líder del Partido Nacional Liberal Ricardo Castillo Quant militante del otrora partido de Anastasio Somoza expresó con sinceridad pasmosa:

“Los sandinistas han pedido perdón al pueblo de Nicaragua y debemos apreciar que lo que pasó ya no tiene remedio, pero hay que hacer esfuerzo de dejar el pasado y comenzar de nuevo."7

La tesis de paz y reconciliación en un país con el 60% de pobres suena (al menos a los revolucionarios) muy agrio e hipócrita. Basta volver a leer a Ernesto Guevara para saber que esa revolución espiritual que se proponen a ser en Nicaragua es mera caricatura de revolución.

No sólo esto, como citan muchos analistas, Daniel Ortega intenta mantener TLC firmado con los Estados Unidos (CAFTA), a pesar de iniciar colaboraciones con el ALBA, lidereada con la Venezuela bolivariana y Cuba socialista. ¿Como logrará hacer compatibles ambos proyectos?, sólo Dios lo sabe, porque ambos proyectos, a decir del Presidente Chávez, son diametralmente opuestos y excluyentes. Daniel Ortega se ha aliado burdamente a Arnoldo Alemán, el político más corrupto que haya conocido Nicaragua, más aun, su vicepresidente es uno de los contra que con el apoyo de Ronald Regan y la CIA asesinaron a cientos de jóvenes sandinistas que trataban de salvar la revolución de Sandino.

Y como broche dorado para el nuevo traje del mal llamado sandinismo, los que otrora levantaban la bandera rojinegra, se codean con la iglesia de la derecha que coadyuvó a destrozar la revolución. Nuevos aliados de Ortega son el Arzobispo de Managua Leopoldo Brenes y el Cardenal Miguel Obando, que tanto daño hicieron a la verdadera religión, allá en otros lejanos tiempos, cuando la teología de la liberación era quien representaba a Dios y a los pobres en Nicaragua.

Tomás Borge por su parte en esa lamentable entrevista el 8 de Noviembre en el Clarín. a una pregunta sobre la concepción que tenía sobre la izquierda dijo que la revolución sandinista no fue de izquierda:

”No, aquello no era izquierda, fuimos insensatos, arrogantes, burócratas y fuimos una frustración por los errores que cometimos. Ahora somos una izquierda realista, lúcida, fieles a los intereses de los pobres”.6

Al buen entendedor... basta con esto. La Nicaragua revolucionaria por la que dieron la vida tantos hombres y mujeres, inspirados en el ejemplo de Carlos Fonseca Amador, todos ellos, fueron insensatos y burócratas. ¡Válgame Dios!

Ni siquiera es esto lo más vergonzoso: Esta reconciliación con la derecha de la iglesia católica es un bofetón a los verdaderos creyentes.

Hace pocas semanas los "danielistas" votaron en el Congreso la anulación de la ley que permitía abortos terapéuticos. Una ley que estuvo presente incluso en los gobiernos más trogloditas. Ahora se deroga a expensas de lo que fue una revolución. ¿Cómo explicar que en eso consiste la política, como se cansan los “políticos” de decirme?

La señora Murillo, esposa y jefe de campaña de la cosa esa que se llama: Unidad Nicaragua Triunfa, que venció en las elecciones del pasado día 5 de Noviembre, ha confesado que:

“Nosotros, precisamente porque tenemos fe, tenemos religión; porque somos creyentes, porque amamos a Dios sobre todas las cosas, es que hemos sido capaces de sobrellevar tantas tormentas, ¡sin inmutarnos! únicamente, aprendiendo de cada dificultad, lo que el Señor ha querido enviarnos como lección, como aprendizaje. Por eso también defendemos, y coincidimos plenamente con la Iglesia y las Iglesias, que el aborto es algo que afecta, fundamentalmente a las mujeres, porque ¡jamás nos reponemos del dolor y el trauma que nos deja un aborto! Cuando las personas tienen o han tenido que recurrir a eso, jamás se reponen.”8

No se dónde estaba escondido Dios frente a tantos niños hambrientos y desvalidos, no acabo de entender cuál aprendizaje extrajeron en estos 16 años que no fuese la alianza con los asesinos de los pobres.

Aunque no soy creyente, me siento cristiana en lo más profundo. Por eso estoy al lado del padre Ernesto Cardenal, aunque muchos consideran exageradas sus críticas al danielismo, yo trato de interpretar el desprecio que se alberga contra los traidores de un ideal. Su artículo del 27 de Octubre9 es un llamado a los que no acaban de entender la metamorfosis de ese movimiento.

Ernesto Cardenal es un amigo de mi revolución. Le recuerdo siendo niña al lado de mi madre en Casa de las Américas. Está asociado a los recuerdos más puros de mi primera juventud. Su, ya desde entonces, blanca cabellera y aquella serena confianza que emana el sincero cristianismo le confirió la confianza de la revolución cubana. Él pertenece a ese cristianismo que a decir de José Martí murió en manos de la burocracia de la jerarquía eclesiástica. Ernesto Cardenal ostenta la medalla José Martí, otorgada por el Consejo de Estado de Cuba...la firma Fidel, nadie más. No creo que nadie acuse a Ernesto Cardenal de no saber de política. Es por eso que me siento a su lado y pertenezco a su partido.

Por otra parte constituye un asesinato en serie penalizar el aborto terapéutico, mas cuando eso se hace para ganar unos votos, se convierte en una criminal ironía.

¡No señora Murillo! ¡De lo que no nos reponemos las mujeres es de no decidir sobre nuestros cuerpos y nuestras prioridades! ¡De lo que no nos reponemos es que una niña de 12 o 13 años sea violada y deba parir aunque no esté en condiciones de cuidarse siquiera a sí misma! ¡La que no se repondrá nunca es la vida de la joven que murió sin asistencia médica por un embarazo que requería bajo las más elementales normas éticas de ser interrumpido frente a los ojos de los galenos, que no sé si a la sazón puedan dormir en paz! La joven y el bebé murieron sin piedad. Hipócrates sin dudas les cobrará a esos médicos no haberla salvado.

Los ricos no tienen problemas. Viajan a los Estados Unidos o a Europa y abortan o componen el embarazo Esa derogación es contra las mujeres pobres.

Los movimientos feministas de Nicaragua y de América Latina deberemos luchar contra la derogación del derecho al aborto. El colmo que se haga eso en nombre de la revolución espiritual..

Uno de los orgullos de ser revolucionaria cubana es ver como se cuida en Cuba el embarazo de la mujer. Todas las que concebimos marchamos seguras y felices esos nueve meses, sabiendo de la asistencia gratuita y responsable. Muchos familiares y amigos prestaron servicios de salud en la Nicaragua revolucionaria, incluida una hija del Che Guevara, que fue como médico pediatra a ese país y se convirtió en una médico internacionalista.. Aleida Guevara proclama con orgullo aquel primer aprendizaje. Si es que en virtud del ALBA los médicos cubanos asisten a Nicaragua.... ¿Qué harán frente a un caso donde peligra la vida de la mujer por no poderse realizar el aborto en virtud de la ley derogada? Estoy segura que los médicos cubanos salvaran la vida de las mujeres so pena de ser condenados a ocho años de prisión.

Para terminar no se me olvida lo que mis críticos van a reprocharme sin dudas: Que el Comandante Fidel dio su apoyo a Daniel Ortega.

Lo sé; y me he tardado tanto en escribir pensando en eso. No sólo por la devoción que le tengo, mucho más en estas circunstancias concretas en que se encuentra su salud, mas en las noches de insomnio, debatiéndome en este dilema, volví a pensar que una cosa es el Presidente de Estado Fidel Castro, al que por supuesto le alegra que un gobierno neoliberal sea derrotado en la región, sean cual sean las circunstancias; y otro es mi Comandante de verde olivo, que a diferencia de Daniel Ortega nunca se ha cambiado su traje, a ése que sufre por cada niño o mujer que muere en el mundo; que abre la puerta de nuestros escasos recursos para los pobres, a ése para el cual la política es la verdad y nos ha enseñado a ser honestos..a ése es al que le debo entera lealtad.

Sí, al Comandante en Jefe le estoy siendo fiel, aunque muchos me griten lo contrario, aunque él mismo pueda recriminar estas líneas.

Hablo a título personal. No represento ni a mi Partido, ni a mi gobierno, hablo por mí misma, por los impulsos de haber nacido y crecido en la revolución cubana con la presencia del estadista más honesto que recordará la historia del hombre.

¡Ah sí! Quizás un poquito con el recuerdo de Haydée Santamaría, que fue una de las primeras que viajó a la Nicaragua sandinista en 1979 y que vino de allá llena de flores de papel y de luces. Tal vez haya sido esta revolución la última felicidad de mi madre antes de abandonarme en 1980.

Por lo demás son los argumentos de una cubana, que a pesar de su edad, no parece entender la política.

Algo sí movió mis esperanzas. Y es que, a pesar de todo, el pueblo de Nicaragua sigue siendo sandinista. Y es a ese pueblo al que me sumo con la linda bandera de Sandino, esa bandera rojinegra que es la bandera de mi 26 de Julio, que es la bandera de los anarcosindicalistas, y inundó las calles de Managua, a pesar de la estúpida bandera rosa.

Con esa bandera, con el autentico himno de Nicaragua, sin dudosas modificaciones, de apelaciones a la paz, criticando con fuerza al imperialismo, la revolución nicaragüense se levantará y dejará de ser una mera elección rosa y volverá a ser la novia rojinegra de nuestro querido Carlos Fonseca Amador en memoria a sus 30 años de muerte.

Y termino con una enseñanza de José Martí que parece haber estado escrita para estas circunstancias; está escrita para aquellos ...esos... que saben mucho de política.

“La política es una ocupación culpable cuando se encubren con ella, so capa de ocupaciones indebidas, la miseria y desdicha patentes, la gran miseria y gran desdicha del pueblo, que los soberbios y los despaciosos suelen confundir con su propia timidez y complacencia.”10




Referencias

1. Ernesto Che Guevara. “Tácticas y estrategia de la revolución latinoamericana”. Octubre – Noviembre 1962( publicada en Verde Olivo el 6 de Octubre de 1968)

2. José Martí “ Ciegos y desleales Obras Escogidas en III tomos Editorial Política 1981 Tomo III p182

3. Ernesto Che Guevara. “Pasajes de la Guerra Revolucionaria”. 1959. Ediciones huracán 1975 p.10

4. Néstor Kohan. “Crisis orgánica y revolución pasiva. El enemigo toma la iniciativa” Rebelión 28 de Octubre 2006

5. Daniel Ortega. Palabras de fin de la campaña electoral 4 de Nov.2006

6. Tomas Borge “El Clarín” 8 de Noviembre 2006

7. Ricardo Castillo Quant Nicaragua` para las elecciones de noviembre ... AFP , Managua Boletín informativo de la Izquierda radical 27 de agosto 2006

8. Palabras de Rosario Murillo a través de la Nueva Radio Yasobre el inicio de Campaña de la Gran Unidad Nicaragua Triunfa 15 de agosto .( Periodista Denis Schwarzt)

9. Ernesto Cardenal Rebelión 27 de octubre 2006

10. José Martí. Política insuficiente Obras Escogidas en III tomos Editorial Política 1981 Tomo III p179



(1) Celia Hart Santamaría, activista política y escritora cubana, hija de los dirigentes históricos de la Revolución Cubana, Armando Hart y Haydée Santamaría.Era una ferviente defensora de Fidel Castro, del Che Guevara y la Revolución Cubana, al tiempo que era también una vocal seguidora de las enseñanzas políticas de León Trotsky.Murió en un accidente automovilístico este 8 de septiembre en La Habana.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

3 millones que no votan y nuestro Partido Comunista

x Fesal Chain

"Antes del cierre de los registros para votar en las próximas elecciones municipales, el director del Servicio Electoral (Servel), Juan Ignacio García, señalaba que “si consideramos que el segmento juvenil está entre 18 y 29 años, ese grupo representa un poco más de 7 u 8 por ciento (del total de inscritos)”. Situación lamentable si se compara con la apertura de las Juntas Inscriptoras en 1988, cuando la participación de juvenil alcanzaba el 25%. Hoy, más de tres millones de jóvenes están en edad de participar, pero no lo hacen".(1)

Esta es la realidad. Como le dice el padre a su hijo julito en la película Julio comienza en Julio,de Caiozzi, ESTA ES LA REALIDAD. Ya lo había planteado en otro artículo, sin embargo, este dato lo relaciono con la estrategia de la izquierda extraparlamentaria hoy y con la reflexión del Subcomandante Marcos hace pocos días a proposito de la Convocatoria al primer Festival de la Digna Rabia a realizarse en territorio Chiapaneco, en algunas semanas más.

"El hastío frente al cinismo y la incompetencia de las clases políticas tradicionales, se ha ido convirtiendo en rabia. En veces esa rabia sigue la esperanza de un cambio por los mismos caminos de siempre, y se topa o con la desilusión que inmoviliza o con la fuerza arbitraria que avasalla".

Yo hace algún tiempo escribí un artículo que defiende el Pacto por Omisión del Partico Comunista con la Concertación, sin embargo, en ese mismo artículo plantié lo que a mi juicio NO debía pasar en el intento legítimo del PC de incertarse en la institucionalidad y recuperar los espacios de lucha democrática. 

Afirmé que "Hoy, el estar presente en las luchas electorales y de manera cada vez más eficaz, nos permitirá combinar resueltamente la lucha electoral y las capacidades de representación de nuestros líderes políticos y sociales, con las luchas y movilizaciones sociales. Desarrollar múltiples y variadas formas de lucha democrática. Puesto que el estar presente en el sistema político de partidos, no ha significado en la historia del partido y no debe significar nunca el dejar de estar junto al pueblo en las calles, en los lugares de trabajo, en las universidades, liceos y escuelas, en las comunas populares, luchando codo a codo por la democracia y la justicia social".

De esta manera surge la gran icógnita planteada por Marcos ¿La esperanza de un cambio por los mismos caminos de siempre, se topará con la desilusión que inmoviliza?

Desde una perspectiva de realidad pura, como la que nos muestra el Servicio Electoral, es definitivo que al menos en las elecciones, el Partido Comunista no apela a los 3 millones de jóvenes no inscritos, pero dado el fragor y la focalización de la lucha electoral, tampoco los moviliza.

Entonces la cuestión aflora por sí misma.Al menos la lucha electoral, en este intento de recuperar los espacios institucionales en lucha democrática, no es muy posible de combinar con la movilización de los 3 millones de desencantados, justamente, de la institucionalidad y de la misma lucha electoral.

El asunto entonces es que si como Partido, efectivamente recuperamos el sitial en campo de las instituciones representativas, daremos desde ese ese mismo momento una lucha política capaz de encantar a los 3 millones de desencantados y movilizarlos. Ese el punto y la tarea a acometer entre otras. Que tengamos la capacidad de hacerlo, para que los más pobres y los más jóvenes, no caigan en la ya engendrada rabia y la desilusión que inmoviliza.

En definitiva, dar la lucha elctoral y recuperar nuestro sitial en la institucionalidad, mediante pactos con los sectores menos reaccionarios del bloque en el poder, no puede hacernos olvidar que hoy una buena parte del padrón electoral, al menos la mitad es oposición a la Concertación, por sus ineficiencias e ineficacias en las políticas públicas y sus crecientes grados de corrupción. Sumado a esto su evidente traición a los postulados históricos de la izquierda como directriz de cambios al sistema liberal. 

Y que por otra parte existe ese tremendo ejercito político de reserva de 3 millones de chilenos y chilenas que estarían dispuestos a luchar por un proyecto de cambios, si sus desesperanzas y sus rabias son representadas y acompañadas de manera transparente, innovativa, creativa, aglutinadora y movilizadora.

Como lo planteo el Partido en el Informe al VII del Comité Central del 11 de Mayo del 2008: "La dialéctica entre impulsar con todos los cambios democráticos por mejorar la calidad de vida del pueblo con nuestro papel de fuerza opositora al neoliberalismo y a su gobierno es compleja. No es sencillo visualizar en la práctica que el proceso de construcción de una correlación de fuerzas más favorable a los cambios democráticos de fondo – los cambios que deben concluir en la construcción de un nuevo poder político estatal - debe nutrirse también de los que vienen de vuelta, de los miles de desencantados de la política de las fuerzas que integran el actual bloque en el poder". 

Esto es correcto y apunta a un crecimiento real, sin embargo también los cambios que deben concluir en la construcción de un nuevo poder político estatal, deben nutrirse de aquellos desencantados de la lucha electoral y de los espacios institucionales. Dicho de otro modo, el proceso de acumulación de fuerzas, también debe ponerse en marcha a partir de esa enorme masa de 3 millones de desencantados, que son jóvenes y en gran medida pobres. 

Si no logramos creativamente impulsar una lucha total y completa, también a partir de ese segmento tremendamente importante de la población, lo más probable es que ocupemos un lugar institucional de representación de una parte mínima de los 8 millones de inscritos, que al menos hoy es del orden de 5%, es decir alrededor de 400.000 personas. Lo anterior es importante, pero en estricto rigor, es representar a una minoría de un padrón envejecido, es decir es luchar en los marcos de la distribución de votos de un padrón electoral de baja legitimidad. 

Modestamente a mi juicio,  ese es el primer peldaño a caminar de una fuerza política como la nuestra, que aspira a conducir a las grandes mayorías populares del país. No nos podemos quedar en la lucha por la re-distribución o re-presentación de solo un segmento minoritario mas o menos, de los 8 millones que hoy votan, sino ampliarnos a los 3 millones que NO votan y que, sin lugar a dudas, estan potencialmente dispuestos a ser representados y movilizarse por sus derechos históricamente conculcados.

Como siempre lo afirmo, espero que este análisis se lea como lo que es, un aporte a la estrategia fijada por nuestro Partido en este período. Siempre creo que los aportes son reales en la medida que suman, es decir que se hacen complementarios. Y este análisis, al menos esta escrito con dicho espíritu.

Con Allende, Gladys, Víctor y el pueblo , MIL VECES VENCEREMOS






(1) Extractado del Sitio www.bcn.cl Biblioteca del Congreso Nacional

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Sus labios hablan mas que mil palabras nuestras

Por José Luis Castillejos. Enviado
Chané, 17 Sep (Notimex).
Editado por Izquierda Chilena


“Para nosotros, Dios y Evo”, afirmó enfática a Notimex la anciana Carmen Figueroa quien alza un palo con punta con el que asegura resguardará la presencia en el poder de su gobernante, líder moral y máximo dirigente del Movimiento Al Socialismo (MAS).
Figueroa es una de los mil campesinos que tienen bloqueada, desde hace cinco días, la carretera entre Chané y Minero, un poblado vecino donde para llegar se debe pasar un verdadero calvario e ingresar con el salvoconducto y recomendación de algún líder.
“Con Evo recobré mi condición de mujer, de madre, de anciana. El tiene una visión muy distinta de los (prefectos) autonomistas que nos dan palos y chicotazos cuando nos aparecemos en la Plaza de Armas de Santa Cruz”, comentó desde una barricada colocada a unos 75 kilómetros al Norte de Santa Cruz. La mujer, de 73 años, dijo que ella tuvo el “atrevimiento” de caminar por las limpias calles del parque central 24 de Septiembre en Santa Cruz, pero fue corrida por gente blanca que le gritaba “fuera, colla (indígena del altiplano) cochina”. “A nosotros nos dicen no queremos ver a esta colla y nos patean, nos jalan de los cabellos y nos dan de chicotazos. Se olvidan que ante los ojos de Dios y Evo, somos una misma raza”, añadió.

Para acceder a Aurelio Arnez, el secretario general de la Central de los Agricultores y presidente del Comité de Bloqueo, hay que pasar por su cuerpo de seguridad, un grupo de campesinos de filudos palos y fierros, cadenas y machetes desenvainados.
La condición es no tomarle fotografías, pero una vez distendido el clima y aclarado de que se trata de prensa internacional, Arnez dialoga con Notimex y refiere que tienen la voluntad de terminar los bloqueos a condición que los opositores a Morales no los hostilicen. “No somos intransigentes. Estamos en contra de esa prepotencia que ha asumido el prefecto (gobernador) de Santa Cruz, (el opositor) Rubén Costas, usurpando las funciones de las entidades públicas, violentando, asaltando”, acotó.
Los dientes de este campesino son verdes. Dentro de la boca tiene un bolo de hoja de coca mezclada con cal. En la mano derecha un cigarrillo; tiene la apariencia o de estar desvelado o de haber consumido alcohol.

-Si se agrava el diálogo. Si no se llega a un punto de acuerdo, ¿esto se puede desbordar?, se le pregunta.
Una rápida y corta respuesta sale de sus labios: “estamos movilizados para sostener la integridad de nuestro país, para eso estamos acá. No creo que funcione la visión separatista de los prefectos”. Advirtió que las organizaciones sociales están listas para una resistencia de largo aliento. “Vamos a sostener a Evo Morales en el poder”.

Virgilio Flores Parea, otro de los máximos dirigentes del Comité de Bloqueo, militante del MAS y gente de Evo Morales explicó por su parte que se han concentrado en las afueras de Chané en repudio a la masacre campesina en la norteña región de Pando. “Estamos en este lugar alrededor de cinco días. Empezamos la protesta en San José y luego nos concentramos en Chaná desde donde exigimos que estos prefectos asaltantes devuelvan las instituciones del Estado boliviano y queremos la renuncia de Costas”, puntualizó. Aseguró que la tenaza del bloque que se extiende por la región de Cuatro Cañadas, El Torno, Yapacaní y San Julián se va a ir cerrando poco a poco, pero todo va a depender de cómo avance el diálogo que este jueves inician en Cochabamba los prefectos y el gobierno. El dirigente dijo que van a apoyar a Evo hasta las últimas consecuencias y en ese proceso van a retomar las tierras que detentan grandes hacendados que son de entre 10 mil y 60 mil hectáreas. “Nunca antes ningún presidente había ayudado a los pequeños y medianos productores para poder vivir mejor en temas de financiamiento, en producción y este gobierno lo está haciendo, así que tenemos que poner el pecho por él”, recalcó. Advirtió que si persisten los miembros del Comité Cívico de Santa Cruz con su maltrato a la gente humilde, a las mujeres que usan polleras (faldones) y a los hombres del campo van a saldar cuentas con los “cambas”, como llaman a la gente blanca cruceña.

Fructuoso Machaca es un agricultor de 73 años que no se aguanta y suelta en llanto tras afirmar que él es un “pobre entre los pobres. Véame, soy miserable. No tengo tierras, paso hambre, no tengo comida. Dígame si eso es justo”. Originario de la región Minera de Potosí, Machaca habla bajito para que nadie lo escuche: “soy agricultor sin tierra. Pero con Evo esto va a cambiar. Dejaré mis últimos años ya sea al filo del surco, echando machete o muriendo por una nueva Bolivia”.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Ser Comunista hoy (2)

x Fesal Chain

Acabo de releer la Novela La Sangre y la Esperanza de Nicomedes Guzmán. Qué gran Novela, no sólo desde la óptica de la crónica detallada del mundo obrero urbano de comienzos del siglo XX, de los comienzos del Partido Comunista y de la FOCH por acá en el barrio La Chimba, sino como ejercicio riquísimo del lenguaje, de superposición de géneros: poesía, epistolar, literatura fantástica, lenguaje sicoanalítico, etc, etc. 

Sin embargo, al terminar de leerla, con los ojos húmedos, hice una breve reflexión en voz alta acá en la casa. A proposito de la clase obrera y del Partido, de nuestro partido que es, como tantas veces he afirmado, un espacio de identidad, de afectos y tambien de enojos, como una familia. 

Yo no nací en el seno de una familia obrera ni pobre, aunque mi abuelo fue inmigrante y llegó muy pobre a Chile, trabajando de "falte", es decir con una maleta  vendiendo peines, hilos, agujas y lo que le "falte" a las mujeres del campo y los pequeños pueblos que rodeaban Linares. Y a mi abuelo le fue bien, logró ser un comerciante establecido y traer a mi abuela a Chile y tuvo sus hijos acá. De los siete , dos profesionales y el resto de los hermanos, comerciantes pequeños, mis tres tías costureras, gracias a las políticas de promoción que comenzaron bajo el gobierno de Frei padre y que crearon las escuelas técnicas para mujeres.

Mi padre estudió Medicina en la Universidad de Chile, gracias a los esfuerzos de aquel inmigrante, que con dificultad leía en árabe y en castellano y que fue hijo de un siglo XIX, sin electricidad, ni televisión. 

Mi padre siempre me acercó a la literatura, yo cuando niño  recién vine a ver televisión a los 5 años y un solo canal TVN con Tevito bailando, Pin-Pon, Música Libre, y nunca fue la TV un aparato central en la casa. Y la literatura que leí fue primero la rusa, luego la naturalista chilena y de ahí volé a multiples generos y autores de muchos países. 

Yo fui hijo de la literatura, los minilibros quimantú, la biblia, un gran libro rojo con las obras completas de Neruda hasta 1962 y otro gran libro café, la historia de la revolución china en imágenes de arcilla a tamaño natural. Y la revista mampato.

Después de 15 años, logré gracias a la literatura, al conocimiento de la realidad a través de la literatura, irme acercando paulatinamente al mundo obrero y popular que conocí y emocioné en los libros. A los 18 en San Miguel, conocí a los "viejos" de los sindicatos obreros, luego al mundo poblacional, hijo de la vieja clase obrera y del mundo campesino en tantas jornadas de lucha contra la dictadura. Los libros me ayudaron mucho, no eran suficientes, pero si necesarios, ya había leído a Baldomero Lillo y a Nicomedes Guzmán, ya conocía aunque fuera un poco, la vida y las costumbres de la clase a la que no pertenecía pero a la que siempre, desde niño, quise allegarme, unirme, aliarme en la lucha por un Chile más justo.

Así que la reflexión fue simple, yo anoche le decía a mi mujer, a mi compañera, que uno puede llegar a la conciencia de clase, a vivir y a sentir y a luchar, desde dos direcciones distintas al menos, nacer en la clase obrera, en el mundo de los pobres del campo o la ciudad, o desde niño comenzar a conocer ese mundo, desde los libros, desde las palabras de sus protagonistas y de ahí saltar a la reflexión consciente y de ahí dar un salto bien dado, a la práctica real.  Dos direcciones que llegan al mismo punto.

Por eso los comunistas somos un partido de la clase obrera y de la intelectualidad consciente y porque no decirlo, emocionada. Somos sobretodo un partido de la clase  obrera, pero somos un partido de los poetas, de los escritores, de los músicos, de los artistas también. 

Yo sé que hoy, gran parte de  la falta de unidad y de solidaridad y de lucha común de los sectores medios que nacieron pobres y marginados o que se fueron forjando a puro ñeque, con la clase obrera y los actuales pobres del campo y la ciudad, se debe al desconocimiento desde niños,  de la vida obrera y popular, al no escudriñar en su historia, en sus batallas, en su dolores y alegrías,  en un país en que las distancias físicas, la exclusión del mundo obrero fuera de los límites de una ciudad amurallada, es parte de su planificación política, urbana y policíaca 

A nuestros niños de los sectores medios, bien le haría leer la literatura social de Chile, la literatura que nació en el mundo obrero y popular, que tan bien retratado, está, por ejemplo en esta gran novela de Guzmán, La Sangre y la Esperanza.

viernes, 12 de septiembre de 2008

La defensa del proceso revolucionario


x Fesal Chain

Bolivia y desde luego Venezuela están en una situación compleja, "histórica", en el sentido de que lo que suceda en las próximas horas y días, definirá  de cierta forma, el presente y futuro de la revolución latinoamericana, de la izquierda y del pueblo. 

El vacío histórico, que en su momento planteó el P. Comunista de Chile, al impulsar la Rebelión Popular de Masas, a finales de la década de los 70, hoy se hace muy actual, tanto más que la revolución chilena o la vía chilena al socialismo, que al menos Chávez y Correa han defendido como experiencia valiosa para sus respectivos procesos en marcha. 

En definitiva y aunque muchos hoy proclamen que estos dos caminos son antagónicos e irreconciliables, es evidente que se refieren a las dos caras de la misma moneda, es decir al impulso de la revolución y la profundización de la participación popular  y a la defensa de ésta en un proceso democrático de masas armadas o apoyadas por las fuerzas armadas nacionales y continentales.

Hoy Venezuela y Bolivia viven momentos díficiles, ya la primera los vivió con el golpe de estado contra Chávez, facilmente aplaudido por la concertación chilena bajo el gobierno de Lagos. Bolivia acaso sea el experimento más débil, no por cierto por el tremendo apoyo de masas del proceso liderado por Evo, sino porque las oligarquías tienen un peso específico mayor en Bolivia que en Venezuela y las Fuerzas Armadas un peso específico menor de apoyo al gobierno y en definitiva, el imperialismo una capacidad de intromisión  mucho mayor.

A estas alturas de la historia, es  responsable plantear con claridad, la defensa por todos los medios posibles de los procesos revolucionarios del continente, para que nunca más se repita la oleada oligárquica del capital financiero y el imperialismo norteamericano de la década de los 70, y sus nefastas consecuencias en torturas y genocidio del pueblo, en un disciplinamiento cuasi definitivo de las FF.AA. como garantes de la Seguridad Nacional y fuerzas antipopulares y en la imposición del modelo neoliberal.

Las revoluciones sociales y políticas deben saber defenderse, lo planteado por Chávez de  la defensa de Bolivia y su solidaridad concreta de echar al Embajador Norteamericano al igual que lo hizo Evo, son decisiones mostradas como intromisiones, sin embargo nadie grita a los cuatro vientos la intromisión norteamericana por siglos en el continente y cómo el imperio derroca gobiernos democrático-populares de amplio apoyo de masas.

Hoy es necesario que nuestros hermanos y hermanas del continente, levanten la bandera de la defensa revolucionaria, sino con el pueblo armado, al menos alineando a las fuerzas armadas completamente, en apoyo de los procesos democráticos, populares y nacionales, en apoyo del socialismo y en apoyo de las mayorías y sus conquistas. la negociación es un medio, sin embargo ésta, carente de apoyo de masas y de apoyo de las fuerzas armadas o de un pueblo armado, dispuesto a defender sus conquistas, carece de todo sentido.

Nuestra incapacidad como izquierda chilena de haber defendido nuestro proceso de cambios por todos los medios posibles, nos ha llevado a un deterioro enorme como fuerzas sociales y políticas y la recuperación será ardua, larga y fatigosa. También somos en este sentido, por desgracia,  un ejemplo para los procesos en marcha en el continente.

Que no caiga Venezuela ni Bolivia, es un imperativo no solamente ético o de defensa de las instituciones legítimas y de los resultados electorales, como lo plantean casi todas las autoridades continentales y la unión europea, sino que es un imperativo para que toda la izquierda latinoamericana, de centroamérica y de México no sea nuevamente derrotada y con ella las masas populares y la posibilidad cierta de construcción de modelos de igualdad, justicia social y desarrollo.

A parar a los golpistas, que si no los paran, los golpistas se adueñan de todo, inclusive de la izquierda y del progresismo, como ha sucedido en Chile.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

La actualidad de la revolución social y politica o la revolución actualizada

x Fesal Chain

Como dice un artículista en este mismo blog, "...las revoluciones, como todo, avanzan, retroceden o mueren y los estancamientos son solo condiciones temporarias que preceden o suceden a cambios sustanciales". Bueno, ya es hora de determinar el estado de la lucha de clases en Chile, más allá de las propuestas programáticas, que ayudan a alguna acción, pero no la explican completamente.

Pero a la vez, para no aburrir, no haremos un análisis tan pormenorizado, que en buenas cuantas siempre es necesario realizarlo en colectivo y con una metodología muy rigurosa. Mi propuesta es partir de una idea básica. 

¿La Revolución social tiene vigencia, después de la caída de los modelos en los 90 y en plena situación crítica de los que quedan, incluídos los nuevos como Bolivia y Venezuela?, situación crítica en el sentido de la conflictividad permanente en las sociedades mencionadas y de los ataques sistemáticos del capitalismo financiero.

En relación a los conflictos en las sociedades socialistas o que construyen el socialismo, realmente en la izquierda, en nuestra izquierda se ha desarrollado poco o nada el análisis revolucionario. Es decir, a qué se refiere el conflicto desde la perspectiva nuestra. ¿A la existencia permanente de los contrarevolucionarios, a la existencia de una falta de mecanismos democrático-revolucionarios al interior de los regímenes, para administrar las divergencias internas de destacamentos proletarios con distintas miradas de cómo construir la revolución. A la existencia de la lucha de clases producto de las dificultades de terminar con las diferencias económicas de ingreso de las distintas capas sociales,  al interior de estas sociedades. A la existencia de aparatos político militares que se superponen a las masas trabajadoras y nos las permean y no se permean por las masas?

En relación a los ataque sistemáticos del capital financiero global, se ha realizado un análisis mucho más detallado y completo, acaso porque ya en los inicios de nuestra historia, Lenin fijo los criterios básicos en su obra, El imperialismo fase superior del Capitalismo.

Pero la cuestión es intentar re-descubrir si la revolución social y política es posible, aunque no esté a la orden del día, es decir si es posible construir un camino de masas que nos permita en definitiva hacer la revolución social y política en los proximos años y no subsumirnos en la socialdemocracia y la reforma, aún cuando siempre trabajemos por la profundización democrática.

La revolución chilena es posible, esa es mi mirada. Es posible, no meramente por los consabidos análisis de que existen las condiciones de explotación y super explotación en un capitalismo financiero improductivo y en un país dependiente del capitalismo global. No solamente por que exista un bloque social de al menos 3 millones y medio de personas absolutamente refractarios al modelo. Es posible porque las revoluciones son parte de la historia de la humanidad indefectiblemente, son parte del proceso histórico real y no hay fin de la historia.

Pero a la vez,  no podemos afirmarnos en el mecanisismo de la historia, las revoluciones son posibles si los partidos y movimientos de la izquierda se proponen hacerla y convocar a las masas para realizarla y se proponen acciones eficientes y eficaces con una mirada nueva. Fidel Castro y el M26 ya nos indicaron un camino, en el sentido que que los destacamentos revolucionarios, supieron ver donde estaban las masas realmente y salirse de la lógica imperante en la Cuba pre-revolucionaria, ya a esas alturas totalmente agotada.

Y no se trata de un llamamiento a la lucha armada, eso es una lectura muy burda. Se trata de un llamamiento a descubrir lo que está agotado y el talón de aquiles del modelo político-económico y social imperante y descubrir donde estan las masas realmente y que podemos hacer nuevo, total y absolutamente nuevo, pero que nace de nuestra historia, de nuestras experiencias de triunfo y de fracasos, que nace de lo viejo.

Que hoy no hay deseo revolucionario o que la derecha y la socialdemocracia dominan, son datos, es decir conforman la realidad sobre la que es necesario operar, pero ello no significa que la realidad sea sólo aquella. Es parte importante, es parte dominante, pero no toda la realidad. Los dominados, todos nosotros, los que formamos parte de la historia social del pueblo y de la izquierda existimos y de una manera u otra, vamos, como se dice al principio del artículo avanzando, retrocediendo o muriendo y los estancamientos son solo condiciones temporarias que preceden o suceden a cambios sustanciales.

Así que la pregunta es simple y dejemos ya los estados emocionales de la tremeda derrota del 73. O los estados maníacos de triunfalismos, que nada ayudan a mirar la realidad externa/interna de frente. En qué fase estamos,  si avanzamos, retrocedemos  o estamos estancados. Hay algunos indicadores muy claros, que si bien no son completamente válidos nos muestran al menos un dibujo del estado actual de las cosas.

La izquierda histórica y revolucionaria en 1973 era el 50% de la sociedad. Hoy somos el 5%. Esa es la realidad. Con respecto a 1973 hemos retrocedido enormemente. Bajo el puente de la historia han pasado las aguas negras del golpe de estado, de las caídas de los socialismos reales, y de la nueva forma del capital financiero y su dominio y seducción sobre las masas. 

También es un dato que hemos crecido en el período de la llamada transición. Comenzamos siendo un 3,5 % luego un 4,5, un 5.4 % y hemos llegado en las mejores condiciones al 9%. Estancamiento y crecimiento relativo.

Pero esos son datos de la causa. Hay un tremendo grupo social refractario al modelo y fuera de los procesos eleccionarios  que  suma 3 millones de personas, no son progresistas  o revolucionarios todos, pero son jóvenes y del mundo obrero y de los pobres del campo y de la ciudad y de una clase media empobrecida y están abiertamente cansados de la persistente injusticia social y exclusión construida bajo la Concertación. A tal punto que ya no quieren participar, están en la desesperanza.

Ese es el estado de la lucha actual y el talón de aquiles de la democracia socialdemócrata y burguesa. Del 100% de aquellos que votan, existe en promedio, un 95 % de la población alineada entre la socialdemocracia y la derecha y un 5% en la izquierda histórica y revolucionaria. Sin embargo hay tres millones de personas que hoy no están en el padrón electoral y que son una fuerza social del 37%, es decir identica a la fuerza electoral de la derecha, y muy superior a nuestras fuerzas, por ejemplo.

Miradas las cosas con un padrón real de 11 millones 200 mil personas, que así debería ser,la Concertación realmente es un 33%, la derecha un 35%, la izquierda extraparlamentaria un 5,% y los refractarios al sistema un 27%.

No es dificil plantearse que para la Izquierda, ese es el grupo social al que debemos convocar, y nos andar dándonos vuelta en el padrón restringido, sacando votación o apoyo de lo demás bloques. Eso no es nuevo, no es una mirada creativa. Y puesto que los procesos revolucionarios se hacen junto a las masas y especialmente aquellas excluídas y desesperanzadas, no será posible ningun tipo de cambio radical si no somos capaces de seducir y ser alternativa al 5% que hoy confía en nosotros y a ese 27% que no confía en nadie.  Y esto no tiene nada que ver con realizar o no el Pacto o acuerdo por omisión o el apoyo eventual a la concertación en segundas vueltas. Eso en una situación de estancamiento de la izquierda, es para parar a la derecha, pero parar a la derecha para crecer nosotros y ganarnos a la masa insatisfecha, ese es el camino, combinar las tácticas para crecer como alternativa de gobierno y de cambios radicales al modelo.

Si logramos seducir a esa gran masa recién estaremos en los niveles de lo que fue la izquierda chilena en 1970, es decir del orden del 32% al 36% del total de la población con derecho a voto.

A mi juicio, mucho más allá de tema electoral, debemos ser capaces de convocar al menos a este 30% de la población chilena que es crítica, de izquierda y que quiere o podría estar en disposición nuevamente de luchar por un proceso de revolución social y política, más allá de sus formas. 

Si no lo hacemos, la revolución social y política, que es posible de realizar y necesaria, no será más que una quimera. Cuando debamos hacer un balance y asumir responsabilidades tendremos  que evaluar las acciones, según estos datos básicos también y no solamente en relación a los objetivos de corto plazo de congresos o plenos o de combates de coyuntura. No se avanza de coyuntura en coyuntura solamente. 

Es decir, no podemos solamente evaluarnos por lo que hacemos bien o mal con respecto a los objetivos del período, sino que debemos hacer balances con respecto al objetivo de convocar al menos al tercio de la población para comenzar a ser posibilidad de gobierno popular y poner en marcha un proceso revolucionario. 

Si no lo hacemos así, de seguro nos estancaremos o retroceremos a niveles ininmaginables y nunca podremos ser gobierno ni alternativa de cambios profundos.

Esta mirada es la que creo puede ser un aporte a nuestro camino, porque también y dejémosnos de sutilezas o temores de vez en cuando, no se trata, por lo menos para mí, de estar criticando lo construido permanentemente, sino dotando de miradas convergentes a lo que se hace hoy, porque la unidad de los revolucionarios es primordial. Pero somos comunistas y revolucionarios porque somos capaces de ser críticos, autocríticos y debatir y construir desde la diversidad de miradas que construyen la unidad.

Cuba: A 53 años del Moncada, a 47 años de la toma del poder, a los 80 de Castro


Por Sebastián Robles para Izquierda.info

Las preguntas se las hacían todos los activistas de izquierda de Cuba y el mundo, pero solo algunos se atrevían a preguntarlo en voz alta. Es como si discutir la cuestión hubiera sido un secreto de estado o una discusión que solo podría darse entre aquellos que son hostiles a la revolución y desearían verla caer. Todo esto cambió cuando el 1ro de Agosto Carlos Valenciaga, secretario de Fidel, leyó una proclama de éste informando su enfermedad y depositando ”temporariamente” casi todo el poder (fuerzas armadas, presidencia del Consejo de Estado y la titularidad del partido) en manos de su hermano Raúl Castro.

Esta es, sin embargo, una discusión de vital importancia para la izquierda, particularmente en Latinoamérica. ¿Qué pasará cuando Fidel, el líder indiscutido de la revolución cubana, muera? ¿Quién lo sucederá en la dirección definitiva del estado? ¿Qué rumbo tomará Cuba y la revolución con los sucesores de Castro? ¿Qué fracciones hay entre los dirigentes cubanos y como ven, cada una de ellas, la sucesión y el futuro de la Isla? ¿Cómo afectará el desenlace de estos acontecimientos en los procesos políticos de masas que ocurren en nuestro continente?

Carlos Lage, que venía actuando virtualmente como vice-presidente del país, y con gran ascendencia sobre la juventud, partes del ejército y la seguridad de estado, así como también entre sindicatos y otras organizaciones de masas, recibió en la proclamación de Fidel la responsabilidad de la política energética y compartir junto con Raúl Castro la responsabilidad de administrar el triunvirato de los fondos estatales, donde un tercer miembro se dice es cercano a Lage. Como veremos mas adelante, la posición de Lage es lejos de ser débil, ya que el sector energético se eleva hoy día como el más estratégico de Cuba.

Esto desmiente a gran parte de la izquierda continental que se niega a discutir o ver diferencias en el proceso de sucesión a Fidel en el poder, que no se plantea una discusión sobre el mero hecho de que el poder este concentrado de tal forma en una sociedad como la cubana, o que se conviertan en simples repetidores de la propaganda del gobierno Cubano sin cuestionar para nada lo que sucede. Estos es la negación absoluta del internacionalismo. Nosotros hacemos esa discusión y planteamos que debería ser la propia dirección cubana quien debería estar a la vanguardia del debate internacional.

Las tres primeras cuestiones en disputa

Tres días después del traspaso del poder a Raúl Castro, este todavía no había podido aparecer públicamente debido a lo que se dijo fueron “cortocircuitos” con dirigentes de la UJC (Unión de Juventudes Comunistas) y los editores y periodistas de la mayor parte de los órganos de difusión del estado que exigen algo mas que una “proclama” de Fidel para movilizar y propagandizar al nuevo hombre en el poder.

La polémica en el Buró Político del PCC se centra en varios aspectos que los partidarios de Raúl Castro claman son formalismos.

En el último congreso del partido se aprobó una enmienda por la cual, si Fidel muriera (o no pudiera ejercer sus poderes en forma permanente), sus responsabilidades irían automáticamente a manos del 2do Secretario político y Vicepresidente del Consejo de Estado, Raúl Castro por seis meses, luego de los cuales debería confirmarlo en ese cargo una reunión del Comité Central del partido.

Según algunos miembros del Buró Político esta cláusula solo se dispararía en caso de muerte de Fidel, no por una intervención quirúrgica y un tiempo de reposo como lo anunciado. En este caso, la distribución de las tareas en forma temporaria debería hacerse por aprobación mayoritaria del Consejo de Estado y el parlamento.

Ricardo Alarcón dijo algo respecto al tema que los partidarios de Raúl Castro interpretaron como táctica dilatoria. Alarcón dijo que las medidas de la “proclama” debían ser ratificadas por el parlamento “cosa que sin duda hará”. Pero no fijó fecha para la reunión en que el parlamento lo haría.

La segunda disputa es que dirigentes claves de la UJC, periodistas de rango y algunos ministros desean tener una entrevista con Fidel para ratificar las medidas anunciadas y “conversar” sobre ellas. Un eufemismo que indicaría el desacuerdo al menos de algunos de ellos. La UJC y los medios de difusión son clave para la movilización del pueblo por lo que la presentación pública del nuevo Comandante en Jefe fue postergada dos veces. Resultado: Raúl Castro, a tres días de haber sido “nombrado” en sus cargos, aun no ha hecho acto de presencia frente a las masas.

Ricardo Alarcón dió una entrevista el 2 de Agosto a un programa radial de liberales pro-Fidel en EEUU (“Democracy Now”) donde dijo que el se había entrevistado durante media hora con Fidel antes que su “proclama” fuera leída en la TV. Esto parecería indicar que la dirección cubana quiere calmar los ánimos de los sectores dentro de la propia Cuba que exigen la presencia física de Fidel para que ratifique su delegación y para poder plantearle, a su vez, sus posiciones.

Un argumento que recorre los corrillos de todos los ministerios y reuniones en Cuba afirma que “si Castro pudo presentarse con un brazo y una rodilla rotos hace un tiempo ¿Por qué no puede hacerlo hoy día?” y “Si pudo reunirse con Alarcón durante media hora antes del anuncio ¿Por qué no puede hacerlo por televisión por el mismo lapso o reunirse con los dirigentes que hacen de una tal entrevista una necesidad política?”, “si pudo escribir, como afirma Raúl Castro y afirmó Valenciaga en la televisión, de su propio puño y letra una proclama y enviar otra nota a un programa de televisión, porque nadie pudo entrevistarlo hasta ahora para darle veracidad a los hechos y decisiones?”

La tercera disputa parece indicar que Carlos Lage aspira también a la jefatura del país. Aunque algunas fuentes habrían indicado que Ricardo Alarcón también estaría compitiendo por los cargos, otras manifestaron que apoyaría abiertamente a uno de los otros dos contendientes. La presión de Raúl Castro sobre Alarcón para que este convoque al parlamento y apruebe sin mas la “proclama de Fidel” y la demora en realizar la tarea parecería indicar que Alarcón al menos centrea sobre la perspectiva. El que haya salido públicamente a “justificar” en una entrevista que él se reunió con Fidel antes de que se diera a conocer la proclama, parecería que juega a las dos puntas.

Raúl Castro, que en los 80s militara en la fracción “ortodoxa” y pro-soviética del partido y gobierno cubano, se pasó con armas, bagajes y sus estructuras al ala “China” del estado cubano, es decir la de aquellos que quieren una restauración progresiva de las leyes del mercado y los capitales extranjeros pero manteniendo, como hace el PC Chino, la autoridad del partido a sangre y fuego. La socialdemocracia europea favorecería, como lo expresaran públicamente algunos grupos comerciales de aquel continente con intereses en Cuba, así como también algunos personajes influyentes del Partido Demócrata de EEUU, esta salida a la “China”.

Se le oponen a esta tendencia un conglomerado de personajes, casi todos jóvenes, nacidos después del triunfo de la revolución, pero con notable influencia política en el estado, las juventudes, los sindicatos y la seguridad del estado que ven un curso futuro de Cuba mas independiente – o menos dependiente – de Europa, así como la preservación de las bases originales de la revolución cubana y el re-animamiento de los contactos internacionales en vistas a reorganizar algún tipo de movimiento a la izquierda de la socialdemocracia internacional. Lage, por estas posiciones, ha sido repetidamente tildado de “trotskista”.

Esta última “tendencia” vería en Lage su adalid. Fidel, se ha dicho, navega entre dos aguas en relación a esta discusión y mientras estuvo a cargo de todas las palancas del estado buscó un equilibrio entre ambas fuerzas. Ese equilibrio se ha roto según con quien se hable o porque Fidel ve a la tendencia “China” como más realista o porque todavía pesan los pocos años de los dirigentes de la otra. A menudo le endilgan a Lage, aun hoy, la caída del Ministro de Relaciones Exteriores Robaina, sacudido por un escándalo por “abuso de poder” que terminó con el dirigente despojado de todos sus cargos y la membresía en el partido aunque no se le acusó formalmente de ningún crimen concreto. Robaina había sido un protegido de Lage y amigo desde sus tiempos en la UJC.

Esta discusión es de vital importancia para los socialistas de todo el continente y el mundo ya que de cómo se desenvuelva la situación de una Cuba sin Fidel depende, en gran medida, la sobrevivencia del único estado obrero del continente. El impacto de cambios profundos en Cuba tendrán una gran influencia en lo que suceda en nuestro continente. Solo basta recordar como afectó al movimiento de masas internacional la caída de la Unión Soviética y como ello facilitó, por una década, al imperialismo.

El imperialismo y la reacción gusana en Miami también están interesados en la discusión pero no para resolverla a favor de la clase trabajadora sino para que sirvan a sus intereses: acelerar la restauración capitalista en la isla y probarle a los trabajadores que luchan de todo el mundo que toda resistencia es inútil. Afortunadamente, estos planes chocan con dos realidades cubanas:

1. Ninguna de las dos fracciones mayores del estado y gobierno cubanos tiene ni remotamente la propuesta de volver atrás en las conquistas que aun permanecen del periodo de ímpetu de la revolución.

2. La corriente “Gorbachovista” del PCC y el gobierno cubano – que en algún momento fue mayoría en los 80s – se desmoronó cuando la aplicación práctica de esa política significó el desmoronamiento de la Unión Soviética y el Este Europeo o lo que los cubanos llaman “el colapso del campo socialista.” Nadie en su sano juicio en Cuba quiere pasar por los horrores que significaron política, social y económicamente para los rusos, el proceso de transición hacia el capitalismo.

EEUU incluso ha decidido invertir cientos de millones dólares (públicamente han informado de un fondo de $80 millones que no incluye las operaciones encubiertas o el financiamiento de emisoras como Radio Martí) en un proyecto oficial para influir sobre el futuro de Cuba y asegurarse una sucesión a Castro que le facilite sus planes.

Mientras los sectores gusanos mas derechistas de Miami han llamado a un ilusorio “levantamiento cívico-militar” contra el régimen de Cuba otros, los llamados “dialogueros”, coinciden con la mayor parte de la prensa norteamericana y un sector de liberales y aun de conservadores de derecha que plantean “no poner en un mismo saco a Fidel y Raúl, levantar el embargo que se ha vuelto contraproducente y sostener una política cuidadosa en relación a la extrema derecha del exilio.”

El gobernador de Florida, Jeb Bush, ha anunciado, reflejando esta política de discusión del imperialismo sobre que hacer, que “se evitaran los cruces del estrecho de y para Cuba”. La Guardia Costera norteamericana y el Department of Homeland Security (Departamento de Seguridad de la Patria) de EEUU han anunciado medidas concretas para poner ciertos límites a las actividades de la extrema derecha del exilio cubano, al menos hasta que la situación y la política del imperialismo se clarifiquen.

Una discusión que la dirección Cubana no quiere hacer públicamente

Por supuesto que la dirección Cubana, comenzando por el propio Fidel, el Consejo de Estado, el Partido Comunista Cubano deberían ser los que promovieran esta discusión, de manera amplia y pública, e internacionalmente.

No lo hacen respondiendo a su carácter burocrático y al temor que una discusión tal desate un fenómeno incontrolable como lo fue el despegue de la “Perestroika” Y “Glasnost”, iniciado por Gorbachev en la Unión Soviética quien perdió el control de la situación y terminó en la caída del estado obrero soviético y el Este de Europa.

Fidel Castro en persona se ha ocupado de prevenir una discusión demasiado pública sobre el asunto. Lo hizo en el pasado a través de bromas y chistes, asegurándoles a “los pequeños vecinos del norte” que “no llegaré a los 100 en el poder”. Para rematar, en una carta dirigida al pueblo cubano y a los simpatizantes de la revolución alrededor del mundo, Fidel también habría escrito que la cuestión de su salud, y el anuncio de un agravamiento o mejoría constituía, debido a las acechanzas del imperialismo norteamericano, “un secreto de estado”. Castro comete un error garrafal, si en realidad esa es su posición, porque en estos momentos el silencio, el sigilo y el secreto son las armas mas potentes con las que cuenta la contrarrevolución y la Casa Blanca.

Otros han sido mas directos, como su hermano de 75, Raúl Castro quien ha dicho que “solo el Partido Comunista -- como la institución que reúne a la vanguardia revolucionaria y siempre garantizara la unidad de los Cubanos – puede ser el único heredero de la confianza depositada por el pueblo en su líder”, que significa traducido a la realidad política que serán las fuerzas armadas, quienes controlan el partido, quienes decidirán. Raúl Castro dirige el ejército.

Lage, aparentemente Alarcón, la UJC y muchos otros ministros y dirigentes jóvenes del estado, gobierno y el propio partido opinan que el reemplazo de Fidel debe ser una cuestión decidida por el estado y el gobierno y solo secundariamente por el partido. Obviamente porque ellos se sienten fuertes en esos sectores y porque de hecho saben que el partido, los míticos CDRs, incluso los sindicatos y asociaciones profesionales, tienen poco poder de convocatoria y son organismos despojados de toda capacidad de procesar una discusión publica.

La dirección cubana se eleva a la superestructura

Castro ha desechado hace tiempo las relaciones internacionales a partir de contactos con partidos de izquierda o comunistas. Aunque mantenga con ellos reuniones y los reciba en La Habana, Fidel ha privilegiado las relaciones políticas con los gobiernos de Europa, Latinoamérica y sus contactos con dirigentes del Partido Demócrata de EEUU.

Esa política internacional no es sino el reflejo de su política doméstica donde el PCC ya no cumple sino tareas formales y organiza mítines (mayormente organizados por su ala juvenil, la UJC), pero como la Asamblea Nacional por el Poder Popular o parlamento unicameral de Cuba, sus funciones son cosméticas al régimen en términos de discusiones y de diseño de políticas.

En el plano internacional Fidel lidia con líderes y presidentes – esa es su fuente fundamental de influencia, intercambios, negocios, apoyos y discusión – y dentro de Cuba con la elite del régimen, concentrada en el Consejo de Estado, el Consejo de Ministros y sus organismos adláteres que han desplazado al PCC y el parlamento. Las apariciones en el parlamento de Fidel, Raúl y otros dirigentes, han sido siempre utilizadas como una tribuna para comunicar y autenticar decisiones tomadas en otros ámbitos. Dentro de esa élite se toleran los alineamientos tendenciales informales y los que sostienen una u otra línea de sucesión. De allí para abajo se deja la suposición, la adivininanza, el rumor, y la acción de los organismos estatales centralizados.

Basado en la información anecdótica, el intercambio de comunicaciones entre dirigentes cubanos y revolucionarios de otros países – y dirigentes del entorno de aliados de Cuba como los cuadros alrededor de Chávez, Evo Morales y los Sandinistas de Nicaragua, algunos documentos que se han filtrado al exterior, el estudio de las perspectivas aparecidas en los medios de prensa cubano y lo que los gobernantes del régimen dicen públicamente, es posible determinar al menos algunas de las discusiones entre las tres fracciones principales representadas en el gobierno y estado cubanos.

Fidel se ha ocupado varias veces en el pasado de nombrar a su hermano Raúl como su heredero – pero algunos objetan esta designación diciendo que ha caído en desuso y tiene más de solidaridad y confianza personal que una decisión tomada del líder para su reemplazo. De hecho, dicen estos críticos, la “proclama” de Fidel solo le da a Raúl dos terceras partes del poder, destinando el otro tercio a Lage y lo hace “temporariamente”. Es decir, para “probar” o “ensayar” una sucesión y ver el grado de conflicto que eso genere en el estado, el gobierno, el partido y en el pueblo cubano, además de las reacciones que cause internacionalmente.

Raúl Castro, por su lado, le ha advertido públicamente a los EEUU con anterioridad que sería mejor que comenzara sus negociaciones sobre el futuro de Cuba sin Fidel que cuando esté él aun vivo. Esto no ha sucedido y es incompresible que lo sea, ya que toda negociación con el imperialismo a este respecto revelaría la debilidad del régimen de Castro que se sostiene, capeando crisis tras crisis, sostenido en gran medida por su popularidad entre los partidarios de la revolución y el respeto que se granjeó entre sus adversarios y opositores. En cuanto al imperialismo, sobre todo en manos de la derecha Bushista, está ideológicamente atrapado en un anti-Castrismo que se relaciona tanto a la ideología de los de la Casa Blanca como a cuestiones críticas de política doméstica.

Jeb Bush, el hermano del presidente, es el gobernador de Florida y fue en Florida precisamente donde se centró la lucha política, y el fraude electoral, que le dió a Bush la victoria sobre Al Gore. Todavía están frescas las movilizaciones de gusanos cubanos y centroamericanos a favor del ascenso del por entonces candidato Republicano.

La aseveración de Raúl Castro sería también un reconocimiento elíptico a la fuerza de la oposición con el estado bajo su mano, para tomar medidas pragmáticas de apaciguamiento del imperialismo norteamericano y de fortalecimiento de las relaciones con la socialdemocracia europea. Que este inmiscuirse de la socialdemocracia europea existe se demuestra por dos elementos vitales: las inversiones europeas en Cuba y el hecho de que las dirigencias mas serviles de la dirección cubana en Latinoamérica, sectores importantes del FMLN salvadoreño y el FSLN nicaragüense, así como los seguidores de los cubanos en México y otros países ya son parte integral y secciones de la socialdemocracia.

“Ninguno de ellos lo habría hecho” – dicen a menudo cuadros del PCC – “sin la consulta con y aprobación de Cuba, es decir, con Fidel”.

Las etapas de la revolución Cubana

Las revoluciones, como todo, avanzan, retroceden o mueren y los estancamientos son solo condiciones temporarias que preceden o suceden a cambios sustanciales.

La revolución cubana ha pasado, en su medio siglo de existencia por varios estadios. El ímpetu revolucionario de los primeros años se convirtió en solidez a partir de la derrota de la invasión programada por EEUU en la Bahía Cochinos y la superación de la crisis de los misiles (una derrota para la Unión Soviética, un avance para los cubanos que obtuvieron la promesa del imperialismo de no invadir Cuba a cambio del retiro del armamento intercontinental soviético), el apoyo internacional de masas a la revolución y los procesos políticos generalmente favorables a Cuba de los 60s y principios de los 70s.

A esta etapa de ímpetu revolucionaria correspondieron también las medidas mas progresivas de la revolución – propiedad colectiva de la tierra, eliminación de la renta urbana, los grandes planes de salud, educación y vivienda para la población – pero también la consolidación de una economía dependiente del monocultivo (azúcar y en mucha menor medida el tabaco) y de la ayuda y los subsidios proporcionados por la Unión Soviética.

Si bien la salida del Che de Cuba y su asesinato en Bolivia por tropas entrenadas por los EEUU fue desde un punto de vista un fracaso cubano, una derrota, el prestigio cobrado por la figura del Che a partir de su muerte le dieron a Cuba una dosis extraordinaria de popularidad.

Aquí es de notar que las diferencias políticas que sostenía el Che con la dirección cubana que lo llevaron al alejamiento hacia Bolivia incluso jugaron a favor de esta luego de su muerte. Ese prestigio – mas allá de las razones políticas que lo motivaron – se ensanchó en los 70s con la intervención Cubana en África, particularmente en Angola (también en Etiopía), donde Cuba manifestó – luego del fracaso de la derrota del foquismo – el “internacionalismo” militar bajo los auspicios de la Unión Soviética. Pero ambos experimentos – que fueron opuestos en la práctica militar por los EEUU, Sudáfrica y China – terminaron en derrotas y el retiro de las tropas cubanas. Estas retiradas marcaron el comienzo de un retroceso de la revolución.

La ayuda soviética no era gratuita, Cuba debía servirle a la URSS en su política exterior, tiñendo a la burocracia del Kremlin con el prestigio de la revolución caribeña.

Castro cometió entonces algunos de sus peores errores a finales de los 70 y principios de los 80s: aconsejar a los revolucionarios chilenos la “vía pacífica” al socialismo que terminó en la dictadura pinochetista; la política cubana en Centroamérica que impidió el desarrollo de la revolución primero y luego determinaron el fracaso en Nicaragua, El Salvador y Guatemala y su alianza económica con el PRI en México que lo llevo a abandonar los movimientos revolucionarios en ese país.

“El Periodo Especial”: el colapso del modelo soviético

Ese fue el comienzo de una decadencia política sostenida del proceso cubano. Ese retroceso se convirtió en desastre con la caída de la Unión Soviética, el fin de los subsidios a su economía, el colapso de sus alianzas militares, las derrotas a manos de la reacción en México, Centroamérica y el Cono Sur que se pobló de dictaduras militares o gobiernos reaccionarios.

La década del 90, que trajo la reacción mundial, el imperio del capitalismo más salvaje, se representó en diferentes países con diferentes matices y formas. Los triunfos de las derechas en Europa y EEUU, el Menemato en la Argentina, el gobierno de Fox en México, la derecha gobernando por doquier, aislando al movimiento de masas. En Cuba, esa reacción se manifestó con el colapso del modelo económico de la revolución y la crisis social.

En la primavera de 1980 esa crisis del modelo cubano tendría una advertencia, un adelanto de su futuro en los 90s, que podría haber sido fatal. Cientos de miles de cubanos se amotinaron en diversos barrios de la capital, La Habana, en una verdadera ola insurreccional.

Reclamaban la reforma estructural del régimen y pre-anunciaban la crisis económica-social de los 90s, aunque mayormente se expresara en una ola de gigantesca frustración con el gobierno. Solo la intervención personal de Castro – que se presentó incluso a discutir con los insurrectos – y la apertura del éxodo masivo como válvula de escape de los que después serían llamados Marielitos (por su puerto de embarque en Mariel), permitieron al régimen capear la crisis.

Eso y que el ímpetu de la economía y las ganancias sociales de la revolución aun le permitían cierto juego en el manejo de la situación, junto a medidas represivas selectivas, permitió al régimen desandar lo que podría haber sido una crisis terminal. Mas de 250.000 cubanos abandonaron la isla en busca de la “tierra prometida” en Miami, solo para encontrarse, mayormente, con la discriminación de sus antecesores gusanos y campos de concentración del Servicio de Inmigración de los EEUU.

Otras decenas de miles le siguieron y terminaron engrosando la enorme comunidad Cubana en el exilio que representa hoy mas del 20% del total de la población de la Isla, que el ultimo censo pone en alrededor de 11 millones. Por supuesto, no es el país de Latinoamérica que tiene mas exiliados e inmigrantes pero no se supone que lo sea, allí ha habido una revolución y los que lo superan en cantidad son países donde el capitalismo es mas salvaje.

La etapa de la senilidad revolucionaria

En los 90s, arrasados por la crisis económica, aislados por la reacción mundial y cercados por sus propios errores, la revolución Cubana entró en su fase senil, en donde se tejieron compromisos de subsistencia económica con el capitalismo internacional, particularmente europeo y luego con el chino y se abandonaron todas las iniciativas internas de “reforma” y de “internacionalismo” hacia fuera del país.

Esta situación se vio agravada por la existencia en Cuba de instituciones y mecanismos burocráticos copiados de la Unión Soviética y los países del Este de Europa que no hicieron sino reproducir los mecanismos rígidos de estos países ante los problemas políticos y sociales.

La iniciativa se había perdido y el proceso revolucionario estaba exhausto, sangrante de la herida del monocultivo en crisis, arrastrando tras de si el cadáver de un estado burocratizado, corrupto en algunos segmentos e incapaz de solucionar ni siquiera las promesas básicas de la revolución de 1959.

El régimen apeló a las medidas mas estrictas para sobrellevar la catástrofe del “Periodo Especial” y se lanzó a una carrera de sobrevivencia que combinó el mantenimiento del orden – en 1992, 1993 y 1994 se dieron corridas de “balseros” que abandonaron la isla, pero esta vez el gobierno, previéndolo, tuvo la política de dejar hacer y no oponerse para evitar otro “Mariel.”

En el orden económico, y dirigido este por Lage, Cuba se lanzó a una apertura agresiva de sus playas y centros turísticos al capital extranjero, particularmente europeo, pero también chino.

Así como en el orden interno el régimen privilegió las relaciones con las empresas de turismo y hotelería mundiales e hizo del turismo caro, exótico y de baja calidad al que Fidel llamó “la nueva locomotora de la economía cubana”, el país se asentó sobre una base social que comenzó a cambiar rápidamente.

Las diferenciaciones sociales, que nunca desparecieron en la Cuba post revolucionaria pero se habían amenguado notablemente, volvieron a crecer vertiginosamente. Los empleados de la hotelería, con acceso a dólares, comenzaron a disputar a los funcionarios del partido sus privilegios o, mejor dicho, a compartir algunos de ellos.

Actualmente, miles y miles de profesionales formados para ser médicos, ingenieros o arquitectos se desempeñan como camareros, guías y guardias de seguridad de los hoteles.

Cuba tuvo que admitir la circulación de tres tipos de cambio y dos monedas nacionales diferentes, además del dólar, para acomodar esta nueva clase media emergente y dar, a cada estamento social, su propia moneda de desempeño. Los empleados de las zonas turísticas comenzaron a superar en ingresos al otro sector relativamente privilegiado: los profesionales de la salud que trabajan en clínicas y hospitales que sirven al comercio exterior cubano que también se intensificó para procurar divisas fuertes.

Por otro lado, los negocios del turismo también trajeron aparejados los negocios a la sombra de las multinacionales explotados por cubanos que pusieron restaurantes, compañías de transporte y entretenimiento para solaz de los turistas o servir a las necesidades de los crecientes números de extranjeros que venían a la Isla por tratamientos médicos. Estos sectores son hoy similares a los viejos “Kulaks” que se formaron de la mano de la NEP durante el régimen Estalinista de los 30s.

La sociedad se vió también conmovida por la aparición sin mucho control de la prostitución, las drogas, el mercado negro y la corrupción que se crearon en los callejones de la economía de los centros turísticos. El lumpenismo creció vertiginosamente al mismo tiempo que la clase obrera industrial se encogió con el cierre de industrias, molinos, procesadoras e ingenios azucareros.

En el otro extremo de la escala social cubana, la enorme mayoría de los cubanos no tenia acceso a los dólares, ganaban salarios que rondaban los $100 – 130 dólares por mes y se les empieza a negar o retacear el acceso a los bienes de cambio introducidos a la isla con la avalancha de turistas extranjeros y pacientes de lujo de todo el mundo que concurren a los sanatorios y clínicas del país.

Los subsidios de comidas, vivienda, educación y salud al conjunto de la población sufrieron enormemente. La crisis económica obligó al gobierno a reducir a una fracción el número de alimentos y útiles racionados anteriormente; la infraestructura de escuelas y edificios públicos se deterioraron; los cubanos comenzaron a sentir el “desabastecimiento”. La ausencia de planes masivos de viviendas convirtió a las viviendas entregadas en usufructo a los trabajadores después de la revolución en verdaderos conventillos a medida que las familias crecían, se formaban nuevas parejas y familias y las casas se dividían y sub-dividían para acomodar a todos.

Las tres fracciones del Fidelismo

Cuba, Fidel y el régimen prácticamente perdieron toda iniciativa política internacional durante esta década, dedicándose exclusivamente a salvar lo que se pudiese del estatus quo. A fines de los 80s existían tres fracciones bien diferenciadas en el aparato del Estado y entre los cuadros dirigentes de la revolución.

Una mayoría “Gorbachovista” que vieron en las reformas del líder ruso una salida viable a la crisis y una continuidad del status quo.

Antes de la caída de la Unión Soviética y el Este de Europa, esta fracción contaba con la simpatía de la mayoría de la elite gobernante en la isla. A ella se enfrentaban una que sostenía la “salida china” a la crisis, es decir una combinación de tolerancia cero para la disidencia por fuera del PCC y una apertura controlada a los capitales multinacionales, además de una transformación social lenta del estado obrero hacia formas de diferenciación social.

Esta última era todavía una fracción minúscula. Los reflejos de seguir un camino independiente de la Unión Soviética se habían perdido y el Gorbachovismo aparecía como el salvador reformista del estalinismo.

Entre ambas fracciones, funcionaba una tercera, “ortodoxa”, para cuyos dirigentes – incluido Raúl Castro – no debía haber ningún cambio y las circunstancias económicas sociales de crisis eran un fenómeno pasajero. Esta fracción anidaba fundamentalmente en las Fuerzas Armadas, mas específicamente en sus cuadros jerárquicos superiores, y en algunas secciones de la seguridad del estado.

Los “chinos” – que poco y nada tienen que ver con el Maoísmo clásico – finalmente pasaron a ser una fracción casi dominante en las esferas de poder cubano cuando la catástrofe social que se desató en la Rusia post-soviética, amedrentó a los “gorbachovistas” que se replegaron aterrorizados ante las consecuencias de la contrarrevolución en la “Patria del Socialismo” y se replegaron en masa a la “salida china”. Muchos “ortodoxos” cambiaron de bando también porque veían en la alternativa de la “salida china” una resolución pragmática a los problemas de “seguridad” desatados, según ellos, por las “reformas” de Gorbachov.

Los realineamientos tuvieron que ver con la realidad política cambiante después del colapso de lo que los cubanos llaman el “campo socialista”. Pero fue enormemente facilitado por el hecho de que ninguna de las tres fracciones desafiaba el poder y la popularidad de Fidel. Las tres sostenían que la presencia del líder era la máxima, y tal vez única, garantía de relativa estabilidad.

¿En presencia de un renacer económico y político cubano?

Fidel, la revolución cubana y su economía parecen sin embargo dirigirse hacia una potencial salida positiva. Por un lado, la política económica pragmática y pro-capitalista – con la que tuvo que ver mucho Carlos Lager – ayudo a sostener a Cuba a flote y el turismo – alimentado por masas de socialdemócratas europeos y norteamericanos y turistas de Latinoamérica – parecen funcionar por lo menos a un nivel sustentable.

A eso se agregaron los enormes proyectos de construcción – viviendas y hoteles mayormente – que se hacen con inversiones provenientes de Europa y China, pero también de otros países como Canadá.

No hay que despreciar el esfuerzo industrial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias comandadas por Raúl Castro que, hoy por hoy, dirigen cerca de la mitad de la economía Cubana y de las empresas del estado, incluyendo ahora – después que Lage fue desplazado de la misma – gran parte del turismo.

La infraestructura del turismo y la construcción, sin embargo, no son ni eran suficientes para avanzar en nuevas conquistas para los trabajadores y campesinos cubanos, ni siquiera para regresar a los niveles anteriores al “Periodo Especial”.

Entonces las condiciones políticas del continente Latinoamericano comenzaron a cambiar favorablemente para el régimen Castrista. Brasil, Argentina, Venezuela primero y luego Bolivia comenzaron a resurgir económicamente después de la crisis de los 90s y la situación de esos países, empujadas por la lucha de los trabajadores, campesinos, pueblos originarios y jóvenes cambio, poniendo en el poder a fuerzas burguesas y pequeño burguesas que no son hostiles a Cuba.

Chávez de Venezuela, mayormente, se transformó en un aliado estratégico de Fidel extendiéndole un certificado de sobrevivencia en la forma de petróleo subsidiado a un tercio del valor internacional (cuando el precio internacional ronda los $80 por barril, Cuba se lo paga a Venezuela a $25) y créditos baratos, así como asistencia en la renovación de infraestructura critica para Cuba.

Brasil y Argentina, y en general el MERCOSUR, han incrementado por tres el intercambio comercial con la Isla y las multinacionales que residen en esa región han incrementado sus negocios e inversiones en la patria de Fidel. De la mano de Chávez, Cuba está ahora ingresando a la alianza regional.

Un hecho, sin embargo, vino a ayudar en ese proceso y a magnificarlo. El descubrimiento de una gran reserva petrolera entre Cuba y Estados Unidos (más cerca de Cuba).

Cuba ha estado a la búsqueda de petróleo, no siempre con éxito, durante décadas. Con ayuda soviética descubrió en 1971 el pozo de petróleo de Varadero, a ocho kilómetros de la costa Cubana, que hoy produce unos 75.000 barriles diarios o 40% del total de la producción del país. La calidad del petróleo, sin embargo, es mala, pesado y agrio.

En julio del 2004, hubo un gran golpe de suerte. La compañía española Repsol-YPF, en sociedad con la compañía petrolera estatal, CUPET, identificó reservas de petróleo de “alta calidad” en aguas profundas de los Estrechos de Florida, 30 kilómetros al Noroeste de La Habana.

Siete meses después, un informe del US Geological Survey lo confirmó. Con fotografías especiales satelitales afirmó que el yacimiento tenía entre 4.500 y 9.300 millones de barriles de crudo y de 9.8 trillones a 21.8 trillones de pies cúbicos de gas natural.

De inmediato Cuba dividió el área de más de 100.000 kilómetros cuadrados en 59 áreas de exploración y llamó a las compañías multinacionales petroleras a explotar en sociedad con el gobierno cubano estas inmensas reservas.

Compañías petroleras de China y Canadá se sumaron así a Repsol-YPF que a su vez formó una sociedad con la compañía India de petróleo y la Norks Hydro ASA de Noruega para explotar el petróleo y gas hallado en 6 de las 59 áreas de aguas profundas a lo largo de la costa de Cuba.

La compañía canadiense Sherrit International Corp a su vez, se hizo cargo de 4 de las áreas y Venezuela está a punto de concretar lo que sería – después de sus proyectos de la Cuenca del Orinoco – la mayor empresa nueva de extracción petrolera y gas de ese país.

Junto a estas perspectivas, una docena de países de Europa y Latinoamérica, notablemente Venezuela, están realizando acuerdos para construir la infraestructura necesaria para la explotación del petróleo y gas natural cubano.

Esto le ofrecería a Cuba una nueva oportunidad de un salto adelante en el aspecto económico y la posibilidad de diversificar su base industrial y productiva. Una nueva oportunidad para el régimen Cubano y su gobierno de recuperar la iniciativa y renovar – abandonando la senilidad en la que había caído.

El nuevo ímpetu revolucionario podría darse a condición, claro esta, de que el régimen y gobierno cubanos rectificaran profundamente su alineamiento internacional procurando promover y aliarse con los procesos revolucionarios, re-creando nuevas formas de internacionalismo y atacando de lleno los problemas sociales y económicos que pesan sobre el pueblo cubano.

De la misma forma, Cuba debería abordar de inmediato una verdadera revolución política, es decir el mantenimiento de sus estructuras de estado obrero, acompañadas por una activación del potencial revolucionario y movilización de sus propias masas obreras y campesinas y un llamado a la solidaridad con las masas en lucha del mundo, en primer lugar de Latinoamérica.

El pueblo cubano, para acompañar y fortalecer un tal proceso, debería controlar el nuevo bastión económico energético y las fuentes industriales creadas a su alrededor, así como recuperar el control de sus industrias actuales como el turismo y la construcción. Ello podría lograrse a partir de su movilización y la creación de instituciones obreras democráticas. Todo improbable bajo la dirección de Fidel o la de muchos de los que aspiran a sucederlo.

La lucha fraccional contemporánea

Hoy esas fracciones de finales de los 80s y principios de los 90 son irreconocibles y otras, basadas casi exclusivamente en la línea de sucesión a Fidel Castro las han reemplazado. Esto no quiere decir, sin embargo, que las que existen hoy día no sean fracciones con programas u objetivos, sino más bien que estos se corporizan en los candidatos a jefe de estado.

En los 90s, la economía cubana colapsó debido a la caída de la Unión Soviética y sus subsidios e intercambio. La crisis social y económica fue tremenda y el régimen adoptó medidas de emergencia. Este periodo se conoció como “Periodo Especial) donde el control partidario se hizo primero extremo, luego este mismo fue eliminado a favor del control estatal por una élite por encima de las instituciones como el propio partido, el parlamento, los sindicatos y los CDRs.

Todas las instituciones de masas fueron prácticamente convertidas en sellos de goma, se reestructuró la economía centrándose en el turismo y las ciencias médicas para exportación y se abrió el país para inversiones extranjeras, particularmente europeas y chinas.

En el plano político se clausuró la etapa, iniciada en 1974 en la provincia de Matanzas y seguida en 1976 a nivel nacional de “apertura” de los órganos de poder a través de elecciones bajo control estatal y limitadas a la Asamblea Nacional por el Poder Popular (parlamento unicameral cubano).

A partir de principios de los 90s el Consejo de Estado ha reemplazado al parlamento y el partido y los famosos Comités de Defensa de la revolución (CDR) han prácticamente dejado de funcionar mas que como simples distribuidores de parte de los subsidios estatales a la población. Los sindicatos, que siempre tuvieron una función paraestatal, no independiente, perdieron toda posibilidad de alterar las condiciones de trabajo o negociar con sectores del poder.

Prácticamente todas las discusiones políticas y las decisiones mas importantes del gobierno y el estado cubanos se dan en el Consejo de Estado – sus miembros son apenas unas docenas – y en sus Ministerios – donde los cuadros con poder de decisión son centenares –, secretarías y cuadros de las mismas, agrupando unos 3-4,000 cuadros políticos.

Dentro de esta élite, menos de 150 dirigentes de Ministerios, la intelectualidad, las Fuerzas Armadas, la seguridad del estado, llevan sobre sí toda la responsabilidad y el privilegio de tomar todas las decisiones. Es en ese pequeño grupo y en su periferia inmediata de unos miles más es en donde se dirime la discusión – y se tomarán las resoluciones – sobre la sucesión y el curso futuro de la revolución cubana.

El Consejo de Estado, órgano de la sucesión

Teóricamente un órgano del parlamento que funciona entre las dos sesiones del mismo, ha pasado a ser el organismo que decreta desde la vida económica hasta las sanciones políticas, pasando por todas las decisiones de importancia en el estado cubano y llevando a cabo la política exterior de la isla. Junto al Consejo de Ministros, ambos presididos por Fidel hasta su operación quirúrgica, en ellos se concentran los poderes del estado y el gobierno.

A la muerte de Fidel, quien tenga la mayoría entre estos cuadros, será el encargado de suceder al líder y de enmarcar la política futura de la revolución. Sin embargo, dentro del mismo Consejo, no todos tienen el mismo peso específico en las decisiones.

Por empezar, solo una docena de estos cuadros tienen cierta popularidad entre los cubanos, mientras el resto son casi desconocidos para el conjunto de la población. Entre ellos destacan tres con las suficientes credenciales, objetivos políticos, ambiciones políticas y alrededor de ellos se organizan el resto: Raúl Castro, Carlos Lage y Ricardo Alarcón. Es probable que Raúl Castro haya caracterizado que el Consejo y aun el propio parlamento le hubieran sido adversos, por eso esta basando toda su presunción de heredero de Fidel basándose en el partido, y ni siquiera en sus órganos de base, sino en su Buró Político y en el Comité Central. Esto es así, porque es allí donde la vieja guardia y los cuadros militares tienen un peso exorbitante.

Un simple vistazo de las estadísticas de la Asamblea Nacional por el Poder Popular, que refleja en gran medida la composición del propio Consejo de Estado, da una pauta que son los sectores más jóvenes y cercanos a dirigentes como Lage quienes tienen la mano ganadora en ese ámbito.

La edad promedio de los integrantes es de 47 años, y de los 600 miembros, unos 180 tienen menos de 40. Los miembros de 41 a 65 años son 359, mientras los de la generación de Raúl Castro, aquellos mayores a 60 años son solo 65. Los universitarios son una abrumadora mayoría de 493. Los nuevos diputados, es decir aquellos que fueron promovidos por Lage y el propio Alarcón son absoluta mayoría con 378 puestos.

El espectro de la revolución y la democracia obrera

Es necesario determinar, o por lo menos elaborar una hipótesis de que clases subyacen en las diferentes tendencias del PCC. Sabemos que los trabajadores fabriles y sectores más conscientes del campesinado cubano empujan por una re-estructuración favorable a ellos de la economía y que subyacen en esos estamentos sociales un deseo de “participación” que, junto a la masiva juventud, podrían dar el marco de una renovación de la revolución.

Existen estamentos medios, muchos de los cuales podrían considerarse como clases medias privilegiadas (sectores de la burocracia estatal, los trabajadores del turismo, los miembros del aparato estatal y político y algunos intelectuales y deportistas). Estos sectores estarán mucho mas presionados para acelerar el curso de la restauración capitalista completa y de encontrar un status quo más “razonable” con el imperialismo norteamericano y europeo.

Luego están los sectores incipientes de una burguesía de poca monta estableciéndose en los márgenes de la sociedad cubana, los lumpenes, los traficantes, los beneficiarios a gran escala del mercado negro, los contrabandistas… que constituyen un numero mucho mayor de los que muchos creen. Para estos sectores, auque su coherencia y estructuración social los diferencie notablemente entre ellos, tienen en común una profunda hostilidad a cualquier regreso a las fuentes de la revolución original y mucho mas aun a una reforma revolucionaria y un re-lanzamiento radical del proceso político cubano. Habrá que ver a qué sector cada tendencia del Fidelismo apela para sustentarse y movilizar por sus propios intereses. Por ahora, parece haber un acuerdo tácito de mantener la lucha fraccional en la superestructura del poder, en la élite. Todas las tendencias comprenden que desplazar esta lucha a la estructura social de clases de la sociedad cubana podría tener resultados impredecibles: o un giro de sectores importantes que hoy no existen a apoyar la contra-revolución abiertamente o que el deseo de un salto delante de la revolución obtenga apoyo de masas y que éstas, movilizadas, obliguen a sus dirigentes a ir mucho mas allá de lo que quieren.

Lo interesante de todo este proceso es la potencialidad de un salto adelante en el proceso revolucionario que lo salve de su muerte segura poco después del velatorio de su máximo dirigente, Fidel Castro. A eso deberían jugarse todos aquellos a la izquierda de la socialdemocracia en Cuba y para ello estos deberían convocar a las masas trabajadoras y populares de Latinoamérica.

Un aspecto a favor es que las postrimerías del “Periodo Especial” y el comienzo de la visualización de una perspectiva mejor económicamente, a mas de la apertura que significó la reconversión económica de Cuba que atrajo a cientos de miles de visitantes a la Isla, es que a los márgenes aun, pero importantes márgenes, se esta formando una corriente mas radical, rebelde, de la sociedad cubana.

Han surgido “Trotskistas” en la Isla. A veces se llama así a hipercríticos revolucionarios del actual proceso; otras veces a quienes están un poco a la izquierda, moderadamente a la izquierda, de los “aparatchiks” y otras a revolucionarios sinceros o intelectuales que buscan una explicación al triunfo inicial, a los fracasos posteriores y a las posibilidades del futuro.

Libros de Trotsky y otros autores a la izquierda de aquellos que constituyeron las enseñanzas tradicionales de las generaciones anteriores comienzan a circular y existen grupos y eventos informales de esta nueva disidencia dentro de la revolución. Algunos de estos elementos, como Celia Hart, una especie de Trosko-Fidelista de las que hay muchos exponentes en la Isla, son tolerados.

Otros serán resistidos. Estos nuevos elementos revolucionarios tienen que buscar el camino, ante todo hacia la juventud, donde reside todo el potencial para salvar el proceso revolucionario, y de la clase obrera – que está destinada a ser el único motor de la revolución dentro de la revolución – con una propuesta que combine un plan de acción revolucionario e independiente al mismo tiempo que las herramientas democráticas (concilios de obreros y campesinos, control obrero de la producción y los planes económicos, así como de la distribución) que son necesarias.

Dentro de ese marco, los grandes peligros son las tendencias hacia la “vía China” de desarrollo por un lado – donde la restauración capitalista se combine con un control aun mas burocrático del aparato del estado – y la de los intentos contrarrevolucionarios del imperialismo el cual, aunque para algunos parezca irreal, podría tranquilamente inclinarse hacia la “vía china” como una medida de transición perfectamente compatible con sus planes a largo plazo.

Por otro lado, un error de cualquiera de las tendencias en la superestructura, podrían desencadenar fenómenos impredecibles. El nerviosismo que hoy recorre las filas de los altos rangos del ejército, la policía y la seguridad de estado, y la paralización de los organos destinados a tomar decisiones formales, podrían alentar a algun sector a intentar un golpe de mano, o incluso un golpe palaciego – si es que ya no hay uno en curso – para lograr ventaja sobre sus adversarios. Los próximos acontecimientos que se sucedan en esta lucha y cómo ésta encuentra eco en el pueblo cubano y las masas Latinoamericanas y la izquierda – que hasta ahora se ha declarado de palo – tendran entonces una importancia decisiva.

En Cuba, los hilos del avance y el triunfo primeros fueron dirigidos por Fidel, Camilo, Frank y el Che. De ellos solo queda Fidel vivo. Su gran popularidad entre quienes lo apoyan y el enorme respeto del que goza aun entre aquellos a quienes no les gusta su régimen han sido hasta ahora los garantes de la permanencia de esos triunfos del pasado.

Por otro lado, el equilibrio entre la naturaleza del estado obrero deformado y los embates capitalistas que pugnan por restaurar el viejo orden se está perdiendo a grandes pasos, si no es que se ha perdido definitivamente.

Fidel está por cumplir 80 años, la revolución ya tiene 47. Después del retroceso de los 90s y la caída de la Unión Soviética, la revolución muestra rasgos de senilidad y Fidel no puede darse el lujo de salir de escena graciosamente. El lo ha dicho “un error de la revolución nos puede significar un desastre”.

Nada se pierde, todo se transforma. La muerte, en política, no es necesariamente el fin. El Lenin momificado le sirvió a Stalin durante décadas. La muerte anticipada, y muchas veces anunciada, de Fidel, no significa necesariamente el fin de la revolución cubana

No habrá culto a la personalidad, sin embargo, que salve a su sucesor si todo lo que cuenta es con una momia. Si alguien sin la popularidad y autoridad de Fidel ante las masas quisiera continuar las cosas tal cual son hoy, estará perdido. Si la contrarrevolución le gana de mano a la reforma, también. Solo la revolución política, es decir la reforma radical del sistema, no su liquidación, podrá transformar la revolución, dándole nueva vida.