viernes, 24 de septiembre de 2010

Mapuche


Fesal Chain

"Después de la transición pactada, la izquierda no se encarnó en el mundo de los oprimidos para seguir luchando. Y dejó que otros ocuparan ese terreno. La izquierda abandonó un proyecto político real y no educa al pueblo. La Concertación le allanó el camino a la derecha y operó con la Justicia militar. No buscaron las modificaciones legales. Viera Gallo, representando ante Naciones Unidas el año pasado al gobierno de Bachelet tuvo que responder allí a 24 cuestionamientos por el accionar que llevaron ellos contra el pueblo mapuche. ¿Cuántos puntos tendrá que responder Piñera? La práctica de la tortura, la muerte, y los allanamientos no comenzó ahora. Pero se agudizó. Porque la derecha ya tenía todo, sólo le faltaba el poder político. Ahora se intensifica el avance de las forestales y mineras, para seguir apoderándose de los territorios mapuche y otros pueblos. El Plan Araucanía que impulsa el gobierno, para nosotros es una copia en pequeño del Plan Colombia". Héctor Llaitul Dirigente de la Coordinadora de Comunidades Mapuches en Conflicto Arauco Malleco.(1)

Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Sin entrar en detalles, hoy todos los personeros de la clase política rasgan vestiduras y especialmente los de la concertación. Es una vergüenza. Pues lo afirmado por Llaitul es a no dudarlo, un diagnóstico acertadísimo del estado de la política y de la política de estado en Chile hacia los mapuche, al menos desde el año 1993.

Al respecto, un lector que no da su nombre real (Charlie) , afirma lo siguiente en un comentario de The Clinic digital: "En 1993 se aprobó la Ley de Desarrollo Indígena 19.253. (...) En 1997 sobrevino una (...) crisis. La empresa ENDESA España comenzó la construcción de una segunda central hidroeléctrica en la zona del Alto Bío Bío (con el nombre de Ralco). Algunos de los mapuche-pehuenche que habitaban la zona se negaron a abandonar sus tierras, amparados en la nueva legislación que exigía la autorización de la Corporación de Desarrollo Indígena (CONADI) para poder permutar tierras indígenas. Ante la negativa de este organismo gubernamental a aprobar dicha permuta, por ser atentatoria contra los derechos de los pehuenches, el Presidente Eduardo Frei destituyó al director de la CONADI y a la autoridad ambiental que también se oponía el mega proyecto. De esta manera, se inundaron miles de hectáreas de tierras y sitios sagrados para el pueblo mapuche-pehuenche.

Y continúa: En los tiempos de Ricardo Lagos mediante una operación de inteligencia llamada “Operación Paciencia” dirigida desde la Sub Secretaría del Interior presidida por Jorge Correa Sutil se sindicó a la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco, como una organización de carácter terrorista y fue perseguida como tal, encarcelándose a sus dirigentes. Ejemplos paradigmáticos de estos juicios fueron el llamado “Caso Loncos” -donde los Lonkos Pascual Pichun y Aniceto Norin fueron condenados a 5 años y 1 día de prisión por “amenaza de incendio terrorista” y el “Caso Puluco-Pidenco”- donde cuatro comuneros fueron condenados a 10 años y un día de prisión por incendio terrorista".(2)

En relación a la Operación Paciencia hay suficiente información pública en la red y merece atención especial para los desmemoriados el artículo del 12 Septiembre del 2008: "El Derecho Penal del Enemigo “Interno”: ¿Nuevo Plan de operaciones (“paciencia”) contra Mapuches?" en www. mapuexpress.net que reproduce la importante participación del Senador Alejandro Navarro en la Sesión 51ª, del miércoles 10 de septiembre de 2008 en el Congreso Nacional. Al respecto el Senador Navarro plantea: "Me resultaría un despropósito un nuevo plan de ese tipo hoy día, en tiempos de un Gobierno ciudadano de la Concertación y que efectivamente ha sido elegida para poder aplicar más democracia. A nuestro juicio, el “derecho penal del enemigo”, doctrina que propugna la persecución penal del “enemigo político interno”, no puede ser la inspiración del uso del instrumento represivo estatal. No es una sana doctrina".(3)

Pero prosigamos, en un artículo para La Jornada, del 9 Noviembre del 2009 titulado "Represión “progresista” contra el pueblo mapuche" de Raúl Zibechi, el gran ensayista y estudioso de los pueblos originarios de Latinoamérica, plantea: "El año 2009 puede pasar a la historia como el de la mayor ofensiva de un gobierno progresista contra un pueblo originario. El gobierno de Michelle Bachelet intenta frenar la recuperación de tierras del pueblo mapuche amedrentando a comunidades enteras con un estilo represivo que recuerda el terrorismo de Estado. En esta ofensiva, los niños mapuche son una de las principales víctimas de Carabineros y los Grupos de Operaciones Especiales que han militarizado la Araucanía.

Para quienes crean que mentar el terrorismo de Estado suena a exageración, vale la descripción de algunas operaciones represivas registradas por el Observatorio Ciudadano, ONG humanitaria situada en Temuco, en su trabajo "Hechos de violencia imputables a Carabineros que han afectado a niños mapuche en la región de la Araucanía (2007-2009)", que puede encontrarse en www.observatorio.cl

El informe relata 14 casos de violencia policial, varios colectivos, contra niños en comunidades mapuche. Llama la atención que la represión se dirige contra comunidades enteras, en supuesta respuesta a tomas de tierras, quemas de camiones y barricadas. (...) El informe cita otro caso, sucedido el 16 de octubre contra la escuela de la emblemática comunidad de Temuicuicui, mientras se realizaba una reunión de 80 comuneros con funcionarios estatales. “Sin aviso, y sin mostrar orden de allanamiento, los efectivos policiales que se movilizaban en un bus, una tanqueta y alrededor de 10 camionetas, procedieron a disparar balines y gases lacrimógenos hacia la escuela desde una distancia de 200 metros. El operativo policial, que tuvo una duración de 30 a 40 minutos, dejó alrededor de 12 heridos con balines de perdigones, y cerca de 30 personas con asfixia, la mayoría niños".

Continua Zibechi, "(...) Esta nueva oleada de luchas está anclada (fundamentalmente) en (...) la cada vez más estrecha alianza entre el Estado chileno, independientemente de qué partido lo administre, con los empresarios forestales, salmoneros y mineros. Los primeros son capitales chilenos, en tanto los otros dos son transnacionales, y son los más directamente implicados en el conflicto en la Araucanía, ya que los monocultivos de pino sepultan a las comunidades en un mar verde que las asfixia. Arauco, principal forestal chilena, se expande con plantaciones en el norte de Argentina y en Uruguay: en Misiones ya posee 10 por ciento de la superficie de la provincia y en Uruguay se ha convertido en el primer latifundista con 250 mil hectáreas, buscando zafar de un conflicto que le dificulta su reproducción".(4)

Hoy bajo el gobierno de la derecha chilena, no se puede esperar más que la básica política de la zanahoria y el garrote. Zanahoria para los mapuches "buenos" y garrote para los mapuche "malos". Así en el artículo "A propósito de la "mesa de diálogo" mapuche" de José Marimán para Azkintuwe del Viernes 24 de Septiembre de 2010, el autor nos plantea: "Así, se habla que: "No hay que confundir a nuestros pueblos originarios, a los mapuches que están participando en estas celebraciones, con los 34 comuneros que han tomado el camino equivocado" (Presidente Piñera, El Diario Austral, 09/18/ 2010). O sea, hay “mapuches buenos” que se comportan apropiadamente y hay “mapuches malos” que se comportan inadecuadamente. Y se hablará con los “mapuches buenos” excluyendo a los “mapuches malos.

(...) Los “mapuches buenos”, especialmente los partidarios del gobierno, no han desarrollado un discurso de interpretación de su situación al interior de la “sociedad” chilena. Ellos siguen el derrotero de las demandas tradicionales mapuche, concentradas esencialmente en la cultura, la aceptación social como individuos, y la economía (problema escasez de tierra). (...) Desde el punto de vista de los “mapuches malos”, si bien las demandas anteriores son parte del substrato de su propio repertorio reivindicativo, ellas se han quedado cortas a inicios del siglo XXI. La impugnación de ellos es principalmente política, con repercusiones en los otros planos reivindicativos mencionados. A través de sus reflexiones políticas (documentos o artículos de trabajo), ellos cuestionan el proceso todo de la incorporación política-militar; que habría buscado eliminarlos como nación étnica o pueblo étnico sujeto de derechos colectivos, para agregarlos al país como individuos (sin pasar por alto la expoliación territorial y el arreduccionamiento y posterior proceso de usurpación de esas tierras)".(5)

En el sentido de todo lo anterior, las palabras del Héctor Llaitul son precisas. Y si bien he tratado brevemente de hacer una descripción de las políticas estatales de los últimos 17 años, contra el pueblo mapuche, este artículo también tiene un objetivo mayor, por una parte el de desenmascarar a aquellos personeros y partidos políticos de la concertación que rasgan vestiduras frente al conflicto mapuche. Ellos fueron los principales precursores de la continuidad no solamente de la Ley Antiterrorista, sino de la aplicación de una política de enemigo interno frente al pueblo mapuche, con su reguero de muertes, torturas y represión indiscriminada. Por otra, un llamado a la izquierda que hoy pretende hacer alianzas con sectores de la concertación no sólo para hacer oposición a la derecha en este conflicto, sino para sacarla del gobierno, para que considere profundamente la vocación represiva y de inteligencia de la concertación contra el mundo social y el oportunismo que muestra hoy, y finalmente desenmascarar a la derecha chilena que siempre estuvo a favor las políticas y operativos altamente represivos de la propia concertación, que solicito más de una vez a través del Propio Sebastián Piñera un endurecimiento de las medidas tomadas, y que hoy desarrolla la vieja estrategia anterior y la de de dividir para reinar.

Por mi parte no meramente como analista, sino también como poeta y narrador, hago un llamado a las personas, grupos y sectores sociales de la sociedad civil, a no dejarse encantar por las melodías oportunistas de unos y de otros, y escuchar profundamente a Héctor Llaitul, leer su entrevistas y declaraciones, a mi juicio ahí están las claves del conflicto mapuche y de los modos de su resolución.

Tal como dice Llaitul: "el mapuche sigue viviendo la invasión, está bajo una dictadura militar. Hasta hoy no salimos de la ocupación ancestral de nuestro territorio por sucesivos Estados. Arrastramos históricamente la dominación. Estamos en miserables tierras bajo una legislación de ocupación. La posibilidad que el Estado ofrece de recuperar tierras es si hay título de merced, los cuales fueron concedidos después de la ocupación, por una mínima parte del territorio. Pero toda la tierra ancestral que se recupere, es considerada ilegal. El Estado no nos ha consultado ni antes ni ahora sobre nada; han resuelto el tema dentro de su estructura material, ideológica y cultural. Nuestra lucha mapuche apunta a sentar las bases para crear una propuesta de liberación nacional. Va ahí recién, en la creación de esas bases. Y eso pasa por darle un sustento político ideológico muy coherente a contenidos tan profundos como la demanda de territorio y autonomía, demandas que son la garantía final de los planteos históricos de nuestro pueblo. Esos son los ejes fundamentales para la reconstrucción de una nación".(6)





Notas:
(1)Fuente: http://periodismosanador.blogspot.com/2010/09/llaitul-nuestra-fuerza-nehuen-nos.html
(2)"Charlie", en el Artículo "En apoyo a los mapuches: ¡84 personalidades y dirigentes están en huelga de hambre!"The Clinic, 23 de Septiembre de 2010.
(3)Alejandro Navarro, "El Derecho Penal del Enemigo “Interno”: ¿Nuevo Plan de operaciones (“paciencia”) contra Mapuches?"en www. mapuexpress.net, 12 Septiembre del 2008.
(4)Raúl Zibechi, "Represión “progresista” contra el pueblo mapuche" La Jornada, del 9 Noviembre del 2009.
(5)José Marimán, "A propósito de la "mesa de diálogo" mapuche", Azkintuwe, Viernes, 24 de Septiembre de 2010.
(6)Fuente: http://periodismosanador.blogspot.com/2010/09/llaitul-nuestra-fuerza-nehuen-nos.html

jueves, 2 de septiembre de 2010

"Querido Nicolás" o las Discusiones que la izquierda chilena ni conoce.


x Fesal Chain

Palpo la frustración en muchos y muchas conciudadanas. No son mayoría, a pesar de que lo afirman, pero si son un ejército enorme de desencantados, y hoy por hoy, enrabiados seres humanos. Mi percepción, que va más allá de los sentidos, puesto que en rigor desde el análisis del mundo social también es posible hacer cuerpo el espíritu de una época, se nutre de mi propio desencanto. Claro está que yo siempre he estado desencantado. Pues es imposible del todo analizar la vida, y por supuesto transformarla desde el estar y ser maravillado. Pero no es nihilismo sino un deber de realidad, que se exige uno mismo para no confundir deseos e intereses con lo que pasa en el mundo.

En una entrevista titulada Mayo 68 visto por André Glucksmann, reproducida en el blog http://unatemporadaenelinfierno.net/, el filósofo francés que participo de la revuelta de Mayo plantea: “Sarkozy hizo campaña y fue elegido para romper con el orden, el estancamiento y el retroceso consecuencia de treinta y tantos años de inmovilismo de izquierdas, Mitterrand, y derechas, Chirac. Por el contrario, esa izquierda rancia que sigue aferrada a las momias de ideologías difuntas es la encarnación misma del estancamiento inmóvil contra el progreso. Y profundiza al respecto: "...esas izquierdas se montaron al carro de Mitterrand y la izquierda unida, que proponía “romper con el capitalismo y construir el capitalismo a la francesa”. Todas las izquierdas unidas tomaron el poder y precipitaron una crisis global de Francia. Todas las izquierdas gobernaron en solitario en Francia durante quince largos años. Fue Mitterrand, seguido de Chirac, quien precipitó la crisis nacional, el retroceso y el estancamiento, víctima del inmovilismo ideológico. Mayo 68 evitó a Francia la deriva terrorista a la italiana. Pero, a cambio, sumió al país en un estado de letargo absoluto. (...) Hoy, la izquierda se reivindica al mismo tiempo de Mitterrand y Mayo 68. Es absurdo. Esa izquierda dicen a los jóvenes: dormíos tranquilos, niños envejecidos prematuramente, la izquierda reconocida contempla en vuestros sueños su propia existencia extraterrestre. Esas izquierdas intentan rentabilizar el recuerdo con chucherías anti mundialistas, ecologistas, electorales. Y continúa, (...) Mitterrand y su banda fueron quienes convirtieron Mayo en una momia, utilizada con fines electorales propios...".

Mas allá por supuesto de la adscripción fácil de Glucksmann a Sarkozy, las respuestas en esta entrevista son más que reveladoras de la realidad chilena presente. En nuestro país ganó la derecha más transformista, aquella que de alguna manera se mostró como la más equidistante del pinochetismo. Eso no quiere decir que lo sea. Digo, se mostró. Sarkozy también se mostró equidistante de la ultraderecha, y fue capaz de elegir Ministro de Estado a uno de los símbolos de Mayo 68, a Bernard Kouchne. Y sin embargo hoy emplaza una política de migración con notorios ribetes racistas respecto a los gitanos y a su vez en plena campaña electoral reivindicó el gobierno colaboracionista de Vichy.

Y a pesar de todo lo anterior, efectivamente Sarkozy fue la salida que se dio la sociedad francesa frente al inmovilismo total de la centro izquierda. Tal como ha pasado en Chile. Sebastián Piñera, que no trepida en poner en práctica una Política de Seguridad neo dictatorial, (ver mi artículo sobre la dictadura democrática de los reaccionarios en G80), a su vez fue capaz de ganar las elecciones en Chile, justamente con un discurso que apuntaba al meollo del asunto, que no era sino la enorme crisis de eficiencia gubernamental y de transformación social (sobretodo de esto último) de la concertación, (tomaron el poder y precipitaron una crisis global (...). Todas las izquierdas gobernaron en solitario (...) durante quince largos años. (...) y precipitaron la crisis nacional, el retroceso y el estancamiento..." Por ello Marco Enríquez con algunas fórmulas un poquito más novedosas (como aquella de que el gobierno es el brazo del Estado y este último el aparato normativo de la economía), fue también capaz de aglutinar una enorme masa electoral, prácticamente la mitad de la masa electoral del bloque gobernante frente a un Frei que rayaba en la estupidez conservadora.

Porque es más que evidente, que sin nosotros haber tenido un Mayo del 68, la izquierda tradicional chilena, la que gobernó en la UP también le dice a los jóvenes: "dormíos tranquilos, niños envejecidos prematuramente, la izquierda reconocida contempla en vuestros sueños su propia existencia extraterrestre".

Ahora bien, no nos podemos quedar en Glucksmann. Por otra parte Bernard-Henri Levy: en una entrevista titulada "La izquierda está enferma de derechismo" del Diario La Nación de Buenos Aires http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=969190, y frente a la pregunta : ¿Por qué ser fiel a una izquierda que se derrumba? ¿Por qué negarse a cruzar la frontera ideológica y pasarse con bandera y banda al sarkozismo triunfal, como hicieron muchos de sus amigos?, plantea su oposición a la adscripción de Glucksmann en un párrafo extremadamente importante: "Lo que más debería preocupar de Sarkozy, en realidad, es que se trata de un verdadero hombre de derecha. Cuando dice basta ya de arrepentirse públicamente por Vichy ( la colaboración con la ocupación nazi durante la Segunda Guerra Mundial) o por la colonización, es auténticamente sincero. Y eso me hiela la sangre (...) La campaña de Sarkozy, con su negativa a arrepentirse de las faltas cometidas, sirvió para paralizar ese proceso de toma de conciencia. Un país que no tiene vergüenza es un país perdido. Se puede perdonar, pero no olvidar. La vergüenza es un gran sentimiento humano..."

El problema que devela, para nosotros los chilenos, este diálogo-oposición de ambos filósofos, es que frente al fenómeno del Piñerismo, que hoy por hoy tiene al menos un 56% de apoyo popular dadas las últimas encuestas, y que a su vez se ha mostrado muy eficiente en resolver los problemas heredados de la propia concertación (1) , JUSTAMENTE no contempla en absoluto el análisis de Glucksmann. Es decir la totalidad de la oposición, desde el neoliberalismo concertacionista, pasando por el liberalismo socialdemócrata, la izquierda progresista, el partido comunista, y los sectores de la izquierda radical, no desean ver una cuestión central: Que el soberano, los electores y quienes responden las encuestas, más allá de los elementos ultraderechistas e integristas del Piñerismo, siguen apoyándolo en la misma medida que han hecho suyo el diagnóstico de que la concertación y también la oposición en su conjunto, a nombre de viejos valores y agitación de antiguos símbolos igualmente "precipitaron la crisis nacional, el retroceso y el estancamiento, víctima (justamente) del inmovilismo ideológico". Por mucho que la derecha pinochetista en el no tan fondo, continúe eternamente "con su negativa a arrepentirse de las faltas cometidas".

Un "progresismo" y una izquierda que en realidad se reafirma en el mito y trata de rentabilizarlo con chucherías. Ya sea el mito de los 70 o el mito de los 90. Porque no ha repensado una cuestión fundamental. Que frente a la afirmación casi delirante de Ricardo Lagos, que la concertación había caído por sus propios aciertos, es decir que había transformado a tal punto la sociedad, que generó en ella nuevas demandas y expectativas que el propio bloque gobernante no fue capaz de cubrir, hay que contraponer el análisis lúcido y crítico, no sobre la derecha y su incapacidad de vergüenza, sino sobre la izquierda en su conjunto y en su enorme incapacidad de un proyecto ideológico, social y político capaz de romper el letargo, tanto de la construcción de un capitalismo a la chilena como de un socialismo copión del pasado o de otras realidades mundiales, todos "ellos" muy mitológicos pero ineficientes en la práctica del Chile de los últimos 50 años.

Romper con el inmovilismo ideológico es preponderante para que el pueblo en su conjunto deje de apoyar a una derecha que gestionando el mismo capitalismo de la socialdemocracia efectivamente "termine rompiendo el orden, el estancamiento y el retroceso consecuencia del inmovilismo de (todas) las izquierdas.. Romper con el inmovilismo frenara que el pueblo chileno termine diciendo tal como Glucksmann "Querido Nicolás. (...) es muy bueno denunciar el arcaísmo de los retrasados".


(1) Algunos dicen que por presión popular, probablemente, pero en la concertación esa presión que siempre fue de menor potencia, pues los presionadores estaban en el Estado, jamás hizo mella en la conciencia crítica de la socialdemocracia, más que para armar mesas de diálogo.