lunes, 29 de marzo de 2010

QUE NO HAYA EQUÍVOCOS


x Fesal Chain

Mi compromiso siempre es desde la palabra, que denomino vivificadora, hacedora, en lo posible develadora de aquello que la ceguera y la falsa conciencia se encargan de esconder bajo la cama o en viejos desvanes olvidados.

La majadería no es mi vocación, es la palabra siempre, allí donde las ideas sean proscritas, en ese lugar estaré siempre con mi oficio alentando el coraje de los perseguidos por el espíritu histórico. En eso tengo, si es que en la vida se puede tener alguna certidumbre, una cierta seguridad y compromiso ineludible, especialmente conmigo mismo y por continuidad con los marginados y olvidados.

Nada me puede dar más satisfacción que se lean mis artículos, poemas y narraciones, pero si hay algo que me da un placer superior, es que me ataquen de distintas trincheras. Es a mi juicio, un buen indicador que uno va por la senda de la belleza y no en el camino aberrante de la porfía de los fascistas y/o estalinistas de la vida.

Para ser más claro, y para tener cierto sentido de la historia, aún cuando es evidente que debemos superarla por un camino filosófico distinto, la dictadura pinochetista fue a no dudarlo, la experiencia humana más aborrecible y cruenta de nuestra experiencia reciente. Y a pesar de mi oficio y de mi vocación, me atrevo a afirmar que no hay lenguaje para describir el horror y mantener la memoria viva del genocidio. Hay palabras y siempre las habrá, pero nunca resultarán suficientes para mantener en las conciencias las imágenes, el miedo, la rabia y la orfandad de un pueblo casi indefenso frente a la barbarie.

Pero para ser aún más claro. Que fuese la izquierda chilena levantando todas las formas de lucha, un alternativa heroica y valiente frente al pinochetismo genocida, y que como generación nos hayamos comprometido a través de ella en la defensa de nuestro pueblo, y que además en esa lucha hayamos comprendido las determinaciones sociales de la dictadura, no significa de ningún modo, que tengamos que aceptar a priori, la defensa religiosa de esa misma izquierda a todo aquello que, ya sea por ideología , por falsa lealtad o agradecimiento de la solidaridad, levante como justo y bueno, cuando la evidencia nos muestra que no lo es.

No es el objetivo de este artículo adentrarse en los fundamentos políticos profundos de la tradición antiestalinista no socialdemócrata, de una izquierda que al menos se ha quedado entre nosotros como herencia cultural y que siempre defendió los derechos políticos y sociales de los trabajadores por sobre el aparato del partido y del estado. Ni tampoco entrar en el debate de la preeminencia de la democracia representativa, de la división de poderes y del multipartidismo por sobre otros modelos.

Más bien quiero centrarme en el supremo valor de los derechos humanos y en especial de la libertad de conciencia, en un mundo en el que ya no basta levantar banderas y bajo ellas justificar cualquier acto político. Probablemente en pleno siglo XX, a la vez que se admitía el uso de la violencia política por parte de los movimientos de liberación, también se justificaba por unos y por otros que el estado fuese implacable. Pero después del genocidio Nazi, de los crímenes del estalinismo y de las dictaduras militares del Cono Sur, se ha internalizado en las conciencias de buena parte de la humanidad, no de los dominantes por supuesto, que por sobre los experimentos ideológicos debe existir el imperio del respeto a los derechos humanos, el derecho a vivir en la patria, y a la libertad de conciencia y expresión. Justificar la represión sistemática del estado y el gobierno a sus detractores por razones ideológicas, y políticas, es inadmisible bajo todo punto de vista.

Justamente, porque luchamos contra el horror del pinochetismo y sufrimos sus actos, es que no deseamos para nadie, para ningún país, ni clases, ni grupos, ni individuos, que sufran el exilio, el terrorismo de estado, la tortura psicológica, física o ambas, el silenciamiento de sus ideas y el encarcelamiento por ellas. Este deseo es válido para todos quienes creemos en el desarrollo humano, pero en especial para los escritores. Pues los creadores, como conciencia sensible y crítica de la humanidad, nunca deberíamos estar al servicio de determinadas miradas o poderes, sino al servicio de la palabra vivificadora y de los dominados de todo signo, y nunca con los sepultureros de los sueños, ni con los enterradores de las libertades.

Y para clarificar más mi posición frente a la Revolución Cubana, hago míos los principios básicos que planteara Pablo Milanés en España y publicadas por El Diario El Clarín de Argentina el 20 de marzo de este año:

"No soy un defensor de los derechos humanos solamente, ni de la libertad de expresión, ni del derecho a huelga, ni del restablecimientos de sindicatos -representados por los obreros y no por el Estado-, ni de la instalación del pequeño comercio, ni la libre salida del cubano de su país, etc. sino que soy un luchador por la perfección del socialismo que hemos proclamado durante 50 años".

Porque nuestros muertos por la libertad en Chile durante la dictadura, son los mismos muertos de hoy por la libertad en cualquier parte del mundo. Si no queremos ver eso, entonces nos interesa sólo nuestra ideología y nuestra política, en suma nuestra vocación de imponer cierto espíritu histórico, por sobre la libertad y los derechos humanos de quienes además son capaces de dar la vida por ellos.

viernes, 12 de marzo de 2010

La imperiosa necesidad de una Izquierda Nacional


X Fesal Chain

Sociólogo

El gobierno popular de Salvador Allende tuvo como estrategia central la autonomía económica de Chile entendida como la segunda independencia nacional. Provenía esta idea fundante no sólo del socialismo histórico, sino de las alianzas que este socialismo había realizado en y con los gobiernos radicales. Si bien Salvador Allende provenía del mundo demoliberal y parlamentario, fue un sujeto histórico capaz de recoger la herencia cultural de vastos sectores a los que los unía un fuertísimo denominador común: el proyecto estratégico de desarrollo nacional contra el mercantilismo y el liberalismo de la derecha tradicional chilena. Del punto de vista histórico hay muchísimas evidencias de que la conformación del proyecto de la Unidad Popular es la continuación de una propuesta anti mercantil de desarrollo económico y social, donde el Estado y el Gobierno como brazo operacional del primero, fuera capaz de dirigir la economía y de sentar las bases de alianzas sociales y políticas por el desarrollo económico y social de las mayorías trabajadoras.


1.- Radicales, Socialistas y Nacionalistas

Al respecto, los antecedentes históricos de la alianza política entre socialistas y nacionalistas (ambos doctrinariamente anti liberales), bajo los regímenes radicales, en la década de los años 30 y 40 son evidentes. Como antecedentes:

"...A mediados del mes de enero de 1939, el Movimiento Nacional Socialista (MNS), ya en algo recuperado de los luctuosos acontecimientos del 5 de septiembre (Matanza del Seguro Obrero. Nota del Autor.), y después de un congreso nacional de dirigentes, pasa a denominarse Vanguardia Popular Socialista, cuyas siglas fueron VPS.(...)Con la Vanguardia, Jorge González Von Mareés, pasa a reconocer dentro de nuestro país la existencia de la “lucha de clases, como un fenómeno innegable” (Declaración pública de la VPS, 1939), abogando en el plazo inmediato por su sustitución, mediante una política integracionista de carácter social y nacional". (1)

(...)Días después del triunfo del Frente Popular, el 24 de enero de 1939, ocurre el terremoto de Chillán, tragedia que dejó un pasmoso saldo de 30 mil muertos, 40.000 heridos y 10.000 casas destruidas. Unido el país ante el dantesco siniestro, comenzaron los esfuerzos de recuperación de las zonas afectadas, las cuales se encontraban aisladas e incomunicadas. “(…) Sin teléfonos, sin telégrafos, sin medicinas, sin víveres, en medio del pavor, medio millón de chilenos amaneció el 25 en mitad de una espantosa catástrofe (…)” (2)

"La Vanguardia Popular Socialista, mediante su voluntariado, prestó una activa colaboración en estas tareas, realizando un importante papel, por ejemplo, en el ámbito de las comunicaciones a través de su militante Pedro del Campo, hecho que le valió su reconocimiento público. Así comienza, en el ámbito práctico, un intenso contacto político entre el sector vanguardista y el frente popular, muy especialmente con el Partido Socialista, a través del dirigente de esa colectividad Oscar Schnake.

Cuando se estructuraba el nuevo gobierno, y quizás por la colaboración dada por el nacismo hacia el triunfo del abanderado del Frente Popular, esta alianza le ofertó una serie de cargos públicos, aceptándose solamente los puestos del dirección del Registro Civil y la Conserjería de la Casa de Crédito Agrario, puestos que fueron administrados respectivamente, por los vanguardistas Felipe lazo Pérez Cotapos y Gustavo Vargas Molinare".(3)

“(…) Don Pedro fue leal con todas las fuerzas políticas que lo eligieron Presidente, así como también con los ibañistas de la Vanguardia Popular Socialista de don Jorge González Von Mareés (…) El espíritu realizador de don Pedro Aguirre Cerda lo llevó muchas veces a designar en cargos importantes a hombres de otras tiendas, considerando tan solo su capacidad. Entre ellos recordamos a Guillermo del Pedregal, Roberto Vergara y tantos otros.” (4)

"Pocos días antes de cumplirse el primer aniversario de la masacre del seguro obrero, ocurrió un acontecimiento impensado y hoy olvidado de los libros históricos nacionales. En una concentración realizada en el Teatro Carrera, el Jefe de la Vanguardia Popular pronunciará un discurso ante sus cuadros, el cual culminará con un fraternal abrazo entre este y el dirigente socialista Marmaduke Grove. Así mismo, el 3 de septiembre de 1939, en el barrio cívico de la ciudad de Santiago de Chile, se desarrollará una multitudinaria concentración pública, la cual reunirá a los cuadros de la VPS y una delegación de las “camisas de acero” del partido socialista.

En cuanto al trabajo parlamentario, los tres diputados ahora vanguardistas ( González, Guarello y Molinare), lograrán la aprobación de iniciativas, tales como: el proyecto de ley para la creación de corporaciones de reconstrucción y fomento ( futura CORFO); la incorporación de un impuesto extraordinario a las empresas cupríferas norteamericanas establecidas en nuestro territorio (hoy conocido como “royalty”); la suspensión momentánea del pago de la deuda externa; más la consideración del establecimiento de un área exclusiva para la explotación marítima nacional ( conocida en el presente, como las “ 200 millas)”. (5) Otro elemento constitutivo de la relativa continuidad de la Unidad Popular con respecto a la doctrina común de nacionalistas y la izquierda en relación al rol del Estado es el proyecto de nacionalización del cobre: " Años más tarde, en 1940, González von Marées propuso la "nacionalización del cobre y del salitre"; dicho proyecto sería aprobado recién el 11 de julio de 1971 por el gobierno de Salvador Allende siendo uno de los principales hitos de la historia nacional". (6)

1.1.- Algunas distinciones

Es más que evidente que con lo anterior no estoy afirmando que la izquierda chilena se haya constituido a partir del pensamiento nacionalista ni nacista ni haya tan fuertemente influido por estos,como lo plantea Víctor Farías, sino pretendo demostrar que en la historia de Chile, la Izquierda Chilena tuvo, más allá de las diferencias ideológicas y de los conflictos internacionales, períodos importantes en que hizo primar su concepción anti liberal y de amplios acuerdos con todos aquellos sectores que también postulaban su oposición activa al liberalismo mercantilista y su apoyo irrestricto al rol del Estado como inversor, gestor y fiscalizador de la economía en su conjunto para beneficio de amplios grupos sociales mayoritarios.


2.- El Nacionalismo y La Izquierda antes y después del Golpe de Estado de 1973

Los sectores nacionalistas actualizados en Patria y Libertad y en el Partido Nacional, promovieron activamente la sedición, el sabotaje, la caída de Allende y el Golpe de Estado de 1973. Sus dirigentes más connotados fueron partícipes y protagonistas de la dictadura y muchos de sus cuadros fueron activos militantes de los Servicios de Seguridad: DINA Y CNI, y uno de sus líderes Pablo Rodriguez Grez llegó a ser abogado del Dictador Pinochet en pleno siglo XXI.

Pero también existen evidentes signos históricos que una parte importante del nacionalismo, pasado los sucesos de defenestración del General Leigh en 1978, fueron opositores a la dictadura pinochetista, especialmente en lo que respecta al modelo económico neo liberal importado de Chicago y promovido por el gremialismo UDI de Jaime Guzmán, que ya había girado desde el pensamiento nacionalista corporativista de Primo de Rivera al liberalismo económico de Chicago.

Como elementos adicionales a la confrontación del modelo económico entre duros y blandos (nacionalistas y gremialistas) hay suficiente material del rol directa y francamente represor que cumplió Jaime Guzmán sobre los destacamentos civiles tanto al interior como fuera del régimen, y de ahí se explica a su vez, su fuerte oposición a Manuel Contreras y a los aparatos de seguridad del régimen dictatorial que estaban fuertemente influenciados por el pensamiento nacionalista más ultrista y anticomunista y de carácter lumpérico.

Algunos documentos nacionalistas plantean también que el cruel y alevoso asesinato de Tucapel Jiménez, por ejemplo, fue más bien el aprovechamiento político por parte de los sectores pinochetistas de la dictadura, de una reyerta interna entre el pinochetismo y el nacionalismo, siendo Tucapel Jiménez un connotado líder nacionalista antipinochetista y antidictadura.

Por otra parte ya en 1986 aproximadamente, Roberto Thieme, uno de los lideres más connotados de Patria y Libertad, plantea públicamente en la Revista Análisis que era necesario formar parte del Movimiento Democrático Popular en la lucha contra la dictadura y siguió manteniendo una clara oposición al régimen y al liberalismo tanto de izquierda como de derecha. Una especie de tercera posición doctrinaria, aún cuando en su vida privada mantuvo estrechos lazos con la derecha chilena y con la familia Pinochet por consideraciones sentimentales y afectivas. Al respecto es recomendable leer el libro escrito por el periodista Manuel Salazar: El Rebelde de Patria y Libertad, de Sociedad Editorial Mare Nostrum.


3.- La izquierda y su vocación estatal, nacional y popular hoy

Propugnar hoy día un alianza entre sectores nacionalistas y la izquierda, al estilo de la década del 40, es un contrasentido político y ético, especialmente si consideramos la historia de la década del 70. Probablemente en la década de los 40 y hasta el año del "tacnazo", un fallido golpe de estado que ocurrió en Chile el 21 de octubre de 1969, (donde un grupo de oficiales liderados por el General Roberto Viaux, se acuarteló en el Regimiento “Tacna” de Santiago para exigir mejoras salariales y profesionales para el Ejército de Chile), sectores de la izquierda chilena que habían participado en el Frente Popular, en el gobierno de Ibañez desde el socialismo y el agrario laborismo, aún tenían cifradas esperanzas en que una alianza entre nacionalistas, militares y la izquierda, era el mejor camino de un proyecto nacional de desarrollo para los trabajadores, bajo un modelo de Estado fuerte y dirigista. Al respecto en conversaciones con viejos militantes socialistas cercanos al modelo nasserista, me ratifican que algunos de ellos a modo personal, participaron del intento de golpe de Viaux y que veían en este movimiento una alternativa al demoliberalismo de la izquierda histórica, de la falange y de la derecha tradicional.

Sin embargo las acciones de sabotaje y terroristas de Patria y Libertad antes y durante la UP, el golpe de estado de 1973 y las acciones y alianzas del nacionalismo con los servicios de seguridad del pinochetismo, le quitaron, si alguna vez las tuvo, a la totalidad de sus vertientes todas las cartas de nobleza que podían catapultarlo en alianza con una izquierda antiliberal, a ser una alternativa al liberalismo mercantil democrático .

Pero también la izquierda chilena perdió sus cartas de nobleza, por una parte ha abandonado todo tipo de proyecto de carácter estatal y de desarrollo, para terminar subsumida en distintas variantes del liberalismo parlamentario y del neo liberalismo, esto especialmente a partir de la influencia de los dirigentes que volvieron del exilio y de los sectores socialistas más liberales como el laguismo, el socialismo proveniente de la democracia cristiana (influencia directa del MAPU) y el tercerismo alemán. A su vez el Partido Comunista que seguía levantado hasta el año 2005, una alternativa o tercera vía a los liberalismos en pugna, ha vuelto a sus alianzas demoliberales históricas con los sectores socialistas liberales, tal cual lo hizo en la década de los 40 con sectores anti nacionalistas y anti socialistas, lo que lo ha colocado claramente en el ala izquierda de la socialdemocracia liberal.

Los planteamientos de Allende que provenían como matriz cultural de la visión estatal desarrollista tanto del radicalismo o socialismo democrático, de la propia izquierda marxista, como del nacionalismo de los años 40, ha quedado en definitiva como un recuerdo fantasmagórico de lo que alguna vez la izquierda chilena levantó como proyecto.


4.- ¿Entonces porqué una Izquierda Nacional?

La respuesta es simple, hoy la ultra derecha pinochetista y sus sectores transformistas, como la izquierda demoliberal en su conjunto, están unificadas en la administración del modelo financiero y monetarista. No hay alternativa política que coordine y levante una alternativa real a los liberalismos en pugna, al demoliberalismo de la izquierda socialista y comunista y al neoliberalismo democristiano y neopinochetista, en suma a la estrategia improductiva y usurera de la burguesía financiera quien ha supeditado a la totalidad de clases, fracciones y sectores socio económicos de la vida nacional a sus intereses particulares. Y hoy ya no sólo desde los poderes fácticos de los grupos financieros y corporativos de la clase patronal sino también desde el gobierno que han recuperado después de 20 años de administración socialdemócrata liberal.

De esta manera se hace urgente la construcción de una Izquierda Nacional, capaz de tomar en sus manos tanto la memoria y herencia cultural, la historia doctrinaria y política de los destacamentos más consecuentemente antiliberales de la historia de Chile y con vocación profunda de construcción de un Estado Nacional fuerte, especialmente las ideas y acciones que van desde los años 20 al 70 del siglo pasado, al mismo tiempo que limpiando esta historia de los sectores y destacamentos vacilantes y recalcitrantes o terroristas, reactualizando en el ámbito político y económico sus propuestas estratégicas.

A propósito de las reactualizaciones, no es azaroso que en la pasada campaña presidencial, el candidato opositor a Frei y Piñera, Enríquez-Ominami, que si bien proviene del liberalismo socialdemócrata, haya puesto énfasis en la defensa de trabajadores en general como creadores de la riqueza y a los sectores más tradicionales, por ejemplo los productores del agro en particular, como así también que su jefe de Campaña, Max Marambio haya invocado un rol aún más fuerte del Gobierno como brazo operativo de un Estado con mayor capacidad regulatoria y fiscalizadora de los mercados. Como así también no es azaroso, que un contingente de al menos 8% de la votación derechista lo haya respaldado, lo más probable es que sean aquellos sectores que no se identifican con la izquierda histórica, pero tampoco con el libremercadismo a ultranza de RN y de la UDI, es decir los sectores antiliberales históricos no izquierdistas y más apegados a la tradición nacionalista y antipinochetista. En esa incipiente alianza se vislumbra una relativa recuperación de la memoria histórica, de las ideas y acción política de los sectores más críticos del demoliberalismo y del mercantilismo.

A mi juicio, es necesario hoy tomar los elementos esenciales de los que fuera la propuesta Radical, Socialista, Nacional y Desarrollista de puesta en marcha de un Estado Co-inversor gestor, fiscalizador y propulsor de la economía nacional como industrialización, desarrollo hacia adentro y producción y distribución de la riqueza para las grandes mayorías nacionales, donde el gobierno sea el brazo político capaz de ejecutar las tareas estratégicas. Considerando, por supuesto, la globalización cultural, económica y política en la que vivimos actualmente, producto justamente de la internacionalización a gran escala del capital financiero.

Se trata a su vez de establecer las clases, fracciones de clases, y los sectores y grupos sociales que han sido supeditados económica y políticamente al modelo de Chicago: los sectores populares expropiados de todo fruto del crecimiento, los trabajadores manuales e intelectuales, los nuevos proletarios del retail y de las ventas, los micro, pequeños y medianos empresarios, los empresarios del Agro y del sector exportador, las Fuerzas Armadas y en especial el Ejército profesionalizado, con su enorme acumulación de elementos técnicos y teóricos de planificación y logística, considerar a los grupos económicos con fuerte presencia productiva o susceptibles de realizar re conversión y a los partidos políticos con vocación de servicio público y formación de cuadros profesionales y técnicos de intervención social en todas las áreas de la economía.

5.- La propuesta concertacionista de los últimos 20 años ha fracasado. No reformó el modelo neo liberal ni construyó un Estado Social, pero en lo estratégico no logró como propuesta socialdemócrata real, el reconocer dentro de nuestro país la existencia de la “lucha de clases, como un fenómeno innegable abogando por su sustitución, mediante una política integracionista de carácter social y nacional", como lo planteara Von Mareés y los sectores socialistas históricos en la década de los 40 bajo los regímenes radicales más progresistas.

La concertación no quiso romper con la hegemonía de la burguesía financiera sobre la totalidad de las clases, y grupos sociales de la Nación. De esta manera le hace entrega a la misma burguesía financiera liderada por su máximo financista y el hombre más rico de Chile, del gobierno de la República. No podría haber sido de otro modo pues la propia concertación no fue capaz ni deseo representar y traspasar poder a los grupos y clases subalternas al modelo financiero.

Hoy el gobierno de la burguesía financiera y de los poderes fácticos y corporativos de la clase patronal, tiene un margen de maniobra estrecho para optimizar el modelo y si bien aboga por un abstracto gobierno de Unidad Nacional, sólo podrá aplicar el modelo neoliberal y monetarista más ortodoxo, reproduciendo los antagonismos y problemas estratégicos de la lucha de clases del período anterior. Frente a esta realidad, no es para nada absurdo ni utópico, dado la creciente descomposición del modelo libremercadista, que los amplios sectores sociales ya descritos y los destacamentos de todo signo con mayor vocación estatal y de intervención, vía un modelo de mayor productivismo y redistribución de los frutos del crecimiento, comiencen a nuclearse para llevar adelante los verdaderos cambios estructurales que Chile requiere imperiosamente.





(1) Bragassi Hurtado, Juan; La Historia de la Vanguardia Popular Socialista .
(2) “Terremoto de Chillán”; Revista Ercilla; N° 195; enero de 1939.
(3) Ibíd 1.
(4) Chamudes, Marcos; “Cuidado no me desmienta”; editorial Alonso de Ovalle, 1954; pp.11 a la 112.
(5) Ibíd 1.

lunes, 8 de marzo de 2010

Tiempo de algunas verdades verdaderas


x Fesal Chain


Que la verdad existe, al menos en las Ciencias Sociales es ya un hecho evidente, largo sería detallar y explicar aquello, sin embargo los criterios de verificación y la existencia de leyes, lo demuestran, la ley del valor por ejemplo está suficientemente verificada en la historia del mundo y de la economía política.Eso por dar un ejemplo grueso.Por mi parte estimo que hay verdades mentirosas y verdades verdaderas. Las verdades mentirosas se pueden denominar consensos o afirmaciones de corrección (lo políticamente correcto por ejemplo) las verdades verdaderas, no son aquellas que meramente dependan del juicio crítico mio o de cualquiera, sino sobretodo aquellas que develan o revelan a las primeras.

Hay muchas verdades mentirosas o de cierto sentido común en este Chile de cataclismos. Largo detallar. La Unidad Nacional, la Solidaridad inherente a cada chileno y chilena de corazón de pan, el enorme cariño a los extranjeros, la fuerza que podemos tener frente a sucesos críticos, etc. , etc., etc.

Hay por otra parte verdades verdaderas del tamaño de una Catedral y que a los chilenos y chilenas le provocan rechazos y negaciones enormes, y ciertamente ya constituyen sino leyes al menos ciertas regularidades históricas.

Que somos un país de bárbaros y no exactamente de bárbaros sencillos como dice el poema, es evidente, la Guerra del Pacífico, la Contrarrevolución del 91, el Golpe de Estado de 1973, son algunos ejemplos de máxima depredación de unos contra otros.

En mi artículo CHILE: POBRE PAÍS DE INEPTOS Y CRIMINALES, DE INCULTOS Y ARRIBISTAS, muestro acaso los rasgos más bárbaros de nuestro país y de los chilenos en esta última catástrofe. No es necesario ahondar en demasía.

Hay sin embargo verdades entre aquellos que se dicen críticos, que de ninguna manera deben ser enarboladas o afirmadas. Se trataría acaso de un crimen mayor a lo denunciado, una especie de falta de lealtad estratégica y una vuelta de carnero con respecto a los propios valores y convicciones. Creo que es justamente en esta área crítica donde se muestran con mayor concentración y pesadez las verdades verdaderas, y como dijera Pablo Neruda frente al informe Kruschov sobre los crímenes del Stalinismo, lo más doloroso es cuando las afirmaciones del enemigo tiene base y son en gran medida ciertas.

Que la izquierda chilena dejó de ser la esperanza de millones, porque se ha convertido en un contubernio de mediocres que hacen mal las cosas y que culturalmente no son más ni menos que los permanentes pedigüeños, que desean capturar el estado para no trabajarle un peso a nadie, o en su defecto hacer negocios en el mundo privado con el sumo cuidado de que sean muy secretos, para no espantar a sus huestes, que aún creen o dicen creer en las promesas superficiales de la nomenclatura y su servidumbre humana.

Que la izquierda chilena se llena la boca con el pueblo, pero que generalmente no representa a más del 5% o 10% del electorado, un esmirriado número de seguidores dogmáticos y conservadores, que no son capaces junto a sus líderes, de ampliar la mirada y proponer nuevos derroteros frente a la pobreza material y cultural de un país atravesado por la desigualdad profunda, la descomposición moral y de la inteligencia y capturado a su vez no sólo por los mediocres, sino también por un lumpen que va desde políticos a empresarios, de profesionales a narcotraficantes y que atraviesa la división social del trabajo y a las clases. Acaso porque algunos frenéticos izquierdistas pertenecen a este continuo social.

Que aquellos que siguen a esa izquierda, me atrevo a decir la gran mayoría cultural, y que se dicen solidarios y magnánimos y andan levantando causas lo más lejanas a su propio territorio y realidades más cercanas y visibles, lo hacen porque acompañar las causas de Etiopía, de Haití y otros lugares o meterse la mano al bolsillo y depositar en cuentas frías o sombrías, es bastante más fácil que vivir en la austeridad y acompañar al hermano adolorido, al amigo o al familiar que de verdad se retuerce en las dificultades, para qué hablar de estar junto al compañero o compañera, título tan usado en reuniones pero vacío de contenido y de sentido.

Que aquellos que se dicen de izquierda o progresistas, en la superficie y en el fondo, en su gran mayoría me atrevo afirmarlo nuevamente, están más bien preocupados del dinero, que puedan capturar del partido o del estado o lisa y llanamente hacerlo en buenísimos trabajos del mundo privado, que después critican de la boca para afuera o sólo en las elecciones. Dinero que valoran más que a las propias causas que dicen defender y que les permite invertir en negocios gastronómicos o de la construcción, o pasearse en Isla Negra o en Tunquén y en el Sur de Chile, en briosos autos veloces donde escuchan a Schwenke y Nilo, derramando lágrimas de cocodrilo y acordándose cuando eran simples mortales.

Que la totalidad de las ideologías y partidos progresistas y sus actores principales y secundarios, están atravesados por el individualismo más descarnado y por la barbarie cínica de no quedar nunca mal con nadie y de sólo criticar aquello que políticamente cae de cajón, pero no de ver en sus propias vidas lo que critican y demonizan en los otros. Siempre es más fácil criticar a la derecha para esconder la propia pudrición. Incluso usando lo que tanto criticaron en el pasado, la presunción de intenciones, o la campaña del terror, la misma que ocupo el golpismo asesino antes de que gobernara el Presidente Allende.

Que una gran mayoría de chilenos está cansado, aburrido y tienen clarísimo que el discurso de justicia social, igualdad, libertad y fraternidad de las izquierdas, no es sino un palabreo hueco, una mascarada para seguir haciendo el gran negociado de la historia: el ser adalides de esos valores para la galería como imagen holográfica, pero actuar miserablemente como el más burgués de los burgueses o acaso peor, pues siempre es más fácil obtener ganancias y emprender proyectos en beneficio personal con dinero ajeno y jugando adolescentemente con las esperanzas de todo un pueblo. Y si no les resulta el negociado, siempre está el ultimo recurso, el machacar a los ojos del pueblo aburrido de sus arengas, que son las víctimas permanentes de la historia, que están traumados y que existe en el país y en el mundo un complot general contra sus bellos ideales.



CHILE POBRE PAÍS DE INEPTOS Y CRIMINALES, DE INCULTOS Y ARRIBISTAS


x Fesal Chain


La Señorona Bachelet, la misma que se subió y bajó del tanque, la de la sonrisa pegada a la piel y de gestos esquizoides, entre madre protectora y militar despiadada, la misma que mandó a matar al obrero arriba del montacargas y a los mapuche en la Araucanía a través de Perez Yoma, ( Edmundito como lo llaman sus correligionarios, quien dijo a escasas horas del cataclismo que 85 víctimas eran más menos el número definitivo de víctimas del terremoto) y de su lugarteniente el Subsecretario Rosende (el que minimiza a cada rato los efectos de las pobres y erradas decisiones frente al cataclismo y prefiere sólo mostrar los escasos logros). La misma señorona que en su aspaviento delirante de nueva rica, no trepida en ayudar a los haitianos en menos de lo que canta un gallo, la mismísima a la que moros y cristianos, derechistas y comunistas alaban tanto, la formada en la Escuela de las Américas y que fue Ministra de Defensa, la que ha gobernado nuestra patria en estos aciagos cuatro años, ella, la recubierta de simpatía y carisma es la misma que fue incapaz, que no supo interpretar como corresponde a una estadista, los informes y confusos comunicados de una Armada, que a estas alturas más que rama parece una débil ramita de las FF.AA y de Orden, la misma señorona que en vez de escuchar Alerta de Tsunami, escuchó NO HAY TSUNAMI. Muy Bien asesorada claro está, por otra señorona de voz ronca, una tal Carmen Fernández, Directora de la ONEMI, que frente a la alerta, dijo que si no tiene informes escritos y planos, no actúa a favor de la alerta no más. Pero no duda ni un segundo para actuar en contra y dice NO HAY TSUNAMI.

En una entrevista de Radio Bio Bio realizada por Tomás Mosciatti a quien fuera Director de ONEMI durante largos 12 años, el Dr. Maturana, este afirmó que no era posible tal cantidad de errores, que si bien los informes de la Armada podían ser confusos, no eran en absoluto confusos la totalidad de informes de los organismo internacionales a escasos 5 minutos del terremoto, a los que se debía recurrir si o si frente a la duda y que efectivamente anunciaban el Tsunami.

Que frente a la falta de claridad, tanto a las autoridades técnicas, la Sra. Fernández, como a las autoridades de las Fuerzas Armadas, el Comandante en Jefe de la Armada y el Poder Ejecutivo, el Sr. Perez Yoma y la señora Bachelet, les había faltado coraje en arriesgarse, y sobretodo aptitud y decisión frente a la situación descrita.

Esta errónea decisión ha significado hasta ahora para nuestro pueblo, 400 víctimas, la mitad de las víctimas totales, que hoy suman 800. Lo más grave de todo es que muchas de esa 400 personas habían subido a los cerros del borde costero y que por la inepta información de la Armada, por la estúpida decisión de la Sra. Fernández que depende del Ministro del Interior y por la desinteligencia de la Sra. Bachelet, volvieron a la costa, para simplemente ser arrasadas y morir. El error producto de la ineptitud, significó lisa y llanamente en palabras de Maturana, un acto crimininal.

No hablaré ni escribiré en detalle sobre las evidentes demoras en movilizar a los militares a las zonas del desastre, para efectivamente controlar a las huestes de delincuentes habituales, ni tampoco que cuando llegaron y fueron incapaces de actuar, el propio Jefe Militar de una de las zonas justificó su ineficacia diciendo que eramos del tercer mundo (pero no lo somos cuando el propio Ejército de Chile recibe el 10% de las ventas del cobre al año). No me detendré en las evidentes descoordinaciones entre el Estado de Chile y los empresarios privados, no tan sólo los de los supermecardos que no trepidaron en cerrar sus negocios a vista y paciencia de la población anegada, sino también de aquellos grandes empresarios de la construcción que alzaron al cielo de Chile, piñuflientos edificios que en palabras del Presidente del Colegio de Arquitectos, no cumplen con las normas antisísmicas, que entre otras cosas,exigen que en un sismo 8,8 ningún edificio construido puede sufrir daño estructural. En Santiago, Concepción y Valparaíso son decenas de edificios nuevos los que sufrieron dichos daños. Todos ellos construídos y promovidos especialmente en el gobierno del Señor Ricardo Lagos tan amigo de empresarios de la construcción y de supermercados personificados por el Sr. Paulman, a quien la misma señorona Bachelet acostumbra a cortarle sus cintas de los negocios recién inaugurados.

Para terminar este breve artículo, que lo escribo con la angustia de mi semi aislamiento, de la falta de trabajo, por no tener agua ni harina con que hacer el pan que vendo a diario y en espera de los contactos para poder volver a Santiago al más breve plazo, les digo a mis compatriotas más concientes, a los que aún creen en los valores de la comunidad, en los valores del conocimiento, en el amor al prójimo, en los que aún piensan que el dinero, los bienes y el maldito poder, no hacen a lo humano sino que muchas veces lo pervierten, que esta rabia que siento no es sino la profunda pena de ver como el Chile que alguna vez quisimos construir y por el que luchamos tantos años, no es sino una mueca ordinaria, un conjunto de asquerosos signos de descomposición de la inteligencia y de la ética.

Que hoy siento repugnancia y vergüenza de ser chileno, de tener que compartir el mismo suelo con personajillos como los que he descrito, de capitán a paje, que en suma se equivocan por tener un ego bastardo mucho más grande que la totalidad de muertos que fueron capaces de provocar, pues para todos ellos es más importante ejercer su poder omnímodo y demostrar que se la pueden y no ponerse al servicio de la inteligencia y del pueblo más pobre, de donde no dudo, viene la mayoría de las víctimas.

Qué se puede esperar de los demás, de una clase media inculta llena de tecnologías idiotas y de autos veloces con vidrios polarizados y de un populacho aspiracional o arribista que desea tener todo, pero ni siquiera aprende a decir tenemos (dice tenímos), sino saqueos e incendios y egoísmos al momento de recabar agua o alimentos, cuando sus pútridos dirigentes civiles y militares demuestran la tremenda prodedumbre de conocimientos y una falta de ética que luego tratarán de tapar con campañas de conmiseración y solidaridad mal entendida cual fariseos o señores de la ley.

Ahora me explico por qué yo y tantos otros y otras, hombres y mujeres que al menos tratamos de prepararnos y ser seres humanos con una fuerte vocación comunitaria, estemos aislados y seamos negados por la elite, por una clase media prepotente y también por el populacho regetonero. Nada tenemos que hacer en este país, que se hunde cada día más en su propia mierda descerebrada y sin amor.

No creo finalmente que todo esto sea un mero problema ideológico o de sistemas como dicen los analistas, pues la falta de ética, de inteligencia, de humanidad atraviesa a izquierdas y derechas y a civiles y militares. Y afirmo sin temor hoy, aún cuando sociólogos y politólogos lean mi artículo con desdén o como una falta de visión científica, que la mierda de país que somos hoy, aún y sobretodo por las demostraciones de caridad farandulera futura, tiene mucho más que ver con la falta profunda de cultura y con la carencia absoluta de los valores del hombre y la mujer, con un modo de vida y de pensamiento que entre otras cosas confunde a Miguel Enríquez con un salsero y establece el martirio y la abnegada gesta de Allende o de Prat como acciones que rayan en la idiotez o en la ineficacia.

Con este pueblo y sus dirigentes, ya hemos caído en el barranco y el pudridero. Que Luis Emilio Recabarren renazca en este texto, como homenaje al que escribiera en el Centenario de la República.